Villa de Álvarez (Colima) nació en Colima.
Villa de Álvarez es una ciudad del estado de Colima, México. Limita al norte con el municipio de Comala; al este con el municipio de Colima, al oeste con Minatitlán, y al suroeste, con Coquimatlán.
El 4 de octubre de 1903, el obispo José Amador Velasco Peña colocó la primera piedra de lo que fue llamada la parroquia de Almoloyán, que a partir de 1953 es el templo parroquial de San Francisco de Asís, ubicado en la parte central de la ciudad de Villa de Álvarez. Desde los inicios de este siglo se conocieron los siguientes barrios de Villa de Álvarez: San Juan (por la calle Aquiles Serdán), Del Sol (por la calle Eduardo Álvarez), La Frontera (por la calle Hidalgo), La Haciendita (frente al antiguo Casino Municipal, hoy la Casa de la Cultura) y Los Cerritos (por la calle Manuel Álvarez).
Villa de Álvarez es una ciudad de 119 956 habitantes que ocupan 34 903 viviendas (INEGI, 2012). En los últimos años se ha caracterizado por su ritmo de crecimiento, ocupado el primer lugar en crecimiento de vivienda en el Estado de Colima.
En 1875 se formó una junta de 40 vecinos, quienes se dieron a la tarea de elaborar el “Proyecto sobre construcción de un ferrocarril de Manzanillo a Colima y Guadalajara”. La directiva estuvo formada por Ramón R. de la Vega, Agustín Schacht, Christian Flor, Jorge M. Oldenbourg, Miguel Bazán, Alejandro Véjar y Antonio E. Orozco. El proyecto fue aprobado, y en 1889 se inició la construcción de la vía de Armería a Colima. El tren llegó a la capital en 1892. La inauguración oficial se llevó a cabo por Porfirio Díaz en el año de 1908. Los primeros intentos por construir el ferrocarril urbano los realizó el gobernador Esteban García en 1884. El proyecto fue elaborado por el ingeniero francés Arturo Le Harivel. En 1892 fueron instalados los primeros tranvías que iban del centro de Colima a Villa de Álvarez.
Lo que hoy conocemos como el municipio de Villa de Álvarez, en el año de 1556 se llamaba “San Francisco de Almoloyán”; en 1836 el distrito de Colima se dividió, para su administración, en dos partidos; uno de los cuales fue el de Almoloyán, que se convirtió en la cabecera municipal. Por decreto, el 15 de septiembre de 1860, se cambió el nombre original por el de “Villa de Álvarez”, en honor al primer gobernador del estado, que era originario de ese lugar.
Existe la hipótesis de que en el momento en que las tribus náhuas salieron de Aztlán, lugar que algunos historiadores ubican en las costas de Nayarit, alrededor de la isla de Mezcaltitán, un pequeño grupo, en lugar de continuar con rumbo al altiplano, en busca del águila parada en un nopal devorando una serpiente, caminó por la costa, después de algún tiempo se encontró frente a los fascinantes volcanes y sus fértiles campos que los circundaban, lo que motivó que se asentaran en dichos lugares, esperando el cumplimiento de la aparición del águila legendaria. Al principio dedicaron su tiempo a la cacería, la pesca y la recolección de frutos y plantas silvestres, con lo que se alimentaban. Con el transcurso de los años, descubrieron diversos cultivos, que fueron básicos en su alimentación como el maíz, el frijol, la calabaza y el chile. En la comunidad había tres clases de autoridades de los cuales son Los sacerdotes, que atendían al culto sagrado, Los brujos (que también eran curanderos), Los ancianos (que formaban el consejo); Estas personas tenían la responsabilidad de decidir acerca de lo que tenía que hacerse en la comunidad y orientaban en los diversos problemas que se iban presentando. Se habla de la existencia de un gran señor en el territorio Colimote a la llegada de los españoles (Hernán Cortés, 3ª Carta de Relación). A él le rendían tributo varios señoríos de la región. Este gran señor estaba al frente de la provincia del Colimotl, por lo que es de suponer que los núcleos indígenas ya mencionados, en cierta manera dependían del señor de Colimán. Los grupos indígenas tenían dos grandes preocupaciones en su vida: La guerra y el culto a las divinidades.
Inmediatamente después de llevada a cabo la conquista de Colimán, las tierras fueron repartidas en encomiendas. De tal suerte que a Francisco Santos se le otorgaron las tierras de Almolonia y de Tlacalahuastla (hoy Minatitlán); a Bartolomé López parte de lo que hoy el Comala; a Hernando de Gamboa las de Coquimatlán, y al Conde de Terreros, terrenos de los Pastores. Todas estas tierras eran ricas, por lo que empezó a florecer tanto la agricultura como la ganadería, ya que a la vez se disponía de mano de obra al contar con el trabajo de los indígenas. El 22 de febrero de 1554, algunos frailes franciscanos, como Ángel de Valencia (guardián del convento), Honorato Franco, Jerónimo de la Cruz, entre otros, fundaron un convento al que llamaron San Francisco de Colimán y después de Almoloyán. La instalación del monasterio tenía como objetivo fundamental brindar protección y educación a los indígenas. Cerca del convento de San Francisco, en 1556, se fundó, con la autorización del Virrey Luis de Velasco, un pueblo al cual le fue otorgado fundo legal y facultad para gobernarse por sí mismo.
En 1810, el padre José Antonio Díaz, adscrito a la parroquia de San Francisco, al conocer la noticia del “Grito de Dolores” que proclamaba el levantamiento insurgente para luchar a favor de la Independencia de México, invitó a las poblaciones vecinas a que se unieran al movimiento para acabar con la dictadura española. San Francisco de Almoloyán formó un ejército con los anuales para luego irse a Coalcomán. Fue él quien pronunció el discurso patriótico en el juramento de la Constitución de Apatzingán (22 de octubre de 1814). El 15 de septiembre de 1860, siendo gobernador Urbano Gómez, le fue cambiado el nombre a la cabecera municipal, quedando en adelante como: Villa de Álvarez, en honor al Gral. Manuel Álvarez, primer Gobernador Constitucional del estado de Colima.
Al lado Este se localiza la superficie menos accidentada con una parte de valle, precisamente donde se encuentra la cabecera municipal. La mayor parte del territorio presenta una geografía accidentada y montañosa, en el área del lado oeste del río Armería cuyas principales elevaciones son: el Cerro del Rincón de Almoloyan, el Cerro de El Chino y parte del Cerro El Barrigón (en cuya cima se encuentra un cráter que en tiempos de lluvia se llena de agua, formando una hermosa laguna); ubicado en el lado norte, el Cerro de Juluapan, donde existe una enorme roca que parece estar amenazando a la población cercana del mismo nombre.
Los climas del municipio por su grado de humedad son subhúmedos, y con relación a su temperatura, cálidos; al centro y norte del municipio existe un clima cálido subhúmedo con lluvias en verano; y al noroeste presenta también el cálido subhúmedo y semicálido subhúmedo, también con lluvias en verano. La temperatura media anual es de 23,7 °C, y la precipitación pluvial media de 1.193,8 milímetros cúbicos, con régimen de lluvias, que abarca los meses de mayo, junio, julio, agosto y septiembre.
Por sus condiciones naturales, Villa de Álvarez es un municipio muy pintoresco y con grandes atractivos; algunos de ellos se pueden potenciar y desarrollar turísticamente, como son la laguna de Pastores, zonas arqueológicas y áreas de monumentos y plazas. Es importante mencionar la fama que goza la ciudad de Villa de Álvarez, gracias a sus antojitos regionales, especialmente los famosos "sopitos de la Villa", que se cocinan en tradicionales cenadurías que se encuentran por todos los rincones de la cabecera municipal, especialmente en la zona Centro.
En Villa de Álvarez, específicamente en la cabecera municipal del mismo nombre, por el hecho de estar conurbado con la capital del estado, se contagia de las actividades culturales que allí se llevan a cabo. Un factor que ha cobrado peso a últimas fechas en la cultura de la gente, es justamente la Casa de la Cultura del municipio, pues es de reciente creación (2003) y que, al igual que todas las demás, está ubicada en la propia cabecera municipal en una de las avenidas más transitadas de la localidad; allí, muchos jóvenes asisten para ver exposiciones de pinturas, teatro, bailables, conciertos de música, de acercamiento y gusto por la lectura y muchos otros eventos, fomentando en ellos una mayor apreciación por este tipo de actividades.
La industria en Villa de Álvarez, la componen 439 talleres de la industria manufacturera, de estos 131 son de la industria alimentaria, 20 bebidas y 378 a servicios automotrices, talleres mecánicos que pertenecen a servicios (INEGI, 2012).
Por su innovación se puede mencionar la producción de aceite de coco y de limón.
En la ciudad de Villa de Álvarez se han instalado importantes tiendas de cadenas tanto nacionales como transnacionales: Soriana (supermercado con otros locales pequeños y medianos alrededor), Famsa (mueblería), Bodega Aurrerá (tienda de autoservicio/supermercado), City Club, Coppel, etc.), así como un sinnúmero de tiendas de ropa, calzado, muebles, ferreterías, panaderías, materiales para construcción, gasolineras, entre otros; todos ellos se han mantenido de generación en generación, ya sea en el centro de la ciudad o en avenidas principales como también en los nuevos espacios de reciente apertura; muchos de ellos corresponden al capital colimense.
Los últimos años se ha detectado un crecimiento significativo de este sector económico en la zona oriente de la cabecera municipal; ubicándose en su gran mayoría pequeñas y medianas empresas por la Av. Benito Juárez, arteria de comunicación con Comala y con Coquimatlán, que ha funcionado como anillo periférico. Es importante destacar que en el norte de esta avenida, se ubica la plaza comercial Colima, con la tienda ancla “Soriana” y al sur la “Bodega Aurrerá”, de reciente apertura (2004).
La ciudad de Villa de Álvarez, existen diversos centros de entretenimiento, turístico, donde también se puede disfrutar de sus antojitos regionales para el turista y los habitantes de otros municipios de Colima;
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