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Imhotep



Imhotep (en griego Ἰμούθης; pronunciación en español: Im-jo-tep) o Imutes, fue un erudito egipcio que es considerado un arquetipo histórico de polimatía; sabio, inventor, médico, astrónomo, y el primer arquitecto e ingeniero conocido en la historia (aprox. 2690 - 2610 a. C.). [1]


Sumo sacerdote de Heliópolis, fue chati del faraón Necherjet Dyeser (Zoser), y diseñó la Pirámide escalonada de Saqqara, durante la dinastía III. El significado de la palabra Imhotep es «el que viene en paz».[2]

Es el primer científico a cuyo nombre ha llegado. No solo era médico, también era arquitecto y astrónomo: esto indica que tenía los conocimientos operativos de aritmética y geometría necesarios para manejar aquellas disciplinas.

Los títulos honoríficos atribuidos a Imhotep son:

Antes de él, nadie había tenido su nombre inscrito al lado del de un faraón, y en sus títulos no se menciona el de médico, pero sí el de productor de recipientes: quizá sólo constan los que usó para la construcción[cita requerida].

La importancia de la medicina egipcia se traduce en la figura de Imhotep, considerado como el fundador de la medicina egipcia, y autor del papiro Edwin Smith acerca de curaciones, dolencias y observaciones anatómicas (aunque este texto probablemente fue escrito alrededor del 1700 a. C., con añadidos de otros médicos).[3]​ La concepción mítico-religiosa de la enfermedad, en el Egipto de Imhotep, conducía a un enfoque mágico-religioso y empírico a la terapia médica. Es decir, una combinación de ritos, prácticas quirúrgicas y un extenso recetario farmacológico. También se registran algunos intentos de racionalización, como los que se aprecian en el papiro Smith, que describe 48 casos clínicos sin mencionar causas ni tratamientos mágicos y aportando un enfoque racional sobre el tratamiento de ciertas enfermedades y las heridas.[3]

En este texto Imhotep recomienda el uso de vahos de opiáceos como anestésico. Describe observaciones anatómicas, el examen, diagnóstico, tratamiento y pronóstico de numerosas heridas con todo detalle. Los tratamientos son racionales, y en un solo caso se recurre a remedios mágicos. El papiro contiene las primeras descripciones de suturas craneales, de la meninge, la superficie externa del cerebro, del líquido cefalorraquídeo, y de las pulsaciones intracraneanas. Según un grabado de una losa sepulcral en Saqqara, Imhotep preconizaba la aplicación de presión en las arterias carótidas para calmar el dolor de cabeza, al disminuir el flujo de sangre al cerebro. Imhotep afirmaba que el pulso era un índice del corazón y de las condiciones del enfermo.[4]

Es citado en el Canto del arpista, composición literaria datada en el Imperio Medio:

Imhotep fue el autor del complejo funerario de la "Pirámide Escalonada" de Saqqara, cerca de Menfis[5]​ en tiempos del rey Dyeser (2650 a. C.).[3]​ La pirámide necesitó la extracción, transporte y montaje de miles de toneladas de piedra caliza, desafío notable ya que tal material nunca se había utilizado en grandes construcciones, para las que se usaban ladrillos de adobe, fáciles de hacer y baratos.

Un gran problema técnico era el peso de la piedra: Imhotep lo solucionó en parte usando bloques relativamente pequeños, más fáciles de transportar y manejar. Por otra parte, las columnas son decorativas o están adosadas a los muros, sin sustentar mucho peso. Hay que tener en cuenta que en esta época el metal utilizado en herramientas era el cobre, poco adecuado para estos trabajos.

Tuvo que organizar todo el proceso de construcción, controlar el trabajo de cientos de obreros, y realizar la primera ciudad funeraria: rodeada por una muralla de unos mil quinientos metros de perímetro, construyó diversas edificaciones como decorado, y hacia el centro erigió una pirámide de seis gradas con una altura de sesenta metros. A su vez, se excavó en la roca del terreno, bajo la pirámide, la que sería la tumba de Dyeser (Zoser) y un conjunto de galerías para almacenar miles de vasijas funerarias, muchas grabadas con los nombres de sus predecesores.

Durante siglos, los egipcios consideraron a Imhotep como el dios de la medicina y la sabiduría y se le representa sentado, como a los escribas, con un papiro desplegado sobre sus rodillas, tocado con un casquete. Ciertamente, en la época de Tolomeo fue elevado a rango de dios.[6]

En el Imperio Nuevo fue venerado como patrón de los escribas y deificado en el periodo tardío de Egipto, para lo cual fue identificado con Nefertum, hijo de Ptah y Nut (o Sejmet). Posteriormente se le vinculó al dios Thot –una práctica común en el Antiguo Egipto–. Su veneración como protector de los escribas se debe a una de sus grandes innovaciones relacionada con mejora de la escritura gracias a la utilización de una tinta más eficaz hecha a partir de ahumar el agua, procedimiento que fue incorporado por otras culturas y civilizaciones posteriores[7].

Su culto principal estaba en Menfis. También fue venerado en Tebas, File y Deir el-Medina en la época ptolemaica junto a Hathor, Maat, y Amenhotep (hijo de Hapu), otro ingeniero deificado. Su prestigio era tan grande, que su fama llegó hasta los griegos, que lo conocían como Imutes y le asimilaron a su dios Asclepio, el Esculapio romano.[8]

"Te saludo querida divinidad ¡Imhotep, hijo de Ptah!(...) Los hombres te aplauden y las mujeres te adoran. Todos exaltan tu bondad para que les cures(..) Te traen ofrendas y regalos. Te profieren alabanzas(..) Que ingieras cerveza con tus hermanos los viejos dioses, y alimenta luego a los espíritus rectos." Inscripción encontrada en el templo de Karnak.

Imhotep ha inspirado diversos personajes de la cultura popular, aunque en la mayoría de casos tan sólo ha sido utilizado su nombre y el origen egipcio, desvirtuando su personalidad real y sus logros.



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