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Vientre



El abdomen [1]​ o vientre es una cavidad del cuerpo humano situada entre la cara inferior del tórax y la cara superior de la pelvis y las extremidades inferiores. En los mamíferos está separada de la caja torácica por el diafragma.[2]​ Muchas de las vísceras que contiene la cavidad abdominal pertenecen al aparato digestivo y están localizadas en los dos tercios frontales del abdomen. Otros órganos, como el riñón, la glándula suprarrenal y el aparato genital femenino, son intraabdominales. El tercio posterior del abdomen comprende las vértebras lumbares, el hueso sacrococcígeo y los huesos ilíacos.

En la definición del Diccionario de la lengua española, el vientre es la cavidad del cuerpo de los animales vertebrados, en la que se contienen los órganos principales del aparato digestivo y del genitourinario, y es la región exterior del cuerpo, correspondiente al abdomen, que es anterior en el hombre e inferior en los demás vertebrados.

La cavidad abdominal está dividida en dos partes: cavidad peritoneal y retroperitoneo.

En el centro del abdomen se encuentra un punto conocido como ombligo, el cual es una importante referencia anatómica para la división topográfica superficial del mismo.

El plegamiento ventral del disco embrionario trilaminar durante la cuarta semana de gestación trae como consecuencia la fusión de las hojas del mesodermo lateral, lo cual hace que se forme la cavidad celómica (que tras sucesivas fusiones de membranas formará el primordio de la cavidad corporal única). La hoja esplacnopleural rodea al derivado del endodermo y mantiene su unión con la pared posterior, formando el “meso” (mesenterio, mesogastrio, mesocolon) que es por donde entrará el aporte vascular y nervioso.

Los órganos abdominales se encuentran suspendidos en la cavidad abdominal por mesenterios,[3]​ o están situados entre dicha cavidad y/o incrustadas en la pared musculoesquelética. Las vísceras abdominales son:

El esófago es un conducto músculo-membranoso (un tubo muscular), ubicado en la parte media del tórax, que se extiende desde la faringe hasta el estómago. A través del esófago pasan los alimentos hasta el estómago. Su función consiste en ser el conducto de unión entre la boca y el estómago y permitir que los alimentos lleguen a este. La pared del esófago esta formada por cuatro capas: mucosa, submucosa, muscular y serosa.

Desde la parte superior hasta la porción donde el esófago se une con el estómago hay unos 40 cm. El esófago empieza en el cuello, atraviesa todo el tórax y pasa al abdomen a través del hiato esofágico del diafragma. Habitualmente es una cavidad virtual (es decir que sus paredes se encuentran unidas y solo se abren cuando pasa el bolo alimenticio). El esófago cuenta con dos esfínteres:

El estómago es un reservorio muscular interpuesto entre el esófago y el duodeno, es la porción más dilatada del tubo digestivo y tiene forma de "J", pero su forma y orientación cambian constantemente, según los tiempos de la digestión y según la posición del cuerpo. Ocupa casi todo el hipocondrio izquierdo y una gran parte del epigastrio, por encima del mesocolon transverso, debajo del hígado y del diafragma. El estómago se divide en cuatro regiones:

El intestino delgado es la parte del aparato digestivo que conecta el estómago con el intestino grueso. Se divide en tres porciones: duodeno, yeyuno e íleon.

El intestino grueso se inicia a partir de la válvula ileocecal en un fondo de saco denominado ciego de donde sale el apéndice vermiforme y termina en el recto. Desde el ciego al recto describe una serie de curvas, formando un marco en cuyo centro están las asas del yeyuno íleon. Su longitud es variable, entre 120 y 160 cm, y su calibre disminuye progresivamente, siendo la porción más estrecha la región donde se une con el recto o unión rectosigmoidea donde su diámetro no suele sobrepasar los 3 cm, mientras que el ciego es de 6 o 7 cm.

Es una glándula íntimamente relacionada con el duodeno, es de origen mixto, segrega hormonas a la sangre para controlar los azúcares y jugo pancreático que se vierte al intestino a través del conducto pancreático, e interviene y facilita la digestión, sus secreciones son de gran importancia en la digestión de los alimentos.

La vesícula biliar es un órgano que forma parte del aparato digestivo de los seres humanos y animales cuadrúpedos (excepto en los caballos y en los ciervos). Está situada por debajo del hígado. Su nombre en latín es vesica fellea.

El bazo es un órgano de tipo parenquimatoso, aplanado, oblongo y muy friable, situado en el cuadrante superior izquierdo de la cavidad abdominal, relacionado con el páncreas, el diafragma y el riñón izquierdo. Aunque su tamaño varía de unas personas a otras suele tener una longitud de 12 cm, una anchura de 8 cm y un grosor de 4 cm así como un peso de 200 g aproximadamente. Su función principal es la destrucción de células sanguíneas rojas viejas, producir algunas nuevas y mantener una reserva de sangre.

En condiciones normales, las vísceras abdominales ocupan totalmente la cavidad abdominal, siendo la cavidad peritoneal un espacio virtual, el peritoneo visceral de los órganos y el peritoneo parietal de la pared abdominal adyacente se deslizan uno sobre otro libremente. Los órganos abdominales pueden clasificarse mediante dos criterios:

La vascularización arterial de las vísceras abdominales proviene de la porción abdominal de la arteria aorta que llega al abdomen a través del hiato del diafragma, a nivel de la vértebra T12, inmediatamente emite las arterias diafragmáticas inferiores y las arterias suprarrenales medias. Más caudalmente da tres gruesos troncos impares para las vísceras intraperitoneales, de los que surgen otras muchas arterias. El más craneal es el tronco celíaco (irriga hígado, estómago y bazo), seguido de la arteria mesentérica superior (intestino delgado) y de la arteria mesentérica inferior (intestino grueso).

Para el espacio retroperitoneal emite pares de arterias como las arterias renales (para los riñones), lumbares (pared abdominal posterior) y gonadales (testicular u ovárica). Gradualmente se divide en las dos arterias ilíacas comunes (externa e interna) y en la arteria sacra media.

El retorno venoso del abdomen corresponde a la vena cava inferior, que resulta de la fusión de las dos venas ilíacas comunes. Recibe las venas renales, lumbares y gonadales, y atraviesa el diafragma sobre el hígado. El retorno venoso de las asas intestinales –por llevar sangre que lleva incorporados los productos de la digestión y que no puede pasar así al torrente circulatorio sistémico– confluye en la venas mesentéricas, superior e inferior, las cuales junto con las venas gástricas y la vena esplénica forman el tronco de la vena porta que entra en el hígado. La vena porta se ramifica en el interior del parénquima hepático (sistema porta, que se ramifica dos veces). Una vez que la sangre de la vena porta es tratada por el hígado, en los sinusoides hepáticos, confluye en las venas hepáticas que desembocan en la vena cava inferior, que la conduce a la aurícula derecha. En otras palabras, la sangre que recoge los productos de la digestión no es conducida directamente hacia la vena cava, sino que lo hace a través del hígado mediante el sistema porta. Gran parte de los problemas hepáticos provienen de una alteración en este sistema porta hepático.

En cuanto al drenaje linfático de esta región, ésta recoge la linfa procedente del aparato digestivo y de las extremidades inferiores en la denominada cisterna del quilo, localizada en la pared abdominal posterior, entre la arteria aorta y la columna vertebral a nivel de T12-L1. Pasa al mediastino posterior por el orificio aórtico. Además, presentan una serie de ganglios linfáticos que acompañan en general a las grandes arterias, o se localizan en el hilio de los órganos.

La inervación de las vísceras abdominales corre a cargo de los dos componentes del sistema nervioso autónomo simpático y parasimpático. El sistema nervioso simpático de las vísceras abdominales procede preferentemente de los nervios esplácnicos.

Los nervios esplácnicos son tres nervios a cada lado. Se originan en la cadena simpática del tórax: el mayor de los ganglios T5-T9 o T10, el menor de T10-T11, y el inferior (conocido también como imo) de T12. Terminan, bien haciendo sinapsis o pasando hacia la víscera, en los ganglios celíacos (a ambos lados de la salida del tronco celíaco de la aorta), mesentéricos o renales. Los nervios esplácnicos lumbares (L1-L5) y los ganglios mesentéricos superior e inferior completan la inervación simpática del abdomen. Alcanzan las vísceras con las arterias, caminando las fibras en la adventicia. La inervación parasimpática de todos los derivados del intestino anterior y medio embrionario proviene del nervio vago, desde el esófago hasta el extremo izquierdo del colon transverso. La parte distal del colon transverso, el colon descendente, el sigmoides y el recto reciben inervación parasimpática procedente del núcleo parasimpático sacro situado en la médula espinal sacra, situado entre los segmentos espinales S2 a S4.

Los músculos transversos del abdomen son unos músculos largos, angostos y con forma triangular ubicados a los costados del abdomen por debajo del músculo oblicuo interno. Estos se originan en la cara interna de las séptima a duodécima costillas, la fascia lumbar, cresta ilíaca y el ligamento inguinal hasta que se insertan detrás del músculo recto mayor del abdomen, confundiéndose con este.

Los músculos recto mayor del abdomen son músculos que se extienden desde la línea media del pubis hasta el borde inferior de la caja torácica. Se insertan por medio de un tendón aplanado y corto, el cual tiene dos haces musculares, externo e interno, que están separados por una tira de tejidos conectivos llamada línea alba.

Los músculos piramidales del abdomen son músculos que están ubicados en la parte anterolateral del abdomen. Es un músculo de forma triangular y de tamaño reducido que tiene origen en el pubis, insertándose en la línea alba.

Todos estos músculos están recubiertos por el músculo oblicuo externo del abdomen, que está en la parte anterolateral del abdomen; su origen es en la cara externa de 5-12 costilla, y su inserción en la línea alba y sínfisis del pubis. Tiene como funciones: comprimir y sostener las vísceras abdominales, rotar y flexionar el tronco.

Con fines clínicos, como la descripción del dolor, tumores e incisiones, el abdomen se divide en regiones que se definen por líneas en la superficie de la pared abdominal anterior. Por lo general, se delinean nueve regiones cortadas por dos líneas horizontales y dos verticales:

Usando estas cuatro líneas se definen nueve regiones anatómicas que son:

Esta relación entre región anatómica externa del abdomen y vísceras intraabdominales no es exacta, porque las vísceras abdominales se mueven y sobrepasan los límites mencionados, pero sirve como indicador general. Por otra parte, es de utilización frecuente en la clínica el referir dolor en alguna de las regiones apuntadas, aunque hay que tener en cuenta que la localización del dolor visceral es pobre y se puede dar el fenómeno del dolor referido, en el que duele una zona alejada de la víscera responsable.

El abdomen de los invertebrados está constituido por una serie de placas superiores conocidas como tergitos y placas inferiores conocidas como esternitos, el conjunto se mantiene unido por una dura membrana estirable.

El abdomen contiene el tracto digestivo del insecto y los órganos reproductivos, que consta de once segmentos en la mayoría de los órdenes de insectos, aunque el undécimo segmento está ausente en el adulto de la mayoría de las órdenes superiores. El número de estos segmentos varía de una especie a otra con el número de segmentos visibles reducidos solo a las siete de la abeja común. En los colémbolos del abdomen tiene solo seis segmentos.

El abdomen es a veces altamente modificado. En Apocrita (abejas, hormigas y avispas), el primer segmento del abdomen se fusiona con el tórax y se llama el propodeo. En las hormigas el segundo segmento constituye el pecíolo estrecho. Algunas hormigas tienen un segmento postpetiole adicional, y los segmentos restantes forman el gáster bulboso.[6]​ El pecíolo y Gáster (segmentos abdominales 2 y en adelante) se les denomina colectivamente metasoma.

A diferencia de otros artrópodos, insectos poseen apéndices sobre el abdomen solo en la forma adulta, aunque el Protura tienen apéndices rudimentarios de ida como en los tres primeros segmentos abdominales y archaeognatha poseen pequeñas, articulado "agujas" que a veces se considera como apéndices rudimentarios. Muchos insectos larvales incluyendo los lepidópteros y la Symphyta (moscas de sierra) tienen apéndices carnosos llamados propatas en sus segmentos abdominales (así como sus patas torácicas más familiares), que les permiten el agarre en los bordes de las hojas de las plantas, para caminar alrededor.

En arácnidos (arañas, escorpiones y familiares), el término "abdomen" se usa indistintamente con "opistosoma" ("cuerpo trasero"), que es la sección del cuerpo posterior a la que lleva las piernas y la cabeza (el prosoma o cefalotórax).



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