Alce (Celtiberia) cumple los años el 3 de marzo.
Alce (Celtiberia) nació el día 3 de marzo de 177.
La edad actual es 1847 años. Alce (Celtiberia) cumplió 1847 años el 3 de marzo de este año.
Alce (Celtiberia) es del signo de Piscis.
Alce fue una población de Celtiberia de cuya existencia se tiene constancia gracias la información transmitida por Tito Livio al narrar la campaña militar de Graco durante el 179 a. C. en el interior peninsular.
No se han encontrado hasta ahora elementos arqueológicos tales como miliarios, epígrafes o monedas que nos permitan establecer sin ningún género de dudas la ubicación actual de esta ciudad por lo que es necesario recurrir a la interpretación de ambas fuentes clásicas para determinar su localización. Debido a que el referido relato de Tito Livio ha sido objeto de diferentes valoraciones a lo largo del tiempo y que tampoco ha sido unánime la equivalencia de la Alces del Itinerario con la Alce indicada por Livio, las propuestas para situar geográficamente esta población han sido diversas con el tiempo.
Alce aparece citada en el relato que el historiador romano hizo sobre la campaña de Tiberio Sempronio Graco durante el 179 a. C., concretamente en los párrafos 47, 48, 49 y 50 de su Ab urbe condita, libro XL :
Este relato ha sido una de las fuentes antiguas sobre Hispania con la interpretación más polémica a lo largo del tiempo. Esto se debe a que en el sur de Andalucía existen bien identificadas dos poblaciones de época romana con los nombres de Munda y Cártima algo que haría situar los hechos en esta área geográfica; sin embargo, lo que narra Livio es una campaña de conquista en el interior peninsular que era la zona dónde los romanos luchaban esos años contra las tribus indígenas, estando la región donde se situaban las citadas Munda y Cártima bajo dominio romano desde al menos 27 años antes cuando en el 206 a. C. los cartagineses fueron expulsados de la península ibérica. Por este motivo, la interpretación de los estudiosos ha variado entre aquellos que localizan los hechos en el centro peninsular, en el occidente de Celtiberia y sus inmediaciones y los que los sitúan en otras zonas geográficas de Hispania.
A lo largo del tiempo y por diferentes estudiosos, se han postulado diversas teorías sobre la ubicación actual de Alce. Estas teorías pueden ser divididas, grosso modo, en dos grupos:
Teorías que identificando Alce con Alces sitúan la población en un área geográfica que se correspondería con la zona oriental de la unión entre las actuales provincias de Ciudad Real y Toledo. Estas hipótesis tienen ante todo en común el deseo de encajar la situación de Alces determinada por el trazado del Itinerario de Antonino XXIX y consideran que la campaña de Graco tuvo lugar en la carpetania sobre la zona suroeste de Celtiberia dentro de la Meseta Sur oriental.
Teorías que desechan que Alces y Alce sean la misma ciudad, por lo que valoran otros argumentos para su ubicación, variando desde evoluciones fonéticas del nombre original hasta el uso de la localización de esta población como refuerzo de un argumentario que sustente diferentes interpretaciones de la campaña de Graco.
Las principales localizaciones que siguen esta teoría son:
Algunos autores como Miguel Martínez del Villar y Hernando (S. XVI), Juan Francisco Andrés de Uztarroz (S. XVII), el padre Traggia (S. XIX) y Francisco Ortega San Íñigo (S. XX) ubicaron en el término municipal de Ateca la ciudad celtíbera de Alce, nombrada por Tito Livio, aunque hasta la fecha no se han encontrado evidencias que corroboren esta afirmación. El historiador Miguel Martínez del Villar (siglo XVI) si que los sitúa en el mismo municipio y escribió lo siguiente:
Los argumentos para sustentar esta afirmación son entre otros la cercanía al Moncayo, Ateca se encuentra situada en pleno sistema Ibérico, en el corazón de la Celtiberia, en territorio dominado por los Belos, mientras que otras localizaciones se alejan mucho de la Celtiberia, por lo que esta localización sigue siendo factible. También que la descripción de la zona encaja con lo expuesto por Tito Livio siendo una ciudad construida sobre un cerro, amurallada y con una ciudadela en lo alto. Además el hecho de que deje de mencionarse Alce y no se vuelva a tener noticias hasta el siglo III puede ser, bien por la decadencia de Alce, bien por el cambio de nombre al de Attakon o a otro, como el caso de Ilurcis que cambió su nombre por el de Graccurris en esas mismas fechas. El término municipal atecano alberga diversos hallazgos arqueológicos que abarcan desde el Eneolítico hasta el Medioevo. En el paraje natural de «Las Carcamas» se han localizado dos áreas con resto arqueológicos. En el paraje de «Las Balsas», en un pequeño barranco que desagua en el Jalón, afloran a la superficie numerosos fragmentos de cerámica moldeada a mano, sin torno, con formas de grandes cuencos de paredes gruesas y grandes vasijas decoradas con cordones. Cronológicamente pertenecen a la Edad del Hierro I. Muy próximo a este lugar, en el paraje denominado «La Mora Encantada», aparecen cerámicas Celtíberas con dibujos en bandas y círculos, piedras de molino.
La Alces mencionada a partir del siglo III en los itinerarios de Antonino no tiene por que ser la misma que la mancionada por Tito Livio, ya que era bastante habitual encontrar en Hispania ciudades con el mismo nombre, incluso coetáneas y bastante cercanas entre sí. Tenemos el caso de las ciudades de Segontia de las que sólo en el recorrido de la vía XXV de los itinerarios de Antonino encontramos dos de ellas.
El humanista español del siglo XVI Ambrosio de Morales, consideraba que los hechos narrados por Livio y por ende, la Alce citada en ellos, tuvieron lugar en las comarcas fronterizas entre Navarra y Aragón, en el área dónde se sitúan Tudela y Tarazona. sin especificar dónde se podría situar actualmente las poblaciones de Munda, Cértima y Alce. Con todo, este autor consideró sobre el estudio del recorrido del Itinerario, que la Alces reseñada en el mismo (para él, diferente de la Alce indicada por Livio) se localizaba en una zona indeterminada situada entre las poblaciones de Quero y El Toboso situadas ambas en el límite sur de la provincia de Toledo.
Esta hipótesis también sitúa a Alce lejos de la zona geográfica entre las provincias de Toledo y Ciudad Real. Fue postulada por José María Ramos Loscertales en 1941 para reforzar el argumentario de su interpretación de la campaña de Graco en el sentido de que ésta se habría desarrollado contra emigrantes vacceos y ciudades rebeldes edetanas apoyadas por los celtíberos. La situación de los combates propuesta por Loscertales en el oriente de Celtiberia y en Edetania hacía imposible situar a Alce entre Toledo y Ciudad Real (lo que sería junto al occidente de Celtiberia). Ramos Loscertales asimiló Alce con la población de “Arse”, nombrada en algunas monedas, debido a su semejanza fonética. El problema surge cuando la arqueología determinó que esta ciudad era realmente la población íbera originaria de Sagunto, aliada de los romanos, por lo que no es factible que Arse fuese objeto de un ataque de éstos en una fecha tan tardía como el 179 a. C., 34 años después de su liberación final de los cartagineses por Escipión el Africano en 213 a. C. Esta teoría resulta poco creíble.
Esta es otra teoría que sitúa a Alce lejos del centro peninsular. Fue postulada por Álvaro Capalvo en 1996 como parte de su argumentario para acreditar la existencia de una supuesta Celtiberia Ulterior situada junto a la costa mediterránea en la actual provincia Málaga. Uno de los fundamentos de dicha hipótesis es la determinación de la actual Cártama como localización de la Cértima indicada por Livio en su relato. Debido a que la crónica del autor romano deja a entender que Cértima y Alce se encontraban muy cercanas, no puede establecerse entonces un posicionamiento de Alce en el centro peninsular ya que significaría, entre otras cosas, que el campamento celtíbero situado junta a esta ciudad y al que los habitantes de Cértima pidieron ayuda se localizaba a unos 400 km de distancia. Por ello, el autor busca una localización más cercana seleccionando para ello a la población de Árchez a la que equipara con Alce únicamente por su similitud toponímica. Esta hipótesis de localización presenta serios problemas:
a) La zona dónde se sitúan Cártama y Árchez pasó a dominio romano en una fecha relativamente temprana ya que formaba parte de los dominios cartagineses “heredados” por los romanos en el 206 a. C. tras su victoria en Hispania. Los hechos relatados por Livio ocurrieron en el 179 a. C. —27 años después— y no parecen relatar acciones para sofocar una rebelión dentro de la zona bajo control romano sino más bien la conquista de territorios no dominados antes por éstos; situándose los hechos en unos años en los que sus acciones militares se dirigían a controlar el curso medio y alto del Tajo: Toletum (193-192 a. C.); río Tajo (185 a. C.); Contrebia Carbica (181 a. C.).
b) La actual villa de Árchez es una población que parece tener su origen en una alquería morisca.
c) Los estudios arqueológicos han determinado que la población de Cártama tiene un origen fenicio,Celtiberia. Igualmente, se sitúa junto al río Guadalhorce, contando en su época con un puerto fluvial y localizándose a escasos km de Malaka, características que no se desprenden del relato de Livio.
algo que no podría esperarse de una población ded) Estudiosos de la arqueología del poblamiento romano de Cártama son de la opinión que la identificación de Cértima con la actual Cártama responde meramente a una tradicional confusión entre “Cártima” (el origen de la actual Cártama) con dicha “Cértima” (la población situada junto a Alce).
Esta teoría no resulta creíble por su lejanía del territorio de la Celtiberia en cualquier momento de la historia.A pesar de que algún estudioso indica que la ciudad estaba gobernada por el régulo Thurro, lo que nos informa expresamente Livio es que eran sus hijos los que vivían en ella, quizá en condición de refugiados. Livio nos relata que Thurro, al conocer la caída de Alce solicitó un salvoconducto para entrevistarse con Graco. Lo más plausible es que el sistema de gobierno fuese mediante un "senado" de magistrados tal y como sucedía en su vecina Cértima.
Thurro tuvo que ser un líder militar que aglutinó a los últimos aborígenes que se oponían a la conquista romana. Sería quien acordó con los celtíberos que un contingente de éstos se estableciese junto a Alce para proteger a la ciudad y los que se refugiaban en ella (entre los que estaban sus hijos). Los celtíberos se limitaron a la protección de Alce y rechazaron ayudar a la cercana Cértima.
Alce deja de ser mencionada tras su conquista en el 179 a. C., y no aparece ni en la epigrafía ni en monedas. No es hasta el siglo III (unos 400 años después) dentro de una ruta del Itinerario de Antonino cuando vuelve a aparecer no como ciudad sino con la condición de mansio una tal Alces y que cuando menos resulta arriesgado identificar con Alce.
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