La Diócesis de Girardot (en latín: Dioecesis Girardotensis) es una jurisdicción eclesiástica de la Iglesia católica en Colombia, con sede en el municipio del mismo nombre y hace parte de la Provincia Eclesiástica de Bogotá.
Su territorio comprende los municipios de Agua de Dios, Anapoima, Anolaima, Apulo, Arbeláez, Beltrán, Bituima, Cabrera, Cachipay, El Colegio, Fusagasugá, Girardot, Granada, Guataquí, Jerusalén, La Mesa, Nariño, Nilo, Pandi, Pasca, Pulí, Quipile, Ricaurte, San Antonio del Tequendama, San Bernardo, San Juan de Rioseco, Silvania, Tena, Tibacuy, Tocaima, Venecia, Vianí y Viotá, todos ellos en Cundinamarca.
Limita por el norte con las Diócesis de La Dorada-Guaduas, Facatativá y Soacha, por el este con la Arquidiócesis de Bogotá, por el sur con las Diócesis de Neiva y El Espinal, por el oeste con la Arquidiócesis de Ibagué y con la Diócesis de Líbano-Honda.
El entonces arzobispo de Bogotá, el cardenal Crisanto Luque Sánchez (1950-1959), promovió la creación de una Diócesis en el suroeste del Departamento de Cundinamarca, ante el clamor de sacerdotes y feligreses que veían la necesidad de una Iglesia particular más cercana, que respondiera a las necesidades sentidas, con una organización más concreta y adaptada a las características propias de la región.
Finalmente, el 29 de mayo de 1956 se erige la Diócesis de Girardot mediante la bula Quandocumque amplo del papa Pío XII, con territorio desmembrado de la Arquidiócesis de Bogotá, de la cual quedó sufragánea.
La Diócesis a finales del año 2016 contaba con una población de 848.409 personas, de las cuales 712.104 estaban bautizadas, que correspondía al 83,9% del total.
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