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Guido Aretinus



Guido de Arezzo, en italiano Guido D'Arezzo (991/992-posterior al 1033) fue un monje benedictino italiano, teórico musical y figura central de la música de la Edad Media junto con Hucbaldo (840-ca. 930). Se le considera el padre de la notación musical moderna a través de la adopción del tetragrama y la organización y nombramiento de las notas musicales.

Guido Arezzo nació en (Toscana) en el año 991. Pasó sus primeros años de estudio en la abadía de Pomposa, en la costa adriática, cerca de Ferrara. Ingresó como maestro en la escuela catedralicia de Arezzo, donde sobresalió en la enseñanza del arte vocal y escribió su tratado principal: Micrologus de disciplina artis musicae. Durante su estancia, se percató de la dificultad para recordar los cantos gregorianos e inventó un método para enseñar a aprenderlos en poco tiempo. Este método pronto se hizo famoso en todo el norte de Italia. Sin embargo, la hostilidad de los monjes del monasterio le obligó a marcharse a Arezzo, ciudad que no contaba con abadía pero tenía abundancia de cantantes con falta de aprendizaje.

Existe un escrito firmado por Guido en Arezzo, el 20 de mayo de 1033.

Entre los años 1040 y 1050 , Guido fue prior del monasterio de Pomposa, en el cual había madurado su vocación monástica y había vivido los primeros años como monje. Desde el año 1040 hasta el 1042, Guido vivió en Pomposa con su amigo Pier Damiani, en la casa de los maestros de los monjes y los novicios.

Guido de Arezzo falleció en el monasterio de Fonte Avellana en el año 1050.

Algunas crónicas afirman que fue beatificado inmediatamente después de su muerte, pero no hay certeza de ello.

En su vida en Arezzo, Guido desarrolló nuevas técnicas de enseñanza, como son el uso del tetragrama (pauta musical de cuatro líneas precursora del pentagrama) y el de la escala diatónica. Perfeccionó la escritura musical con la incorporación definitiva de líneas horizontales para fijar alturas de sonido, sistema parecido al actual, y acabando con la notación neumática.

Guido de Arezzo es también el responsable de los nombres de las notas musicales. En la Edad Media, las notas se denominaban por medio de las primeras letras del alfabeto A, B, C, D, E, F y G (comenzando por A: la nota la). En aquella época, solía cantarse un himno a san Juan el Bautista conocido como Ut queant laxis y atribuido a Pablo el Diácono, himno que tenía la particularidad de que cada frase musical empezaba con una nota superior a aquella con la que empezaba la que la precedía inmediatamente. Guido empleó la primera sílaba de cada frase de este himno para identificar las notas que con ella se entonaba. El texto en latín de ese himno reza así:

Ut - Do
Re
Mi
Fa
Sol
La
Si

Ut queant laxis
Resonare fibris
Mira gestorum
Famuli tuorum
Solve polluti
Labii reatum
Sancte Ioannes.

Para que puedan
exaltar a pleno pulmón
las marvillas
estos siervos tuyos
perdona la falta
de nuestros labios impuros
San Juan.

Guido de Arezzo denominó a este sistema de entonación solmisación (en latín, solmisatio), y más tarde se le denominó solfeo. Posteriormente, en el siglo XVII, Giovanni Battista Doni sustituyó la nota UT por DO, pues esta sílaba, por terminar en vocal, se adaptaba mejor al canto. También mucho más tarde, a finales del siglo XVI, fue introducida por Anselmo de Flandes la séptima nota, que recibió el nombre de SI (de Sancte Ioannes). En los países a los que no llegaron los músicos latinos, se siguió empleando el antiguo sistema de las letras del alfabeto, y tales son los casos de los países anglosajones, de Alemania, y de los países escandinavos. Probablemente, este método está basado en su trabajo en Pomposa, pero el antifonario que escribió allí no se conserva. Sin embargo, su obra Micrologus, escrita en la catedral de Arezzo, contiene el método de enseñanza que desarrolló. A Guido también se le atribuye la invención de la mano guidoniana.

El papa Juan XIX invitó a Guido a Roma. Posiblemente fue en el año 1028, pero pronto tuvo que volver a Arezzo debido a problemas de salud. No se tienen datos posteriores, excepto que el antifonario perdido posiblemente se terminó en el año 1030.

Guido de Arezzo elaboró, entre otros, los siguientes escritos:

Su obra Micrologus fue el segundo tratado de música con mayor difusión en la Edad Media, tras las obras de Boecio. Los estudiosos datan la obra Micrologus en el año 1025 o 1026.



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