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Cunnilingus



Cunnilingus (del latín: cunnus, "vulva"; y lingō, lingĕre, "lamer")[1]​ es la práctica del sexo oral en los genitales femeninos (clítoris, vulva y vagina).

En el cunnilingus puede incluirse una práctica llamada Humming, que consiste en hacer un sonido gutural con la garganta para producir cosquilleo en la sensible mucosa genital femenina. También es posible estimular oralmente la parte superior de los genitales femeninos mientras se introduce el pene en la vagina.

Como forma de masturbación es muy poco frecuente (autocunnilingus), debido a la dificultad física, por lo que en general suele realizarla otra persona.

Puede ser realizada por una o varias personas, del mismo o de distinto sexo.

Cuando los dos miembros de una pareja realizan mutua y simultáneamente sexo oral, se conoce como 69, ya sean dos felaciones, dos cunnilingus, o una felación y un cunnilingus.

En la sociedad de los bonobos (el también llamado "chimpancé pigmeo") las relaciones sexuales juegan un papel preponderante, ya que se utilizan incluso como forma de saludo y como forma de pago mediante favores de las hembras a cambio de comida; y, al igual que en los humanos, representan un medio para la resolución de conflictos o una vía de reconciliación. Los bonobos son los únicos primates (aparte de los humanos) que han sido observados realizando todas las actividades sexuales siguientes: sexo genital cara a cara (principalmente hembra con hembra, seguido en frecuencia por el coito macho-hembra y las frotaciones macho-macho), besos con lengua y sexo oral.

La actividad sexual tiene lugar tanto dentro de la familia inmediata como fuera de ella, y suele implicar tanto a adultos como a crías. Los bonobos no forman relaciones estables con parejas individuales. Tampoco parecen discriminar en sus comportamientos sexuales según género o edad, con la posible excepción de las relaciones sexuales entre madres y sus hijos adultos; algunos observadores creen que esos emparejamientos son tabú.

Wu Zetian —que reinó desde el 690 al 705 d. C.— fue la única emperatriz china que, haciendo uso de su posición, creó un decreto por el cual todos los dignatarios visitantes deberían rendirle sus respetos realizándole un cunnilingus.[2]

Los romanos ligaron el poder al sexo oral, creando roles dominantes y sumisos. Aunque el cunnilingus se consideraba una práctica sucia, gracias a algunas pintadas hechas en los baños públicos y a palabras talladas en las paredes, se sabe que algunos prostitutos masculinos esperaban en las esquinas de estos baños a mujeres que solicitaran sus servicios.[2]

Practicar una felación o un cunnilingus, ya fuera un hombre o una mujer el ejecutor, lo convertía en culpable. Según la jerarquía romana de la degradación sexual, un hombre sospechoso de haber estimulado oralmente a una mujer se rebajaba más que uno que fuera penetrado por otro hombre. Se le imponía el estatus legal de infame, al mismo nivel que prostitutas, gladiadores y actores, lo cual le impedía votar y representarse a sí mismo ante un tribunal.[3]

El Cantar de los Cantares[4]​ parece contener una referencia directa al cunnilingus, aunque muchos traductores ingleses evitan esta lectura optando por el término "ombligo". Una traducción alternativa rezaría así:

Dentro del contexto, subiendo desde sus sandalias, a su vulva, pasando por su vientre hasta sus pechos, hacen que el significado "vulva" (Heb. shor), derivado de una palabra aramea que quiere decir "lugar secreto", sea concluyente.[5]

Tanto en la tradición cristiana como en la judía dan importancia espiritual a la intimidad erótica entre los novios descritos en el "Cantar de los Cantares".

Se sabe que en el taoísmo chino se reverenciaba al cunnilingus. Se debe a que el objetivo del taoísmo es alcanzar la inmortalidad, o al menos la longevidad, y la pérdida de semen, secreciones vaginales y otros líquidos corporales, como se cree, causa una pérdida correspondiente de vitalidad [cita requerida]. A la inversa, por la retención de semen o por la ingesta de secreciones vaginales, un hombre o una mujer pueden conservar y aumentar su "ch'i", o aliento original vital [cita requerida]. En taoísmo:

Pero el ideal taoísta no se reduce al enriquecimiento del hombre por las secreciones femeninas; la mujer también se beneficia de su comunión con el hombre [cita requerida], un rasgo que ha conducido al sinólogo Kristofer Schipper a denunciar que los manuales antiguos sobre "El Arte del Dormitorio" conducen a "una clase de hombre pretencioso" que no es taoísta en absoluto.[6]

El Taoísmo tiene por objeto reconciliar los opuestos mezclando los fluidos femeninos y masculinos y recuperar así la época mítica que existía antes de la división de los sexos, el tiempo primordial del "ch'i" original [cita requerida].

Al haber contacto entre la mucosa bucal y la mucosa vaginal, es posible el contagio de alguna de las infecciones de transmisión sexual (antes "enfermedades de transmisión sexual" o "enfermedades venéreas"), por lo que los especialistas (médicos o sexólogos) recomiendan el uso de algún medio de protección (condón femenino, por ejemplo), sobre todo si esta práctica se lleva a cabo con una persona desconocida.



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