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Anarquista cristiano



El anarquismo cristiano o anarcocristianismo es una forma de entender la vida cristiana en la que los principios éticos y de organización social son anarquistas. Los cristianos anarquistas afirman que si cada individuo es valioso ante Dios, sólo rige el derecho natural de las personas como fundamento de la libertad individual y no hay lugar para gobiernos, civiles o eclesiásticos, sobre las personas. Básicamente toman las enseñanzas del Evangelio como fundamento espiritual de la anarquía.

De acuerdo a algunos anarcocristianos, la cristiandad fue originalmente un movimiento anarquista pacífico.

De acuerdo a los anarquistas cristianos, solo hay una fuente de autoridad a la cual los cristianos tienen que responder, la autoridad de Dios encarnada en las enseñanzas de Jesús. El cristianismo de tendencia piramidal dice que los anarcocristianos "parecen olvidar el diálogo entre Jesús y Pilatos respecto al concepto de autoridad" ("Toda autoridad legítima viene de Dios"). De allí que el concepto de legitimidad de la autoridad pasa a ser el punto de debate hermenéutico para el anarcocristianismo. Los anarquistas cristianos creen que la libertad de gobierno o de religión es justificada espiritualmente y será solamente guiada por la gracia de Dios si los hombres muestran compasión y valoran a cada ser humano como hijo de Dios que haya aceptado a Jesus como su Salvador para vida eterna

Los anarcocristianos en general son pacifistas, y se oponen a cualquier uso de la fuerza y abogan por la resistencia no violenta contra la guerra, la agresión del Estado, y en general la imposición del hombre sobre el hombre; para que exista absoluta libertad de elección de la forma de gobierno y del modelo económico, es decir siempre que ambos sean voluntarios.

Sus simpatizantes creen que la búsqueda de la libertad está justificada espiritualmente y citan las enseñanzas del mismísimo Jesús, algunas de las cuales se oponen a la existencia de establecimientos verticalistas tales como la Iglesia. Ellos creen que todos los individuos pueden entrar en comunión directamente con Dios y eventualmente unificarse en paz bajo este Dios personal.

Algunos toman como modelo el cristianismo primitivo, en el que se organizaba en comunidades, reivindicando un comunitarismo anarquista. Existen varias denominaciones cristianas fruto de la Reforma Protestante de interés anarquista, por sus propuestas de libertad de conciencia, apoyo mutuo y pacifismo, como los valdenses, y de cierta forma los menonitas o algunos grupos anabaptistas. En general se incluyen como cristianos preanarquistas a varios de los disidentes ingleses o inconformistas, como los levellers, diggers, cuáqueros y unitaristas.

Un famoso cristiano libertario fue el escritor ruso León Tolstói, que inspiró al movimiento cristiano de los dujoboris. Otros teólogos y cristianos que influyen o han influido en esta propuesta son Lysander Spooner, William Cavanaugh, Jacques Ellul, Stanley Hauerwas, Fedor Dovtoievski, Martin Luther King Jr., Ernesto Sabato, Carlos Díaz e Iván Illich. Un movimiento unitarista, el del trascendentalismo tiene una importante vinculación con los valores libertarios.

La mayor parte de los anarquistas cristianos se muestra contrario a aceptar la autoridad de la Iglesia, considerando su fe como algo personal y no necesitada de intermediarios jerarquizados e institucionalizados. No obstante, existe una corriente que no está en completa oposición a la Iglesia católica. Estos anarquistas se apoyan en el Catecismo de la Iglesia Católica, que dice: «La Iglesia ha rechazado las ideologías totalitarias y ateas asociadas en los tiempos modernos al "comunismo" o "socialismo". Por otra parte, ha rechazado en la práctica del "capitalismo" el individualismo y la primacía absoluta de la ley de mercado sobre el trabajo humano. La regulación de la economía por la sola planificación centralizada pervierte en su base los vínculos sociales; su regulación únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque "existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado". Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común».[1]​ Entre anarquistas católicos destacan Dorothy Day y Peter Maurin, quienes fundaron el Movimiento del Trabajador Católico, vinculado al distributismo. Existe también vinculación entre la doctrina anarquista y el personalismo, una filosofía de origen cristiano, de la mano de Ellul y Díaz.

El descubrimiento de los antiguos textos gnósticos en Nag Hammadi combinados con los escritos del autor de ciencia ficción Philip K. Dick, especialmente con su concepto de Prisión de Hierro Negro, ha conducido al desarrollo del anarco-gnosticismo.

Algunos cristianos ácratas se ven influenciados y de alguna manera identificados con varios personajes o grupos relacionados al misticismo cristiano por su vocación a tener una vida diferente y autónoma realizando, en sí mismos y aquí, un estilo de vida inspirado en lo espiritual. Otros cristianos libertarios se sienten más identificados con varios movimientos y personas involucrados en el milenarismo cristiano por su inclinación a realizar la utopía o el paraíso en la tierra o inspirarse en esta idea al actuar en pro de la hermandad universal.

La Sociedad Religiosa de los Amigos, conocida también como Iglesia cuáquera, está organizada a lo largo de las líneas anarquistas. La libertad de conciencia y la iluminación interior de los cuáqueros son principios de libertad individual coincidentes con los principios libertarios, así como el desprecio por la autoridad política, y el reconocer los mismos derechos en todos los seres humanos sin privilegios especiales. El antidogmatismo es una premisa que también comparten ambos, por ejemplo, si bien el cuaquerismo proviene del cristianismo protestante, para ser cuáquero sólo es necesario coincidir con la doctrina de la "conciencia interior" que ilumina el pensamiento y los actos, en libertad de voluntad, pudiendo existir hasta cuáqueros ateos.

En el campo organizativo, todos los miembros de la iglesia tienen el mismo peso en su opinión. Si bien no existen vínculos oficiales entre el cuaquerismo y el anarquismo, y los cuáqueros en su conjunto tienen una amplia variedad de opiniones políticas, la larga tradición cuáquera de participación de la justicia social en el trabajo y perspectivas similares sobre cómo debería estructurarse el poder y cómo deberían tomarse las decisiones ha llevado a cruzar miembros e influencia entre cristianos anarquistas y cuáqueros. La influencia cuáquera fue especialmente pronunciada en el movimiento antinuclear de la década de 1980 y en el movimiento antiglobalización de Norteamérica, en las que se incluían muchos miles de anarquistas y que conscientemente aprobaron la toma de decisiones basada en el consenso cuáquero.

En economía, al igual que los anarquistas, existen tradiciones que van desde el apoyo del comercio libre y la libre empresa hasta las economías colaborativas, aunque un valor común normalmente es la práctica de la generosidad, entendida como solidaridad voluntaria.

Ejemplos de comunidades anarcocristianas con orígenes cuáqueros son la Brotherhood Church y la Colonia Stapleton, en Reino Unido.

El unitarismo universalista, (o UUismo), no es necesariamente una religión anarquista, pero tiene estructuras con características anárquicas. El unitarismo universalista es una religión pluralista con raíces protestantes en la cual las iglesias y los ritos son generalmente ejecutadas de forma democrática y de manera descentralizada y autónoma. Los congregantes laicos frecuentemente organizan sus propios ritos cuando los reverendos toman descansos. Los ritos son abiertos a la participación de los miembros. Los siete valores del UUismo son generalmente concordantes con los valores anarquistas.

La principal crítica a esta filosofía es que el anarquismo es una filosofía política sobre una forma de organización política de libertad individual sin Estado, por lo que resulta contraproducente mezclarlo con temas religiosos o de fe, pues son de carácter personal, independientes de la política y totalmente alejados de la filosofía práctica de una teoría sobre el orden político. Para muchos anarquistas los asuntos de fe son temas metafísicos que no deberían ser juntados o alejados deliberadamente de ninguna tendencia política, sin embargo, es importante aclarar que esta percepción del anarquismo como identidad política exclusivamente es una falacia solo aplicable a algunas agrupaciones libertarias, la verdad del anarquismo es que trasciende el aspecto político para llegar a ser una crítica social junto con una propuesta tanto sociológica como antropológica y filosófica. Entendiendo esto último sería razonable pensar que un anarco cristiano defienda su posición ante la crítica previamente mencionada explicitando que el anarquismo no es solo político y es social por ende tiene relación estrecha con la percepción individual de su propia fe. Cabe destacar dentro de las críticas que el establecer a Dios como autoridad es contradictorio a los fundamentos más básicos del anarquismo descrito por los primeros maestros de este movimiento, sin embargo el anarquismo se ha ampliado y modificado y actualmente sumamente segmentado y no todos los grupos adieren a todos los anteriores pensadores del movimiento.




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