Fantastic Adventures fue una revista pulp estadounidense de fantasía y ciencia ficción, publicada entre 1939 y 1953 por Ziff-Davis. El editor fue inicialmente Ray Palmer, quien también lo fue de Amazing Stories, la otra revista de ciencia ficción de Ziff-Davis. Los nueve primeros números se publicaron en formato bedsheet, pero en junio de 1940 la revista cambió a un tamaño pulp estándar. Estuvo a punto de ser cancelada a finales de 1940, pero el número de octubre de 1940 consiguió unas ventas inesperadamente altas, gracias a una gran portada de J. Allen St. John para el relato Jongor of Lost Land, de Robert Moore Williams. En mayo de 1941 la revista se publicaba mensualmente de forma regular. Los historiadores de la ciencia ficción consideran que Palmer fue incapaz de mantener un alto nivel de calidad en los relatos y Fantastic Adventures pronto adquirió una reputación de revista de historias fantásticas y poco serias. Gran parte del material fue escrito por un pequeño grupo de escritores bajo seudónimos y nombres colectivos. Las portadas, como las de muchas otras pulp de la época, se centraron en mujeres hermosas en escenas de acción melodramática. Un artista de portadas habitual fue H. W. McCauley, cuyas glamurosas portadas de chichas conocidas como MacGirl eran populares entre los lectores, aunque el énfasis en la representación de mujeres atractivas y a menudo parcialmente vestidas recibió algunas críticas.
En 1949 Palmer dejó Ziff-Davis y fue reemplazado por Howard Browne, experto y entusiasta de la ficción fantástica. Browne logró mejorar en cierta medida la calidad de la ficción publicada, y el período en torno al año 1951 se considera como el apogeo de la revista. Browne perdió interés cuando su plan para subir el nivel de Amazing Stories fracasó y la revista cayó de nuevo en la frivolidad. En 1952, Ziff-Davis lanzó otra revista de fantasía, Fantastic, en formato digest, que fue un éxito, y unos meses después se decidió cesar la publicación de Fantastic Adventures en favor de Fantastic. El número de marzo de 1953 fue el último de Fantastic Adventures.
Aunque ya se publicaba ciencia ficción (sf) antes de la década de 1920, no comenzó a comercializarse como género independiente hasta la aparición en 1926 de Amazing Stories, una revista pulp publicada por Hugo Gernsback. A finales de la década de 1930 el género experimentaba su primer auge. Gernsback perdió el control de Amazing Stories en 1929; la revista se vendió a Teck Publications y en 1938 fue adquirida por Ziff-Davis. Al año siguiente Ziff-Davis lanzó Fantastic Adventures como complementaria de Amazing; el primer número fue el de mayo de 1939, y el editor de Amazing, Ray Palmer, asumió también la responsabilidad de la nueva revista.
Se publicó inicialmente en formato bedsheet,
al igual que las primeras revistas de ciencia ficción, como Amazing, quizás con el fin de atraer a los fanes nostálgicos de un formato más grande. Comenzó con una periodicidad bimestral, pero en enero de 1940 pasó a ser mensual, aunque como las ventas fueron menores que las de Amazing, con el número de junio volvió a publicarse cada dos meses. El tamaño también se redujo a un formato pulp estándar, que era más barato. Las ventas no mejoraron, con lo que Ziff-Davis se planteó que el número de octubre fuera el último. Ese número incluía el relato Jongor of Lost Land, de Robert Moore Williams, que aparecía en la portada, obra del dibujante J. Allen St. John; la combinación resultó ser tan popular que las ventas de octubre fueron el doble de las de agosto, lo que convenció a Ziff-Davis de que la revista era viable, y se reanudó en enero de 1941, bimestralmente al principio, pero volviendo a ser mensual en mayo de ese año. Howard Browne asumió el puesto de editor, tanto de Amazing Stories como de Fantastic Adventures en 1950. Browne prefería la fantasía a la ciencia ficción, y disfrutó como editor de Fantastic Adventures, pero cuando sus planes para subir el nivel de la revista fracasaron a causa de la Guerra de Corea, perdió el interés en ambas revistas. Dejó a William Hamling asumir la responsabilidad de ambas revistas, y la calidad disminuyó. A finales de 1950, Ziff-Davis trasladó sus oficinas de Chicago a Nueva York; Browne se trasladó a Nueva York, pero Hamling decidió quedarse en Chicago, por lo que Browne se volvió a involucrar de nuevo, y algunos historiadores como Brian Stableford y Mike Ashley consideran que el resultado fue una gran mejora en la calidad de la revista. El interés de Browne en la fantasía lo llevó a lanzar una nueva revista en formato digest, Fantastic, en verano de 1952, que fue un éxito inmediato y llevó a Ziff-Davis a pasar también Amazing Stories al mismo formato. El paso del formato pulp al digest iba bien encaminado a principios de los años 1950, y con el éxito de Fantastic parecía que no había motivos para mantener también Fantastic Adventures, que finalmente se fusionó con Fantastic; el último número tenía fecha de portada marzo de 1953 y la edición de mayo-junio de Fantastic hacía mención a Fantastic Adventures en la mancheta, aunque ya no apareció en el siguiente número.
El objetivo de Ray Palmer para Fantastic Adventures era crear una revista que publicara ficción fantástica, pero de un equivalente literario a las revistas de calidad, las slicks, como The Saturday Evening Post. Aunque la mezcla de ciencia ficción con fantasía no era popular entre los seguidores de la época, Palmer promovió conscientemente la revista incluyendo lo mejor de ambos mundos; en la portada se podía leer el lema «The Best in Science Fiction», pero Palmer también publicó anuncios de Fantastic Adventures en Amazing Stories donde destacaba la ventaja para los lectores de conseguir ambos géneros en una sola revista. Entre sus competidoras se encontraba Unknown, que había aparecido apenas un par de meses antes, en marzo de 1939, y Weird Tales, publicada por primera vez en 1923; pero en vez de intentar imitar cualquiera de ellas, Fantastic Adventures se centró en las historias de aventuras del estilo de Edgar Rice Burroughs. Palmer probablemente adquirió material del género fantástico que se había enviado a Amazing, lo que le permitió contar rápidamente con relatos con los que trabajar.
Según Ashley el primer número fue bastante pobre: el relato de portada fue The Invisible Robinhood, de Eando Binder, y entre otros autores publicados estaban Harl Vincent, Ross Rocklynne y A. Hyatt Verrill. Entre su contenido se incluía un concurso, un perfil de autor y una tira, titulada «Ray Holmes, Detective Científico», donde el lector debía resolver un misterio basándose en las pistas ofrecidas, pero que un fracaso y desapareció después del primer número. La contraportada The Man from Mars, de Frank R. Paul, fue más acertada, y las contraportadas ilustradas se convirtieron en una característica habitual de la revista.
El siguiente número incluía The Scientists' Revolt, de Edgar Rice Burroughs, un nombre que garantizaba una mejora en las ventas. Ashley comenta que el relato fue poco impresionante; se había escrito como una intriga palaciega en la Europa contemporánea, pero Burroughs no había podido encontrar un comprador. Palmer finalmente lo adquirió y lo reescribió situándolo en el futuro. A pesar de la debilidad del relato principal, el segundo número mostraba una marcada mejora respecto al primero, con relatos bien acogidos de Nelson S. Bond y John Russell Fearn (bajo el seudónimo «Thornton Ayre»".
Burroughs volvió a publicar en Fantastic Adventures en 1941 con varios relatos de su Serie de Venus (cuatro en total, entre marzo de 1941 y marzo de 1942, cada uno con portada de J. Allen St. John), que supusieron un impulso significativo en la tirada de la revista. La mayoría de los relatos publicados eran obra de un pequeño grupo de escritores que a menudo escribían bajo nombres colectivos o seudónimos. Los miembros principales del grupo fueron William P. McGivern, David Wright O'Brien, Don Wilcox, Chester S. Geier, Rog Phillips, Leroy Yerxa, Robert Moore Williams, Robert Bloch y Berkeley Livingston. En opinión de Ashley la mayor parte de este material era de poca calidad, aunque Palmer pudo conseguir buenas historias de fuera de este grupo, como August Derleth que le vendió varios relatos. Ray Bradbury también vendió un relato a la revista, Tomorrow and Tomorrow, que apareció en 1947 y fue su única aparición en Fantactis Adventures; Ashley lo considera «entre las mejores historias [Fantastic Adventures] publicadas en los años cuarenta». Uno de los primeros colaboradores fue Nelson S. Bond, cuya historia The Judging of the Priestess apareció en el número de abril de 1940. Fue el segundo de una serie de tres relatos acerca de una sacerdotisa en el futuro, tras el derrumbe de la civilización; el primero y el tercero de la serie aparecieron en Amazing Stories y Astounding Stories, respectivamente. Bond también escribió un relato humorístico titulado The Amazing Invention of Wilberforce Weems, que apareció en el número de septiembre de 1939 y describía las consecuencias de una poción que permitía la absorción instantánea del conocimiento de cualquier libro. Palmer alentó a su grupo de escritores a seguir con más ideas extravagantes, y las historias poco convencionales resultantes le dieron a Fantastic Adventures una reputación de revista de fantasía alegre y entretenida. A menudo estos relatos tenían nombres absurdos, como The Quandary of Quantus Quaggle y Sidney, the Screwloose Robot (ambos de McGivern) o The Weird Doom of Floyd Scrilch, de Robert Bloch (uno de sus relatos de la serie sobre Lefty Feep, casi todos publicados en Fantastic Adventures entre 1942 y 1945). Robert Moore Williams contribuyó con dos secuelas de su exitoso Jongor of Lost Land: The Return of Jongor, publicado en 1944, y Jongor Fights Back, en 1951.
A Palmer le gustaban las bromas, como la impresión de una fotografía de un escritor cuando de hecho el nombre en cuestión era un seudónimo. En el número de febrero de 1944 publicó una carta en la que el escritor afirmaba ser un científico viajero del tiempo nacido en 1970, cuya máquina del tiempo se inspiró en una historia en la revista. Palmer fingió tomar la carta en serio, y publicó un llamamiento a los lectores para encontrar al científico.Richard Shaver, explicaba todos los naufragios y accidentes sucedidos en la Tierra como el resultado de la interferencia de antigua maquinaria escondida bajo tierra. La serie fue enormemente popular y todas las historias sobre el shaverismo fueron publicadas en la revista hermana de Fantastic Adventures, Amazing Stories, aunque Shaver también publicó algunas fantasías competentes en Fantastic Adventures. El espectacular aumento de la tirada permitió a ambas revistas volver a su publicación mensual a finales de la década de 1940.
La broma de mayor éxito de Palmer fue el «Shaver Mystery», una serie de relatos en los que el autor,Cuando Howard Browne asumió el control de la revista a principios de 1950, William Hamling llevaba a cabo la mayor parte del trabajo editorial. Browne no tomó completamente el control de la revista hasta el final del año, cuando Hamling y Palmer dejaron Ziff-Davis; desde ese momento la calidad de la ficción mejoró rápidamente, y los dos primeros años de Browne como editor se consideran como el punto más alto de la vida de Fantastic Adventures. La novela de Theodore Sturgeon, The Dreaming Jewels, apareció en febrero de 1950, y Lester del Rey, William Tenn y Walter M. Miller publicaron relatos notables. En abril de 1950 la primera historia de Mack Reynolds, Isolationist, apareció en la revista, aunque Reynolds colaboró más habitualmente con Astounding Science Fiction que con las revistas de Ziff-Davis; Isolationist describe a unos serviciales visitantes extraterrestres que abandonan la Tierra a su suerte en una guerra atómica debido a la hostilidad del primer terrestre con el que se encuentran. John Jakes también debutó en Fantastic Adventures ese año con The Dreaming Trees, en el número de noviembre de 1950.
En general, la calidad de la revista era baja pero, según el historiador Brian Stableford, «los escritores de ciencia ficción tenían carte blanche para escribir fantasía en ella [Fantastic Adventures] escribieron a menudo una ficción de fácil lectura con un distintivo sabor imaginativo e irónico». El crítico John Clute considera que era inconsistente, «pero hubo algunos relatos fabulosos, no suficientes, pero algunos». Entre los relatos notables de la época de la posguerra figuran Largo de Theodore Sturgeon y The Children's Room de Raymond F. Jones.
El material gráfico era generalmente de mayor calidad que los relatos; Ashley describe Fantastic Adventures como «una de las revistas del género mejor ilustradas». Entre los artistas que dibujaron habitualmente para la revista están Virgil Finlay, Henry Sharp, Rod Ruth y Malcolm Smith. En palabras de Palmer, «nuestra experiencia demuestra que las portadas venden revistas, simplemente porque atraen la atención». Durante el primer año las portadas, aunque espectaculares, mostraban habitualmente una escena de acción con un héroe masculino más que un damisela en peligro, pero en agosto de 1940 la portada de H. W. McCauley mostraba a una mujer glamurosa con un vestido brillante. Portadas similares siguieron apareciendo con creciente frecuencia, y tanto lectores como editores empezaron a denominar a las heroínas MacGirl. El historiador de ciencia ficción Paul Carter, al comentar el cambio de escenas de acción por mujeres seductoras en las portadas, sugiere que «seguramente la guerra tuvo algo que ver con esto». El material gráfico de las revistas de ciencia ficción incluía a menudo naves espaciales como símbolo fálico; el escritor y crítico Brian W. Aldiss comentó al respecto de la portada de marzo de 1949 de la revista, que incluía un submarino como un símbolo fálico en su lugar. Las cartas de los lectores a menudo se opusieron a la aparición de mujeres atractivas y el contenido sexual implícito en las portadas, aunque los relatos en sí eran muy poco atrevidas.
La relación de editores de Fantastic Adventures se detalla generalmente como sigue:
Sin embargo, la responsabilidad editorial no siempre residía con el editor que aparecía en la mancheta. El editor jefe era superior al editor ejecutivo, pero en algunos momentos de la historia de la revista fue el editor ejecutivo quien fue el principal responsable de la revista. En la siguiente tabla se muestra quién era responsable de cada número en cada momento:
Fantastic Adventures se publicó inicialmente en formato bedsheet y tenía 96 páginas, que aumentó a 144 cuando la publicación se redujo a formato pulp en junio de 1940. El precio inicial era de 20 centavos; con el número de abril de 1942 el número de páginas subió a 240 y el precio a 25 centavos, que se mantuvo para el resto de la vida de la revista. De junio de 1943 a julio de 1945 tenía 208 páginas, que bajó a 176 con el número de octubre de 1945; en julio de 1948 bajó a 160 y sólo dos números más tarde, en septiembre de 1948, a 156; disminuyó a 144 con el número de junio de 1949, pero subió a 160 de septiembre de 1949 a agosto de 1950. El número de septiembre de 1950 tenía 148 páginas y todos los siguientes tenían 130 páginas.
La revista se publicó inicialmente con periodicidad bimestral, pero cambió mensual en enero de 1940, aunque sólo durante seis números. Al número de junio de 1940 le siguió agosto y octubre de 1940 y enero y marzo de 1941. El número de mayo de 1941 inició otro período mensual que duró hasta agosto de 1943, cuando volvió a ser bimestral hasta junio de 1944. Entonces pasó a publicarse trimestralmente, con el número de octubre de 1944; en octubre de 1945 volvió a ser bimestral, aunque hubo una brecha entre febrero y mayo de 1946. Desde septiembre de 1947 hasta el final revista fue mensual. La numeración de los volúmenes era regular, iniciando un nuevo volumen al principio de cada año; esto tuvo como resultado un número variable de números en cada volumen, desde un mínimo de cuatro en 1944 a un máximo de doce cuando la revista fue mensual, como durante los últimos años de su vida. La última revista fue el volumen 15 número 3.
Hubo dos ediciones británicas con reimpresiones de la original estadounidense. La primera consistió en dos números sin fecha, de Ziff-Davis en Londres, que aparecieron en mayo y junio de 1947. Eran en formato pulp y tenían 32 páginas; contenían relatos de la edición estadounidense en tiempos de guerra. La segunda serie fue publicada por Thorpe & Porter, en Leicester y consistió en 24 números sin fecha, todos numerados menos los dos primeros; comenzaron con 160 páginas, y disminuyeron primero a 128 y a continuación a 96 páginas. Fueron publicados entre junio de 1950 y febrero de 1954 y eran versiones abreviadas de ediciones estadounidenses fechadas de marzo de 1950 a enero de 1953.
El contenido inicialmente era idéntico a las ediciones de Estados Unidos, pero a partir del número 13 se suprimía un relato por lo menos.
A partir de 1941 se reimprimieron los ejemplares de Fantastic Adventures que no se habían vendido, uniendo tres números y con una nueva portada con el título Fantastic Adventures Quarterly. Se publicaron ocho de estos números trimestrales entre el invierno de 1941 y el otoño de 1943; el precio era de 25 centavos y se organizaron de volumen 1, número 1, a volumen 2, número 4. Otra serie similar se inició en el verano 1948, a un precio de 50 centavos; en esta ocasión se publicaron once números, del volumen 6 número 1 al volumen 9 número 1, finalizando con el número de primavera de 1951 y omitiendo el de primavera de 1949.
En 1965 Sol Cohen adquirió tanto Amazing Stories como Fantastic de Ziff-Davis, junto con derechos de reimpresión de todos los relatos que habían aparecido en las revistas de ciencia ficción de la editorial, incluida Fantastic Adventures.
Cohen publicó múltiples números reimpresos, con frecuencia con relatos de Fantastic Adventures. En concreto, el contenido de los siguientes números estaba compuesto mayoritaria o totalmente de relatos de Fantastic Adventures: Escribe un comentario o lo que quieras sobre Fantastic Adventures (directo, no tienes que registrarte)
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