Astrid de Suecia (Astrid Sofía Luisa Thyra de Suecia) fue reina consorte de los belgas al ser la primera esposa del rey Leopoldo III. Por nacimiento era una princesa de Suecia. Entre sus nietos están el rey Felipe de Bélgica y el Gran Duque Enrique de Luxemburgo.
Astrid nació 17 de noviembre de 1905 en el Palacio Arvfurstens de Estocolmo, siendo la hija pequeña del príncipe Carlos, duque de Västergötland y la Princesa Ingeborg de Dinamarca. Sus padrinos de bautismo fueron el rey Oscar II de Suecia (su abuelo paterno) y el rey Federico VIII de Dinamarca (su abuelo materno).
Astrid se educó en un ambiente muy liberal. Sus padres querían criar a sus hijos como burgueses, no como miembros de la realeza. Así aprendió a hornear, cocinar y cuidar a los niños. La princesa incluso asistió a un curso de puericultura en la universidad femenina de Uppsala. Fue una ávida lectora y deportista, Astrid solía ir con sus hermanas a hospitales para visitar a los enfermos. Ella, personalmente, preferiría hablar con los niños enfermos.
Fue considerada como una novia potencial para un gran número de príncipes de la época, como el futuro Eduardo VIII de Gran Bretaña o el futuro rey Olaf V de Noruega.
En septiembre de 1926 se anunció su compromiso con el que por aquel entonces era el príncipe heredero Leopoldo de Bélgica. El rey Alberto I y la reina Isabel invitaron a la prensa al Palacio Real de Bruselas. "La reina y yo", declaró Alberto, "queremos anunciarles el inminente matrimonio entre el príncipe Leopoldo, duque de Brabante y la princesa Astrid de Suecia. Estamos convencidos de que la princesa traerá alegría y felicidad a nuestro hijo. Leopoldo y Astrid han decidido unir sus vidas sin ningún tipo de presión o razón de Estado. La suya es una verdadera unión entre dos personas con los mismos gustos". La reina Isabel añadió: "Es un matrimonio por amor... decidle a nuestro pueblo. Nada fue arreglado. Ni una sola consideración política prevaleció en la elección de nuestro hijo".
La pareja se conoció en 1926 en un baile en el palacio de Amalienborg de Copenhague.
La boda civil tuvo lugar el 4 de noviembre de 1926 en Estocolmo y la boda religiosa el 10 de noviembre de 1926 en la Catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas.
Después de la boda civil, la pareja viajó por separado hasta Bélgica.
Astrid fue adoptada con entusiasmo por los belgas. Ella fue muy querida por su belleza, encanto y sencillez. Sus actos públicos y oficiales irradiaban entusiasmo. Leopoldo era su más ferviente admirador y el amor compartido por la joven pareja era evidente para todos.
Criada en el luteranismo, se convirtió al catolicismo después de casarse con el príncipe Leopoldo.
El 17 de febrero de 1934, el rey Alberto I falleció accidentalmente escalando una montaña en Marche-les-Dames, Bélgica.
Leopoldo y Astrid se convirtieron en rey y reina de los belgas con tratamiento de Majestad.
Como reina, Astrid, dedicó su tiempo a criar a su familia y a la promoción de causas sociales. Se preocupó especialmente por la situación de los niños, las mujeres y los más desfavorecidos. En 1935, en el momento más agudo de la crisis económica organizó una colecta de fondos y de objetos de primera necesidad para un comité de ayuda a los desempleados.
En agosto de 1935, el rey y ella fueron de vacaciones a su casa de Suiza, acompañados de sus dos hijos mayores, Josefina Carlota y Balduino, quienes fueron enviados para Bélgica con sus niñeras el 28 de agosto. Al día siguiente los reyes decidieron hacer una última excursión por la montaña, el chófer iba en la parte trasera del vehículo mientras Leopoldo conducía y Astrid iba de copiloto mirando un mapa, la reina le preguntó algo y el rey miró hacia el mapa provocando que el auto saliera de la carretera y chocara contra un árbol. La reina llegó a abrir la puerta para intentar salir pero el coche explotó antes y su cuerpo chocó contra un árbol. El rey Leopoldo resultó herido de levedad.
A las 9:30 del 29 de agosto de 1935 la reina falleció como consecuencia de las heridas provocadas en el accidente. En los funerales, Leopoldo se negó a subir a la carroza y siguió a pie, herido y en solitario, el féretro de Astrid hasta la cripta real en Laeken, donde se encuentra enterrada.
El arquitecto Paul Bonduelle construyó un monumento en Laeken, Bélgica, que se inauguró el 21 de julio de 1938. El edificio, de estilo neoclásico tardío, da a la Iglesia de Notre Dame de Laeken y se adentra en el Castillo Real de Laeken. Ese mismo año, por iniciativa del Frente de Veteranos local, se erigió un busto de bronce de la Reina en el parque Wisterzée de Court-Saint-Étienne, Bélgica, obra del escultor Victor Rousseau.
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