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Coca (receta)



La coca (del catalán coca, también coc en algunas zonas occidentales o fogassa en el Rosellón) es una masa de pastelería típicamente hecha y consumida en la costa mediterránea española.[1]​ Se preparan y consumen en toda Cataluña,[1][2]Aragón oriental,[3][1]​ la Comunidad Valenciana,[1]​ las Islas Baleares[1]​ y Andorra.[1]

La palabra catalana coca procede de la palabra koek ('oe' se pronuncia como la 'u' en 'lugar') del holandés de la época del Imperio Carolingio, es decir, del fráncico, y tiene las mismas raíces que el cake inglés o el kuchen alemán. La misma palabra con un significado parecido (‘pastel’) existe en occitano: còca.[4]

Respecto a su origen teórico, según Eliana Thibaut i Comalada, la coca se inventa gracias al aprovechamiento de la masa de pan que no se había hinchado. En vez de desechar esta masa, las amas de casa la cocían plana, azucarándola habitualmente y sirviéndola de postre. Ahora bien, esta costumbre significa que la coca de pan balear y la coca desnuda catalana, además de las más básicas, deben ser las más antiguas de todas las cocas, que desarrollarían esta tradición con la adición de condimentos y la conversión en un plato aparte, mientras estas tres mantienen la costumbre de mojarlas o condimentarlas tras cocerlas.[1]

Las cocas pueden tener distintos nombres y ser de hecho iguales, o bien pueden compartir nombre pero variar en medida, forma o ingredientes. Por ejemplo, la coca de San Juan es generalmente una coca dulce cubierta de fruta confitada, pero en el Campo de Alicante es salada y lleva atún. Las dos son, sin embargo, de San Juan porque se comen especialmente la Noche de San Juan. En el extremo, las recetas varían de pueblo en pueblo y admiten muchas variantes. Habría que destacar que recibe el nombre de cóc en algunos lugares de la Franja de Aragón, Lérida y las Tierras del Ebro e incluso en partes del Campo de Tarragona.

Todas tienen como inicio un pa amanit (‘pan aliñado’) o panoli. Este pan o base puede ser dulce (típico del centro de Cataluña y el Rosellón) o salado (típico de la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares o el interior de Cataluña). Si es dulce, se incluyen huevos y azúcar, y si es salado se le añade levadura y sal. Puede decirse que en todas las comarcas se hacen tanto saladas como dulces, si bien cada región tiene preferencia por una u otra. Con respecto a la guarnición, en la costa suele emplearse pescado y verdura fresca, mientras en el interior se prefieren frutas, nueces, queso y tocino.[1]​ Un elemento interesante de las cocas es que pueden hacerse agridulces, o sea, con una mezcla de salado y dulce (típicamente carne y fruta).

Los numerosos tipos de cocas pueden distinguirse de acuerdo a la siguiente clasificación:

Su medida varía según la receta y la comarca, encontrándose cocas desde los 5 cm hasta 1 m.

La coca agujereada es una coca con un agujero en medio. También se le llama roscón.

En Cataluña, la coca tiene una relación directa con las fiestas.[8]​ Es típico comprar o preparar cocas los días festivos, sobre todo en Pascua, Navidad y para la Noche de San Juan. Algunas cocas llevan incluso el nombre de un santo y se comen en su día (como la de San Juan). Aun así, muchas personas las comen sin ningún motivo festivo, sobre todo si consideramos que en otros lugares, como por ejemplo Italia, alimentos parecidos a las cocas no tienen ningún rasgo festivo o religioso. La coca de recapte (‘provisión’) obedece a esta lógica, puesto que el recapte es la comida que se lleva al campo para merendar.

La coca es una comida tanto de pobres como de ricos,[9]​ y un elemento básico de la cocina catalana, lo que la convierte en una parte importante de la cultura popular catalana.

En el siglo XIX la coca no era tan común en las panaderías de las ciudades del Rosellón y la Comunidad Valenciana, bien porque se consideraba un extranjerismo o bien porque era una comida demasiado «popular». Sin embargo, con la llegada siglo XX la gastronomía local revivió por el interés gastronómico y cultural de turistas y oriundos. Se hicieron diversos esfuerzos para recuperar la gastronomía autóctona y en especial, la coca. Se elaboraron algunos recetarios que reproducen, con pequeñas variaciones según el lugar o la fuente, las fórmulas populares, como por ejemplo el de la Escuela Municipal de Cocina de Tortosa.[1]

Diferentes preparaciones parecidas a la coca, especialmente en su variante salada, es posible encontrarlas en muchos lugares del Mediterráneo. La más conocida a nivel mundial es la pizza de Italia, especialmente la más famosa, la napolitana, la cual, en su variante más básica, presenta ciertas similitudes con la coca de tomate,[10]​ aunque otras preparaciones italianas, como las focaccias, son en realidad más parecidas.[11]

Los pieds-noirs catalanes y valencianos que emigraron a la Argelia francesa durante finales del siglo XIX y principios del siglo XX importaron la receta de la coca y actualmente es común encontrarla en todas las pastelerías del país en su variante argelina, la coca pied-noir. Otros países también tienen pasteles parecidos a la coca salada, como por ejemplo la pissaladière —originaria de Liguria y muy común en el distrito de Niza[12]​ o la fougasse de Provenza, el lahmacun de Armenia, el pide (en formal de ojal, suele ser de carne picada con especias, sin queso por encima) de Turquía y los panes árabes (khobz). En Alemania y Alsacia las flammkuchen también se parecen, llevan una gran cantidad de nata y las hortalizas (cebolla picada) cumplen la función de condimento.

Como parientes más lejanos, en España se puede considerar que las empanadas son un tipo de coca tapada (que también se encuentran en Marruecos como pastelas, en Turquía como pide, en Grecia como pitas, en Egipto y otros países mediterráneos) mientras que lo más parecido que hay en Francia —aparte de la fougasse— son una tartaletas altas de hojaldre rellenas generalmente de bechamel y champiñones y llamadas bouchées à la reine o vol-au-vent (volovanes). También hay distintos tipos de empanadas en Sudamérica, por ejemplo, y en Asia. En África también hay empanadillas de masa filo y en Asia encontramos por ejemplo los rollitos de primavera y los nem.

Aunque la coca dulce es menos frecuente fuera de Cataluña, pueden encontrarse cocas tapadas dulces en cualquier parte de Europa, sobre todo confitadas. La coca de reyes es tradicional tanto en España como en Portugal y Francia.



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