Weird Tales es una revista pulp estadounidense de fantasía y terror fundada por J. C. Henneberger y J. M. Lansinger en marzo de 1923. Su primer editor, Edwin Baird, publicó los primeros trabajos de H. P. Lovecraft, Seabury Quinn y Clark Ashton Smith, que posteriormente llegarían a ser autores de renombre, a pesar de lo cual al año de su lanzamiento la revista pasó por problemas financieros. Henneberger vendió a Lansinger su participación en la editorial, Rural Publishing Corporation, y refinanció la revista, con Farnsworth Wright como nuevo editor. El primer número a cargo de Wright fue el de noviembre de 1924. La revista tuvo más éxito con Wright al frente y, a pesar de algunos reveses financieros ocasionales prosperó durante los siguientes quince años. Bajo el control de Wright, la revista estuvo a la altura de su subtítulo, «The Unique Magazine», y publicó una gran variedad de ficción inusual.
En 1928 se publicó en la revista La llamada de Cthulhu (The Call of Cthulhu), primer relato de los Mitos de Cthulhu de Lovecraft, que tuvieron una gran acogida, y un grupo de escritores del denominado Círculo de Lovecraft escribió otros relatos ambientados en ese cosmicismo. Robert E. Howard fue un colaborador habitual y publicó varias de sus historias de Conan el Bárbaro en la revista, y la serie de relatos de Seabury Quinn sobre Jules de Grandin, un detective que se especializó en casos relacionados con lo sobrenatural, fue muy popular entre sus lectores. Otros autores populares fueron Nictzin Dyalhis, E. Hoffman Price, Robert Bloch y H. Warner Munn. Además de fantasía y el terror, Wright también publicó algo de ciencia ficción, en parte porque cuando se lanzó Weird Tales no había revistas especializadas en este género, pero siguió con esta política incluso después del lanzamiento de revistas especializadas como Amazing Stories en 1926. Edmond Hamilton escribió numerosos relatos de ciencia ficción para Weird Tales, aunque después de unos años utilizó la revista para sus historias del género fantástico y publicó sus relatos de space opera en otras revistas.
En 1938 la revista fue vendida a William Delaney, el editor de Short Stories, y en el plazo de dos años Wright, que estaba enfermo, fue sustituido por Dorothy McIlwraith. Aunque siguieron apareciendo algunos nuevos autores y artistas de éxito, como el escritor Ray Bradbury y el dibujante Hannes Bok, los críticos consideran que la revista decayó bajo la dirección de McIlwraith desde su apogeo en los años 1930. Weird Tales dejó de publicarse en 1954, aunque a partir de 1973 se han hecho numerosos intentos para relanzar la revista. La etapa más duradera de estos intentos comenzó en 1988 y se publicó bajo distintos editores, con alguna pausa ocasional, durante más de 20 años. A mediados de la década de 1990 se le cambió en nombre a Worlds of Fantasy & Horror debido a problemas de licencia, aunque volvió a su título original en 1998. En 2016 el último número publicado era el de primavera de 2014.
Está considerada por los historiadores de la fantasía y la ciencia ficción como una leyenda en el campo. Robert Weinberg, autor de una historia de la revista, la califica como «la más importante e influyente de todas las revistas de fantasía».Mike Ashley es más cauteloso, describiéndola como «la segunda, tras Unknown, en significado e influencia», aunque añade que «en algún lugar del interior de la imaginación de todos los escritores estadounidenses de terror (y muchos no estadounidenses) hay parte del espíritu de Weird Tales».
El historiadorA finales del siglo XIX, las revistas populares normalmente no publicaban exclusivamente ficción, sino que incluían artículos de no ficción y poesía. En octubre de 1896, la revista Argosy, propiedad de Frank A. Munsey, fue la primera en publicar exclusivamente ficción, y en diciembre de ese año empezó a utilizar papel barato de pasta de madera. Los estudiosos de la historia de las revistas consideran actualmente que este hecho marcó el comienzo de la era de las revistas pulp. Durante años las revistas pulp tuvieron éxito sin restringir su contenido de ficción a ningún género específico, pero en 1906 Munsey lanzó Railroad Man's Magazine, la primera que se centró en una temática en particular. Le siguieron otras revistas que se especializaron en un género de ficción en concreto, empezando con Detective Story Magazine en 1915 y Western Story Magazine en 1919. La weird fiction, la ciencia ficción y la fantasía se incorporaron con frecuencia en las pulp de la época, pero a principios de la década de 1920 todavía no había ninguna revista centrada en ninguno de estos géneros, aunque The Thrill Book, lanzada en 1919 por Street & Smith con la intención de publicar historias «diferentes» o inusuales, se aproximaba a esta idea.
En 1922 J. C. Henneberger, periodista y editor de revistas que había publicado College Humor y Magazine of Fun, constituyó la editorial Rural Publishing Corporation of Chicago, en asociación con J. M. Lansinger. Su primera iniciativa fue Detective Tales, una revista pulp que aparecía dos veces al mes, comenzando con el número del 1 de octubre de 1922; inicialmente fue un fracaso y, como parte de un plan de refinanciación, Henneberger decidió publicar otra revista que le permitiera repartir parte del coste entre las dos. Henneberger había sido admirador durante mucho tiempo de Edgar Allan Poe, por lo que creó una revista de ficción que se centraría en el terror, a la que llamó Weird Tales.
Henneberger eligió a Edwin Baird, que estaba al cargo de Detective Tales, como editor de Weird Tales; Farnsworth Wright fue el primer corrector y Otis Adelbert Kline también trabajó en la revista, ayudando a Baird. Las tarifas que pagaban a los autores eran bajas, normalmente entre un cuarto y medio centavo por palabra, que subía hasta un centavo por palabra en el caso de los escritores más populares. Las ventas fueron inicialmente pobres y Henneberger pronto decidió cambiar el formato del tamaño pulp estándar al large pulp, para hacer la revista más visible. Esto tuvo poco efecto a largo plazo en las ventas, aunque el primer número en el nuevo tamaño, con fecha de portada mayo de 1923, fue el único que vendió toda su tirada el primer año, probablemente porque incluía la primera entrega de una popular serie de A. G. Birch, The Moon Terror.
La revista supuso una considerable pérdida económica bajo la dirección de Baird: tras la publicación de trece números, la deuda total era de más de 40 000 dólares.
Mientras tanto, Detective Tales había sido renombrada como Real Detective Tales y estaba dando beneficios, al igual que College Humor. Henneberger decidió vender ambas revistas a Lansinger e invertir el dinero obtenido en Weird Tales. Esta operación no se refería a los 40 000 dólares en deudas, muchas de las cuales eran con la empresa que imprimía la revista; la imprenta era propiedad de B. Cornelius, quien aceptó la sugerencia de Henneberger de que la deuda se convirtiera en una participación mayoritaria en una nueva empresa, Popular Fiction Publishing. Esto no eliminaría todas las deudas de la revista, pero suponía que Weird Tales podría seguir publicándose y tal vez volver a ser rentable. Cornelius estuvo de acuerdo en que si la revista llegaba a ser lo suficientemente rentable como para pagarle lo que le debían, renunciaría a sus acciones en la compañía. Cornelius se convirtió en el tesorero de la compañía; el gerente de negocios fue William (Bill) Sprenger, quien había trabajado para Rural Publishing. Henneberger tenía la esperanza de refinanciar la deuda con la ayuda de otra imprenta, Hall Printing Company, propiedad de Robert Eastman. Baird se quedó con Lansinger, y Henneberger escribió a H. P. Lovecraft, que había vendido algunas historias a Weird Tales, para ver si estaría interesado en aceptar su puesto. Henneberger le ofreció diez semanas de pago por adelantado, pero con la condición que Lovecraft se trasladara a Chicago, donde estaba ubicada la sede de la revista. Lovecraft describió los planes de Henneberger en una carta a Frank Belknap Long como «una nueva revista para cubrir el campo de los escalofriantes Poe-Machen». Lovecraft no quería marcharse de Nueva York, a donde recientemente se había mudado con su nueva novia, además de su desagrado por el frío clima de Chicago. Pasó varios meses considerando la oferta a mediados de 1924 sin tomar una decisión, recibiendo visitas de Henneberger en Brooklyn en más de una ocasión, pero finalmente, o bien se negó o Henneberger simplemente desistió. Al final del año Wright fue contratado como el nuevo editor de la revista. El último número con Baird en la mancheta fue una edición combinada de mayo/junio/julio, con 192 páginas, una revista mucho más voluminosa que las ediciones anteriores, y que fue obra de Wright y Kline, en lugar de Baird.
Henneberger le dio a Wright el control total de la revista y no se involucró en la selección de relatos. En torno a 1921, Wright había comenzado a padecer la enfermedad de Parkinson y mientras ejercía como editor los síntomas fueron incrementándose gradualmente. A finales de la década de 1920 ya era incapaz de firmar con su nombre, y a finales de la década de 1930 Bill Sprenger lo estaba ayudando a trabajar y a volver a casa. El primer número con Wright como editor fue el de noviembre de 1924; la revista inmediatamente pasó a publicarse mensualmente de forma regular y volvió de nuevo al formato pulp. La tarifa de pago a los autores fue inicialmente baja, con un límite de medio centavo por palabra hasta 1926, cuando se incrementó a un centavo por palabra. Con el tiempo se fueron abonando algunas de las deudas de Popular Fiction Publishing, y la tarifa de pago más alta subió hasta un centavo y medio por palabra. Aunque Popular Fiction continuó con su sede en Chicago, las oficinas editoriales estuvieron en Indianápolis durante un tiempo, aunque se trasladaron a Chicago hacia finales de 1926. Después de un breve período en la calle Broadway, las oficinas se trasladaron al 840 de Avenida Míchigan Norte, donde permanecería hasta 1938.
En 1927 Popular Fiction publicó The Moon Terror, de A. G. Birch, una de las series más populares de Weird Tales, como un libro en tapa dura, incluyendo otros tres relatos del primer año de la revista. Uno de estos relatos, An Adventure in the Fourth Dimension, era del propio Wright. El libro se vendió mal y se estuvo ofreciendo a precio reducido en las páginas de Weird Tales durante veinte años, llegando a ofrecerse en un momento dado como regalo a los nuevos suscriptores. En 1930 Cornelius lanzó una revista complementaria, Oriental Stories, pero que no tuvo éxito, aunque logró mantenerse durante más de tres años antes de que Cornelius la abandonara. A finales de 1930 Weird Tales sufrió otro revés financiero cuando una quiebra bancaria congeló la mayor parte del dinero en efectivo de la revista. Henneberger la pasó a una periodidicidad bimestral a partir del número de febrero/marzo de 1931; seis meses más tarde, con el número de agosto de 1931, volvió a ser mensual. Dos años después el banco de la revista seguía teniendo problemas financieros y el pago a los autores se estaba retrasando considerablemente.
La Gran Depresión también golpeó a la Hall Printing Company, la imprenta con la que Henneberger esperaba hacerse cargo de la deuda de Cornelius; Robert Eastman, el dueño de Hall, llegó un momento en que fue incapaz de abonar las nóminas. Eastman murió en 1934, y con él se esfumaron los planes de Henneberger para recuperar el control de Weird Tales. La revista se convirtió en una de las primeras pulps de ciencia ficción, habitualmente destacando en cada número uno de los relatos de ficción científica. A menudo el relato destacado era de Edmond Hamilton, muy popular en las revistas de ciencia ficción. Wright también vendía libros en tapa dura de algunos de sus autores más populares, como Kline, a través de las páginas de Weird Tales. Aunque la revista nunca fue muy rentable, Wright estaba bien pagado. Robert Weinberg, autor de una historia de Weird Tales, documenta un rumor de que Wright no cobraba por gran parte de su trabajo en la revista, pero de acuerdo con E. Hoffman Price, un amigo íntimo de Wright que ocasionalmente leía manuscritos para él, Wright cobraba unos 600 dólares al mes en 1927.
Cornelius se retiró en 1938, y Popular Fiction Publishing fue vendida a William J. Delaney, quien fuera editor de Short Stories, una exitosa revista pulp de ficción general con sede en Nueva York. Sprenger y Wright recibieron parte de las acciones de Cornelius; Sprenger dejó la compañía, pero Wright se mudó a Nueva York y siguió en ella.
La parte de Popular Fiction correspondiente a Henneberger se convirtió en una pequeña participación en la nueva compañía, Weird Tales, Inc., una filial de la Short Stories, Inc. de Delaney. Dorothy McIlwraith, editora de Short Stories, pasó a ser asistente de Wright, y durante los dos años siguientes Delaney trató de aumentar los beneficios ajustando el número de páginas y el precio de la revista. Un aumento de 144 a 160 páginas a partir del número de febrero de 1939, junto con el uso de papel más barato (y por lo tanto más grueso), hizo la revista más voluminosa, pero no consiguió aumentar las ventas. En septiembre de 1939 el número de páginas bajó a 128 y el precio se redujo de 25 a 15 centavos. A partir de enero de 1940 la salida pasó a ser bimestral, un cambio que se mantuvo hasta el cierre de la revista catorce años más tarde. Ninguno de estos cambios tuvo el efecto deseado y las ventas siguieron languideciendo. En marzo de 1940, Wright se fue y fue reemplazado por McIlwraith como editora; los historiadores estudiosos de la revista difieren en cuanto a si fue despedido debido a las malas ventas, o a causa de su salud (el Parkinson estaba ya tan avanzado que tenía problemas para caminar sin ayuda). Wright se operó para reducir el dolor que estaba padeciendo, pero nunca se recuperó completamente y murió en junio de ese año. El primer número de McIlwraith fue el de abril de 1940. Contó con la ayuda de Lamont Buchanan, que trabajó para ella como editor asistente y editor artístico tanto en Weird Tales como en Short Stories. August Derleth también prestó asistencia y asesoramiento, aunque no tenía una relación formal con la revista. La mayor parte del presupuesto de McIlwraith fue a parar a Short Stories, ya que era la revista con más éxito; en 1953 la tarifa de pago para la ficción en Weird Tales era de un centavo por palabra, muy por debajo de las tarifas que estaban pagando las otras revistas de ciencia ficción y fantasía de la época. La escasez provocada por la guerra también causó problemas y el número de páginas se redujo, primero a 112 páginas en 1943, y luego a 96 al año siguiente.
El precio de la revista se incrementó a 20 centavos en 1947 y a 25 centavos en 1949, pero no solo fue Weird Tales la que estaba sufriendo, pues toda la industria de las pulp estaba en declive. Delaney cambió el formato de la revista al digest en el número de septiembre de 1953, pero no hubo una recuperación. En 1954, Weird Tales y Short Stories dejaron de publicarse; en ambos casos el último número fue el de septiembre de 1954.
A mediados de los años 1950, Leo Margulies, figura conocida en el mundo de la publicación de revistas, lanzó una nueva empresa, Renown Publications, con planes de publicar varias revistas. Margulies adquirió los derechos Weird Tales y Short Stories con la intención de relanzarlas. Abandonó un plan para volver a publicar Weird Tales en 1962 utilizando reimpresiones de la revista original aconsejado por Sam Moskowitz, quien consideraba que había poco mercado para la ficción extraña y el terror en aquel momento; en lugar de ello, Margulies utilizó números antiguos de Weird Tales en cuatro antologías que aparecieron a principios de los años 1960: The Unexpected, The Ghoul-Keepers, Weird Tales y Worlds of Weird. Los dos últimos fueron coeditados por Moskowitz, quien le propuso a Margulies que cuando llegara el momento de relanzar la revista, debería incluir reimpresiones de fuentes desconocidas que Moskowitz había encontrado, más que solo los relatos reimpresos de la primera etapa de Weird Tales. Estos relatos serían tan buenos como los nuevos para la mayoría de los lectores, y el dinero ahorrado podría utilizarse para algún ocasional relato nuevo.
La nueva versión de Weird Tales la publicó finalmente Renown Publications, en abril de 1973, con Moskowitz como editor. Tenía una mala distribución y las ventas eran demasiado bajas para su sostenibilidad; según Moskowitz, las ventas promedio fueron de 18 000 ejemplares por número, muy por debajo de los 23 000 que habrían sido necesarios para que la revista sobreviviera. El cuarto número, del verano de 1974, fue el último, ya que Margulies dejó de publicar todas sus revistas, excepto Mike Shayne Mystery Magazine, que fue la única que obtuvo ganancias. Mike Ashley, un historiador de las revistas de ciencia ficción, dice que Moskowitz de todas formas no estaba dispuesto a continuar, ya que estaba molesto por la minuciosa participación de Margulies en las tareas editoriales cotidianas, como la edición de manuscritos y la presentación de escritos.
Margulies murió al año siguiente y su viuda, Cylvia Margulies, decidió vender los derechos de la revista. Forrest J. Ackerman, un fan editor de ciencia ficción, fue uno de los interesados en hacerse con la publicación, pero ella prefirió vendérsela a Victor Dricks y Robert Weinberg. Weinberg a su vez le cedió derechos sobre la revista a Lin Carter, quien interesó a una editorial, Zebra Books, en el proyecto. El resultado fue una serie de cuatro antologías en formato de libro de bolsillo, editadas por Lin Carter, que aparecieron entre 1981 y 1983; originalmente se había planeado publicar estas antologías trimestralmente, pero finalmente las dos primeras aparecieron en diciembre de 1980 y ambas tenían fecha de portada primavera de 1981. La siguiente fue la de otoño de 1981; Weinberg revocó los derechos de Carter en 1982 por impago, pero la cuarta estaba ya finalizada y apareció finalmente con fecha de portada verano de 1983.
En 1982 Sheldon Jaffery y Roy Torgeson se reunieron con Weinberg para proponerle convertirse en licenciatarios, pero Weinberg decidió no aceptar la oferta. Al año siguiente, Brian Forbes le hizo a Weinberg otra oferta. La compañía de Forbes, Bellerophon Network, tenía una imprenta en Los Ángeles, The Wizard. El historiador Mike Ashley dice que Weinberg solo pudo contactar con Forbes por teléfono, e incluso eso no siempre fue posible, por lo que las negociaciones fueron lentas. El director editorial de Forbes era Gordon Garb y el editor de ficción era Gil Lamont; Forrest Ackerman también colaboró, principalmente obteniendo material para incluir en la revista. Hubo mucha confusión entre los diversos participantes en el proyecto: según Locus, una revista especializada en la ciencia ficción, «Ackerman dice que no ha tenido contacto con la editorial Forbes, no sabe qué pasará con el material conjunto y que está tan a oscuras como todos los demás. Lamont dice que todavía está renegociando su contrato y no está seguro de dónde se encuentra», El plan original era que apareciera el primer número en agosto de 1984, con fecha de portada julio/agosto, pero antes de su publicación se tomó la decisión de cambiar el contenido, y finalmente apareció un nuevo número totalmente reestructurado al final del año, con fecha otoño 1984. Incluso con este retraso, aún no se había llegado a un acuerdo final con Weinberg sobre la cesión de licencias. Solo se imprimieron 12 500 ejemplares, que fueron enviados a dos distribuidores que entraron en bancarrota. Como resultado, se vendieron pocos ejemplares y los distribuidores no le pagaron a Forbes. A pesar del revés financiero, Forbes intentó continuar, y publicó un segundo número. Su fecha de portada fue invierno de 1985, pero no se publicó hasta junio de 1986. Se imprimieron pocos ejemplares; los informes de la tirada real varían entre 1500 y 2300 ejemplares en total. Mark Monsolo era el editor de ficción, pero Garb continuó como director editorial; Lamont ya no estaba involucrado con la revista.
A finales de los años 1980, Weinberg cedió los derechos de la revista a George H. Scithers, John Gregory Betancourt y Darrell Schweitzer, que formaron Terminus Publishing, con sede en Filadelfia. En lugar de enfocar la distribución a través de los quioscos, que era costosa y se había vuelto menos efectiva en los años ochenta, planeaban formar una base de suscriptores directos y vender la revista a través de tiendas especializadas. El primer número tuvo como fecha de portada primavera de 1988, pero se editó lo suficientemente pronto como para estar ya disponible en la Convención Mundial de Fantasía de 1987 en Nashville, Tennessee. El tamaño era igual que la versión pulp original, aunque estaba impreso en papel de mejor calidad. También hubo versiones de tapa dura de edición limitada de cada número, firmados por los autores. Weird Tales recibió en 1992 un Premio Mundial de Fantasía especial, por lo que es evidente que la revista era acertada en términos de calidad, pero las ventas eran insuficientes para cubrir costes. Para ahorrar dinero se cambió el formato a un tamaño más grande, a partir del número de invierno 1992/1993, pero la revista siguió con problemas financieros y los números se publicaron de forma irregular los años siguientes. El número de verano de 1993 fue el último en tener una edición en tapa dura; también fue el último, por un tiempo, en publicarse como Weird Tales, ya que Weinberg no renovó la licencia. La revista pasó a llamarse Worlds of Fantasy & Horror, y la numeración de los volúmenes se inició en el volumen 1 número 1, aunque solo durante cuatro números y después se volvió a seguir con la numeración anterior, por lo que los cuatro números publicados como Worlds of Fantasy & Horror entre 1994 y 1996 son considerados por los bibliógrafos como parte integrante de la serie de Weird Tales y no como una revista distinta.
En abril de 1995 HBO anunció que tenía planes de convertir Weird Tales en una serie de televisión de antología de tres episodios, similar a Tales from the Crypt. El acuerdo para los derechos fue llevado a cabo por los guionistas Mark Patrick Carducci y Peter Atkins. Tim Burton, Francis Ford Coppola y Oliver Stone fueron productores ejecutivos y estaba previsto que cada uno dirigiera un episodio. Stone iba a ser director del piloto, pero la serie nunca llegó a realizarse.
En 1997 no apareció ningún número, pero en 1998 Scithers y Schweitzer negociaron un acuerdo con Warren Lupine de DNA Publications que les permitió comenzar a publicar Weird Tales bajo licencia una vez más. El primer número se publicó con fecha de portada verano de 1998 y, aunque no se publicó el número de invierno de 1998, se mantuvo una periodicidad trimestral regular durante los siguientes cuatro años y medio. Las ventas eran escasas, nunca superiores a los 6000 ejemplares, y ADN comenzó a pasar por dificultades financieras. Wildside Press, propiedad de John Betancourt, se unió a ADN y Terminus Publishing como coeditora, a partir del número de julio/agosto de 2003, y la revista volvió a publicarse con cierta regularidad durante unos meses. Se produjo una prolongada interrupción a partir del número de diciembre de 2004, que apareció a principios de 2005 y fue el último número bajo el acuerdo con ADN. Wildside Press compró la revista y Betancourt se unió de nuevo a Scithers y Schweitzer como coeditor.
El primer número de Wildside Press fue el de septiembre de 2005, y a partir del número siguiente, con fecha de portada febrero de 2006, la revista pudo publicarse con una periodicidad más o menos bimensual por algún tiempo. A principios de 2007, Wildside anunció una renovación de Weird Tales, nombrando a Stephen H. Segal como director editorial y creativo y más tarde reclutando a Ann VanderMeer como el nuevo editor de ficción.
En enero de 2010 la revista anunció que Segal dejaba la dirección editorial para convertirse en editor de Quirk Books. VanderMeer fue ascendido a editor jefe y Mary Robinette Kowal se unió a la plantilla como directora artística y Segal se convirtió en editor de contenidos. El 23 de agosto de 2011 John Betancourt anunció que Wildside Press vendería la revista a Marvin Kaye y John Harlacher de Nth Dimension Media. Marvin Kaye se hizo cargo de los principales deberes editoriales. El número 359, el primero de los nuevos editores, se publicó a finales de febrero de 2012. Algunos meses antes del lanzamiento del número 359, se entregó una edición especial gratuita en la Convención Mundial de Fantasía a los asistentes interesados.
En 2016, el último número publicado era el de primavera de 2014. Henneberger le puso a Weird Tales el subtítulo «The Unique Magazine» (la revista única) desde el primer número. Henneberger esperaba que los autores presentaran material «distinto» o inusual. Más tarde recordó haber hablado con tres conocidos escritores de Chicago, Hamlin Garland, Emerson Hough y Ben Hecht, los cuales le habían dicho que evitaban escribir historias de «fantasy, the bizarre, and the outré» (fantasía, lo extraño y lo raro), debido a la alta probabilidad de rechazo por los mercados existentes. Henneberger manifestó: «Debo confesar que el motivo principal de lanzar Weird Tales fue dar al escritor la libertad de expresar sus sentimientos más íntimos de una manera acorde con la gran literatura».
Edwin Baird, el primer editor de la revista, no fue una buena opción para el puesto, ya que no le gustaban las historias de terror; su experiencia se centraba en la ficción sobre crímenes, y la mayor parte del material que adquirió era insulso y poco original. Los escritores que Henneberger había estado esperando publicar, como Garland y Hough, no le enviaron nada a Baird, y la revista publicó fundamentalmente ficción tradicional sobre fantasmas, y muchos de los relatos estaban narrados por personajes ingresados en asilos de lunáticos, o contados en forma de diario. El relato de portada del primer número fue Ooze, de Anthony M. Rud; también se incluía la primera entrega de una serie, The Thing of A Thousand Shapes, de Otis Adelbert Kline, y otras 22 historias más. Ashley cree que los mejores escritores pulp de los que Baird consiguió adquirir material, como Francis Stevens y Austin Hall, le estaban enviando relatos que habían sido rechazados por otras publicaciones.
A mediados del año Baird recibió cinco relatos presentados por H. P. Lovecraft; compró los cinco. Lovecraft, que había sido persuadido por sus amigos para que presentara los relatos, incluía una carta de presentación tan extraordinariamente negativa sobre la calidad de los manuscritos que Baird la publicó en el número de septiembre de 1923, junto con una nota adjunta diciendo que había comprado las historias «A pesar de lo anterior, o a causa de ello». Sin embargo, Baird insistió en que los manuscritos se volvieran a presentar mecanografiados a doble espacio; a Lovecraft no le gustaba escribir a máquina, e inicialmente decidió reenviar solo un relato, Dagon. Apareció en el número de octubre de 1923, que fue el más notable del mandato de Baird, ya que incluía historias de tres escritores que se convertirían en colaboradores habituales de la revista: además de Lovecraft, supuso la primera aparición en Weird Tales de Frank Owen y Seabury Quinn.
El historiador Robert Weinberg, en su estudio sobre Weird Tales concuerda con Ashley que la calidad de los números de Baird era pobre, pero comenta que se publicaron algunas buenas historias: «era solo que el porcentaje de estas historias era desalentadoramente pequeño».Harry Houdini e hizo arreglos para que Lovecraft hiciera de escritor fantasma para él y le escribiera un relato usando una trama aportada por Houdini. El relato, Encerrado con los faraones (Imprisoned with the Pharaohs), apareció bajo el nombre de Houdini en el número de mayo/junio/julio de 1924, un relato que curiosamente estuvo a punto de perderse, pues Lovecraft lo olvidó en el tren en el que viajó a Nueva York para casarse, y tuvo que pasar gran parte del día de su boda reescribiéndolo. En ese mismo número también se incluía otra historia de Lovecraft bajo otro nombre: The Loved Dead (publicada en español como Amor a la muerte, Los amados muertos y Querida muerte), un relato de C. M. Eddy, Jr. revisado por Lovecraft y trabajo mayoritariamente suyo, que incluía una mención a la necrofilia. Según Eddy, esto llevó a que la revista fuera retirada de los quioscos en varias ciudades, con la consiguiente publicidad beneficiosa para la revista, ayudando a las ventas, pero en su historia de Weird Tales, Robert Weinberg dice que no encontró evidencias de que la revista fuera prohibida y que el informe financiero de la revista muestra que tampoco supuso ningún beneficio en las ventas. Sin embargo, S. T. Joshi afirma que la revista fue retirada de los quioscos en Indiana.
Weinberg destaca dos relatos que aparecieron en el número de abril de 1923, A Square of Canvas de Rud y Más allá de la puerta (Beyond the Door)) de Paul Suter, como «excepcionales». Weinberg también considera The Floor Above de M. L. Humphries y Penelope de Vincent Starrett, ambos en el de mayo de 1923, y Lucifer de John Swain, de noviembre de 1923, como memorables, y comenta que The Rats in the Walls, en el número de marzo de 1924, fue uno de los mejores relatos de Lovecraft. No está claro si Baird o Henneberger fueron responsables de comprar los relatos de Lovecraft; en una de las cartas de Lovecraft deja claro que Baird estaba interesado en adquirir sus historias, pero que Henneberger había dicho que había pasado por alto a Baird y que a Baird no le gustaba la escritura de Lovecraft. A Henneberger se le ocurrió otra idea para involucrar a Lovecraft: se puso en contacto conEl material gráfico de las portadas durante el mandato de Baird era anodino; Ashley lo califica como «poco atractivo»,
y Weinberg describe el esquema de color de la portada del primer número como «cualquier cosa menos inspirado», aunque considera que la del mes siguiente mejoró, pero añade que desde el número de mayo de 1923 «las portadas se sumergieron en un pozo de mediocridad». En opinión de Weinberg el pobre trabajo artístico de las portadas, generalmente obra de R. M. Mally, probablemente fue uno de los motivos de la falta de éxito de la revista bajo Baird. Weinberg también considera que el material gráfico interior durante el primer año de la revista fue muy pobre; la mayor parte de los dibujos interiores eran pequeños y carecían de la atmósfera que uno esperaría de una revista de terror. Todas las ilustraciones fueron obra de Heitman, que Weinberg describe como "«... notable por su total falta de imaginación. La especialidad de Heitman fue coger una escena de una historia aterradora que no mostrara nada en absoluto espantoso o extraño y hacer una ilustración de ella». El nuevo editor, Farnsworth Wright, estaba mucho más dispuesto que Baird a publicar historias que no encajaban en ninguna de las categorías de las pulp existentes. Ashley describe a Wright como «errático» a la hora de seleccionar los relatos a publicar, pero bajo su dirección la revista mejoró la calidad constantemente. Su primer número, el de noviembre de 1924, no fue mucho mejor que los editados por Baird, aunque incluyó dos relatos de nuevos escritores, Frank Belknap Long y Greye La Spina, quienes se convirtieron en colaboradores populares. Durante el año siguiente, Wright creó un grupo de escritores regulares, como Long y La Spina, y publicó muchos relatos de escritores que permanecerían como colaboradores habituales con la revista durante la década siguiente o más. En abril de 1925, apareció el primer relato de Nictzin Dyalhis, When the Green Star Waned; aunque Weinberg la considera muy anticuada, estuvo muy bien considerada por entonces, catalogada por Wright en 1933 como el relato más popular publicado hasta entonces en la revista. Ese número también incluía la primera entrega de la novela de La Spina Invaders from the Dark, que Baird había rechazado como «demasiado corriente», pero que resultó ser extremadamente popular entre los lectores, y Weinberg comenta que el rechazo de Baird fue «uno de los muchos errores cometidos por este editor».
Arthur J. Burks, que posteriormente se convertiría en un escritor pulp de gran éxito, apareció en el número de enero de 1925. La primera historia de Robert Spencer Carr apareció en marzo de 1925; "El hombre-lobo de Ponkert" (The Werewolf of Ponkert), de H. Warner Munn apareció en julio de 1925, y en el mismo número Wright publicó "Lanza y colmillo" (Spear and Fang), la primera venta profesional de Robert E. Howard, que se haría famoso como el creador de Conan el Bárbaro. A finales de 1925, Wright creó una sección de reimpresión en la revista, donde se publicaban viejas historias extrañas, generalmente clásicos del terror; a menudo eran traducciones y, en algunos casos, su publicación en Weird Tales fue la primera aparición de la historia en inglés.
Wright inicialmente rechazó el relato de Lovecraft La llamada de Cthulhu, pero finalmente lo compró y lo publicó en el número de febrero de 1928; fue el primer relato de los Mitos de Cthulhu, que tuvieron una gran acogida, y un grupo de escritores del denominado Círculo de Lovecraft escribió otros relatos ambientados en ese cosmicismo, como Frank Belknap Long, August Derleth, E. Hoffman Price y Donald Wandrei. Robert E. Howard y Clark Ashton Smith eran amigos de Lovecraft, pero no escribieron relatos de Cthulhu; Howard se dedicó al género de la espada y brujería y Smith escribió una serie historias del género conocido como «alta fantasía», muchas de las cuales formaban parte de su ciclo hiperbóreo. Robert Bloch, que sería popularmente conocido como el escritor de la novela Psicosis (Psycho) posteriormente llevada al cine con gran éxito por Alfred Hitchcock, comenzó a publicar historias en Weird Tales en 1935; este era un fan del trabajo de Lovecraft y le pidió permiso para incluirlo como personaje en uno de sus relatos, y para matarlo posteriormente. Lovecraft le dio su permiso y le correspondió matando una versión de un personaje bajo la apariencia de Bloch en una de sus propias historias poco después. Edmond Hamilton, uno de los primeros escritores de space opera, se convirtió en colaborador habitual de la revista, y Wright también publicó relatos de ciencia ficción de Joseph Schlossel y Otis Adelbert Kline. La primera venta de Tennessee Williams fue a Weird Tales, con un cuento titulado La venganza de Nitocris (The Vengeance of Nitocris), publicado en el número de agosto de 1928 bajo el nombre real del autor, Thomas Lanier Williams.
El subtítulo de Weird Tales es «The Unique Magazine», y las selecciones de Wright fueron tan variadas como prometía este subtítulo;Cristo y Satanás se encuentran y Wright estaba preocupado por la posible reacción del lector. Sin embargo el relato resultó ser muy popular y Wright lo reimprimió en el número de diciembre de 1929. Pero a pesar de su cautela publicó The Infidel's Daughter de Price, una sátira del Ku Klux Klan, que conllevó una carta enojada y la cancelación de una suscripción de un miembro del Klan; Price recordó más tarde la respuesta de Wright: «una historia que suscita controversia es buena para la tirada... y de todos modos merecería una pérdida razonable de fanáticos de ese calibre». Wright también publicó El cuenco de cobre (The Copper Bowl), de George Fielding Eliot, una historia sobre una joven torturada que muere cuando su torturador obliga a una rata a comer a través de su cuerpo. Weinberg señala que la historia era tan horrible que habría sido difícil de colocar en una revista incluso cincuenta años más tarde.
estaba dispuesto a publicar historias estrafalarias o extrañas sin ningún indicio de fantasía si eran lo bastante inusuales como para encajar en la revista. Aunque los criterios editoriales de Wright eran amplios y personalmente rechazaba las restricciones que los convencionalismos imponían a lo que podía publicar, se mostró precavido cuando se le presentó material que podría ofender a sus lectores. E. Hoffman Price manifestó que su relato Stranger from Kurdistan se retuvo durante seis meses tras su compra antes de que Wright lo publicara en el número de julio de 1925; la historia incluye una escena en la queEn varias ocasiones Wright rechazó algún relato de Lovecraft para reconsiderarlo más adelante; de Camp cree que el rechazo de En la cripta (In the Vault)) a finales de 1925, una historia sobre un cadáver mutilado que se vengaba de la funeraria responsable, fue porque era «demasiado horrible», pero Wright cambió de opinión unos años más tarde y apareció en abril de 1932.En las montañas de la locura (At the Mountains of Madness) en 1935, aunque en este caso fue probablemente debido a la extensión de la historia, ya que una publicación por entregas obligaba a pagar al autor por un material que no aparecería hasta dos o tres números más tarde y la revista disponía de poco dinero; en este caso no cambió de opinión.
También rechazó su relato A través de las puertas de la llave de plata (Through the Gates of the Silver Key) a mediados de 1933; Price lo había revisado antes de pasárselo a Wright, y después de que Wright y Price analizaran la historia, Wright la compró en noviembre de ese año. Wright rechazó la novela de LovecraftSeabury Quinn fue el autor más prolífico de la revista, con una extensa serie de relatos sobre un detective, Jules de Grandin, que investigaba hechos sobrenaturales y durante un tiempo fue el escritor más popular de la revista. Otros colaboradores habituales fueron Paul Ernst, David H. Keller, Greye La Spina, Hugh B. Cave y Frank Owen, quienes escribieron fantasías situadas en una versión imaginaria del Extremo Oriente. La primera venta de C. L. Moore, Shambleau, apareció en la revista en noviembre de 1933; Price visitó las oficinas de Weird Tales poco después de que Wright leyera el manuscrito y recordó que este estaba tan entusiasmado con la historia que cerró la oficina, declarándolo el «Día C. L. Moore». La historia fue muy bien recibida por los lectores, y el trabajo de Moore, incluidas sus historias sobre Jirel of Joiry y Northwest Smith, apareció casi exclusivamente en Weird Tales durante los siguientes tres años.
Además de ficción, Wright publicó una cantidad sustancial de poesía, generalmente con al menos un poema incluido en la mayoría de los números. Al principio incluyó a menudo reimpresiones de poemas como El Dorado, de Edgar Allan Poe, pero pronto la mayor parte de la poesía fue original, con contribuciones de Lovecraft, Howard y Clark Ashton Smith, entre muchos otros. Entre las contribuciones de Lovecraft se incluyen diez de sus poemas Fungi from Yuggoth, una serie de sonetos sobre temas extraños que escribió en 1930.
El material gráfico fue un elemento importante de la personalidad de la revista, con Margaret Brundage, que pintó muchas portadas con desnudos para la revista, tal vez como el artista más conocido. Muchas de las cubiertas de esta artista eran para los relatos de Seabury Quinn, y Brundage comentó más tarde que cuando Quinn se dio cuenta de que Wright siempre encargó portadas de Brundage que incluyeran un desnudo, «se aseguró de que cada relato del detective Grandin tuviera al menos una secuencia donde la heroína se despojaba de toda su ropa». Durante más de tres años a principios de los años 1930, de junio de 1933 a agosto/septiembre de 1936, Weird Tales solo publicó portadas de Brundage. Otro artista de portadas destacado fue J. Allen St. John, cuyas obras estaban más orientadas a la acción, y fue el que diseñó el logotipo del título de la revista utilizado entre 1933 y 2007. La primera venta profesional de Hannes Bok fue a Weird Tales, para la portada del número de diciembre de 1939; se convirtió en colaborador habitual durante los años siguientes.
Virgil Finlay, una de las figuras más importantes de la historia del arte en la ciencia ficción y la fantasía, hizo su primera venta a la revista en 1935; en ese momento Wright solamente compró una ilustración interior de Finlay porque le preocupaba que la delicada técnica de este artista no se reprodujera bien en el papel pulp. Después de una prueba de impresión en este tipo de papel de baja calidad demostró que la reproducción era más que adecuada, Wright comenzó a comprar regularmente trabajos de Finlay, que se convirtió en un artista de portadas habitual de Weird Tales a partir del número de diciembre de 1935. La demanda de los lectores de obras de Finlay era tan alta que en 1938 Wright le encargó una serie de ilustraciones para fragmentos extraídos de poemas famosos, como O sweet and far, from cliff and scar/The horns of Elfland faintly blowing, del The Princess de Tennyson. No todos los artistas tuvieron tanto éxito como Brundage y Finlay: Price indicó que Curtis Senf, que pintó 45 portadas al principio de la etapa Wright, «fue una de las gangas de Sprenger», que realizó pobres obras de arte, pero trabajó rápido por tarifas bajas.
Durante los años 1930, la tarifa de Brundage por un dibujo de portada era de 90 dólares. Finlay recibió 100 dólares por su primera portada, que apareció en 1937, más de un año después de que se utilizaran sus primeras ilustraciones interiores; Weinberg sugiere que este honorario más alto era en parte para cubrir el franqueo, puesto que Brundage vivía en Chicago y entregaba sus obras en persona, pero era también porque la popularidad de Brundage comenzaba a declinar. Cuando Delaney adquirió la revista a finales de 1938, la tarifa por un dibujo de portada se redujo a 50 dólares, y en opinión de Weinberg la calidad de la obra de arte se redujo de inmediato. Ya no aparecían desnudos, aunque no se sabe si se trataba de una política deliberada por parte de Delaney. En 1939 una campaña de Fiorello La Guardia, el alcalde de Nueva York, para eliminar el sexo de las revistas pulp, solicitaba portadas más suaves, por lo que puede que esto también haya tenido que ver.
En 1936 Robert E. Howard se suicidó y al año siguiente falleció Lovecraft.Henry Kuttner le proporcionaron material similar. Al final del mandato de Wright como editor, muchos de los escritores que habían colaborado habitualmente con la revista habían desaparecido; Kuttner y otros como Price y Moore, todavía seguían escribiendo, pero las tarifas de Weird Tales eran demasiado bajas para que estos autores enviaran sus relatos a la revista. Clark Ashton Smith había dejado de escribir, y G. G. Pendarves y Henry Whitehead, otros dos escritores muy apreciados, habían fallecido.
Disponía de tanto trabajo inédito de Lovecraft, que Wright pudo publicar más relatos de este autor después de su muerte que antes. En el caso de Howard, no existían relatos disponibles, pero otros escritores comoExcepto por un par de revistas de corta vida como Strange Tales y Tales of Magic and Mystery, y una débil competencia de Ghost Stories, entre finales de los años 1920 y principios de 1930, Weird Tales tuvo poca competencia durante la mayor parte de los dieciséis años de Wright como editor. A principios de la década de 1930 comenzaron a aparecer una serie de pulps que se conocieron como revistas «weird menace» (amenazas extrañas), que duraron hasta el final de la década, pero a pesar de su nombre había poco solapamiento de contenido entre estas revistas y Weird Tales, ya que los relatos de las weird menace parecían estar basados en acontecimientos ocultos o sobrenaturales, pero al final del relato el misterio siempre acababa teniendo una explicación lógica. En 1935 Wright comenzó a incluir historias extrañas de detectives para tratar de atraer a algunos de los lectores de estas revistas a Weird Tales, y pidió a los lectores que le escribieran con comentarios. La reacción del lector fue uniformemente negativa, y después de un año anunció que no incluiría más relatos de este tipo.
En 1939 aparecieron dos amenazas más serias, ambas lanzadas para competir directamente por los lectores de Weird Tales. Strange Stories apareció en febrero de 1939 y duró poco más de dos años; Weinberg la describe como «de primera calidad», aunque la opinión de Ashley es menos elogiosa, describiéndola como poco original e imitativa. Al mes siguiente Street & Smith lanzó el primer número de Unknown. Fritz Leiber presentó varios de sus relatos de Fafhrd y el Ratonero Gris a Wright, pero este los rechazó todos (al igual que McIlwraith cuando asumió la dirección) y Leiber se los envió a John W. Campbell para Unknown y, aunque Campbell le comentó a Leiber que consideraba que «estarían mejor en Weird Tales», le compró varios relatos, comenzando con The Automatic Pistol, que apareció en el número de mayo de 1940 de Unknown. Los relatos se convirtieron en una serie muy popular de espada y brujería, pero ninguno de ellos apareció en Weird Tales.
Weird Tales incluyó una sección de cartas al editor, titulada «The Eyrie», durante la mayor parte de su existencia; durante el tiempo de Wright como editor, generalmente estaba llena de cartas extensas y detalladas. Cuando aparecieron las portadas de Brundage con desnudos, en «The Eyrie» se inició un largo debate sobre si eran convenientes para la revista, con un número similar de partidarios de ambas opciones. Durante años fue el tema más discutido en esta sección de la revista. Muchos de los autores que Wright publicó también escribieron cartas, como Lovecraft, Howard, Kuttner, Bloch, Smith, Quinn, Wellman, Price y Wandrei; en la mayoría de los casos, estas cartas alababan a la revista, pero ocasionalmente se formulaba un comentario crítico, como cuando Bloch expresó repetidamente su aversión por las historias de Howard de Conan el Bárbaro.Amazing Stories en abril de 1926, la ciencia ficción era popular entre los lectores de Weird Tales, pero a partir de ese momento comenzaron a aparecer cartas que pedían a Wright que excluyera la ciencia ficción y solo publicara fantasías extrañas y terror. Los lectores pro ciencia ficción eran mayoría, y como Wright estaba de acuerdo con ellos, continuó incluyendo este género en la revista. Hugh B. Cave, que vendió media docena de relatos a Wright a principios de la década de 1930, comentó en una carta en «The Eyrie» dirigida a un colega escritor: «Ninguna otra revista discute tanto sobre los relatos publicados, permitiendo a los autores saber como se reciben sus obras».
Otro debate que se debatió en la sección fue la cuestión de cuánta ciencia ficción debía incluir la revista. Hasta que se lanzóMcIlwraith era una editora de revistas experimentada, pero sabía poco sobre la ficción extraña y, a diferencia de Wright, ella tuvo que hacer frente a una verdadera competencia de otras revistas que querían hacerse con los lectores de Weird Tales. Aunque Unknown dejó de publicarse en 1943, durante sus cuatro años de existencia transformó el género de la fantasía y el terror, y Weird Tales ya no estaba considerada como la líder en su campo. Unknown publicó muchos relatos exitosos de fantasía humorística, y McIlwraith respondió incluyendo material humorístico, pero las tarifas que pagaba Weird Tales a los autores eran inferiores a las de Unknown, con los consiguientes efectos sobre la calidad. En 1940 cesó la política de reimprimir los clásicos de la ficción extraña y el terror, y la revista comenzó a usar el lema «All Stories New - No Reprints». Weinberg cree que esto fue un error, ya que los lectores de Weird Tales apreciaban tener acceso a relatos clásicos «a menudo mencionados pero raramente encontrados». Sin las reimpresiones, Weird Tales tuvo que sobrevivir a base de los relatos rechazados por Unknown.
El gusto personal de Delaney también redujo la liberalidad de McIlwraith. En una entrevista con Robert A. Lowndes a principios de 1940, Delaney habló sobre sus planes para Weird Tales; después de decir que la revista seguiría publicando «todo tipo de ficción extraña y de fantasía», Lowndes declaró que Delaney no quería «historias que se centren en la repulsividad, historias que dejen una impresión que no pueda ser descrita más que por la palabra 'desagradable'». Lowndes agregó más adelante que Delaney le había dicho que él encontró algunas de las historias de Clark Ashton Smith en el «lado repugnante».
La nueva editora siguió publicando muchos de los autores más populares de Weird Tales, como Quinn, Derleth, Hamilton, Bloch y Manly Wade Wellman.Ray Bradbury, Weird Tales contó regularmente con Fredric Brown, Mary Elizabeth Counselman, Fritz Leiber y Theodore Sturgeon. Al igual que había hecho Wright, McIlwraith siguió comprando los relatos de Lovecraft presentados por August Derleth, aunque resumió algunas de las obras más extensas, como La sombra sobre Innsmouth (The Shadow Over Innsmouth). Las historias de espada y brujería, un género que Howard había hecho mucho más popular con sus historias de Conan, Solomon Kane y Bran Mak Morn en Weird Tales a principios de la década de 1930, habían seguido apareciendo bajo Farnsworth Wright; todos desaparecieron durante el mandato de McIlwraith. También se centró más en los relatos cortos, y las series y las historias largas eran escasas.
También agregó nuevos colaboradores; además de la publicación de muchos de los primeros relatos deEn un intento por reducir los costes, en mayo de 1951 la revista volvió a incluir reimpresiones, pero por entonces los primeros números de Weird Tales habían sido reimpresos por la empresa editorial de August Derleth, Arkham House, y como resultado McIlwraith a menudo reimprimió relatos menos conocidos. No se anunciaron como reimpresiones, lo que llevó en un par de casos a cartas de lectores que pidieron más historias de H. P. Lovecraft, pues creían que era un nuevo autor.
En opinión de Weinberg, la revista perdió variedad bajo la dirección de McIlwraith, y «gran parte de la singularidad de la revista había desaparecido».
En opinión de Ashley, la revista se hizo más consistente en cuanto a su calidad, no peor; Ashley comenta que «aunque los números editados por McIlwraith rara vez alcanzan los puntos culminantes de Wright, tampoco alcanzaron los mínimos». En los últimos tiempos de McIlwraith como editora, L. Sprague de Camp concuerda con que los años 1930 fueron el apogeo de la revista, considerando la muerte de Wright y la marcha para otros mercados mejor pagados de varios de sus colaboradores como principales factores para el declive de la revista. La calidad del apartado artístico de la revista mermó cuando Delaney redujo las tarifas.Damon Knight, que vendió algunos dibujos interiores a la revista a principios de la década de 1940, recordó más tarde que la habían pagado 5 dólares por un dibujo a toda página y 10 por un desplegable a doble página; como trabajaba lentamente, la escasa remuneración significaba que Weird Tales no era un mercado viable para él.
Hannes Bok, cuya primera portada había aparecido en diciembre de 1939, se trasladó a Nueva York y se unió al personal artístico de la oficina por un tiempo, aunque después acabó marchándose debido a los bajos salarios. Boris Dolgov comenzó a contribuir en la década de 1940; era un amigo de Bok y los dos colaboraron ocasionalmente, firmando las obras como «Dolbokgov». Weinberg considera la ilustración de Dolgov para el relato Yours Truly, Jack the Ripper de Robert Bloch como uno de sus mejores trabajos. El papel en el que se imprimía la revista era de muy mala calidad, lo que significaba que las reproducciones de los dibujos eran pobres y, junto con la baja remuneración del apartado gráfico, supuso que muchos artistas trataban a Weird Tales como último recurso para sus trabajos. El editor del apartado artístico, Lamont Buchanan, fue capaz de establecer a cinco artistas, Dolgov, John Giunta, Fred Humiston, Vincent Napoli y Lee Brown Coye, como colaboradores habituales a mediados de los años 1940, quienes lo hicieron regularmente hasta 1954, cuando dejó de publicarse la primera etapa de la revista.
En su reseña sobre el arte interior de la revista, Weinberg describe el trabajo de Humiston como «de malo a terrible», pero es más positivo sobre los demás. Napoli había trabajado para Weird Tales desde 1932 hasta mediados de esa década, cuando comenzó a vender a las revistas pulp de ciencia ficción, pero su trabajo para Short Stories lo trajo de regreso a Weird Tales en la década de 1940. Weinberg habla muy bien de Napoli y Coye, a quien describe como «el maestro de la ilustración extraña y grotesca». Coye hizo una serie de ilustraciones a toda página para la revista conocidas como «Weirdisms», que se publicaron intermitentemente de noviembre de 1948 a julio de 1951. La sección de cartas, «The Eyrie», se redujo mucho durante el mandato de McIlwraith, pero como un gesto hacia los lectores se creó el «Weird Tales Club». Para formar parte del Club solamente se necesitaba mandar una carta a la revista para recibir una tarjeta gratuita de miembro; el único beneficio adicional fue que la revista incluyó todos los nombres y direcciones de los miembros, para que estos pudieran ponerse en contacto unos con otros. Entre los nombres enumerados en el número de enero de 1943 estaba el de Hugh Hefner, que posteriormente se haría famoso como el fundador de Playboy.
Hacia el final del mandato de McIlwraith como editora aparecieron algunos nuevos escritores, como Richard Matheson y Joseph Payne Brennan. Brennan ya había vendido más de una docena de historias a otras pulps cuando finalmente hizo una venta a McIlwraith, pero siempre había querido vender a Weird Tales y tres años después de su cierre lanzó una pequeña revista de terror imitándola llamada Macabre, que publicó por algunos años.
Los cuatro números editados por Sam Moskowitz a principios de la década de 1970 fueron en su mayoría notables, con una detallada biografía de William Hope Hodgson, serializada en tres números, junto con algunos relatos de Hodgson que Moskowitz había desenterrado. Muchas de las otras historias publicadas fueron reimpresiones, ya fuera de Weird Tales o de otras de las primeras pulps como The Black Cat o Blue Book. En opinión de Ashley, la revista «parecía una pieza de museo sin nada nuevo o progresista», aunque Weinberg describe la revista como «un interesante revoltijo de contenidos». La serie de bolsillo editada posteriormente por Lin Carter se califica en términos similares: Weinberg la considera como «demasiado dependiente ... de los viejos nombres como Lovecraft, Howard y Smith reimprimiendo material mediocre ... Los nuevos escritores no fueron suficientemente animados», aunque Weinberg agrega que Ramsey Campbell, Tanith Lee y Steve Rasnic Tem estaban entre los nuevos escritores que contribuyeron con buen material. La opinión de Ashley sobre los dos números de Bellerophon es pobre: los describe como carentes de «cualquier linea editorial clara o perspicacia».
El número de abril/mayo de 2007 presentó el primer diseño totalmente nuevo de la revista en casi setenta y cinco años. Durante los años siguientes la revista publicó trabajos de una amplia gama de autores de ficción extraña, como Michael Moorcock y Tanith Lee, así como a escritores más recientes como Jay Lake, Cat Rambo y Rachel Swirsky. Este período también vio la adición de una gama más amplia de contenido, que fue desde los ensayos narrativos a los cómics con características de la cultura extraña. La revista ganó su primer Premio Hugo en agosto de 2009, en la categoría de mejor semiprozine, nominaciones al Hugo en los dos años siguientes, y también en 2009 su primera nominación al Premio Mundial de Fantasía, para los editores Segal y Vandermeer, en más de diecisiete años.
Weird Tales fue una de las revistas más importantes del campo de la fantasía; en opinión de Mike Ashley, es «la segunda, solo después de Unknown, en significado e influencia», Weinberg va más lejos, calificándola como «la más importante e influyente de todas las revistas de fantasía». Weinberg sostiene que gran parte del material publicado por la revista nunca habría aparecido si esta no hubiera existido. Fue a través de Weird Tales donde Lovecraft, Howard y Clark Ashton Smith se hicieron populares, y fue el primero y uno de los mercados más importantes para las ilustraciones de ficción extraña y de ciencia ficción. Muchas de las historias de terror adaptadas para los primeros programas de radio como Stay Tuned for Terror aparecieron originalmente en Weird Tales. La «Edad de Oro» de la revista fue durante la etapa de Wright, y de Camp argumenta que uno de los logros de este editor fue crear una «Escuela de escritura Weird Tales». Justin Everett y Jeffrey H. Shanks, editores de una reciente colección académica de crítica literaria centrada en la revista, sostienen que «Weird Tales funcionó como un punto de partida en el desarrollo de la ficción especulativa de la que emergieron los géneros modernos de la fantasía y el terror».
Los editores de antologías anuales de ficción solían incluir a la revista, algo inusual para una pulp, y fue generalmente considerada con más respeto que la mayoría de este tipo de revistas. Esto siguió sucediendo mucho después de que terminó la primera etapa de la revista, ya que se convirtió en la fuente principal de relatos cortos de fantasía para los antologistas durante varias décadas.
Weinberg argumenta que las pulps de fantasía, de las cuales, en su opinión, Weird Tales eran la más influyente, contribuyeron a formar el género de fantasía moderno, y que Wright, «aunque no fue un editor perfecto ... era extraordinario, y una de las figuras más influyentes de la ficción moderna estadounidense de fantasía», añadiendo que Weird Tales y sus competidoras «sentaron la base sobre la cual descansa gran parte de la fantasía moderna». Everett y Shanks están de acuerdo y consideran a la revista como el lugar donde escritores, editores y un lector comprometido «elevaron la ficción especulativa a nuevas cotas» y su influencia «resuena a través de la cultura popular moderna». En palabras de Ashley, «en algún lugar del interior de la imaginación de todos los escritores estadounidenses de terror (y muchos no estadounidenses) hay parte del espíritu de Weird Tales». Los editores de la revista fueron los siguientes:
La editorial del primer año fue Rural Publishing Corporation, con el número de noviembre de 1924 pasó a Popular Fiction Publishing, y a Weird Tales, Inc. con el número de diciembre de 1938. Los cuatro números de principios de los años 1970 fueron de Renown Publications, y los cuatro libros de bolsillo a principios de los años 1980 fueron publicados por Zebra Books. Los dos números siguientes fueron de Bellerophon y, el de primavera de 1988 al de invierno de 1996, la editorial fue Terminus. Desde el verano de 1998 hasta julio/agosto de 2003, las compañías fueron DNA Publications y Terminus, que aparecían como DNA Publications/Terminus o simplemente como DNA Publications. El número de septiembre/octubre de 2003 la editorial que apareció en la mancheta fue DNA Publications/Wildside Press/Terminus, y se mantuvo hasta 2004 con un número en el que no figuraba Terminus. Posteriormente la editorial fue Wildside Press, a veces también con Terminus, hasta el número de septiembre/octubre de 2007, después del cual solo figuró Wildside Press. Los números publicados de 2012 a 2014 fueron de Nth Dimension Media.
Se publicó en formato pulp durante toda su primera etapa, excepto los números de mayo de 1923 a abril de 1924, que salieron en formato large pulpdigest. Los cuatro números de los años 1970 estaban en formato de pulp, y los dos de Bellerophon estaban encuadernados. Los números de Terminus volvieron al formato pulp hasta el de invierno 1992/1993, que salió en formato pulp grande. En otoño de 1998 apareció un único número en pulp, y luego se volvió al large pulp hasta el número de otoño de 2000, que estaba encuadernado. El formato varió entre el large pulp y el encuadernado hasta enero de 2006, que era large pulp y que se mantuvo en todos los números desde esa fecha hasta el otoño de 2009, a excepción de un encuadernado en noviembre de 2008. Desde el verano de 2010 fue encuadernado.
y el último año, de septiembre de 1953 a septiembre de 1954, que se publicaron en formatoEn su primera etapa el precio de la revista fue de 25 centavos, que se mantuvo durante sus primeros quince años de vida, excepto el voluminoso número de mayo/junio/julio de 1924, que fue de 50 centavos. En septiembre de 1939 el precio se redujo a 15 centavos, que permaneció hasta el número de septiembre de 1947, que fue de 20 centavos. El precio subió otra vez a 25 centavos en mayo de 1949; los números en formato digest de septiembre de 1953 a septiembre de 1954 costaban 35 centavos. Los tres primeros libros de bolsillo editados por Lin Carter valían 2,50 dólares y el cuarto 2,95. Los dos de Bellerophon tenían un precio de 2,50 y 2,95 dólares. El Weird Tales de Terminus comenzó en la primavera de 1988 con un precio de 3,50 dólares, que subió a 4,00 con el número de otoño de 1988 y a 4,95 dólares con el de verano de 1990. En el de primavera de 2003 subió 5,95 dólares y luego a 6,99 en el número de enero de 2008. Los dos primeros números de Nth Dimension Media tenían un precio de 7,95 y 6,99; los dos últimos 9,99 dólares cada uno.
Algunas de las primeras ediciones de Terminus de Weird Tales también fueron impresas en formato de tapa dura, en tiradas limitadas de 200 ejemplares, firmados además por los autores, y estaban disponibles a un precio de 40 dólares como parte de una oferta de suscripción. Los números publicados en este formato fueron los de verano de 1988, primavera/otoño 1989, invierno 1989/1990, primavera de 1991 e invierno 1991/1992.
A partir de 1925, Christine Campbell Thomson editó una serie de antologías de historias de terror, publicadas por Selwyn and Blount, tituladas Not at Night, consideradas una edición no oficial de la revista en el Reino Unido, que incluyeron relatos que algunos casos aparecieron en la antología antes que en la revista en Estados Unidos. Las que incluyeron una parte sustancial del contenido de Weird Tales fueron:
También se publicó una antología en 1937 titulada Not at Night Omnibus, que seleccionó 35 relatos de la serie Not at Night, de los cuales 15 habían aparecido originalmente en Weird Tales. En los Estados Unidos apareció una antología titulada Not at Night!, editada por Herbert Asbury y publicada por Macy-Macius en 1928, que seleccionó 25 relatos de la serie, 24 de ellos extraídos de la revista.
Se publicaron otras muchas antologías con relatos de Weird Tales, como:
Se publicó una edición canadiense de Weird Tales entre junio de 1935 y julio de 1936; se cree que los catorce números son idénticos a los de los Estados Unidos de esas fechas, aunque en la portada aparecía «Impreso en Canadá», y en al menos un caso se añadió una caja de texto en la portada para ocultar parte de una figura femenina desnuda. En 1942 se inició otra serie canadiense, como resultado de las restricciones de importación impuestas a las revistas estadounidenses. Las ediciones canadienses desde 1942 hasta enero de 1948 no eran idénticas a las de Estados Unidos, pero coinciden lo suficiente como para que los originales sean fácilmente identificables. Los números de mayo de 1942 a enero de 1945, corresponden a los dos anteriores de la edición estadounidense, es decir, desde enero de 1942 hasta septiembre de 1944. No se publicó una versión canadiense correspondiente al número de noviembre de 1944 en Estados Unidos, por lo que a partir de ese momento los números canadienses eran solo uno detrás de los estadounidenses, esto es, los números de marzo de 1945 a enero de 1948 corresponden a los de Estados Unidos de enero de 1945 hasta noviembre de 1947. No hubo edición canadiense de la estadounidense de enero de 1948, y desde el siguiente número, el de marzo de 1948, hasta el final de la edición canadiense en noviembre de 1951, los números eran idénticos en ambas ediciones.
En los números de la edición canadiense desde mayo de 1942 a enero de 1948 había numerosas diferencias con sus equivalentes de la edición original estadounidense. Hasta el número de enero de 1945 todas las portadas fueron cambiadas por obras de artistas canadienses; posteriormente se utilizaron las ilustraciones originales. Inicialmente los relatos de la versión canadiense eran los mismos, pero a partir de septiembre de 1942 el Weird Tales de Canadá no incluía algunos de los relatos de la edición original, reemplazándolos con relatos de otros números de la revista o, en ocasiones, con material extraído de Short Stories.
En unos pocos casos una historia apareció en la edición canadiense de la revista antes de su aparición en la versión de los Estados Unidos, o simultáneamente con ella, por lo que es evidente que quien editó los números tuvo acceso al archivo de historias pendientes de Weird Tales. Debido a la reorganización del material, a menudo se dio el caso de que uno de los números canadienses tenía más de un relato del mismo autor, y en estos casos se publicaba unos de los relatos bajo un seudónimo.
Hubo cuatro ediciones distintas de Weird Tales distribuidas en el Reino Unido. A principios de 1942, tres números extraídos de los de septiembre de 1940, noviembre de 1940 y enero de 1941 fueron publicados en el Reino Unido por Gerald Swan; no tenían fecha ni número de volumen. Dos números tenían 64 páginas y los otros dos 48, todos a un precio de 6 £sd. Un número fue publicado a finales de 1946 por William Merrett, también era sin fecha ni número; tenía 36 páginas y un precio de 1/6. Los tres relatos incluidos provenían del número de octubre de 1937 del de los Estados Unidos.
Entre noviembre de 1949 y diciembre de 1953, Thorpe and Porter publicaron una serie más extensa de 23 números, todos sin fecha; el primer número no tenía volumen ni número de emisión, pero los siguientes se numeraron secuencialmente. La mayoría tenían un precio de 1/-; los números del 11 a 15 fueron a 1/6. Todos tenían 96 páginas. El primer número corresponde a la edición de julio de 1949 de los Estados Unidos, los 20 siguientes corresponden a los estadounidenses de noviembre de 1949 a enero de 1953, y los dos finales corresponden a mayo de 1953 y a marzo de 1953, en ese orden. Otros cinco números bimensuales de Thorpe and Porter aparecieron de noviembre de 1953 a julio de 1954, con la numeración de volumen reanudada en el volumen 1 número 1. Éstos corresponden a las ediciones de los Estados Unidos de septiembre de 1953 a mayo de 1954.
Weird Tales es una revista muy coleccionada, y muchos números alcanzan precios muy elevados. En 2008, Mike Ashley estimó que el primer número en buen estado valía unas 3000 libras, y que el segundo número es mucho más raro y alcanza precios incluso más altos. Los números con historias de Lovecraft o Howard son muy codiciados, con el número de octubre de 1923, que incluye Dagon, la primera aparición de Lovecraft en Weird Tales, alcanza precios comparables a los dos primeros números. Los primeros volúmenes son tan raros que muy pocas colecciones académicas tienen más de un puñado de ellos: la Eastern New Mexico University, de Nuevo México, titular de un notable archivo de los primeros tiempos de la ciencia ficción, dispone de «solo unos cuantos números dispersos» de los primeros años, y el bibliotecario declaró en 1983 que «los distribuidores se ríen cuando Eastern pregunta por ellos».
Los precios de la revista bajan para los números de las décadas siguientes; los correspondientes a la etapa de McIlwraith valen mucho menos que los editados por Wright. Ashley indica que las ediciones en formato digest del final de la etapa de McIlwraith valían entre 8 y 10 libras cada uno en 2008. Las ediciones posteriores a la primera etapa de la revista no son particularmente raras, con dos excepciones; los dos números de Bellerophon tuvieron una tirada tan escasa que alcanzan precios elevados: Ashley indica un precio en 2008 de 40 a 50 libras por el primero y el doble por. Otros números recientes valiosos son las ediciones de tapa dura de Terminus; Ashley da precios de entre 40 y 90 libras, con algunas de las ediciones especiales de un autor con un precio mayor.
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