El levantamiento de Locumba o también denominado el (locumbazo), fue una sublevación militar ocurrida el 29 de octubre de 2000, en Locumba, departamento de Tacna, Perú, encabezado por el comandante del Ejército Peruano Ollanta Humala Tasso (expresidente del Perú), junto a su hermano, el mayor de infantería en retiro, Antauro Humala Tasso. Este alzamiento tenía la intención de exigir la renuncia del presidente Alberto Fujimori, quien se había reelegido por segunda vez en unas elecciones consideradas ilegítimas; cabe señalar sin embargo, que por entonces el régimen fujimorista ya se hallaba en decadencia. Este acontecimiento marcó el inicio de la carrera política de Ollanta Humala, que lo llevó a la presidencia del Perú en el año 2011.
Locumba se halla en el distrito del mismo nombre, perteneciente a la provincia de Jorge Basadre en el departamento de Tacna, que se encuentra en el extremo sur del Perú, cerca de la frontera con Chile.
El comandante Ollanta era entonces primer jefe de unidad del Grupo de Artillería Antiaérea N.º 501 en el Fuerte Arica, situado en el distrito de Ite, sede de la Sexta División Blindada. La madrugada del 29 de octubre de 2000, Ollanta salió con una tropa de 57 soldados del Fuerte Arica, con el pretexto de una marcha de campaña o patrullaje en un lugar llamado Alto de la Alianza. Veinte minutos después de iniciada la marcha y cerca al poblado de Camiara, se les unió el mayor retirado Antauro Humala, quien fue presentado por Ollanta a la tropa, revelándoles entonces sus verdaderos motivos, esto es, rebelarse contra el gobierno. Los soldados refieren que se sintieron engañados por Ollanta, y muchos se asustaron, siete minutos después los sublevados llegaron a Locumba y los lideres del levantamiento declararon oficialmente la rebelión en la plaza central frente a varios campesinos del lugar que de hecho mostraron su apoyo.
En esos días, el jefe de la Sexta División Blindada y jefe del fuerte Arica, era el general Carlos Bardales Angulo. Todos los fines de semana el general Bardales se trasladaba a Tacna. Sin embargo, ese día, domingo 29 de octubre, se quedó en el cuartel y fue notificado del levantamiento. En una actitud nada convencional, él mismo marchó detrás del comandante rebelde, pidiéndole en persona que depusiera su actitud. Fue entonces cuando Ollanta lo encañonó con su arma y lo obligó a subir en su carro. Con Bardales a bordo, la expedición continuó su trayecto hacia el campamento minero de Toquepala (propiedad de la minera Southern Perú Copper Corporation), que fue tomado en la mañana siguiente; allí Ollanta permaneció siete horas. En el ínterin exigió víveres para sus hombres y tres vehículos con sus respectivos choferes, quienes se convirtieron en sus rehenes durante algunas horas. Desde allí llamó también por teléfono a Radio Programas del Perú, para leer una proclama donde exigía la renuncia del Presidente Alberto Fujimori. Para entonces, hacía ya más de un mes que Fujimori había anunciado su voluntad a renunciar y convocar a nuevas elecciones. Cuando Ollanta abandonó el campamento minero, solo le seguían 19 reservistas, pues los demás habían desertado.
Al tercer día, Ollanta Humala huyó con apenas tres reservistas y se ocultó, mientras que su hermano Antauro logró que algunos reservistas y comuneros se unieran a la protesta, recorriendo un sector de la serranías de Moquegua en los Andes peruanos.
Al poco tiempo, el 17 de noviembre, Fujimori huyó del país, derrumbándose el régimen fujimorista e instaurándose el Gobierno transitorio de Valentín Paniagua. Ollanta sin embargo, se mantuvo rebelde pero al poco tiempo solicitó una entrevista al presidente Paniagua para entregarse.
Finalmente ambos hermanos se rindieron, el día 10 de diciembre, al ver que se había normalizado la institucionalidad del país. Los Humala llegaron a Lima y se entregaron a la Segunda Zona Judicial del país. Si bien la marcha de Antauro tomó unas tres semanas, el episodio liderado por Ollanta solo duró tres días, hasta que se quedó sin soldados. En todo ese proceso no se disparó ni un solo tiro.
Se dictaminó la apertura del proceso contra los hermanos Humala, por rebelión, sedición e insulto al superior, en el que fue incluido el suboficial Amílcar Gómez. El abogado Javier Valle Riestra solicitó una amnistía para los Humala alegando que éstos habían ejercido el «derecho a insurrección contra un gobierno ilegítimo y totalitario». El 21 de diciembre del 2000, el Congreso les concedió la amnistía solicitada, que se extendió al personal militar y civil que participó en la insurrección. Ollanta fue reincorporado en el ejército, y tiempo después fungió como agregado militar en París y luego en Corea del Sur. Mientras que su hermano Antauro encabezaría otra asonada, esta vez en Andahuaylas, el llamado Andahuaylazo, a principios del año 2005, ya bajo el gobierno de Alejandro Toledo.
Este levantamiento sirvió para que cobraran notoriedad pública ambos hermanos protagonistas, Ollanta y Antauro, hasta entonces oficiales del ejército desconocidos. Los dos son seguidores de los principios del Etnocacerismo, una ideología extremista esbozada por su padre, el abogado Isaac Humala.
Para los seguidores de los Humala, el levantamiento de Locumba constituyó una importante gesta porque se sumó a las marchas y actos de protesta en contra de la perpetuación ilegítima en el poder de Fujimori (como la marcha de los cuatro suyos), y que en conjunto contribuyeron a la caída de dicho régimen.
Tiempo después, se conoció que el día de la sublevación (domingo 29 de octubre de 2000) coincidió con la misma fecha y casi la misma hora (una de la mañana) en la que fugó del Perú el exasesor presidencial Vladimiro Montesinos a bordo del velero Karisma, rumbo a Panamá (quien pasó luego a Venezuela, para meses después ser capturado y extraditado al Perú, donde actualmente se halla preso, en la Base Naval del Callao). Estos hechos se prestaron a suspicacias, surgiendo la teoría de que la rebelión de Ollanta y el secuestro del general Carlos Bardales Angulo constituyeron una farsa coordinada con Montesinos, como parte de un operativo de distracción planificado para que la salida del exasesor pasara inadvertida, toda vez que la atención del país estaría centrada a unos 1.300 km al sur de Lima, en Locumba.
Esta acusación tomó más cuerpo en tiempos de la campaña electoral del 2006 cuando Ollanta postuló por primera vez a la presidencia, y fue reflotada en la del 2011, esta vez por los seguidores de la candidata Keiko Fujimori, que enfrentó a Ollanta en la segunda vuelta electoral. Se menciona incluso que unos documentos de inteligencia afirman que se efectuaron llamadas desde el celular de Montesinos (9970-8099) al teléfono del fuerte Arica (054-713791), el mismo día del alzamiento, la primera a las 10:52 de la mañana y las tres restantes luego de las 2 de la tarde; también se cita un audio de una declaración judicial de Montesinos, a quien se oye decir que lo de Locumba fue una farsa montada por él mismo.
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