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Hormona luteinizante



La hormona ‘luteinizante ' (LH o HL) u hormona luteoestimulante o lutropina es una hormona gonadotrópica de naturaleza glucoproteica que, al igual que la hormona foliculoestimulante o FSH, es producida por el lóbulo anterior de la hipófisis o glándula pituitaria.[1]​ En el hombre es la hormona que regula la secreción de testosterona, actuando sobre las células de Leydig en los testículos; y en la mujer controla la maduración de los folículos, la ovulación, la iniciación del cuerpo lúteo y la secreción de progesterona.[2]​ La LH estimula la ovulación femenina y la producción de testosterona masculina.

La LH, al igual que la FSH, es regulada por retroalimentación debido a la acción de esteroides sexuales y otras hormonas sobre la hipófisis.

La LH es polipeptídica, en la que cada unidad es una molécula de proteína con un azúcar unida a ella. Su estructura es similar a la de otras glucoproteínas—FSH, TSH, hCG—en la que cada polipéptido recibe el nombre de alfa (α) y beta (β) y están conectadas una a la otra por enlaces disulfuro.[3]

La diferencia en la composición de los oligosacáridos afecta la bioactividad y la velocidad de degradación. La vida media biológica de la LH es de 20 minutos, mucho más corta que la vida media de 3-4 horas de la FSH o las 24 horas de la HCG.

En conjunto con otras gonadotropinas de la hipófisis, la hormona luteinizante es necesaria para funciones reproductivas (formación del cuerpo lúteo) de mamíferos, tanto en el macho como en la hembra. La liberación de HL de la glándula hipófisis es regulada por la producción pulsátil de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) proveniente del hipotálamo.[4]​ Estos impulsos a su vez, están sujetos a la retroalimentación del estrógeno proveniente de las gónadas.

Tiene un papel importante en el proceso de la ovulación.[1]​ Su acción se manifiesta sobre las células de la granulosa del folículo de Graaf del ovario. Para el momento de la menstruación, la FSH inicia el crecimiento folicular en el ovario,[4]​ específicamente afectando a las células granulosas. Con la elevación de los estrógenos, se comienza la expresión de receptores para la LH sobre los folículos en desarrollo, los cuales empiezan a sintetizar una creciente cantidad de estradiol. Eventualmente, para el tiempo de la maduración del folículo, los niveles de estrógeno conllevan —por medio de la participación del hipotálamo— al efecto de retroalimentación positiva, con la liberación continua de LH durante un período de 24-48 horas. La LH induce la secreción rápida de hormonas esteroideas foliculares, que incluyen una pequeña cantidad de progesterona —para la preparación del endometrio para una posible implantación— lo que hace que el folículo se rompa y se transforme en el cuerpo lúteo residual y, por tanto, se produzca la expulsión del óvulo. La LH es necesaria para mantener la función del cuerpo lúteo en las primeras dos semanas. En caso de un embarazo, la función lútea continuará siendo mantenida por la acción de la hCG proveniente del recientemente establecido embarazo.[4]​ La LH mantiene también a las células tecales del ovario con el fin de producir andrógenos y precursores hormonales para la producción de estradiol.

En el hombre, la hormona luteinizante lleva el nombre de hormona estimulante de las células intersticiales,[5]​ estimula a las células de Leydig en la producción de testosterona.

Los niveles de la hormona luteinizante son altos en el momento del nacimiento por unos pocos meses y están normalmente bajas durante la infancia hasta la pubertad,[4]​ y en las mujeres pasadas de la menopausia. Durante los años reproductivos, los valores típicos están entre 5-20 mIU/ml.[1]​ Los niveles fisiológicos altos de LH se ven durante las subidas pico de LH de la ovulación, típicamente durando unas 48 horas, después de lo cual vuelven a sus valores normales. En el hombre adulto, se esperan valores entre 7 a 24 unidades internacionales por litro (UI/L).[1]​ La determinación sanguínea de la hormona luteinizante es de utilidad en los estudios de fertilidad y en la planificación familiar.[3]

La detección del pico de LH en el ciclo menstrual ha tenido utilidad para mujeres que desean saber exactamente cuándo ocurrió su ovulación. La LH puede ser detectada por predictores de ovulación, llamados Kit LH, usados diariamente con orina durante los días en que se espera que ocurra la ovulación.

En picole Web: [2]. ISSN 0001-6004.</ref>

Los niveles persistentemente elevados de LH son un indicio de situaciones donde la restricción normal de la retroalimentación por parte de las gónadas está ausente o inhibida, causando la producción irrestringida por parte de la hipófisis, tanto de LH como FSH. Aunque ello es característico de la menopausia, es anormal en los años reproductivos, y pueden ser un signo de:[1]

La secreción disminuida de LH puede resultar por insuficiencia gonadal (hipogonadismo), una condición típicamente manifiesta en hombres con una insuficiente producción normal en el número de espermatozoides. En mujeres se observa comúnmente la amenorrea. Otros trastornos que causan valores muy bajos de secreción de LH, incluyen:

La LH está disponible conjuntamente con FSH en la forma de Pregonal, y otras formas urinarias de gonadotropinas. Las formas más purificadas de gonadotropinas de procedencia urinaria pueden reducir la producción de LH en relación a la FSH. La LH recombinante está disponible como una αLH. Todos estos medicamentos se han administrado por vía parenteral. Se usan generalmente en las terapias de infertilidad para estimular el desarrollo folicular. Con frecuencia los medicamentos con hCG se usan como sustituto de la LH por razón de que activa los mismos receptores. Se usa la hCG en algunos casos por ser menos costosa y tiene una más larga vida media—la hCG proviene de la orina de mujeres embarazadas.



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