Zipacón es uno de los 116 municipios del departamento de Cundinamarca, Colombia. Se encuentra ubicado en la Provincia de Sabana Occidente, a 50 km de Bogotá.
El municipio de Zipacón es conocido como la «Villa Cultural de Cundinamarca» y por el Santuario de la Virgen del Amor Hermoso, cuya peregrinación se realiza el 7 de diciembre de cada año, y que se venera especialmente el primer sábado de cada mes. Su celebración especial se realiza el último domingo del mes de diciembre.
Zipacón es el territorio del altiplano cundiboyacense en donde se han encontrado las evidencias más antiguas de agricultura y alfarería, que datan del año 1270 a. C.
Durante el dominio de la Confederación Muisca, estuvo bajo la jurisdicción del Zipazgo, y fue un punto de guarnición para espiar a los panches, que por el boquerón de este lado solían invadir frecuentemente el territorio muisca.
Se dice que el Zipa se retiraba a Zipacón a meditar en medio de una gran tristeza, por lo que se le ha dado a la palabra Zipacón el significado de «El llanto del Zipa», frase que a su vez es emblema del escudo del municipio. A este respecto, el Manuscrito 158 BNC de la Biblioteca Nacional de Colombia, que probablemente es una copia encargada por José Celestino Mutis a fines del siglo XVIII, le da a la palabra Cone el significado de «llanto». Sin embargo, el Diccionario Chibcha de Joaquín Acosta Ortegón dice que la palabra quiere decir «Aliado de nuestro padre».
Zipacón fue fundado el 5 de julio de 1561. En 1576 don Gonzalo Jiménez de Quesada asigna la encomienda de Zipacón al capitán Francisco de Figueredo, con 250 o 300 indígenas a su cargo.
El 11 de noviembre de 1639 Zipacón fue erigido en Parroquia por el arzobispo de Santa Fe, Fray Cristóbal de Torres; fue primer párroco el bachiller Bernabé de Osorio, y en 1651 le sucedió fray Jerónimo de Poveda y Másmeala, que lo fue hasta 1675, año en que lo remplazó Pedro de Urretauzqui, quien duró allí treinta y tres años.
El Padre Urretauzqui desarrolló una intensa labor más allá del simple mandato espiritual. Intensificó las festividades religiosas y el comercio, pues entonces Zipacón era un punto de intercambio de productos de la tierra fría y caliente; estableció las primeras escuelas, dedicándose a la alfabetización de niños y adultos, organizó los bienes de la Parroquia, especialmente sus numerosas fincas, que puso a cargo del mayordomo don Juan Clavijo, y con su producido dotó y mejoró la estructura arquitectónica y ornamental de la Iglesia, en la que se encuentran aún algunas joyas de la pintura colonial, entre las que se destaca el cuadro de Nuestra Señora de Monguí, adquirido en 1818.
El 2 de mayo de 1805 los cuantiosos bienes raíces de la Iglesia fueron traspasados ante notario público al prócer de Zipacón don José Antonio Rubio.
En el folleto sobre Zipacón escrito por el Padre Eugenio Andrade Valderrama, se describe a don José Antonio Rubio como uno de los primeros abanderados de la libertad de los esclavos en Colombia. Dice:
Don José Antonio Rubio nació en Zipacón en 1763 y murió en 1839.
Dice el citado folleto que en Jurisdicción de Zipacón se formaron los pueblos de Cachipay, Anolaima, y los de La Capilla y El Ocaso.
El padre Poveda organizó una misión en el sitio llamado La Puerta de Cachipay, y edificó una capilla en Anatolí, que es hoy vereda del municipio de La Mesa.
En su jurisdicción se encuentra la Inspección Departamental de Policía de El Ocaso, creada por Ordenanzas 25 de 1948 y 16 de 1961.
En 1820 unos ladrones robaron un cuadro que representaba a la Sagrada Familia de Monguí y lo llevaron a Zipacón para esconderlo. Se cree que el cuadro pudo haber sido pintado por el célebre Gregorio Vázquez de Arce y Ceballos, que había vivido en tiempos del Nuevo Reino de Granada. La pintura tenía bordados de oro y plata con incrustaciones de piedras preciosas. Los ladrones escondieron el cuadro en el monte, justo en el sitio en que se encuentra hoy el Santuario.
Ese mismo año, una anciana que estaba recogiendo leña encontró la pintura y llamó a los sacerdotes del pueblo para comunicarles su descubrimiento. Los sacerdotes ordenaron la devolución del cuadro a Monguí, pero antes mandaron a hacer una escultura que fuera réplica del cuadro, así como una copia de la pintura, que hoy se encuentra en la iglesia parroquial de Zipacón. La escultura fue puesta en el mismo sitio en que fue encontrado el cuadro, y ese lugar se convirtió en Santuario por la devoción de los fieles.
Desde un principio los devotos comenzaron a agradecer milagros de amor atribuidos a la Virgen, por lo que la imagen fue conocida en Zipacón como la Virgen del Amor Hermoso, que se convirtió en patrona del municipio y de las familias en general. Aproximadamente desde 1944 el lugar es visitado principalmente por mujeres que buscan novio o esposo, aunque también por algunos hombres o por parejas que quieren fortalecer su relación. En el lugar la gente deja placas y exvotos como muestra de agradecimiento por los favores concedidos. También se le atribuyen milagros en la salud de las personas, y en la actualidad ha sido considerada como la «Patrona de las Familias», pues se dice que ha concedido muchos milagros a las familias en dificultades.
En el año 2018 regresó al pueblo, en solemne procesión, la copia del lienzo de la Sagrada Familia de Monguí, que durante muchos años estuvo fuera del municipio. El cuadro se encuentra resguardado en la parroquia de San Antonio de Padua.
El Santuario se encuentra a pocos metros del marco de la plaza, en lo alto de uno de los cerros.
El 7 de diciembre de cada año se realiza una devota peregrinación al Santuario, en donde se espera la llegada de los peregrinos con antorchas encendidas y palomas, que simbolizan la paz y el amor. También se venera el primer sábado de cada mes, y su principal celebración se realiza el último domingo de diciembre. Muchos devotos suben al cerro con la intención de rezar la novena de la Virgen.
Por Ordenanza 36 de 31 de julio de 1945 se aprobaron los límites dados por el Instituto Agustín Codazzi, así:
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