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Línea Ponferrada-Villablino



La línea Ponferrada-Villablino es una línea férrea española de vía métrica y carácter minero-industrial, situada en la provincia de León. El trazado históricamente ha enlazado las comarcas de El Bierzo y Laciana a través del valle del río Sil.

La empresa constructora del ferrocarril, la sociedad Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), lo explotó hasta 1999, año en que renovó la concesión del mismo por otros 50 años. Al fusionarse MSP con Hullas del Coto Cortés, em 2008, se creó Coto Minero Cantábrico, empresa gestora de la línea hasta 2012, año en que cayó en concurso de acreedores. Hasta 1996 el trazado comunicaba Ponferrada con Villablino, si bien desde ese año únicamente se mantiene desde Cubillos del Sil, habiendo sido levantados los 12 km que separaban la estación de Ponferrada y las inmediaciones de la de Cubillos del Sil.

Abandonada por sus anteriores propietarios, la presión de los municipios consiguió que en 2016 la Junta de Castilla y León comenzara a tramitar la resolución de la concesión para su posterior entrega a los municipios con el fin de explotar el ferrocarril con fines turísticos. La tramitación administrativa está a punto de culminar a mediados de 2020.

Los propietarios de las minas de la cuenca de Villablino habían estudiado la posible construcción de un ferrocarril de vía estrecha desde Ponferrada hasta Palacios del Sil y de un tranvía hasta Villablino. En 1906 el ingeniero José Revilla Haya propuso la construcción de un ferrocarril de 70 kilómetros desde Ponferrada para dar salida a la extraordinaria riqueza carbonera de la cuenca de Villablino.[1]​ Sin embargo, en un principio ninguno de estos planes llegaron a materializarse.

Durante el transcurso de la Primera Guerra Mundial, dada la necesidad de carbón nacional para paliar el desabastecimiento energético y contener los precios, el ministro de Fomento Francisco Cambó convocó a una reunión en Madrid a los propietarios de las minas con el fin de presentar a las Cortes un proyecto de ley especial para agilizar los trámites de concesión del ferrocarril. La concesión del expediente de expropiación forzosa obliga a que el ferrocarril sea construido en un máximo de 14 meses (con fuertes penalizaciones en caso de incumplimiento) y además de transportar carbón, sea un servicio público de viajeros. No se contemplan ayudas gubernamentales para paliar el desabastecimiento de materiales provocado por la guerra. El 14 de junio de 1918 el ministro de Fomento presentó al Senado el Proyecto de Ley, aprobado por ambas cámaras y sancionado por el Rey Alfonso XIII, se publicó en la Gaceta del 25 de julio, dando comienzo las obras ese mismo día.

La construcción de la línea tuvo diversos problemas, como la epidemia de gripe que hizo disminuir de 4.800 a 1.200 los trabajadores disponibles, o la imposibilidad de utilizar la carretera para transportar los materiales, lo cual obligó a usar la misma plataforma de la vía para la intendencia logística. Con un ritmo de construcción de 600 m diarios de vía, al concluirse el túnel del km 10, la vía estaba ya instalada en toda la línea. Los edificios de las estaciones se hicieron a medida que la vía llegaba a ellas y se podían trasladar los materiales destinados a su construcción. Se perforaron 650 metros de túnel, se excavaron 735.000 de tierra, se construyeron y montaron 10 puentes y se edificaron siete estaciones y ocho apeaderos. Se consiguió construir el ferrocarril en diez meses y medio batiendo el récord de rapidez de construcción de un ferrocarril en España.

Desde su construcción y puesta en servicio, en 1919, el ferrocarril fue explotado por Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), transportando carbones propios como de otras explotaciones mineras además de viajeros, mercancías varias en régimen de paquetería y correos. Este servicio dejó de prestarse el 10 de mayo de 1980.

En la década de 1980 también se dejó de transportar carbón de otras empresas y de transbordar carbón a la red de RENFE.

Durante un tiempo el carbón se bajaba a lavar a Ponferrada y retornaba lavado a Cubillos del Sil para ingresar en el parque de carbones de Compostilla II, con la construcción del lavadero de Villablino y de los talleres de material motor en esta localidad y de material remolcado en Cubillos del Sil, la conexión con Ponferrada dejó de prestar servicio el 18 de julio de 1996.

En 1999 la Junta de Castilla y León renovó la concesión por 50 años a MSP (más tarde CMC).

Hasta 2012 había trenes con carbón ya lavado desde Villablino y Alinos a Cubillos del Sil, descargando bien en la Central de Endesa o en la propia estación de Cubillos, donde la empresa disponía de un parque propio de carbones de reserva.

Desde octubre de 2012 se encuentra sin servicio y a cargo de la administración concursal de CMC.

Desde finales de 2019 se ha recuperado cierta actividad en el ferrocarril con circulaciones de locomotoras aisladas entre Villablino y Palacios del Sil.

El 23 de julio de 1919, fue abierto al servicio público, y realizó su último servicio de viajeros el 10 de mayo de 1980.

Desde el inicio de la explotación existieron dos trenes de viajeros por sentido y día:

Con el tiempo se añadieron los siguientes:

La llegada de las locomotoras Krauss supuso un ahorro de en torno a una hora de trayecto, que con las Baldwin era de 3 horas y media para los ascendentes y tres horas para los descendentes.

En 1978 desapareció el Mixto y el 10 de mayo de 1980 el Correo comunicó por última vez el valle del Sil, siendo el último tren regular de viajeros de Europa Occidental con tracción vapor y las tres clases de viajeros.

En su último horario, en vigor desde el verano de 1979, la salida de Ponferrada era a las 12:15, llegando a las 14:30 a Villablino, de donde partía a las 15:48 para rendir viaje en Ponferrada a las 18:03. En su última época era todo un reclamo turístico de la zona con gran afluencia de turistas, entusiastas de la tracción vapor, procedentes de Reino Unido, Francia, Alemania e incluso Japón.

Ser un ferrocarril básicamente industrial implicaba el acceso directo de las vías a las zonas de producción y consumo del mineral. Por ello se hizo necesaria la construcción de cuatro ramales:

En los años posteriores a la Guerra Civil la Diputación de Asturias proyectó una línea de vía métrica, de 124,1 km, que uniría Villablino con Pravia por Cangas del Narcea. Nunca llegó a ponerse en servicio pero sus obras comenzaron y son visibles restos de las mismas entre Cornellana y Pravia. El objetivo de este ferrocarril, que se preveía electrificar desde sus inicios, era conseguir la exportación de carbones de Laciana, Alto Sil, y Alto Narcea por el Puerto de San Esteban de Pravia, conectando con la red del Vasco Asturiano poco antes de la estación de Pravia. El proyecto implicaba dos grandes túneles de 5 km de longitud cada uno de ellos. El primero entre Caboalles de Arriba y Cerredo para salvar la divisoria Sil/Navia y el segundo entre Degaña y Monasterio de Hermo para salvar la divisoria Navia/ Narcea.



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