Barack Obama
Donald Rumsfeld
Robert Gates
Leon Panetta
Chuck Hagel
Ashton Carter
Tommy Franks
William J. Fallon
Martin Dempsey
John R. Allen
James Mattis
John P. Abizaid
Lloyd Austin
David Petraeus
Stanley McChrystal
Dan K. McNeill
Joseph Dunford Jr.
David D. McKiernan
John F. Campbell
Tony Blair
Gordon Brown
David Cameron
Nick Parker
David Richards
John McColl
Rick Hillier
Andrew Leslie
Jean-Louis Py
François Cluzel
Goetz Gliemeroth
Norbert van Heyst
Werner Korte
Rob Bertholee
Mauro del Vecchio
Rosario Castellano
Hilmi Akin Zorlu
Ethem Erdagi
Hamid Karzai
Ashraf Ghani
Burhanuddin Rabbani †
Pervez Musharraf
Muhammad Mian Soomro
Asif Ali Zardari
Akhtar Mohamed Mansur †
Haibatulá Ajundzada
Obaidullah Akhund (P.D.G.)
Mullah Dadullah †
Mullah Bakht Mohammed (P.D.G.)
Jalaluddin Haqqani †
Ahmad Shah †
Osama bin Laden †
Ayman al-Zawahiri
Abu Zaid al Kuwaití †
Mustafa Abu al-Yazid †
Muhammad Atef †
Abu Laith al-Libi †
Qari Yasin
Comando MIU
Gulbuddin Hekmatyar
Sirajuddin Haqqani
Tehrik-i-Taliban command
Mullah Abdul Ghani Baradar (P.D.G.)
Maulana Fazlullah †
Abu Bakr al-Baghdadi †
Total: 93 000 (2010)
Coalición:
Bajas desde el comienzo de la guerra hasta el presente
Total: 3561 muertos
Bajas de la coalición desde 2001 hasta 2014
Total: 3485 muertos
La guerra de Afganistán fue una guerra que enfrentó en principio al Emirato Islámico de Afganistán, gobernado por los talibanes, y, una vez derrocado este, a su insurgencia, por un lado, y a una coalición internacional comandada por los Estados Unidos, por el control del territorio afgano, y que continúa como Guerra de Afganistán (2015-presente). Comenzó el 7 de octubre de 2001 con la «Operación Libertad Duradera» del Ejército estadounidense y la «Operación Herrick» de las tropas británicas, lanzadas para invadir y ocupar el país asiático. La invasión se desató en respuesta a los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, de los que este país culpó a Osama bin Laden. Para iniciar la invasión, Estados Unidos se amparó en una interpretación peculiar del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, relativo al derecho a la legítima defensa.
El objetivo declarado de la invasión era encontrar a Osama bin Laden y otros dirigentes de Al Qaeda para llevarlos a juicio, y derrocar el gobierno del Emirato Islámico de Afganistán gobernado por el emir mulá Omar, que a juicio de las potencias occidentales apoyaba y daba refugio y cobertura a los miembros de Al Qaeda. La Doctrina Bush de Estados Unidos declaró que, como política, no se distinguiría entre organizaciones terroristas y naciones o gobiernos que les dan refugio.
En principio existieron dos operaciones militares luchando por controlar el país. La «Operación Libertad Duradera» fue una operación de combate estadounidense con la participación de algunos países de la coalición y que se llevó a cabo principalmente en las regiones del sur y del este del país a lo largo de la frontera con Pakistán. En esta operación participaron unos 28 300 militares estadounidenses aproximadamente.
La segunda operación fue la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) actualmente reemplazada por la Operación Apoyo Decidido desde 2015 (Resolute Suport, en inglés) que fue establecida por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a finales de diciembre de 2001 para asegurar Kabul y las áreas de sus alrededores. La OTAN asumió el control de la ISAF en 2003. En julio de 2009, la ISAF tenía en torno a 64 500 militares de 42 países, proporcionando los miembros de la OTAN el núcleo de la fuerza. Estados Unidos tenía aproximadamente 29 950 soldados en la ISAF.
En la invasión, Estados Unidos y Reino Unido llevaron a cabo la campaña de bombardeo aéreo, con fuerzas terrestres proporcionadas fundamentalmente por la Alianza del Norte. En 2002, fue desplegada la infantería estadounidense, británica y canadiense, avanzando con fuerzas especiales de varias naciones aliadas como Australia. Posteriormente se sumaron las tropas de la OTAN.
El ataque inicial sacó a los talibanes del poder, pero estos recobraron fuerza y posiciones desde entonces. La guerra ha tenido menos éxito de lo esperado en cuanto al objetivo de restringir el movimiento de Al Qaeda.Kabul.
En diciembre de 2001 se logró formar un nuevo gobierno en Afganistán y luego en 2004 un gobierno democrático, pero desde 2006, bajo elecciones, se ve amenazada la estabilidad en Afganistán debido al incremento de la actividad insurgente liderada por los talibanes, los altos registros de producción ilegal de droga, y un frágil gobierno con poco poder fuera deEl 28 de diciembre de 2014 el presidente de los Estados Unidos Barack Obama dio por finalizada la misión de la ISAF-OTAN en Afganistán y la ceremonia que se realizó en Kabul junto al comandante de la ISAF, el General estadounidense John F. Campbell en representación de las fuerzas de la ISAF supuestamente puso fin a los combates. El 1 de diciembre de 2014 el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, corroboró junto al presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, y el jefe del Gobierno, Abdullah Abdullah, la continuidad de la misión aliada a partir del 1 de enero de 2015 en el país centro asiático denominada Operación Apoyo Decidido y dicha misión se limita solo a entrenar y asesorar a las fuerzas afganas. Cerca de 13 000 soldados de la OTAN participaron en dicha misión. El 15 de octubre de 2015 el presidente estadounidense Barack Obama anunció que mantendría 5500 soldados en Afganistán cuando dejara el cargo en 2017, con esta decisión, paso la resolución del conflicto a su sucesor el Presidente Donald Trump. En junio de 2016 el presidente de EE. UU., Barack Obama, autorizó ampliar el papel que desempeñan las fuerzas estadounidenses desplegadas en Afganistán, este movimiento permitió al ejército acompañar a las fuerzas convencionales afganas, que solo podían ir junto a las especiales, en su lucha contra los insurgentes talibán. En julio de 2016 Obama aumento el número de soldados estadounidenses para la permanencia en Afganistán, con lo que se completó en un total de 8400 el número de efectivos en suelo afgano, luego de que el mulá Haibatulá Ajundzada declarara al igual que su predecesor el mulá Akhtar Mohamed Mansur que la paz llegará a Afganistán una vez que la ocupación en dicho país por tropas extranjeras cese.
Ya cuando fueron retiradas las tropas soviéticas en 1989, el gobierno comunista afgano prosiguió la guerra anti-muyahidín hasta su caída en 1992. En los años siguientes, varias facciones de los muyahidines lucharon entre sí por el control de un país sumido en la anarquía. Hasta que en 1996 los talibán, un movimiento fundamentalista islámico formado en 1994, conquistaron Kabul y posteriormente invadieron en torno al 90 % del territorio afgano, quedando solo un pequeño rincón en el noreste bajo el control de la Alianza del Norte.
Aunque muchos miembros de la comunidad internacional, incluidos los Estados Unidos, inicialmente vieron a los talibanes como una posible fuente de estabilidad para ese país devastado por la guerra, su tolerancia para acoger a los extremistas islámicos en combinación con su reticencia a negociar con sus enemigos pronto frustraron esas expectativas. En 1996, Osama bin Laden y su organización Al Qaeda comenzaron a usar el país controlado por los talibanes como una base de operaciones. Bajo el amparo de estos, Al Qaeda pudo utilizar Afganistán como lugar para entrenar y adoctrinar combatientes, importar armas, coordinarse con otros grupos yihadistas, y tramar acciones terroristas. Aunque Al Qaeda mantuvo sus propios establecimientos en Afganistán, también apoyó campos de entrenamiento pertenecientes a otras organizaciones. De entre los 10 000 y 20 000 hombres que pasaron por esas instalaciones hasta septiembre de 2001, la mayoría de ellos fueron enviados a luchar para los talibanes contra la Alianza del Norte pero otros fueron incluidos en Al Qaeda.
Después de ser vinculados a Bin Laden los atentados en las embajadas estadounidenses en agosto de 1998, el presidente Bill Clinton ordenó el ataque con misiles sobre los campos de entrenamiento militares en Afganistán. Los oficiales estadounidenses presionaron a los talibanes para que entregaran a Bin Laden, y la comunidad internacional impuso sanciones al régimen talibán en 1999 pidiendo que Bin Laden fuera entregado a Estados Unidos. Sin embargo los talibanes rechazaron reiteradamente las demandas.
En los años 1990 estuvieron activos equipos paramilitares de la División de Actividades Especiales de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en operaciones clandestinas en Afganistán para localizar y matar o capturar a Osama bin Laden. Esos grupos planearon varias operaciones, pero no recibieron la orden del presidente Bill Clinton para llevarlas a cabo. Estos esfuerzos sin embargo prepararon muchas de las relaciones que después resultaron esenciales para la invasión estadounidense de Afganistán de 2001.
Richard A. Clarke, presidente del Grupo de Seguridad Antiterrorista en la administración Clinton, y más tarde un miembro de la administración Bush, supuestamente presentó un plan a Condoleezza Rice en enero de 2001 que involucraba una acción encubierta en Afganistán para impedir que Al Qaeda tuviese un refugio seguro en el país asiático. El plan implicaba presuntamente apoyo encubierto a la Alianza del Norte, ataques aéreos, y la introducción de fuerzas de operaciones especiales en Afganistán.
Un día antes de los atentados del 11 de septiembre de 2001, la administración Bush acordó un plan para derrocar al régimen talibán en Afganistán por la fuerza si este se negara a entregar a Osama bin Laden. El plan implicaba el uso de métodos de presión escalados durante un periodo de tres años. En aquella reunión del 10 de septiembre de altos funcionarios de seguridad nacional del gobierno de Bush, se acordó que tenían que presentar a los talibanes un ultimátum final para entregar a Osama bin Laden. Si los talibanes se negaban, Estados Unidos proporcionaría ayuda militar encubierta a grupos contrarios a los talibanes. Y si ambas opciones fallaban, «los diputados acordaron que Estados Unidos trataría de derrocar al régimen talibán mediante una acción más directa».
Naiz Naik, antiguo secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de Pakistán, alegó que en una reunión en Berlín a mediados de julio de 2001 altos funcionarios de Estados Unidos le advirtieron que a menos que Bin Laden fuera entregado rápidamente, Estados Unidos emprendería una acción militar para matar o capturar a Bin Laden y al líder talibán Mulá Omar a mediados de octubre de 2001. El objetivo más amplio de la operación planificada, según Naik, era derrocar al régimen talibán e instalar un gobierno más «moderado». Naik también afirmó que se le dijo que la operación sería lanzada desde Tayikistán y Uzbekistán, y que los asesores militares estadounidenses ya estaban en el lugar.
Después de la negativa del régimen talibán a dejar de acoger a Al Qaeda, el 7 de octubre de 2001 el Gobierno de Estados Unidos inició sus operaciones militares en Afganistán. Equipos de la División de Actividades Especiales de la CIA fueron las primeras fuerzas estadounidenses en entrar en Afganistán para comenzar con las operaciones de combate. A ellos pronto se unieron Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos del 5.º Grupo de Fuerzas Especiales y otras unidades del Mando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos. Estas fuerzas trabajaron sobre el terreno con grupos opositores afganos, en particular con la Alianza del Norte. El Reino Unido, Canadá y Australia también desplegaron fuerzas y varios países más proporcionaron permiso de establecimiento, acceso y sobrevuelo.
El 7 de octubre se registraron ataques aéreos en la capital, Kabul (donde se cortaron los suministros de electricidad), en el aeropuerto, en Kandahar (residencia del líder supremo de los talibanes, Mulá Omar), y en la ciudad de Jalalabad. La CNN difundió imágenes en exclusiva de Kabul siendo bombardeada a todas las emisoras estadounidenses a aproximadamente las 05:08 p. m.
A las 17:00 UTC, el presidente estadounidense George W. Bush confirmó los ataques en la televisión nacional estadounidense y el primer ministro del Reino Unido Tony Blair también se dirigió a su país. Bush declaró que serían atacadas las instalaciones militares de los talibanes y los campos de entrenamiento de terroristas. Además, se lanzaría comida, medicinas y otros suministros para «los hombres, mujeres y niños hambrientos y enfermos de Afganistán».
Antes de los ataques se había difundido una cinta de vídeo grabada de Osama bin Laden en la que condenaba cualquier ataque contra Afganistán. Al Jazeera, el canal de noticias por satélite árabe, informó de que esas cintas habían sido recibidas poco antes del ataque.
En 2001, el Departamento de Defensa creó en secreto una Oficina de Influencia Estratégica (OIS), con la misión de difundir información falsa que sirviera a la causa de Estados Unidos en la guerra de Afganistán. Se permitió que la OSI informara mal, en particular con respecto a los medios de comunicación extranjeros. Oficialmente, el OIS se disolvió después de que los periodistas revelaran su existencia.
Los bombarderos, operando a gran altitud y lejos del alcance del fuego antiaéreo, bombardearon los campos de entrenamiento afganos y las defensas antiaéreas talibanes. Las aeronaves estadounidenses, incluidos los helicópteros de ataque AH-64 Apache de la 101.ª Brigada de Aviación de Combate, operaron con precisión durante toda la campaña sin ninguna pérdida provocada por las defensas antiaéreas talibanes.
Los ataques inicialmente se enfocaron en las ciudades de Kabul, Jalalabad , Kandahar, y en sus alrededores. En cuestión de días, la mayoría de los campamentos militares talibanes quedaron severamente dañados y las defensas antiaéreas fueron destruidas. Entonces la campaña se centró en objetivos de mando, control, y comunicaciones para debilitar la capacidad de las fuerzas talibanes para comunicarse y coordinarse. Sin embargo, la línea del frente era mantenida por la Alianza del Norte, y aún no había éxitos concisos en el campo de batalla. Con dos semanas de campaña transcurridas, la Alianza del Norte pidió que la campaña aérea se enfocara más en las líneas del frente, pues tenía problemas para avanzar. Su armamento estaba compuesto de obsoleto material soviético y su capacidad de combate era suficiente para la resistencia pero incapaz para iniciar una ofensiva. Mientras tanto, miles de hombres de tribus pastún (procedentes de Pakistán) entraron en el país afgano, reforzando a los talibanes contra las fuerzas lideradas por los Estados Unidos.
La siguiente etapa de la campaña comenzó con la entrada de los cazabombarderos F/A-18 Hornet para destruir los vehículos armados talibanes mediante ataques de precisión, mientras otros aviones estadounidenses comenzaban a bombardear las defensas de los talibanes con bombas de racimo. Por primera vez en años, los comandantes de la Alianza del Norte comenzaron a ver los resultados sustantivos que habían esperado en las líneas del frente.
A principios de noviembre, las líneas del frente talibán fueron bombardeadas con bombas de gran radio de acción BLU-82, y atacadas con aviones artillados AC-130. Los combatientes talibanes no tenían experiencia previa frente a la capacidad y potencia militar de los estadounidenses, y a menudo incluso estaban en la cimas de crestas descubiertas donde las fuerzas especiales estadounidenses podían localizarlos fácilmente y pedir apoyo aéreo cercano. El 2 de noviembre las posiciones del frente talibán ya estaban devastadas, y una marcha de la Alianza del Norte sobre Kabul parecía posible por primera vez.
Los combatientes de Al Qaeda se hicieron cargo de las ciudades afganas, demostrando la inestabilidad el régimen talibán. Mientras tanto, la Alianza del Norte y los asesores de la CIA y de las Fuerzas Especiales estadounidenses planeaban la próxima fase de su ofensiva. Los tropas de la Alianza del Norte se apoderarían de Mazar-e Sarif, de este modo cortarían las líneas de abastecimiento de los talibanes y permitirían el flujo de suministros desde los países del norte, seguido por un ataque contra Kabul.
Durante los primeros meses de la guerra, los militares estadounidenses tenían una presencia muy limitada en tierra. El plan era que las fuerzas especiales, y los agentes de inteligencia con formación militar, sirvieran de enlace con las milicias afganas opuestas a los talibanes, las cuales avanzarían después de que las fuerzas talibanes fueran quebrantadas por el poderío aéreo estadounidense.
Los analistas de inteligencia militar de los Estados Unidos informaron que los talibanes y los milicianos de Al Qaeda estaban atrincherados tras una serie de redes de búnkeres subterráneos y cuevas fortificadas y bien abastecidas en las montañas de Tora Bora, ubicadas al este de la capital (y muy cerca de la frontera con Pakistán). El área fue sometida al intenso y continuo bombardeo de los B-52.
Las fuerzas estadounidenses y de la Alianza del Norte comenzaron a diferir en sus objetivos. Mientras los estadounidenses seguían con la búsqueda de Osama bin Laden, la Alianza del Norte estaba presionando para obtener más apoyo en sus esfuerzos por acabar con los talibanes y controlar el país.
La batalla por la ciudad de Mazar-e Sarif fue considerada importante, no solo por ser el lugar donde se encuentra el Santuario de Hazrat Ali o «Mezquita Azul», un sitio sagrado musulmán, sino porque también es un importante centro de transportes con dos aeropuertos principales y una de las principales rutas de abastecimiento con Uzbekistán. También permitiría el envío de ayuda humanitaria para aliviar la inminente crisis alimentaria de Afganistán, que amenazaba con más de seis millones de personas con hambre. Muchos de los que tenían la necesidad más urgente vivían en las zonas rurales del sur y oeste de Mazar-e Sarif. El 9 de noviembre las fuerzas de la Alianza del Norte, bajo el mando de los generales Abdul Rashid Dostum y Ustad Atta Mohammed Noor, cruzaron el puente de Pul-i-Imam Bukhri, encontrando alguna resistencia, y tomaron el aeropuerto y la principal base militar de la ciudad.
Fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos —concretamente el Destacamento Operacional Alpha (ODA) 595, agentes paramilitares de la CIA y Equipos de Control de Combate de la Fuerza Aérea—, a caballo y usando plataformas de apoyo aéreo cercano, tomaron parte en la ofensiva de la Alianza del Norte para entrar en la ciudad de Mazar-e Sarif en la provincia de Balj. Después de una sangrienta batalla de 90 minutos, las fuerzas talibanes, que controlaban la ciudad desde 1998, se retiraron de la ciudad, provocando celebraciones de júbilo entre la gente del pueblo cuyas afinidades étnicas y políticas eran con la Alianza del Norte.
Los talibanes habían pasado tres años luchando contra la Alianza del Norte por Mazar-e Sarif, precisamente porque su captura les confirmaría como dominadores de todo Afganistán.Mando Central de los Estados Unidos había creído al principio que la ciudad permanecería en manos de los talibanes hasta bien entrado el año siguiente, y cualquier batalla posible tendría un «avance muy lento».
La caída de la ciudad fue un «palmetazo» para los talibanes y en última instancia resultó ser un golpe importante, ya que elTras los rumores de que el mulá Dadullah se dirigía a recuperar la ciudad con nada menos que 8000 combatientes talibán, fueron trasladados a la ciudad por vía aérea mil soldados de la 10.ª División de Montaña estadounidense, que proporcionaron el primer punto de apoyo sólido desde el que poder llegar a Kabul y Kandahar. Mientras que antes los vuelos militares tenían que ser lanzados desde Uzbekistán o desde portaviones en el mar arábigo, después de la captura de Mazar-e Sarif los estadounidenses tuvieron su propio aeropuerto en el país que les permitió realizar vuelos más frecuentes para misiones de reabastecimiento y de ayuda humanitaria. Estas misiones permitieron los envíos masivos de ayuda humanitaria para ser entregadas inmediatamente a cientos de miles de afganos enfrentados al hambre en la llanura del norte.
Se puso de manifiesto que el aeropuerto había quedado lleno de trampas colocadas por los talibanes al huir, con explosivos colocados alrededor de las instalaciones, además de resultar muy dañado por las propias misiones de interdicción aérea destinadas a que este fuera utilizado por el enemigo.
Las pistas destruidas del aeropuerto fueron parcheadas por personal de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos y habitantes locales contratados para cubrir los cráteres de bombas con asfalto y alquitrán a mano, y el primer avión de carga ya pudo aterrizar diez días después de la batalla. La base aérea no fue declarada operacional hasta el 11 de diciembre.
Las fuerzas respaldadas por Estados Unidos que ahora controlaban la ciudad inmediatamente comenzaron a emitir desde Radio Mazar-e Sarif, que antes era el canal talibán La voz del Sharia en la frecuencia 1584 kHz, una emisión que incluía un discurso del expresidente Burhanuddin Rabbani. La música fue transmitida por Radio Kabul por primera vez en cinco años, y las canciones eran introducidas por una locutora femenina —otro gran avance para una ciudad donde a las mujeres se le había prohibido la educación, el trabajo, y muchas otras libertades civiles desde 1996.
La noche del 12 de noviembre, las fuerzas talibán se retiraron de la ciudad de Kabul, huyendo bajo el amparo de la oscuridad. Por la tarde del 13 de noviembre, en el momento en que las fuerzas de la Alianza del Norte llegaron a la capital, solo les estaban esperando cráteres de bombas, follaje quemado, y casquillos de municiones vacíos en los que había sido las posiciones y emplazamientos de armas de los talibanes. Los únicos defensores que quedaban era un grupo de aproximadamente veinte incondicionales combatientes árabes emplazados en el parque de la ciudad. El grupo de talibanes fue eliminado en 15 minutos de combate, al ser ampliamente superados en número y tener poca cobertura en donde escudarse. Una vez que esas fuerzas fueron neutralizadas Kabul pasó a manos de fuerzas de Estados Unidos y la Alianza del Norte.
La caída de Kabul marcó el inicio de un colapso de las posiciones de los talibanes en el mapa. En 24 horas, todas las provincias afganas a lo largo de la frontera con Irán, incluía la ciudad clave de Herat, habían caído. Los señores de la guerra y comandantes pastún locales se habían hecho cargo de todo el noreste de Afganistán, incluida la ciudad clave de Jalalabad. Los talibanes que resistían en el norte, principalmente voluntarios pakistaníes, se replegaron a la ciudad norteña de Kunduz. El 16 de noviembre, el último bastión de los talibanes en el norte de Afganistán fue sitiado por la Alianza del Norte. Cerca de 10 000 combatientes talibán, liderados por combatientes extranjeros, se negaron a rendirse y continuaron oponiendo resistencia. Para entonces en el sureste, los talibanes habían sido obligados a regresar a su tierra de origen alrededor de Kandahar.
El 13 de noviembre, las fuerzas talibán y de Al Qaeda, con la posible inclusión de Osama bin Laden, se reagruparon y concentraron sus fuerzas en el complejo de cuevas de Tora Bora, en la frontera con Pakistán 50 kilómetros al sur de Jalalabad, para preparar la resistencia contra las fuerzas de Estados Unidos, la OTAN y la Alianza del Norte. Cerca de 2000 combatientes talibán y de Al Qaeda se fortificaron en posiciones dentro de búnkeres y cuevas, y el 16 de noviembre los bombarderos estadounidenses comenzaron a bombardear las fortalezas en las montañas. Al mismo tiempo, operativos de la CIA y de las fuerzas especiales ya estaban trabajando en el área, reclutando y pagando a los señores de la guerra locales para que se unieran a la lucha y planear un ataque al complejo de Tora Bora.
Así como se intensificó el bombardero de Tora Bora, seguía el asedio de Kunduz que comenzara el 16 de noviembre. Finalmente, después de nueve días de intensos combates y bombardeos estadounidenses, los combatientes talibanes que mantenían Kunduz se rindieron ante las fuerzas de la Alianza del Norte entre el 25 y el 26 de noviembre. Poco antes de la rendición, aparentemente llegaron aviones pakistaníes para evacuar a unos pocos cientos de militares y personal de inteligencia que habían ido de Pakistán a Afganistán antes de la invasión estadounidense para ayudar en la lucha que tenían los talibanes contra la Alianza del Norte. Sin embargo, durante ese puente aéreo, se alega que hasta cinco mil personas fueron evacuadas de la región, incluidas tropas talibanes y de Al Qaeda. Entre los medios occidentales esta evacuación se conoce como el «puente aéreo del mal» (Airlift of Evil).
El 25 de noviembre, cuando los combatientes talibán que mantenían que en la ciudad de Kunduz se rindieron, y estaban siendo encarcelados en la fortaleza de Kunduz (cerca de Mazar-e Sarif), unos pocos talibanes atacaron a algunos guardias de la Alianza del Norte, cogiendo sus armas y abriendo fuego. Este incidente provocó en poco tiempo una revuelta generalizada de unos 300 prisioneros, que pronto se apoderaron de la mitad sur del complejo, antiguamente una fortaleza medieval, incluido un arsenal de armas. Un agente paramilitar de la CIA, que había estado interrogando prisioneros, Johnny Micheal Spann, murió en la revuelta, convirtiéndose en el primer estadounidense muerto en combate de la guerra.
La revuelta al final fue sofocada después de siete días de duros combates entre los talibanes y la Alianza del Norte junto a una unidad SBS británica y algunos miembros de Fuerzas Especiales del Ejército de los Estados Unidos, también participaron aviones artillados AC-130 y otras aeronaves proporcionando fuego de ametrallamiento, así como ataques de bombardeo. Solo sobrevivieron 86 de los prisioneros talibanes, y murieron en torno a 50 soldados de la Alianza del Norte. El aplastamiento de la revuelta marcó el final de los combates en el norte de Afganistán, donde los señores de la guerra de la Alianza del Norte consiguieron un firme control.
A finales de noviembre, Kandahar, cuna del movimiento talibán, era el último bastión que le quedaba al grupo extremista islámico, pero se enfrentaba a una creciente presión. Cerca de 3000 combatientes tribales, liderados por Hamid Karzai, un lealista del antiguo rey afgano, y Gul Agha Sherzai, el gobernador de Kandahar antes de que los talibanes tomaran el poder, presionaron a las fuerzas talibán desde el este y les cortaron las líneas de suministros del norte de Kandahar. La amenaza de la Alianza del Norte se alzó en el norte y noreste.
Mientras tanto, había llegado el primer número significativo de tropas de combate de Estados Unidos. Cerca de 1000 marines, que fueron transportados en helicópteros CH-53E Super Stallion y aviones AC-130, establecieron una base de operaciones avanzada conocida como Camp Rhino en el desierto del sur de Kandahar el 25 de noviembre. Este fue el primer punto de apoyo estratégico de la coalición en Afganistán, y el primer paso para establecer otras bases de operaciones. El primer combate importante en el que participaron las fuerzas terrestres estadounidenses ocurrió un día después de montar Camp Rhino cuando 15 vehículos blindados se acercaron a la base y fueron atacados por helicópteros artillados, destruyendo muchos de ellos. Entretanto, los ataques aéreos seguían machacando las posiciones de los talibanes dentro de la ciudad, donde se encontraba el mulá Omar. Omar, el líder talibán, se mantuvo desafiante a pesar de que su movimiento solo controlaba 4 de las 30 provincias afganas a finales de noviembre y pidió a sus tropas que lucharan hasta la muerte.
El 6 de diciembre, el gobierno de Estados Unidos rechazó la amnistía para Omar o cualquiera de los líderes talibán. Poco después, el 7 de diciembre, Omar salió de la ciudad de Kandahar con un grupo de sus seguidores incondicionales y se dirigió hacia el noroeste a las montañas de la provincia de Urūzgān, incumpliendo la promesa de los talibanes de entregar a sus combatientes y sus armas. Se informó que fue visto por última vez conduciendo con un grupo de sus combatientes un convoy de motocicletas.
Otros miembros de la jefatura talibán huyeron a Pakistán a través de los pasos remotos de las provincias de Paktiyā y Paktīkā. Sin embargo, Kandahar, la última ciudad controlada por los talibanes, había caído, y la mayoría de los combatientes talibán se había disuelto. El pueblo fronterizo de Spin Boldak se rindió en el mismo día, marcando el final del control talibán en Afganistán. Las fuerzas tribales afganas lideradas por Gul Agha sitiraron la ciudad de Kandahar mientras los marines tomaron el control del aeropuerto en las afueras y establecieron una base.
Los combatientes de Al Qaeda se seguían manteniendo en las montañas de Tora Bora, mientras una milicia tribal antitalibán, respaldada por Fuerzas Especiales del Reino Unido y los ataques aéreos de Estados Unidos, empujaba constantemente a las fuerzas de Bin Laden a retroceder por el difícil terreno. Frente a la derrota, las fuerzas de Al Qaeda acordaron una tregua para darles tiempo a entregar sus armas. En retrospectiva, sin embargo, muchos creen que la tregua fue una treta para permitir que las figuras importantes de Al Qaeda, incluido Osama bin Laden, pudieran escapar. El 12 de diciembre los combates estallaron de nuevo, probablemente iniciados por una retaguardia con intención de ganar tiempo para la huida de la fuerza principal a través de las Montañas Blancas hacia las áreas tribales de Pakistán. Una vez más, las fuerzas tribales, respaldadas por tropas de operaciones especiales británicas y estadounidenses y su apoyo aéreo, avanzaron contra las posiciones fortificadas de Al Qaeda en cuevas y búnkeres diseminados por toda esa montañosa región.
El 17 de diciembre fue tomado el último complejo de cuevas venciendo a sus defensores. La búsqueda por la zona llevada a cabo por fuerzas estadounidenses y británicas continuó hasta enero, pero no apareció rastro ni de bin Laden ni de los dirigentes de Al Qaeda. Se cree casi por unanimidad que ya habían escapado hacia las áreas tribales de Pakistán al sureste. Se estima que durante la batalla murieron en torno a 200 combatientes de Al Qaeda, junto con un número desconocido de combatientes tribales antitalibanes. No se registraron muertos estadounidenses ni británicos.
El 21 de noviembre de 2001 se llevó a cabo la Misión Heracles, esta fue una misión llevada a cabo en conjunto entre las fuerzas aeronavales de Francia y los Estados Unidos y liderada por el contraalmirante francés François Cluzel en la denominada Operación Libertad Duradera con el fin de acabar con el régimen talibán y la huida del líder de la organización Al Qaeda Osama bin Laden.
Después de que los talibanes abandonaran Kabul en noviembre de 2001 y perdieran su bastión, la ciudad sureña de Kandahar, en diciembre de 2001, por lo general se piensa que para entonces los principales líderes talibanes y de Al Qaeda ya habían huido a través de la frontera con Pakistán.
Para llenar el vacío político, en diciembre de 2001 las Naciones Unidas llevó a cabo en Alemania la Conferencia de Bonn, donde fueron organizadas reuniones entre varios líderes afganos por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Los talibanes no fueron incluidos. Entre los participantes había representantes de cuatro grupos de oposición afganos, y como observadores se incluían representantes de países vecinos y otros países implicados, incluido Estados Unidos.
El resultado fue el Acuerdo de Bonn que creó la Autoridad Interina Afgana que serviría de «almacén de soberanía afgana» y trazó el llamado Proceso de Petersberg, un proceso político hacia una nueva Constitución y la elección de un nuevo Gobierno afgano.
La Resolución 1378 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas del 14 de noviembre de 2001 incluyó «condenar a los talibán por permitir que Afganistán fuera usado por la red de Al Qaeda y otros grupos terroristas como una base para la exportación del terrorismo y por proporcionar un refugio seguro a Osama bin Laden, Al Qaeda y otras personas asociadas con ellos, y en este contexto apoyar los esfuerzos de del pueblo afgano para sustituir el régimen talibán».
Para ayudar a proveer seguridad y apoyar esta Autoridad Interina Afgana, las Naciones Unidas autorizaron una fuerza internacional, la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), con un mandato para ayudar a los afganos a mantener las seguridad en Kabul y las zonas circundantes.
Antes de la invasión liderada por Estados Unidos, se temía que la invasión y la resultante interrupción de los servicios causaría una hambruna generalizada y gran número de refugiados. El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas suspendió temporalmente sus actividades dentro de Afganistán con el comienzo de los ataques de bombardero pero los reanudó después de la caída de los talibanes.
La Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) inicialmente fue establecida como una fuerza de estabilización por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 20 de diciembre de 2001, para asegurar Kabul. Su mandato no se extendía más allá de esta área los primeros años. El 11 de agosto de 2003, la OTAN asumió el mando político y de coordinación de la ISAF. El 31 de julio de 2006, la ISAF asumió el mando del sur del país; y el 5 de octubre de 2006, del este. A fecha de 15 de noviembre de 2010, la ISAF estaba compuesta por 130 930 soldados de 48 países, la mayoría aportados por Estados Unidos.
Después de Tora Bora, las fuerzas estadounidenses y sus aliados afganos consolidaron su posición en el país. Después de la celebración de una loya jirga o gran consejo de principales facciones afganas, líderes tribales y antiguos exiliados, se estableció un gobierno afgano interino en Kabul liderado por Hamid Karzai. Las fuerzas de Estados Unidos establecieron su base principal en el Aeródromo de Bagram, justo al norte de Kabul, aunque el aeropuerto de Kandahar también se convirtió en una base importante. Se establecieron varios puestos avanzados en las provincias del este a la caza de fugitivos talibán y de Al Qaeda. El número de tropas de la coalición liderada por Estados Unidos operando en el país creció a más de 10 000.
Mientras tanto, los talibanes y Al Qaeda no habían abandonado. Las fuerzas de Al Qaeda comenzaron a reagruparse en las montañas de Shahi-Kot de la provincia de Paktiyā a lo largo de enero y febrero de 2002. Un fugitivo talibán en la provincia de Paktiyā, el mulá Saifur Rehman, también comenzó a reconstruir parte de su milicia en apoyo de los combatientes contra Estados Unidos. Ascendían a más de 1000 a principios de marzo de 2002. La intención de los insurgentes era usar la región como una base para lanzar ataques de guerrilla y posiblemente una gran ofensiva al estilo de los muyahidín que combatieron las fuerzas soviéticas durante los años 1980.
Las fuentes de inteligencia de Estados Unidos y la milicia afgana descubrieron este reagrupamiento en la provincia de Paktia y prepararon una ofensiva a gran escala para hacerle frente. El 2 de marzo de 2002, las fuerzas estadounidenses y afganas lanzaron una ofensiva contras las fuerzas talibán y de Al Qaeda atrincheradas en las montañas de Shahi-Kot, al sudeste de Gardez.
Las fuerzas Mujahideen, que empleaban armas ligeras, granadas propulsadas por cohetes y morteros, estaban atrincheradas en cuevas y búnkeres en las laderas de las montañas a altitudes muy por encima de los 3000 m. Usaban tácticas de «atacar y huir», abriendo fuego sobre las fuerzas estadounidenses y afganas y luego retirándose a sus cuevas y búnkeres para cubrirse del fuego devuelto y los continuos bombarderos de los aviones estadounidenses. Agravando la situación de las tropas de coalición, los comandantes estadounidenses inicialmente subestimaron las fuerzas talibán y de Al Qaeda como un último foco aislado que no superaba los 200 hombres. Pero resultó que los guerrilleros eran entre 1000 y 5000 hombres según algunas estimaciones y que estaban recibiendo refuerzos.
El 6 de marzo, murieron ocho soldados estadounidenses y siete afganos, y según se informó, también murieron 400 miembros de las fuerzas de oposición durante los combates. Las bajas de la coalición fueron por un incidente de fuego amigo que provocó la muerte de un soldado y el derribo de dos helicópteros con fuego de armas ligeras y RPG, que produjo la muerte de siete soldados y la inmovilización de fuerzas estadounidenses que estaban siendo insertadas, en lo que fue acuñado como «Objetivo Ginger», provocando decenas de heridos. Sin embargo, varios cientos de guerrilleros escaparon de la redada a través de la frontera de Pakistán hacia las áreas tribales de Waziristán.
En la Operación Anaconda y otras misiones efectuadas durante 2002 y 2003 también participaron fuerzas especiales de varias naciones occidentales, incluyendo el Regimiento de Servicio Aéreo Especial australiano, la Joint Task Force 2 canadiense, el KSK alemán, el Servicio Aéreo Especial de Nueva Zelanda y el Marinejegerkommandoen noruego.
El 4 de marzo de 2002 un enfrentamiento bélico entre las fuerzas estadounidenses (SEAL y Rangers) y las fuerzas de Al Qaeda que ocurrió en la cumbre de una montaña afgana situada en el pico Takur Ghar. La batalla se desarrolló sobre la cumbre de dicha montaña luego que dos helicópteros Chinook fueran impactados por fuego de RPG y ametralladoras de talibanes luego de dejar equipos SEALs para rescatar a un SEAL el Sargento Neil Roberts, además de eliminar los nidos de ametralladoras enemigas para tomar dicho pico y posición amenazante. La batalla fue exitosa para los americanos y a la vez la más sangrienta para los estadounidenses en la guerra. Dicha batalla también es conocida como la batalla de Roberts Ridge.
Tras la batalla de Shahi-Kot, se cree que los combatientes de Al Qaeda establecieron sus refugios bajo la protección de las áreas tribales en Pakistán, donde recuperaron su fuerza y después comenzaron a realizar incursiones transfronterizas contra las fuerzas de la coalición liderada por Estados Unidos durante los meses de verano de 2002. Unidades de guerrilla, de entre 5 y 25 hombres, cruzaban regularmente la frontera desde sus refugios en Pakistán para atacar bases de Estados Unidos y emboscar convoyes y patrullas estadounidenses, así como a tropas del Ejército Nacional Afgano, fuerzas de milicia afganas que trabajaban con la coalición, y organizaciones no gubernamentales. En el área de alrededor de la base estadounidense de Shkin, en la Provincia de Paktika, se produjeron algunos de los enfrentamientos más fuertes.
Mientras tanto, las fuerzas talibán permanecieron ocultas en las regiones rurales de las cuatro provincias sureñas que formaron su heartland: Kandahar, Zābul, Helmand y Urūzgān. A raíz de la Operación Anaconda El Pentágono solicitó que fueran desplegados los Royal Marines británicos, que están altamente entrenados en guerra de montaña. Estos llevaron a cabo una serie de misiones durante varias semanas con diversos resultados. Los talibanes, que durante el verano de 2002 se contaban por centenares, evitaron combatir contra las fuerzas estadounidenses y sus aliados afganos y durante las operaciones huían por cuevas y túneles de remotas montañas afganas o a través de la frontera con Pakistán.
Tras los Acuerdos de Bonn, se encargó a la administración transitoria la función de conducir el proceso de estabilización y democratización del país. Para redactar una nueva constitución se creó una asamblea: la Loya yirga, que incluía a 340 miembros electos de las provincias, a 110 representantes de las minorías políticas y a 52 personalidades nombradas por el presidente. No obstante, el texto debía someterse a la aprobación del representante especial de Estados Unidos. Por su parte, los señores de la guerra negociaron algunas enmiendas, en especial la supresión de la referencia a la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la subordinación a la Sharia de las leyes. Finalmente, el 4 de enero de 2004 se aprobó una nueva Constitución y en octubre de ese mismo año se celebraron las primeras elecciones democráticas de la historia, en las que resultó vencedor el ya presidente interino Hamid Karzai. Varios opositores de Karzai denunciaron un posible fraude que no fue considerado como tal por los observadores internacionales.
Sin embargo, la autoridad del gobierno solo era efectiva en la capital, Kabul, y en ciertas áreas controladas por las fuerzas internacionales. La escasa capacidad del ejército afgano otorgó el dominio de la mayor parte del país a los diferentes "señores de la guerra", que reanudaron el cultivo de opio a gran escala. A finales de 2004 Afganistán ya era el primer productor mundial de opio, suponiendo este cultivo más de la mitad de todo su PIB.
Durante estos años la ONU realizó un esfuerzo para ayudar a las población civil, escolarizando a unos 4 millones de niños y restableció el sistema de salud. Por su parte, la coalición internacional se centró en la formación de las nuevas fuerzas de seguridad afganas. Mientras, pese al programa general de desarme, la resistencia talibán se replegó y permaneció latente en las provincias.
El 28 de junio de 2005 tuvo lugar la Operación Alas Rojas (en inglés: Operation Red Wings) fue una misión de contrainsurgencia fallida en la provincia de Kunar, Afganistán, con la participación de cuatro miembros de los SEALs de la Armada de los Estados Unidos quienes fueron enviados a llevar a cabo la operación. La misión dejó el saldo de por parte estadounidense 19 muertos, 1 herido, 1 helicóptero Chinook derribado la cual iban los restantes hombres que murieron en el fallido rescate para los cuatro Seals en tierra. Además en la operación hubo un único sobreviviente Navy Seal llamado Marcus Luttrell que fue posteriormente rescatado por fuerzas americanas, además los comandantes Seal Erik S. Kristensen (quien iba a bordo del helicóptero derribado) y Michael P. Murphy (en la operación en tierra) murieron en combate. Los talibanes comandados por Ahmad Shah sufrieron bajas aún desconocidas, pero el triunfo de la operación fue para los talibanes y una misión fallida para los estadounidenses.
A finales de julio de 2006, la OTAN tomó el mando de la ISAF y se hizo cargo del control de la región sur del país (que incluía las provincias de Day Kundi, Helmand, Kandahar, Nimruz, Uruzgan y Zabul) tradicionalmente dominada por los talibanes y narcotraficantes. Este traspaso del control (de Estados Unidos a una organización integrada por 37 países, que aumentó su presencia de 3000 a 9000 efectivos en el territorio) coincidió con un incremento de la violencia en la zona, donde en ocasiones llegó a haber más atentados diarios que en Irak. Además de los ataques a funcionarios públicos y fuerzas internacionales, la violencia se extendía a las escuelas, como forma de desestabilizar el sistema de educación (fuertemente orientado a la escolarización de las niñas), uno de los pilares del nuevo gobierno.
El teniente general David Richards —comandante de las fuerzas de la OTAN en Afganistán— declaró en agosto de 2006 que las fuerzas británicas apostadas allí combatían en el conflicto más largo y sangriento que el Reino Unido hubiera enfrentado en los últimos 50 años. Mientras tanto, el ministro William Hague afirmó que el gobierno debería trasladar el caso a los demás aliados en la OTAN, para que la organización aportara tropas de los demás países integrantes para que no fuera «sólo el Reino Unido quien sufriera la peor parte» del conflicto.
En 2007 hubo un importante resurgimiento talibán con numerosos ataques sobre todo en la zona sur del país y según algunos informes, podrían haber reconquistado ciertas zonas cuyo control perdieron en 2001.Bagram cuando el vicepresidente Dick Cheney se encontraba de visita y en el que murieron 18 personas, entre ellas varios militares y personal estadounidense. Cheney salió ileso.
El 27 de febrero se produjo un atentado contra la base estadounidense deEn febrero de 2008 se filtró la noticia de que el Príncipe Enrique de Gales llevaba más de dos meses sirviendo en el frente de Afganistán con el contingente británico. La noticia causó un importante eco mediático que provocó la salida del nieto de la Reina de Inglaterra. El día 17 de ese mismo mes se produjo un brutal atentado en la ciudad de Kandahar que causó más de 80 muertos y varias decenas de heridos.
En agosto la situación empeoró para la OTAN, ya que sus bajas aumentaron sufriendo en junio, julio y agosto más bajas que en Irak, sumando estos tres meses eran 120 muertos comparando esto con los 190 que murieron en los primeros tres años del conflicto era una clara muestra del recrudecimiento del conflicto. El 19 de agosto diez soldados franceses resultaron muertos en una emboscada talibán cerca de Kabul.
Para octubre, el país continuaba en un clima de violencia y, según el Financial Times, en un descontento creciente con el gobierno de Hamid Karzai. Según el periódico, el descontento podría extenderse hacia el norte, donde los líderes de la Alianza del Norte, excluidos y presionados por Karzai, estarían rearmándose. También se rumoreó que la supuesta muerte de Osama Bin Laden no fue real ya que no se encontró cuerpo alguno, que Bin Laden seguía ocupando un rango elevado en la guerra. En 2008 se anunció el ingreso de Colombia en la alianza, que envió tropas entrenadas en la desactivación de minas antipersonales bajo el mando del Ejército de España.
El año 2009 fue el más violento desde la invasión en 2001. La insurgencia talibán incrementó los ataques por todo el territorio afgano causando gran número de víctimas, tanto de civiles como de fuerzas afganas y extranjeras.OTAN en Afganistán que incluía el envío de más tropas por parte de los países miembros así como intensificar y mejorar la formación de las fuerzas de seguridad afganas.
El repunte de la violencia en el país hizo necesaria una revisión de la estrategia de laEn mayo de 2009 la Casa Blanca declaró que no detendría los bombardeos contra el país, negándose a la petición del presidente de Afganistán, Hamid Karzai, después de que dos pueblos fueran bombardeados, causando la muerte de más de un centenar de civiles.
En septiembre de 2009, una operación aérea dirigida por el ejército alemán causó la muerte de unos 90 civiles en la provincia de Kunduz. Este incidente provocó la dimisión del Jefe de Estado Mayor alemán por ocultar información relativa al suceso.
Especialmente sangriento fue octubre de 2009 en el que se contabilizaron el mayor número de ataques insurgentes durante toda la invasión. El día 4, murieron ocho soldados estadounidenses en un ataque talibán al este del país.Kabul matando a 17 personas. El 28 un comando talibán asaltó la casa de huéspedes de la ONU en Kabul matando a 13 personas entre ellas seis funcionarios del organismo internacional.
El día 17 un suicida se inmoló frente la embajada india enA principios de noviembre de 2009 el líder opositor Abdullah Abdullah anunció su renuncia a presentarse a la segunda vuelta de las elecciones que debían celebrarse el día 8, lo cual supuso la reelección automática del actual presidente Hamid Karzai.
El 1 de diciembre de 2009 el gobierno de Estados Unidos solicitó a la OTAN el envío de 10 000 soldados más sumados a los 30 000 que dicho país se comprometió a desplegar durante 2010. El Reino Unido y España se comprometieron a enviar a 500 militares adicionales respectivamente. El 30 de diciembre de 2009 ocho agentes de la CIA resultaron muertos en un atentado suicida en la base estadounidense de Khost, cerca de la frontera con Pakistán.
El año 2010 se inició con la misma violencia con la que finalizó el año anterior. El 18 de enero los talibanes perpetraron ataques coordinados en el centro de Kabul que causaron una docena de muertos y cuyos objetivos fueron el Banco Central y diferentes sedes ministeriales.
El 28 de enero de 2010 se inició en Londres la Conferencia Internacional sobre Afganistán que se dividió en cuatro sesiones para abordar temas relacionados con la seguridad, la gobernación y desarrollo, la sociedad civil y la implicación de los países de la región y la comunidad internacional en la reconstrucción del país. Entre los temas de debate se planteó la consideración de otorgar cierto papel a los talibanes en el futuro gobierno para lograr una reconciliación nacional que lleve la paz al país. También se pretendió reforzar la lucha contra la corrupción que afecta al gobierno afgano.
En febrero de 2010, fuerzas de la OTAN y del ejército afgano emprendieron una importante ofensiva contra los bastiones talibanes de la provincia de Helmand. La acción bautizada como Operación Moshtarak se inició el 12 de febrero con el despliegue de 15 000 militares en la ciudad de Marjah, siendo la mayor ofensiva de la coalición desde la invasión del país en 2001.
En mayo de 2010, los talibanes tomaron el control del distrito de Bargi Matal, cerca de la frontera con Pakistán. Sin embargo, dicho distrito fue recuperado por las fuerzas afganas y de la OTAN en una ofensiva que duró varios días. En junio la situación empeora con un total de 103 militares de la OTAN muertos, siendo este el mes con más bajas extranjeras de toda la ocupación. El 23 de junio, el comandante Stanley McChrystal presentó la dimisión ante el Presidente Barack Obama, asumiendo el mando de las fuerzas estadounidenses el general David Petraeus.
En julio de 2010 se filtraron miles de documentos confidenciales del ejército estadounidense, en los que se detallaban operaciones militares secretas de los años anteriores del conflicto, así como información sobre la insurgencia y de las zonas fronterizas con el Pakistán.Países Bajos se convirtió en el primer país miembro de la OTAN en retirar sus tropas de Afganistán. A finales de agosto los talibanes atacaron varias bases de la OTAN situadas en la zona este del país. El 10 de septiembre fue atacada con piedras la base alemana de la OTAN en la provincia de Badakhshan por la población civil.
El 1 de agosto de 2010 losEl 18 de septiembre, se celebraron las segundas elecciones parlamentarias desde la caída del régimen talibán bajo la amenaza de los insurgentes. Sin embargo las elecciones se celebraron con relativa tranquilidad a pesar de algunos ataques talibanes.Kunduz.
El 7 de octubre se inició en Kabul un Consejo de Paz entre las autoridades y los talibanes para llegar a una resolución pacífica y definitiva de un conflicto que ya duraba nueve años. El 8 de octubre fue asesinado en un atentado el gobernador de la provincia deLa muerte de Osama bin Laden se anunció el 2 de mayo de 2011, cuando unidades de élite de las fuerzas militares de EE. UU. abatieron al líder de Al-Qaeda en el transcurso de un tiroteo en Abbottabad, Pakistán. El presidente Barack Obama informó públicamente la noche del 1 de mayo de que un pequeño equipo de operaciones especiales había dado muerte a Bin Laden. La operación, cuyo nombre en clave primero se informó que fue «Operación Gerónimo» y después «Operación Lanza de Neptuno», fue llevada a cabo por unidades del Grupo de Desarrollo de Guerra Naval Especial de los Estados Unidos (unidad de élite de los SEAL) bajo el Mando de Operaciones Especiales de los Estados Unidos, en coordinación con la Agencia Central de Inteligencia (CIA). Las autoridades pakistaníes confirmaron que Bin Laden murió cerca de la ciudad de Abbottabad en un enfrentamiento con militares de EE. UU. Según informó la Administración de Obama, el cuerpo de Bin Laden fue arrojado al mar tras comprobar, mediante pruebas de ADN, que efectivamente se trataba del fugitivo.
El 26 de noviembre de 2011 a las 02:00 AM (hora local), helicópteros de la OTAN bombardearon a las tropas pakistaníes de la localidad de Salala (subdivisión Baizai) en Mohmand, cerca de la frontera con Afganistán, causando la muerte de 26 soldados pakistaníes, siete heridos y el agravamiento de la tensión entre el gobierno de Islamabad y las fuerzas occidentales que actúan en la zona. El gobierno bloqueó los convoyes de aprovisionamiento de la OTAN. Este fue el incidente más grave entre Pakistán y las potencias occidentales en la última década. Finalmente, el martes 7 de febrero, luego de disculpas ofrecidas del gobierno estadounidense a Pakistán se restableció el acuerdo en el cual el gobierno de Pakistán volvió a habilitar el paso por su territorio de convoyes de la OTAN, tanto de tropas como de logística, con dirección a las tropas de la coalición en Afganistán.
El 15 de abril de 2012, los talibanes pusieron en marcha la ofensiva talibán de primavera, estos perpetran ataques en Kabul contra varias embajadas occidentales y los edificios gubernamentales, la mayoría de ellos en el céntrico barrio de la Zona Verde, este golpe se saldó con la muerte de 19 insurgentes y 28 heridos. Otros golpes se dieron en el interior de Afganistán como en Jalabalad, Gardez, Kapisa, y el más significativo, ocurrido en Kabul.
El 14 de septiembre, los talibanes llevaron a cabo la ofensiva de Camp Bastion sobre la base británica de Campamento Bastión en la provincia de Helmand, Afganistán. El príncipe Enrique de Gales resulta ileso. El saldo total de bajas en la trifulca fue de 2 marines estadounidenses muertos y 5 soldados de la coalición heridos, 6 aviones de combate estadounidenses destruidos, más otros dos resultaron dañados significativamente, 3 estaciones de reabastecimiento destruidas, 6 hangares de aviones afectados por parte insurgentes. Se contaron entre 16 y 18 talibanes muertos, y 1 herido capturado. Por otro lado un portavoz talibán declaró que el ataque tuvo el objetivo de atacar la base debido a la polémica que desató el filme La inocencia de los musulmanes.
El 12 de noviembre, Abu Zaid Al Kuwaití, un posible sucesor de Ayman al Zawahiri (líder de Al Qaeda después de la muerte de Bin Laden), fue asesinado en Pakistán por un dron estadounidense mientras desayunaba. Al Kuwaití era considerado uno de los grandes líderes de la red terrorista que permanecieron al frente tras la muerte de Osama bin Laden en mayo de 2011.
La "operación Jalid bin Waleed", llamada así en honor al principal comandante de las tropas musulmanas del siglo VII, fue lanzada conjuntamente en todo el país a partir del 28 de abril de 2013 habían anunciado la agrupación talibán, diciendo que atacarían bases militares extranjeras y áreas diplomáticas.
El 18 de junio de 2013 el Gobierno de Afganistán asumió la responsabilidad de garantizar la seguridad interna con el traspaso de esa tarea a las fuerzas policiales y militares del país, que estuvo en manos de la OTAN desde 2001. El proceso, que empezó en julio de 2011, acabó con el traspaso, por parte de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF, dependiente de la Alianza Atlántica), a los afganos de los últimos distritos que todavía controlaba. La OTAN tendría solo un papel de apoyo aéreo en caso de ataque insurgente, y entrenamiento de los 350 000 miembros de la policía, militares y paramilitares afganos. Se preveía que en dicho ciclo cerca de 100 000 abandonarían el país.
En septiembre de ese año, las tropas españolas culminaron el repliegue de la provincia de Badghis con la cesión de la base de Qala-i Naw a las autoridades afganas. En diciembre, Australia puso fin a doce años de misión militar en Afganistán con la retirada de últimas tropas desplegadas en la provincia de Oruzgán, aunque dejó a 400 soldados para continuar con labores de consultoría y capacitación, principalmente en Kabul y Kandahar. En enero de 2014, el ministro de defensa polaco anunció la retirada parcial de las tropas polacas para mayo de ese año.
El 5 de abril de 2014 fueron celebradas las elecciones presidenciales, resultando ganador Abdullah Abdullah (exministro de asuntos exteriores). Sin embargo, fue necesaria una segunda vuelta frente Ashraf Ghani celebrada en junio y cuyos resultados se vieron envueltos en una disputa acusado por Abdullah Abdullah de fraude, pero finalmente se llegó a un acuerdo donde Ghani se desempeñara como el presidente y Abdullah Abdullah de Primer ministro. El 29 de septiembre Ghani asumió como el segundo presidente del Afganistán democrático y por supuesto luego de la presidencia del afgano Hamid Karzai.
El 12 de mayo, los talibanes lanzaron su nueva Ofensiva Talibán de Primavera de 2014, que tiene por objeto actuar contra las fuerzas de la ISAF-OTAN y las afganas, entre sus actos se encuentra un atentado contra el ministerio de Justicia de Jalalabad.
El 31 de mayo tuvo lugar la liberación del sargento estadounidense Bowe Bergdahl, capturado en Afganistán el 30 de junio de 2009, a cambio de cinco presos de la prisión de Guantánamo, este canje sería posible mediante la intermediación de Catar.
El 15 de julio, un atentado con coche bomba causó 89 muertos y 80 heridos en el distrito de Orgun.
El 5 de agosto, un sujeto vestido con uniforme afgano atacó a soldados de la coalición y de las fuerzas afganas en la base británica de entrenamiento Camp Qargha, dejando 7 soldados estadounidenses heridos, 5 soldados británicos heridos y 3 soldados de las fuerzas afganas también heridos, varios de gravedad entre los soldados de la coalición y de las fuerzas afganas. Además, un general alemán fue herido. El supuesto soldado afgano también logró matar a un general estadounidense de dos estrellas llamado Harold J. Greene, quien era uno de los principales responsables para la transición de las operaciones de seguridad a las fuerzas afganas y el militar de más alto rango perteneciente a las fuerzas de la ISAF-OTAN muerto desde la invasión de Afganistán de 2001; el atacante, que fue identificado como Rafiqullah y había servido durante dos años en el ejército afgano, logró ser abatido. Debido a ello el General Joseph Dunford Jr. líder de la coalición ISAF-OTAN decidió suspender momentáneamente la misión de colaboración en lo que respecta al entrenamiento de los soldados afganos.
El 26 de octubre, la última unidad de marines estadounidenses y de tropas de combate británicas presentes en Afganistán terminaron oficialmente sus operaciones, luego de transferir el control de una gran base militar a los afganos. El campamento de Leatherneck es la mayor base de Estados Unidos que se entrega al control afgano mientras que Camp Bastion, la última base militar británica, también fue entregada a los afganos. Para diciembre de 2014, el presiente Obama prometió la salida de las tropas estadounidenses del país asiático, dejando solo algunos elementos luego de la retirada.
El 22 de noviembre, Obama firmó una orden, mediante la cual EE. UU se comprometía a dejar un número de 9 800 soldados para asesorar, entrenar y acompañar en el combate a las fuerzas afganas hasta fines de 2015, la operación llevaría el nombre de Operación Apoyo Decidido
Sin embargo, el 1 de diciembre de 2014 el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, corroboró junto al presidente de Afganistán, Ashraf Gani, y el jefe del Gobierno, Abdulá Abdulá, la continuidad de la misión aliada a partir del próximo 1 de enero en el país centro asiático como dijimos denominada Operación Apoyo Decidido la cual tendrá comienzo el 1 de enero de 2015 y dicha misión se limitara solo a entrenar y asesorar a las fuerzas afganas diferente a lo firmado por Obama la cual este prestaba apoyo militar en misiones de combate; Estados Unidos prevé mantener unos 10 800 soldados hasta 2024 y la Alianza Atlántica continuará en el país con unos 4000 militares que desempeñarán un nuevo rol de asesoramiento y equipamiento de tropas afganas, frente a los alrededor de 130 000 efectivos extranjeros que había en 2012.
El 28 de diciembre de 2014 el Presidente de los Estados Unidos Barack Obama dio por finalizada la misión de la ISAF-OTAN en Afganistán y la ceremonia que se realizó en Kabul junto al comandante de la ISAF, el General estadounidense John Campbell en representación de las fuerzas de la ISAF que supuestamente puso fin a los combates es simbólica: las fuerzas norteamericanas permanecerán dos años más, como mínimo, en el país centroasiático.
Según los planes de Barack Obama, EE.UU mantendrá la presencia militar hasta el final de 2016 asesorando y participando en algunas misiones de combates concretas.
En su discurso de ceremonia de finalización de la misión de la ISAF en Afganistán, Obama expreso que las tropas y el personal de inteligencia «han sido implacables» contra los terroristas responsables de los atentados del 11 de septiembre de 2001, «devastando» el núcleo del liderazgo de Al Qaeda, nuestros valerosos militares y diplomáticos en Afganistán —junto con nuestros aliados en la OTAN y en la coalición— han ayudado a que el pueblo afgano reclame sus comunidades, tome el liderazgo de su propia seguridad, celebre elecciones históricas y complete el primer traslado democrático del poder en la historia del país», dijo Obama. No obstante, «Afganistán sigue siendo un lugar peligroso, y el pueblo afgano y las fuerzas de seguridad continúan haciendo enormes sacrificios en defensa de su país, EE.UU permanecerá vigilante ante la amenaza del terrorismo» admitió el mandatario. Pero lo seguro es que Estados Unidos prevé mantener unos 10 800 soldados hasta 2024 y la Alianza Atlántica continuará en el país con unos 4000 militares que desempeñarán un nuevo rol de asesoramiento y equipamiento de tropas afganas.Sin embargo 12 500 militares continuarán, en Afganistán para ayudar a los 350 000 efectivos de las fuerzas de seguridad, quienes se enfrentan a partir de ahora en solitario a la insurrección talibán.
La insurgencia afgana, entretanto, sigue siendo tan feroz y mortal como en cualquier otro momento desde la invasión de 2001 que derrocó al régimen talibán luego de los ataques del 11 de septiembre.
Con fecha 1 de diciembre de 2015 la OTAN frenar por el momento la retirada de sus tropas y mantendrá en el país aproximadamente 12.000 soldados según anuncio Jens Stoltenberg
En febrero de 2016 el gobierno de EE. UU. anunció el envío de hasta 800 soldadosProvincia de Helmand y bastión talibán. Este incremento de tropas en la provincia no implica el envío de más tropas al país, sino la redistribución de los 9.800 soldados ya existentes en Afganistán. El objetivo de este traslado de tropas es reforzar el entrenamiento a las tropas afganas desplegadas en esa zona.
a la conflictivaEl 1 de enero de 2015 se lanzó oficialmente la Operación Apoyo Decidido de instrucción de la OTAN a las fuerzas afganas en Afganistán durará dos años, aunque podría prolongarse. En el país se encuentran unos 11 000 instructores estadounidenses que deberán ayudar a combatir el terrorismo a los funcionarios de seguridad afganos, incluso en operaciones de combate en caso de ataque rápido de los militantes talibanes, los militares estadounidenses tendrán prohibido participar oficialmente en las acciones de guerra estadounidenses, incluso en operaciones de combate en caso de ataque rápido de los militantes talibanes. Se prevé a finales de 2015 el contingente estadounidense se reduzca a la mitad y a finales de 2016 en Afganistán solo quede un pequeño grupo de soldados que proteja la embajada estadounidense en Kabul.
A pesar de que Washington D.C declaró formalmente la finalización de las operaciones de combate a fines del 2014 las tropas de las fuerzas especiales estadounidenses y sus aliados afganos continuaron emprendiendo un creciente número de ataques nocturnos contra objetivos talibán y militantes de Al Qaeda.
En enero de 2015 se llevó a cabo un ataque en el aeropuerto internacional de Kabul en el que murieron tres contratistas privados estadounidenses y un ciudadano afgano por disparos de un insurgente talibán infiltrado entre las fuerzas de seguridad.
Desde el comienzo de la ofensiva de primavera el 24 de abril de 2015, se han llevado 5 ataques contra las fuerzas de seguridad perpetrados en la capital afgana, el último ataque fue contra un convoy de la EUPOL cerca del aeropuerto internacional de Kabul (hasta el 17 de mayo de 2015), en este se confirmó la muerte de uno de sus proveedores de seguridad en el atentado, mientras que dos trabajadores de la misión policial que viajaban en el mismo vehículo sufrieron heridas leves. Una fuente de la Embajada británica en Kabul que prefirió mantener el anonimato informó a Efe del fallecimiento de uno de sus nacionales, que trabajaba para la EUPOL pero no formaba parte de su plantilla. Además entre los muertos hubo 2 mujeres fallecidas.
En el último de ellos, 15 personas fallecieron el jueves en una casa de huéspedes a manos de un insurgente armado, incluidos cuatro indios, un estadounidense, un italiano y varios afganos.
Anteriormente un infiltrado talibán dio muerte a un soldado estadounidense y heridas a varios de ellos.
El 10 de junio de 2015 un misil impactó de forma "indirecta" en la Base Aérea de Bagram, situada en la provincia de Parwan y una de las principales bases de Estados Unidos en el país, dijo la misión de la OTAN en Afganistán, Apoyo Decidido, en un comunicado en un ataque talibán resultó muerta una contratista estadounidense.
Debido al desencanto del Estado Islámico con el Talibán, este grupo también conocido como Daesh (en árabe) apunta a las regiones de Pakistán y Afganistán donde la OTAN libra la guerra más prolongada de los Estados Unidos. Por ello, el 17 de enero de 2015 el EI se instaló en Afganistán contra el Talibán y varios extremistas (entre ellos muchos pertenecientes a los Talibanes) se unieron al EI y juraron lealtad a dicha organización terrorista y a su líder el Califa Abu Bakr al-Baghdadi. Se supone que alrededor de 12 000 simpatizantes están en las filas del Estado Islámico.
«Hay versiones de que 19 o 20 personas murieron» en combates entre el Talibán y el EI, agregó Saifullah Sanginwal, líder tribal del distrito de Sangin.
El 31 de enero, Mullah Abdul Rauf Khadim, un exmiembro de Talibán que reclutaba nuevos integrantes para el EI en suelo afgano, fue detenido junto a 45 de sus seguidores en el distrito de Kajaki. Pero el 9 de febrero de 2015 mientras se transportaba en un automóvil junto a 6 personas y cargado de municiones un dron de la OTAN asesino al Mullah Abdul Rauf Khadim y a las 6 personas.
El 15 de marzo, el Gobierno de Afganistán anuncio la muerte de 10 milicianos del Estado Islámico, entre ellos uno de los comandantes de la formación y presunto líder del grupo en el país, el denominado comandante es Hafiz Wahidi quien murió durante una operación en la provincia de Helmand, quien presuntamente había sucedido al mulá Abdulrauf Jadim como líder del grupo en Afganistán.
El 25 de mayo, se produjo un enfrentamiento entre terroristas del EI y talibanes, que dejó un saldo de 15 y 12 muertos en cada bando, respectivamente.
El 22 de junio hubo un ataque de los talibanes contra el Parlamento afgano. Uno de los rebeldes, según la policía de Kabul, hizo estallar un coche lleno de explosivos en una de las puertas del edificio, mientras los diputados estaban celebrando una sesión sobre temas de defensa. Justo después de la explosión, un grupo de insurgentes entró en un edificio cercano al Parlamento disparando contra las fuerzas de seguridad que protegían el complejo público. Los siete rebeldes fueron abatidos en el tiroteo, según aseguró la policía afgana. Al menos dos personas murieron —una mujer y un menor— y otras 30 resultaron heridas. Los insurgentes presionan para hacerse con territorio, y en los últimos días han logrado el control de dos distritos en la provincia de Kunduz (Dasht-e-Archi y Chardara), en el norte del país.
El 30 de junio de 2015 un ataque suicida talibán contra una escolta de tropas de la OTAN en una carretera cercana al aeropuerto internacional de Kabul, junto a la Embajada de EE. UU. y la Corte Suprema afgana, ha dejado al menos 5 muertos y entre 17 y 40 heridos (mínimamente) (con 3 niños entre estos últimos), según la Policía y funcionarios de seguridad locales. Un portavoz de los talibanes ha asumido ya la responsabilidad del ataque. La explosión tuvo lugar en Wazir Akbar Khan, una de las zonas más ricas de la capital afgana, donde se encuentran las embajadas de EE. UU. y de Canadá además de otras delegaciones diplomáticas. En el ataque entre los heridos se incluyeron dos soldados estadounidenses con heridas leves.
El 7 de julio de 2015 en dos ataques suicidas perpetrados en Kabul, uno de ellos contra las tropas de la Alianza y el otro contra la agencia de inteligencia afgana un civil murió y cuatro insurgentes resultaron muertos, además tres soldados de la OTAN resultaron heridos .
El 11 de julio y 12 de julio de 2015 un atentado talibán tuvo lugar en la embajada española de Kabul matando a dos policías españoles y en total a 10 víctimas, pero fue finalmente repelida por la policía española, fuerzas afganas y extranjeras.
En septiembre del mismo la capital de Kunduz y varios distritos del mismo fueron tomados brevemente por talibanes, además de la localidad de Sangin en diciembre, la cual fueron posteriormente liberadas dichas localidades por las fuerzas de la coalición y afganas tras combates y bombardeos.
En la guerra, hasta el 23 de enero de 2019 ha habido 3561 muertes de militares de la coalición en Afganistán desde la invasión en 2001. Por parte estadounidense 2419 militares han muerto, incluyendo a los 12 agentes de la CIA que murieron en Afganistán. Hasta la fecha más de 22 773 soldados de la ISAF han resultado heridos en Afganistán. Por parte británica 455 soldados han muerto. Además, han sido confirmadas la muerte de 215 contratistas extranjeros.
En 2012 la Casa Blanca y la OTAN mostraron su preocupación por una serie de ataques denominados «verde contra azul» (llamados así debido al color de la bandera afgana y de la OTAN) estos consistieron en la acción mediante la cual los mismos soldados afganos mataban a soldados de la coalición transatlántica debido a infiltraciones de insurgentes afganos en las filas afganas o a la revelación de algún miembro oficial del ejército afgano. El saldo de estos actos en 2012 dejaron 60 soldados de la coalición muertos. Debido a ello las fuerzas estadounidenses reforzaron la seguridad en sus campamentos y bases.
Respecto a la población civil afgana, varias fuentes cifran aproximadamente en 20 000 muertos por acciones de violencia entre 2001 y 2013.
Además, en 2012 había cerca de medio millón de civiles desplazados a causa del conflicto. En cuanto a las fuerzas de seguridad afganas, se han contabilizado 13 729 efectivos muertos y otros 16 511 heridos entre finales de 2001 y principios de 2014 (se incluyen tanto a miembros del ejército como de la policía afgana). Otras fuentes cifran entre 150 mil las muertes de civiles y militares en Pakistán y Afganistán de 2001 a 2014.El portal Wikileaks reveló el 25 de julio de 2010, una serie de documentos que fueron filtrados al gobierno de Estados Unidos, y demuestra un oscuro panorama de la guerra, donde se documentan las muertes de civiles por parte de contingentes de la Coalición y de la OTAN; así mismo de otras operaciones encubiertas, y de cómo los talibanes no están reducidos como se decía en las noticias.
La información fue suministrada por Wikileaks a diferentes medios de prensa como: The Guardian de Inglaterra, The New York Times de EE. UU., Der Spiegel de Alemania y El País de España.
La operaciones españolas en Afganistán se desarrollaron con el objetivo de limpiar la insurgencia en las provincias de Herat y Badghis en Afganistán y dejar la provincia ya lista para que los afganos se hagan cargo de ella luego de la retirada de las tropas españolas en 2014 además de reconstruir dichas provincias las cuales tenían a cargo.
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