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Filipinas y el Pacífico español



La Capitanía General de Filipinas, también conocida como Reino de Filipinas, fue una entidad territorial española, adjunta como entidad autónoma del Virreinato de Nueva España hasta 1830, que fue establecida por la Monarquía Hispánica en las llamadas Indias Orientales —zonas de Asia y Oceanía—, con capital en Manila.

Incluía, además del archipiélago filipino, Palaos, las Islas Marianas (actuales territorios estadounidenses de Guam y Marianas del Norte) y las Islas Carolinas (actuales Estados Federados de Micronesia). El virrey de Nueva España, que tenía su sede en la Ciudad de México, ejercía sobre estos territorios atribuciones relativas a asuntos económicos, ya que en lo demás el capitán general trataba directamente con el rey y el Consejo de Indias.

La capitanía general subsistió hasta el 12 de junio de 1898, fecha en que los filipinos bajo el mando del general Emilio Aguinaldo declararon su efímera independencia. El 10 de diciembre de 1898, por el Tratado de París, en virtud del cual se puso fin a la guerra hispano-estadounidense, las Filipinas y Guam fueron cedidas a los Estados Unidos. Las Marianas, Carolinas y Palaos fueron vendidas al Imperio alemán por el Tratado germano-español del 12 de febrero de 1899.

Después de la conquista de Filipinas en 1565 por Miguel López de Legazpi, las islas del archipiélago recibieron primero el estatus de gobernación y más tarde de Capitanía General dependiente del virreinato de Nueva España en 1574. En 1584 se creó la Real Audiencia de Manila, que gobernaba la capitanía cuando esta quedaba vacante; el capitán general ejerció las funciones de gobernador y presidente de la Real Audiencia (hasta 1861).

Por Orden Real del 17 de julio de 1784 se creó la Intendencia de Manila para las causas de ejército y real hacienda, siendo nombrado intendente en comisión el oidor de la Audiencia de Manila, Ciriaco González Carbajal, debiendo utilizar la Real Ordenanza de Intendentes de 1782 para el Río de la Plata. A propuesta de Carbajal fueron creadas 4 intendencias más en las Filipinas el 24 de noviembre de 1786, unidas a sus respectivos corregidores, las cuales eran: Ilocos, Camarines, Iloilo y Cebú, pero estas intendencias fueron suprimidas por Real Orden del 20 de noviembre de 1787.[1]​ Un mes antes, el 23 de octubre la Intendencia de Manila fue unida a la capitanía general. Fue nuevamente separada por Real Orden del 25 de febrero de 1819, reunida el 14 de septiembre de 1824, separada el 27 de octubre de 1829, reunida a fines de 1842.[2]

Hasta el año 1822, los capitanes generales eran civiles, pero a partir de ese año lo fueron siempre militares. Durante toda la segunda mitad del siglo XIX, se establecieron los gobiernos y comandancias militares, muy numerosos dado el elevado número de islas y la extensión del distrito. Tras largas etapas de insurrección de la población local y la guerra con Estados Unidos, el dominio español en Filipinas cesó en 1898.

El período 1834-1874 representó en Filipinas una etapa de auténticos cambios, llegando a superar su retraso respecto a Hispanoamérica.

A partir de 1868, se hace sentir la influencia liberal y los filipinos se sienten marginados al no poder mantener sus representantes en las Cortes, logrados en la Constitución española de 1812.

Cabrero sostiene que este esplendor filipino se debió a varias circunstancias:

Un proyecto, anterior en un siglo a la Commonwealth de Gran Bretaña, posibilitaba la integración de la Capitanía General de las Filipinas: en el Asia, las islas Filipinas, y las que dependen de su gobierno.[3]

Hacia mediados del siglo XVIII, existían 24 provincias, de las cuales 19 eran alcaldías mayores y 5 corregimientos:[5]

Corregimientos:

Alcaldías mayores:

Provincias formadas posteriormente:

Hacia mediados del siglo XIX existían las siguientes provincias:

A fines de siglo XIX España reivindicaba e incluía ya el sultanato de Joló (Joló) que por su parte comprendía el Borneo Septentrional o Sabah; las reclamaciones en Micronesia se extendían a Palaos, las islas Carolinas, las Marshall y, más difusamente las islas Bonin y las actualmente llamadas Spratly.

Una Real Orden del 31 de mayo de 1837 determinó:

Manila.

Caraga, Samar, Iloílo, Antique, Cápiz, Albay, Camarines Sur, Tayabas, Cavite, Zamboanga, islas Marianas.

Misamis, Mindoro, Nueva Écija, isla de Negros, Camarines Norte, Tondo, Zambales, Bulacán, Pampanga, Bataán, Pangasinam, Ilocos Sur, Ilocos Norte, Cagayán, islas Batanes, Laguna, Batangas, Zebú, Leyte, Calamianes.

A finales del siglo XIX, el gobierno español del Archipiélago Filipino era privativo del Gobernador General, único y legítimo representante del poder supremo del Gobierno del Rey de España en estas Islas, y como tal jefe superior en todos los órdenes de la administración pública.

Este cargo era desempeñado por un teniente general de ejército, con arreglo á leyes especiales vigentes en el Archipiélago, asesorándose de dos cuerpos consultivos, que eran la Junta de Autoridades y el Consejo de Administración. Funcionaba, independientemente del Consejo de Administración, un tribunal local de lo contencioso-administrativo, y á las inmediatas órdenes del Gobernador General, una secretaría del Gobierno General.[6]

Para el despacho de asuntos relativos á los ramos de Hacienda, Gobernación y Fomento funcionaban, en concepto de secretarías del Gobierno General, la Intendencia General de Hacienda y la Dirección de Administración Civil.

Los gobiernos parciales eran, o civiles, o civiles y político-militares, o simplemente militares, todos los cuales se dividían en ciertas categorías o clases, indicios de mayor o menor autoridad gubernamental. De las provincias de Luzón unas eran gobernadas por autoridades civiles y otras por gobernadores militares con jurisdicción civil. Generalmente la categoría o grado militar del gobernador correspondía a las facultades gubernamentales.

Los gobernadores, excepción hecha del gobernador civil de Manila que tenía la categoría de jefe de administración de lª clase, eran jefes de administración de 2ª, y en sus respectivas provincias, los representantes del Gobernador General de las Islas, la primera autoridad en el orden jerárquico y la superior en el administrativo y en el económico por tener bajo su immediata dependencia las administraciones depositarias de Hacienda y fondos locales y ordenar el pago de todas las obligaciones consignadas en los presupuestos generales, provinciales y municipales.

Los gobernadores político-militares tenían las mismas atribuciones que los civiles, excepto en lo económico, cuya gestión era privativa de los administradores de Hacienda en las provincias, donde los gobernadores no eran, al propio tiempo, subdelagados del ramo. Lo propio sucedía con los comandantes político-militares en los gobiernos de igual clase.

Una expedición española fue enviada desde las Filipinas para conquistar Taiwán (isla Formosa) al mando de Antonio Carreño Valdés. Desembarcaron en el norte de la isla (en el sur se hallaban asentados los holandeses desde 1625) el 7 de mayo de 1626. Se fundó el puerto de La Santísima Trinidad (actualmente Keelung) defendido por un fuerte llamado de San Salvador. Poco después se fundó un nuevo asentamiento en la localidad de Tamsui donde se edificó otro fuerte llamado Santo Domingo.

Españoles y holandeses se enfrentaron reiteradamente en Taiwán, el debilitamiento de la presencia española hizo que abandonaran Tamsui en 1638, mientras que en 1642 una flota holandesa conquistó La Santísima Trinidad y expulsó a los españoles de Taiwán.[7]

El 6 de febrero de 1579, fue erigida la Diócesis de Manila como sufragánea de la Arquidiócesis de México. El 14 de agosto de 1595 fue elevada a Arquidiócesis de Manila, siendo sus sufragáneas las tres diócesis creadas ese día:

El 27 de mayo de 1865, fue erigida la Diócesis de Jaro, también sufragánea de Manila.

El Real Gobernador General de las Filipinas dirigió esta colonia española hasta su traspaso a los Estados Unidos de América. El gobernador también poseía el título de capitán general, un rango militar conferido por las Cortes españolas. Estos gobernantes controlaron desde la estratégica posición de Manila a las islas Filipinas y al resto de las Indias Orientales españolas desde 1565 a 1821, fecha en que dejan de formar parte del Virreinato de Nueva España y pasan a constituir una capitanía general aislada hasta 1898, subsistiendo hasta 1899 con los archipiélagos de las Carolinas, Marianas y Palaos.

Pobladores autóctonos eran los itas[8]​ desplazados a los lugares más boscosos, por inmigrantes malayo-polinesios. De los malayos musulmanes llegados del sur proceden los moros. Del contacto con españoles se formaron los mestizos. Población foránea eran los chinos, que monopolizaban el comercio, los criollos y los españoles.

El primer mapa de Filipinas se lo debemos a Pascual Enrile y Alcedo y fruto de este trabajo cartográfico fue el comienzo de un vasto programa de obras públicas, con objeto de aislar a los comerciantes chinos.

En 1849 Narciso Clavería confecciona el primer censo veraz del Archipiélago, obligando a la población a adoptar un único nombre y apellido. Las listas se elaboraron con nombres geográficos y apellidos españoles, consiguiendo la castellanización de apellidos.

Manila fue la capital de la Oceanía española. Hacia 1830, perdidas ya las provincias de ultramar de la América continental, y entre ellas México (punto de conexión entre España y el remoto archipiélago filipino). Con ello coinciden las primeras corrientes separatistas filipinas.

Tomada por los estadounidenses en 1898, Manila siguió manteniendo un fuerte carácter hispánico durante las dos primeras décadas del siglo XX. Estados Unidos, en esfuerzo sectario, decidió el progresivo y rápido desmantelamiento de todas las instituciones culturales españolas, en particular la educación escolar y la oficialidad del idioma español.

En 2006, se estimó que había en Filipinas una cifra de 3.180.000 hispanohablantes. La mayoría de filipinos lleva nombres de procedencia hispana. Al igual que en otros países de habla hispana, los filipinos llevan dos apellidos, con la notable diferencia de que el apellido materno se antepone al paterno.



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