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Alia Trabucco



¿Qué día cumple años Alia Trabucco?

Alia Trabucco cumple los años el 26 de agosto.


¿Qué día nació Alia Trabucco?

Alia Trabucco nació el día 26 de agosto de 1983.


¿Cuántos años tiene Alia Trabucco?

La edad actual es 41 años. Alia Trabucco cumplió 41 años el 26 de agosto de este año.


¿De qué signo es Alia Trabucco?

Alia Trabucco es del signo de Virgo.


¿Dónde nació Alia Trabucco?

Alia Trabucco nació en Santiago.


Alia Trabucco Zerán (Santiago, 26 de agosto de 1983) es una abogada, escritora y editora chilena, considerada en su patria como una figura clave de la llamada literatura de los hijos gracias a La resta, que obtuvo el premio nacional a las Mejores Obras Literarias[1]​ y encabezó la lista de las diez mejores primeras novelas hecha en 2015 por el diario español El País.[2]

Hija del cineasta Sergio Trabucco y la periodista Faride Zerán, Alia estudió en el colegio privado Saint George, donde fue parte del centro de estudiantes[3]​ y más tarde ingresó en la Universidad de Chile, donde se tituló de abogada. Durante su época de estudiante, dirigió la revista Talión durante 4 años y fue activista;[4]​ trabajó en el Centro de Derechos Humanos de la Facultad de Derecho de su alma máter e hizo la práctica en la Oficina de Derechos Humanos de la Corporación de Asistencia Judicial.[5]

Alia Trabucco ha trabajado en diversas investigaciones de derechos humanos, diversidad sexual y feminismo, temas sobre los que ha escrito varios ensayos (entre ellos, se pueden citar The Impact of the Yogyakarta Principles on International Human Rights Law Development: A Study of November 2007 - June 2010: Final Report, con Paula L. Ettelbrick, 2010; El tratamiento de la violencia de género en la Organización de Naciones Unidas, con Patricia Palacios Zuloaga; Universidad de Chile, Facultad de Derecho, Centro de Derechos Humanos, 2011; «Imaginar. Un ensayo sobre feminismo y lenguaje», 2018; compiló el libro Derechos humanos hoy. Balance internacional, Centro de Derechos Humanos de la Universidad de Chile, 2008[6]​).

Después de su práctica profesional, Alia obtuvo una beca Fulbright[5]​ para realizar una maestría en escritura creativa en la Universidad de Nueva York. Luego de obtener el grado de magíster, fue becada en Londres por el gobierno chileno, a través de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica[7]​ para hacer un Doctorado en literatura latinoamericana en University College London.

"Siempre quise escribir y escribía desde niña", aseguraba en mayo de 2018 Alia Trabucco, aunque, agregaba, también quería ser abogada, porque "viniendo de una familia donde el tema de los derechos humanos había sido muy importante, pensé que podía dedicarme a defender esa causa".[8]​ Claro que "antes de la escritura, mucho antes, vino la lectura. Desde niña descubrí el placer de leer hasta tarde, hasta que se apagaban las luces de la casa y me quedaba sola". Por sus padres — la periodista Faride Zerán y el cineasta Sergio Trabucco—. vivía en "una casa llena de libros".[9]

Autora de relatos aparecidos en diversas antologías en Chile y el extranjero, Trabucco debutó en la novela con La resta, libro que obtuvo, todavía inédita, el premio a las Mejores Obras Literarias 2014, otorgado por el Consejo del Libro y la Lectura de su país.[1]​ Publicada primero en España, en la editorial Demipage, Madrid, 2015, salió luego, el mismo año, en Tajamar, Santiago y en 2018 apareció en inglés traducida com el título de The Remainder por Sophie Hughes gracias a que ganó una beca PEN/Heim.

Entre sus influencias, Trabucco reconoce una muy fuerte de la tradición chilena, particularmente de autores como María Luisa Bombal, Carlos Droguett o Vicente Huidobro, y entre los escritores extranjeros las de Herta Müller y William Faulkner.[10]

En 2019 publicó Las homicidas, libro que trata sobre casos emblemáticos de mujeres asesinas (entre sus protagonistas figuran María Teresa Alfaro, que mató con mamaderas envenenadas a los tres hijos de sus patrones; Rosa Faúndez, suplementera que descuartizó a su marido; María Carolina Geel, escritora que en el desaparecido y famoso en el hotel Crillón mató con una pistola a su expareja; Corina Rojas, que contrató a un asesino para matar a su marido y fue la primera mujer condenada a muerte en Chile, aunque después fue indultada).[11][12][13]

En el sello Brutas Editoras, dirige la colección Lenguas cruzadas, que busca publicar ediciones bilingües en inglés y español de novela corta.[14]

Esta novela ha sido elogiada por escritores como Alejandra Costamagna, Carlos Fonseca, Lina Meruane, Edmundo Paz Soldán, Alejandro Zambra, entre otros, y ha tenido buenas críticas en España (tanto los suplementos culturales Babelia y El Cultural como en los principales diarios) y Chile (El Mercurio, La Tercera), los dos países en los que fue publicada, en el primero por Demipage y en el segundo por Tajamar; así como también la versión inglesa del libro (The Irish Times, The Spectator, Bigissue).[15][16][17]

En La resta, Santiago de Chile amanece cubierto de cenizas el día en que llegaba el cadáver de la exiliada Ingrid Aguirre. Debido a ello, el avión será desviado y el ataúd se verá aparcado en el aeropuerto de Mendoza, en el país vecino, y su hija, Paloma, que había viajado en otro vuelo para cumplir el deseo de su madre de ser enterrada en su patria, partirá en busca del cuerpo acompañada de Felipe e Iquela, hijos de excompañeros de Ingrid. Como señala Alberto Gordo en El Cultural, "ese viaje será también una exploración en los meandros de la memoria: de la individual, claro, pero también de la 'memoria colectiva de un país que no ha acabado de digerir' lo que ocurrió durante la dictadura criminal de Pinochet".[15]

La resta pertenece a lo que algunos críticos llaman literatura de los hijos, es decir, a aquellas novelas del Cono Sur "que han incursionado en una mirada infantil o adolescente sobre la historia reciente, rica en dictaduras, con sus respectivas represiones, desapariciones y terror".[n 1]​ Lorena Amaro, crítica chilena, explica que los autores de este tipo de textos vivieron "la época infantil –idealizada como la edad de la inocencia– bajo la violencia y crueldad de la dictadura pinochetista y haberse mantenido, como niños que eran, ajenos a los giros políticos".[20]

Costamagna postula que la novela marca un quiebre en este tipo de textos, en la manera de representar a los padres por parte de los hijos.[21]​ Como explicó la misma Trabucco en una entrevista con la agencia española EFE, la novela "se despega de otros discursos que han sido más dominantes en relación a cómo hablar de la dictadura", como, por ejemplo, la nostalgia, sentimiento del que desea alejarse "para lidiar con otros".[10]​ La escritora sostiene que "si se ha intentado construir una narrativa oficial, mi intención era contaminarla con desconfianza, incertidumbre, humor y resentimiento".[17]



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