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Internado Nacional Barros Arana



El Internado Nacional Barros Arana (INBA) también conocido por su código como A-17; es un liceo de carácter laico y municipal, ubicado en la comuna de Santiago,[1]​ frente al parque Quinta Normal.[2]​ Comenzó a funcionar de forma independiente el 20 de mayo de 1902 en la presidencia de Germán Riesco, y la idea de crearlo fue de José Manuel Balmaceda en 1887 debido, en sus palabras, a la necesidad social derivada de las costumbres chilenas y de la dispersión de las dos terceras partes de la población en los valles y colinas del territorio.[3]

El INBA fue el primer internado estatal de Chile y pertenece al conjunto de liceos emblemáticos, bastiones de la educación pública chilena y considerados como los mejores liceos municipales del país. Es un establecimiento escolar que une las diversidades y distancias de Chile.

El INBA es un liceo-internado masculino que imparte la modalidad de Educación General Básica (7.º y 8.º años) y la Educación Media Científico Humanista (1.º a 4.º años).[4]​ Tiene cerca de 1800 alumnos inscritos, es calificado como uno de los liceos más estrictos de Chile puesto a que egresa menos de la mitad (200) del alumnado que ingresa (400), además según los resultados de Prueba de Selección Universitaria (PSU) para 2013, obtuvo el 6 lugar entre los establecimientos municipales, con un promedio de 582.[5]​ En la actualidad, el internado cuenta con 8 Puntajes Nacionales en la PSU (entre los años 2008 y 2013).

El Internado Nacional nació como una sección del Instituto Nacional en 1819 cuando a este se le implantó un semi-régimen de internado para que provengan alumnos de todo Chile, en un ala de cuyo edificio funcionó al principio. La idea de fundar el Internado Nacional había nacido bajo la administración del presidente José Manuel Balmaceda, pero no se pudo concretar entonces debido a la guerra civil de 1891.[6]​ Balmaceda consideraba que la finalidad del Internado Nacional debía ser "ilustrar al pueblo y enriquecerlo", y esperaba que después de haber dado a este "sus libertades civiles y políticas",[3]​ se convirtiera en la "confirmación anticipada y previsora del porvenir de la grandeza de Chile". El lema es Mens sana in corpore sano,[4]​ (traducido del latín: Mente sana en cuerpo sano).

El aumento de los internos que se producía cada año en el Instituto Nacional motivó que se lo trasladara a la calle Santo Domingo, casi un siglo después, a un edificio diseñado a inicios del siglo XX por el arquitecto francés Victor Henry de Villeneuve en 17 hectáreas (170 000m²) de terrenos vecinos a la Quinta Normal de Agricultura, el arquitecto se basó en internados franceses para diseñarlo.

El 22 de enero de 1902, el presidente Germán Riesco promulgó el Decreto Supremo n.º 90, por el cual el Internado Nacional abandonó su dependencia del Instituto Nacional e inició su vida independiente. Su primer rector fue el ingeniero agrónomo y profesor de castellano, Eduardo Lamas García, quien abrió el colegio el 20 de mayo de 1902 para los alumnos de provincias. Hasta la fecha se considera esta la fecha de su fundación, pero funcionaba desde el gobierno de Balmaceda, cuando se construyeron los primeros edificios.[3]

El presidente Pedro Montt rebautizó el establecimiento cinco años más tarde, el 13 de noviembre de 1907, tras la muerte del historiador, diplomático y político Diego Barros Arana, con sus apellidos por su aporte educativo al país. El rector Lamas contrató a profesores suizos para proveer las asignaturas de matemáticas, física, química, ciencias naturales, gimnasia y francés, idioma en el que se impartían muchas de las clases. Hasta hoy una sección de patios interiores del internado se denomina los suizos, en recuerdo de aquellos maestros. Lamas fue reemplazado por Amador Alcayaga, a quien se debe la letra del himno del internado, con música del profesor Pedro Núñez Navarrete.[7]

El INBA era entonces un complejo dotado con cine (la actual "aula magna"), piscina temperada, modernos laboratorios, canchas deportivas, academias, librería, correo, talleres, sastrería, casino, zonas verdes, estacionamiento de vehículos, clínica dental, lavandería, zapatería, radio y comenzaba a ser reconocido en el exterior. Exalumnos residentes de otros países y de las antiguas provincias comenzaban a enviar a sus hijos a estudiar en las mismas aulas donde ellos se formaron. Hijos de inmigrantes alemanes, árabes, judíos, italianos, portugueses, franceses, ingleses, chinos y cientos de latinoamericanos confiaron al Internado la formación de sus hijos. El colegio albergó entre las décadas de 1920 a 1985 unos mil internos anualmente, donde el 10% del alumnado eran extranjeros o hijos de estos.[7]

El tercer rector, el profesor de historia y geografía Orlando Cantuarias Valdivieso, introdujo la "auto-disciplina", encargando a jóvenes del último curso de humanidades (enseñanza media) el cuidado de sus compañeros, manteniendo además el antiguo sistema de inspectores estudiantes de carreras universitarias, muchos de ellos exalumnos de colegio con el apelativo de serruchos, práctica que continúa.[7]

Después del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, el INBA fue ocupado por efectivos del Regimiento n.º 3 Yungay de San Felipe para la Dirección de Inteligencia Nacional y posteriormente la Central Nacional de Informaciones, y convertirlo en centro de prisioneros en tránsito (Centro de retención y tortura).[7]​ Expone un premeditado quiebre sustancial de facto y decisivo en la historia constitucional de Chile y del que el internado nunca fue partícipe o encubridor; lo que siguió fue el deterioro del establecimiento, material y espiritual, en cada rincón del liceo se vislumbra impotencia de aquello. Cientos de prisioneros políticos, generalmente comunistas y socialistas fueron torturados, algunos asesinados.[8]

En 1981, el decreto legislativo n.º 13.260 modifica los límites comunales, quedando el INBA dentro del territorio de la comuna de Quinta Normal[9]​ y bajo la administración de su respectiva municipalidad, pero este último traspaso no se concreta. Cuando debe materializarse, el 1 de enero de 1995, estalla a "la crisis más grande de su historia", ya que debido a problemas económicos, dicha municipalidad no podría sustentarlos,[2]​ poniendo en peligro la existencia misma del INBA. Estudiantes, profesores, apoderados y exalumnos se rebelan, llegando a tomarse el colegio. Finalmente, la Ley 19.373 estableció que el territorio en el que se encuentra el Internado Nacional Barros Arana fuese trasladado a la comuna de Santiago.[1]

El terremoto de 1985 dañó considerablemente la estructura de los pabellones más viejos del establecimiento y desde entonces el régimen internado fue cambiado por el medio pupilaje (medio internado y externado).

En 1997, el INBA se convierte en el único liceo perteneciente a la Municipalidad de Santiago en ganar el Proyecto Montegrande o Liceo de anticipación y el 1 de enero de 2006 obtiene el reconocimiento de excelencia académica.

Para el aniversario de los 100 años del INBA, en 2002, se implementó el programa Beca Centenario, iniciativa del municipio cuyo objetivo es ofrecer oportunidades de acceder a una educación de calidad a alumnos provenientes de regiones. Los seleccionados, que deben presentar un rendimiento escolar de excelencia y provenir de familias vulnerables, estudiarán en régimen de internado, donde recibirán una alimentación completa (desayuno, merienda almuerzo y cena); además, aquellos que se queden los fines de semana, podrán acceder asimismo a un servicio de lavandería. La Municipalidad de Santiago costea los pasajes al inicio y término del año y en periodo de vacaciones de invierno; financia total o parcialmente los útiles escolares y provee los textos de estudios adicionales requeridos en cada asignatura, además de prestar otro tipo de asistencia.

En el año 2006 el edificio del INBA, construido a inicios del siglo XX, es declarado Monumento Histórico Nacional por el Consejo de Monumentos Nacionales.[10]

El INBA fue en 2006-2008 uno de los colegios que lideraron la llamada revolución de los pingüinos y la lucha contra la Ley General de Educación periodo en el cual hubo un total de 5 meses de paro.

El terremoto y posterior maremoto ocurrido el 27 de febrero de 2010 en la zona centro sur del país afectó estructuralmente muchas dependencias del establecimiento, que adoptó un programa de reconstrucción para los dos años siguientes. El Ministerio de Educación anunció en diciembre de 2010 que con estos fines, la empresa Soquimich había donado un millón de dólares.[11]​ El internado, por su parte, acordó acoger a los mejores 150 alumnos destacados de las regiones afectadas y que se encontraban en condición de damnificados.[12]

Las modificaciones efectuadas al complejo arquitectónico durante el período de obras, fueron rígidamente criticadas tanto por el estamento estudiantil como por exalumnos del establecimiento. El denominado proceso de “Tugurización” no sólo dejó las promesas de reconstrucción inconclusas y sin resolución; sino que bajo esta premisa se demolieron los 2 pabellones sobrevivientes del tercer piso en el emblemático Patio Amarillo, también se desmanteló completamente el antiguo sistema de luminarias y se retiraron en su mayoría los patrimoniales suelos de roble francés, siendo reemplazados por cerámicas blancas de escaso valor. La trascendencia de esta intervención fue minúscula, emergiendo nuevamente las problemáticas estructurales y diversas carencias de infraestructura. Hasta hoy se lamenta dentro del profesorado y estudiantado la pérdida sustancial de materias patrimoniales e históricas del edificio, sin embargo, esto se ha desplazado tras los reiterados hechos de violencia, que esencialmente también responden a las carencias estructurales que perduran en el internado.

Cabe señalar que durante ese año 2010 las clases se vieron suspendidas por un paro histórico de estudiantes , comenzando en mayo y no reanudandose hasta marzo del 2011.Con las manifestaciones del movimiento estudiantil "revolución pingüina", casi la totalidad del estudiantado perdió académicamente el año escolar , y los apoderados aceptaron está perdida , asumiendo con ello ganar para el futuro de los estudiantes muchos de los aspectos del petitorio del movimiento, cómo la derogación de la LGE, la desmunicipalizacion de los establecimientos y sobre todo, acceso con igualdad y equidad a la educación superior.

Durante el estallido social, los estudiantes del INBA apoyaron las protestas abiertamente, efectuando evasiones continuas hacia Metro Quinta Normal (primeras evasiones masivas hechas por estudiantes de liceos emblemáticos). Por lo cual, la Municipalidad de Santiago en conjunto con la Dirección de Educación Municipal abordaron la determinación de cerrarles el año escolar con dos meses de anterioridad a lo establecido, siendo el 19 de octubre de 2019 el último día de clases.[1]

Tras el aumento exponencial de contagios y fallecidos por la pandemia global del COVID-19 el Internado funcionó como consultorio de emergencia y residencia sanitaria; ayudando a descongestionar significativamente el sistema de salud público.[2] Simultáneamente, las clases fueron desarrolladas mediante diversos instrumentos en línea; formulando el INBA su aula virtual oportunamente y dotando a sus estudiantes de recursos académicos en pleno transcurso del confinamiento.

La edición oficial y completa de la letra del himno es la siguiente —en negrita el texto que se canta tradicionalmente, además el orden es: coro, estrofas I y II para terminar cantando el coro nuevamente—:[13]

I

II

III

IV

V

Letra de Amador Alcayaga, con música de Pedro Núñez Navarrete.

El Internado Football Club fue fundado el 20 de mayo de 1902 como equipo representativo del INBA. En 1905 comenzó a participar oficialmente en la Copa Municipal de la Asociación Arturo Prat (AAP), competición conformada el 21 de mayo de ese mismo año y que agrupó a los equipos de distintas instituciones educacionales de Santiago. En su primera versión se tituló campeón el Sacred Hearts F.C., del Colegio de los Sagrados Corazones de Santiago.[14]

Luego de consagrarse campeón de la Copa Municipal en 1910 bajo la presidencia de Leotardo Matus,[14]​ algunos jugadores y directivos del club propusieron ir más allá de las competiciones estudiantiles e incorporar un equipo a la Asociación de Football de Santiago (AFS), entidad creada en 1903 en la que participaban los principales clubes de la capital. Finalmente, el 25 de marzo de 1911,[15][14]​ el Internado F.C. firmó su desvinculación con el INBA y se afilió a la AFS el 30 de marzo del año siguiente.[14]​ Allí compitió ininterrumpidamente hasta 1926, llegando a adjudicarse la Copa Chile (especie de segunda categoría de la Asociación de Santiago), en 1921 y 1923. Desapareció el 24 de mayo de 1927 para, en conjunto con otros clubes deportivos, formar el Club de Fútbol Profesional de la Universidad de Chile.

El INBA siempre ha destacado en deportes, principalmente en basquetbol aunque también en deportes como fútbol, voleibol, tenis, handball, waterpolo, béisbol disciplinas en las que ha ganado una gran cantidad de copas y medallas, las que adornan su sala de trofeos en el Hall Central (entrada 1er piso, a los lados de la estatua de Diego Barros Arana) y otros lugares del internado como el museo histórico.

El internado implementa el fútbol americano en un taller extra-programático y tiene al equipo Red Stallions INBA (Sementales Rojos INBA), primer equipo escolar de este deporte en los colegios municipales del país. Ganó el primer partido escolar de esta clase en Chile, jugado el 21 de diciembre de 2012.

El director Andrés Wood rodó su película Machuca en el Internado Nacional Barros Arana. Basada en un experimento educativo real introducido en el Saint George's College (Saint Patricks School en la cinta) por su rector, el padre Gerardo Whelan, el filme está protagonizado por Matías Quer (Gonzalo Infante), Manuela Martelli (Silvana), Ariel Mateluna (Pedro Machuca), y Ernesto Malbrán (Father McEnroe). Gracias a esta película —considerada una de las 10 mejores chilenas por mostrar lo que se vivió durante la Unidad Popular y el inicio de la dictadura militar desde dos puntos de vista (pobres y ricos)—,[16]​ el INBA figura dentro de los 50 localizaciones más emblemáticas en la historia del cine chileno (ocupa el 8.º lugar). Según el director decidió hacer la obra en el establecimiento ya que en él pasaron hechos reales de tortura durante la dictadura y por su arquitectura barroca.

Se mencionan solo los premios nacionales de los exalumnos inbanos, sin contar las decenas de premios de otras categorías (no premios nacionales) y un sinfín de trofeos y medallas que actualmente se almacenan en el museo histórico del INBA.

Por otro lado, personalidades como Jaime Gajardo, Pedro Núñez Navarrete, Francisco Frías Valenzuela, Jorge Iván Hübner, Eugenio González Rojas, Mariano Picón Salas, Víctor Celis Maturana, entre otros, integraron en algún momento el cuerpo docente del establecimiento.

El INBA cuenta con varios tipos de uniformes, tales como el formal, el oficial y el de gimnasia, estos se componen de las siguientes prendas:

Las prendas que son oficiales del INBA se pueden comprar en el "Centro de Padres del Internado Nacional Barros Arana" (CEPA INBA) ubicado en el mismo establecimiento.

La higiene del alumnado también es un punto importante por lo que el internado implementa una serie de normas como las siguientes:

En torno al INBA se genera un microclima cultural y patrimonial único de Santiago, rodeado de museos, bibliotecas, centros culturales, monumentos, teatros, entre otros, llamado Circuito Cultura Santiago Poniente.

Cargo

Funcionario (a)

Patio Verde

Siberia 2 Piso

Siberia 1 piso

Patio Amarillo 1 Piso

Patio Amarillo 2 Piso

Manuel Sánchez

Cabe mencionar que hay sectores que no cuentan con inspectores, tales como:

Además el "Hall central" está a cargo de la Inspectora General Claudia Díaz y del paradocente César Montenegro. Los comedores tienen a un inspector por sector.

n.º

Rector(a)

Periodo



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