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Leyenda urbana



La leyenda urbana (del inglés: urban legend) es un relato perteneciente al folclore contemporáneo; se trata de un tipo de leyenda o creencia popular, a veces emparentable con un tipo de superstición, que, pese a contener elementos sobrenaturales o inverosímiles, es presentado como hechos reales sucedidos en la actualidad. Algunas parten de hechos reales, pero estos son exagerados, distorsionados o mezclados con datos ficticios. Circulan a través del boca a boca, correo electrónico o medios de comunicación como prensa, radio, televisión o Internet. Suelen tener como trasfondo una «moraleja».

Una misma leyenda urbana puede llegar a tener infinidad de versiones, situadas generalmente en el entorno de aquellos que las narran y reciben. Por su adecuación a la sociedad industrial y al mundo moderno reciben el calificativo de «urbanas», que las opone a aquellas leyendas que, habiendo sido objeto de creencia en el pasado, han perdido su vigencia y se identifican con épocas pasadas. A menudo, el narrador afirma que los protagonistas de la leyenda urbana fueron conocidos o parientes de alguna persona cercana. Por este motivo, en inglés se las conoce también como FOAFT (friend of a friend tales: «historias del amigo de un amigo»).[2]

Cuando una leyenda urbana alcanza a tener un cierto impacto político, social o económico relevante entonces se la considera una teoría de conspiración.

El término fue acuñado en 1968 por el folclorista estadounidense Richard Dorson, quien definía la leyenda urbana como una historia moderna «que nunca ha sucedido, contada como si fuera cierta».[3]​ También cabe mencionar a Jan Harold Brunvand, que ha contribuido decisivamente a popularizar este término entre el público en general a través de sus libros.[4]

Acaso la teoría más convincente sobre la etiología de este tipo de leyendas sea la del filósofo alemán Karl Hepfer en Teorías conspirativas: Una crítica filosófica de la sinrazón, quien, al preguntarse sobre el auge de las teorías de conspiración en Europa reparó en que la mayoría de ellas respondía a «modelos de interpretación de la realidad simplificados», o intentos de regresar a un estadio anterior de nuestra cultura en el que la realidad supuestamente era sencilla de comprender, y sus actores, buenos o malos. En consecuencia, estas historias suelen tener dos caras, una incomprensible o terrorífica y otra explicativa y simplificadora que tranquiliza.[5]

Las historias en cuestión reciben diversas denominaciones por parte de quienes las usan y difunden. Entre los periodistas se habla de bulos, o factoides. En Internet, de hoax. En un principio, cabe distinguirlas claramente de los llamados cuentos chinos o las hipérboles desmedradas, como por ejemplo las rodomontadas o exageraciones hiperbólicas como los Hechos de Chuck Norris, género popular de la llamada literatura de corcho y de Internet emparentables con las antiguas diversiones cortesanas de los siglos XVI y XVII, fanfarronadas conscientes que buscaban divertir como juegos de salón equivalentes a las trolas o bolas o incluso las bernardinas clásicas. Se distinguen de estos géneros jocosos en que no tienen la intención cortesana de divertir o distraer.

En Cuba se las conoce como «cuentos de camino» o «bolas», en Perú y en Colombia se las llama simplemente «cuentos» o «mitos». Entre los propios estudiosos, no falta quien prefiere catalogarlas como «leyendas» a secas, considerando que su función sigue siendo la propia de este género. También esta clase de leyendas se expanden en todos los territorios y países haciendo que este se vuelva viral y la gente lo puede ir creyendo.

Para que una historia ficticia se convierta en leyenda urbana es preciso que se difunda de forma espontánea como verdadera y que la información alcance cierto reconocimiento popular.

El rasgo más importante de las leyendas urbanas es su carácter internacional. La historia del submarinista calcinado que es recogido accidentalmente por un avión contra incendios y lo deja caer sobre el fuego, causando su muerte, se cuenta con mínimas variaciones en su estructura en distintos lugares de América del Norte, Europa y Australia, por citar solo algunos sitios por donde circula esta leyenda.

La leyenda urbana puede inspirarse en cualquier fuente, pero incluye a menudo un elemento misterioso, incomprensible. Rara vez resulta posible localizar el origen preciso de una leyenda urbana. Cuando el investigador se enfrenta a una de ellas, se encuentra con varios relatos extendidos por distintas zonas, construidos a partir de un mismo esquema, pero adornados con detalles muy variados en función de su localización.

Las leyendas urbanas tienen una estructura más compleja (planteamiento, nudo y desenlace) que los chismes, rumores y bulos. No pretenden, como estos, desacreditar a una persona en concreto, sino que abordan una «problemática» que afecta a muchas personas. Generalmente, cuentan historias que nos alertan sobre posibles peligros que nos pueden acechar en nuestra vida diaria. De modo que la trama está urdida en función del desenlace, en el que a menudo se concentra el mensaje o moraleja, tal como sucede en las fábulas o cuento de hadas.

La leyenda urbana se encuentra en el límite de la credibilidad. Todas incluyen hechos falsos pero algunas toman elementos de la realidad o están basadas en algún hecho real. Por eso, la leyenda urbana suele contarse como si fuera un suceso verdadero o, al menos, verosímil. Esto exige que los personajes sean meros arquetipos anónimos, «un hombre», «una mujer», «una pareja» o «un conocido de un amigo», el cual el narrador de la leyenda urbana no conoce personalmente, aunque situados siempre en escenarios concretos (una determinada ciudad, calle, país) que contribuyen a hacerla creíble. A menudo, el protagonista es un «amigo de un amigo», relativamente cercano al oyente, pero no tanto que resulte viable consultarle sobre los hechos. Con el paso del tiempo, los elementos de la narración se transforman para volverla más atractiva e impactante.

Desde finales del siglo XX, Internet ha contribuido notablemente a la difusión de las leyendas urbanas, especialmente a través del correo electrónico. Las adaptaciones de las mismas en la red, además de por lo anteriormente comentado, se caracterizan por: añadir frases con alertas catastróficas, citar fuentes de confianza (medios de comunicación, fuerzas del Estado, etc.) y rogar que la información sea difundida para evitar que más personas resulten afectadas. (Véase hoax)

Dos de las leyendas urbanas más extendidas son las del fantasma del espejo (normalmente conocida como «Verónica» en español y «Bloody Mary» en inglés) y la autoestopista fantasma, las cuales están divulgadas por todo el mundo y se han ido modernizado con el paso del tiempo. Así, la leyenda de la autoestopista fantasma tiene su precedente en historias en las que la chica no se subía a un coche, sino que paraba a los jinetes y se montaba en la grupa de sus caballos (como sucede, por ejemplo, en el Romance de la Infantina).

También son populares en Internet otras leyendas que relatan sucesos siniestros, la mayoría de veces relacionados con la Tecnología. Unos ejemplos son los creepypastas (o leyendas de internet), que entre ellas se encuentran popularmente

Las leyendas urbanas, especialmente las referentes a temas de salud, no son necesariamente recientes, y son propagadas debido en gran medida a la falta de conocimientos médicos de la población general.

Otras leyendas difundidas sobre la salud son:

Hay numerosas leyendas acerca de la Coca-Cola y sus propiedades. De este producto se ha dicho que su «fórmula secreta» es capaz de descomponer trozos de carne, que desatasca las tuberías, que sirve para aflojar los tornillos, limpia las manchas de grasa en la ropa y es un poderoso espermicida. Se ha demostrado que todo esto forma parte de la leyenda urbana.[9][10]

También mucha gente cree que en Estados Unidos se realizó una prueba en un cine para comercializar la bebida, a base de mensajes subliminales. El supuesto experimento habría sido realizado por James Vicary en 1957 y consistía en incluir uno o dos fotogramas por minuto con la marca. En 1962 Vicary fue entrevistado por la revista Advertising Age («La era del comercial») y declaró que el experimento en realidad era una mentira que se llevó a cabo debido a que su empresa pasaba por dificultades económicas. Por lo tanto no se puede afirmar con certeza ni la realización de la prueba ni sus resultados.[11]

Algunas leyendas urbanas, colindantes con el rumor, se refieren a personas famosas.

Una leyenda muy común sobre personas célebres muertas es que realmente siguen vivas.

En ocasiones ocurre al contrario y la leyenda urbana afirma que ha muerto una persona que realmente sigue viva, este es el caso de la cantante panameña Lorna. Desde el año 2003, en el que alcanzó el éxito con su reggaeton «Papichulo», se difundió la creencia de que Lorna murió de sobredosis,[15]​ totalmente infundada y desmentida, puesto que el último álbum de esta cantante fue publicado en 2009.

Una de las más famosas leyendas urbanas sobre personajes famosos es la de la supuesta criogenización de Walt Disney. Muy poco después de su muerte en 1966 (ya en 1969 aparece reflejado en una revista) surgió el rumor de que el cuerpo de Disney había sido criogenizado hasta el momento en que los avances científicos pudieran devolverlo a la vida. Se trata una leyenda completamente falsa, ya que hay constancia tanto de la muerte de Disney como de su posterior incineración. No está claro el origen del rumor. Al menos dos biógrafos de Disney, Leonard Mosley (Disney's World: A Biography, 1985) y Marc Eliot (Walt Disney: Hollywood's Dark Prince: A Biography, 1993) mencionan el interés de Disney por la criónica en los últimos años de su vida, aunque no aportan fuentes concretas. Es imposible saber con certeza si este interés existió, en cuyo caso pudo haber sido lo que originó la leyenda. Por otro lado, el hecho de que la incineración se llevase a cabo en un ámbito estrictamente privado pudo alimentar las especulaciones. Debe tenerse en cuenta también que Disney era conocido, sobre todo en sus últimos años, por su interés por las innovaciones tecnológicas.[16]

Otra leyenda urbana afirma que el dictador español Francisco Franco está enterrado boca abajo, mirando al suelo, para que en caso de resucitara y pretendiera salir excavando, lo hiciera hacia el interior de la tierra y no volviera a la superficie.[17]

Una leyenda urbana afirma erróneamente que el médico y político francés Joseph-Ignace Guillotin inventó la guillotina, y que posteriormente fue ejecutado con este instrumento. Guillotin es famoso por sugerir este instrumento, ya existente en Europa Central desde la Edad Media, para todas las ejecuciones en Francia, lo que llevó a nombrar popularmente a este aparato con su apellido. Josep-Ignace Guillotin falleció de muerte natural. La creencia de que murió en la guillotina procede de que otro hombre, también apellidado Guillotin y médico de profesión, murió ejecutado con ella.[18]

Del científico y religioso español Miguel Servet se dice que fue condenado a la hoguera por descubrir la circulación de la sangre, lo cual fue considerado herejía por la Inquisición. Es cierto que Servet hizo avances en ese campo y fue ejecutado en la hoguera, pero ambos eventos no están relacionados y aquella no fue la causa de su enjuiciamiento.

Otra leyenda urbana muy extendida en España es la del supuesto incidente del programa televisivo, presentado por Concha Velasco, Sorpresa, sorpresa en los años noventa. Se decía que el cantante Ricky Martin, ídolo de una chica a la que pretendía sorprender saliendo del armario de su habitación, se encontró a la niña untada de mermelada, helado u otro alimento realizando un juego erótico con su perro. Dicha situación no sucedió en realidad y por supuesto no existen imágenes, pese a lo cual mucha gente afirmó haber visto dicha escena.[19]​ Es necesario destacar que esa leyenda es solo una de las muchas variantes de una misma historia apócrifa que también se cuenta como verdadera en los Estados Unidos, donde, una mujer es sorprendida con una fiesta sorpresa en su casa mientras esta estaba cubierta de crema de maní y era lamida ansiosamente por su perro. El folclorista Jan Harold Brunvand (quién cita el concepto de esta historia en el capítulo «Aventuras Sexuales» de su obra El Fabuloso libro de las Leyendas Urbanas) afirma que por lo general las leyendas urbanas, al ir contándose de una persona a otra, tienden a diluirse o incluso exagerarse los detalles que caracterizan a la historia, con este ejemplo pasando de ser una anécdota bochornosa aparte de la carrera de un famoso cantante.

Del mismo estilo es una leyenda urbana acerca del grupo musical vasco La Oreja de Van Gogh. Supuestamente esta banda, en una entrevista en un programa de Pedro Ruiz, había reconocido que simpatizaba y apoyaba a la banda terrorista ETA, algo que ha sido desmentido por los propios cantantes.[20]

De Steve Jobs, fundador de Apple, se cuenta que no soportaba ir en ascensor en las oficinas de la empresa acompañado de personas ajenas a sus conversaciones. Según cuentan testimonios, subirse con él en el ascensor sin autorización suya estaba penado con el despido.[21][22]

Algunos lugares, reales o supuestos, que son propiedad de los gobiernos nacionales, han dado pie a leyendas urbanas, por la escasa información o secretismo que existe en torno a ellos. El Área 51, base militar aérea de Nevada en Estados Unidos, es una de ellas. El propósito de esta base es secreto y no se permite el acceso a visitas o la prensa, lo que ha originado la aparición de diversos supuestos para ella, tales como el desarrollo de armas de destrucción masiva y el almacenamiento de naves espaciales y cadáveres de extraterrestres que se habrían estrellado en la Tierra.

Por su parte, el gobierno ruso nunca ha confirmado ni desmentido la existencia del supuesto Metro-2 de Moscú, un ferrocarril subterráneo secreto que uniría puntos clave de la capital rusa y serviría de comunicación de emergencia para altos cargos políticos y militares.

Otra leyenda afirma que no hay rotondas en todo el territorio de Estados Unidos. Este tipo de cruce viario nunca fue popular en ese país y es cierto que no comenzaron a instalarse hasta los años 1990.[23]

Del parque del Cerro del Tío Pío de Madrid se dice que fue plantado sobre un enorme vertedero, lo cual explica que sus prominentes colinas, las únicas que hay en el entorno, son en realidad montañas de basura. Esto solo es cierto en parte, pues apenas una pequeña porción del parque fue utilizada anteriormente como vertedero.[24]

Siempre han surgido historias de personas que supuestamente viajaron a través del tiempo, los cuales fueron informados por la prensa y circularon en Internet. Muchos de estos informes han resultado ser bromas o se basaron en suposiciones incorrectas, información incompleta, o la interpretación de la ficción como un hecho.

También hay casos de Ooparts, que son objetos que aparece fuera de tiempo, perteneciendo a una época que no es la suya y por lo tanto indicando indirectamente que alguien situó esos artefactos ahí. Un ejemplo es un supuesto teléfono inteligente en un combate de Tyson de 1995.[25][26]​ Sin embargo se apunta que el objeto es un tipo de cámara japonesa que había empezado a comercializarse en aquella época.[27]

Existe un mito que dice que, en 1907, la bandera de Chile habría ganado un concurso internacional sobre «la bandera patria más hermosa del mundo». Supuestamente, dos familias chilenas (Baehcker y Casas) habrían llegado al balneario de Blankenberghe [sic] (en Bélgica), mientras visitaban algunas localidades de las costas del Mar Báltico como parte de sus vacaciones. Al llegar a dicha ciudad, se encontraron con este concurso y decidieron participar, con la sorpresa de ganar entre una multitud de emblemas. Otra versión dice que fue en el siglo XIX, y otra le da el segundo lugar, tras la bandera de Francia; aún otras variaciones del mito indican al Himno Nacional de Chile como ganador de un concurso análogo, o le otorgan el segundo lugar, tras La Marsellesa y el tercer lugar al Himno Nacional de El Salvador. La cantidad de distintas versiones de este mito, la carencia de fuentes independientes, el error de la localidad mencionada (que se encuentra junto al mar del Norte y no al mar Báltico) y la similitud de esta leyenda con algunas parecidas en otros países ponen en grave duda el que haya ocurrido en realidad, estableciéndose solo como mito.

Existe la leyenda de que en el último capítulo de Doraemon el protagonista Nobita se despierta y resulta que descubre que todo fue un sueño.[28]​ Lo cierto es que la serie no tiene un capítulo final porque su creador murió antes de pensar cómo acabar la serie.

Algo parecido le sucede a la serie supercampeones, en el que Oliver en realidad estaría en un hospital soñando con partidos imposibles porque tiene las piernas amputadas porque fue supuestamente atropellado.[29]

Una leyenda urbana muy famosa y difundida es la existencia de vídeos snuff, que supuestamente son grabaciones de asesinatos, violaciones, torturas, suicidios, necrofilia, infanticidio, entre otros crímenes reales (sin la ayuda de efectos especiales o cualquier otro truco) con la finalidad de distribuirlas comercialmente para entretenimiento.

Con el uso del Internet se han creado más leyendas, usualmente sobre temas relacionados con la tecnología. Entre las leyendas urbanas más populares relacionadas con la red se encuentran aquellas relacionadas con las nuevas tecnologías. Es el caso de la leyenda sobre la pandilla Bloods, la del sitio web Blindmaiden.com que supuestamente quienes la visitan corren el riesgo de morir siendo arrancados los ojos por un siniestro espectro de una mujer ciega, o la de un viajero del tiempo, John Titor, que supuestamente se comunicó con alguien por mIRC y le reveló acontecimientos del futuro.

Otras de las más destacadas son

Una de las leyendas urbanas sobre videojuegos más conocidas es la que afirma la existencia de Polybius. Según la historia, el juego fue lanzado al público en 1981, causando efectos devastadores a los jugadores tales como locura, estrés y horribles pesadillas. Poco tiempo después de su lanzamiento, el juego desapareció sin dejar rastro. Aún no hay pruebas de que este juego haya existido realmente. Algunos creen que el juego fue elaborado por encargo del gobierno de Estados Unidos para que los menores dejaran de jugar a los videojuegos.

Existen varias leyendas urbanas difundidas por Internet, conocidas como creepypastas o creepypaste (del inglés creepy, horripilante) creadas con el fin de aterrar al lector. Una leyenda muy destacada es «Tails Doll», un personaje secreto del videojuego Sonic R, el cual luego de desbloquearlo supuestamente causa una serie de enfermedades o trastornos psicológicos, como que durante el sueño se escucha la frase «Can you feel the Sunshine?» (de la banda sonora del juego), acabando con la muerte (es la leyenda urbana más conocida y famosa de los Estados Unidos además de Slender Man).

Algunas de estas leyendas son sobre cartuchos de juegos alterados. Un ejemplo es «BEN Drowned», un supuesto cartucho embrujado de The Legend of Zelda: Majora's Mask, que fue propiedad de un niño que murió ahogado por accidente. Este cartucho tendría supuestamente un funcionamiento incorrecto, que mostraría elementos erróneos y corruptos en la pantalla para enloquecer al jugador.[30]​ Otro caso es «Pokémon Black». Sin relación con el juego oficial, sería un supuesto hack de Pokémon Rojo y Azul, en el cual el jugador entrena a un fantasma que, en lugar de simplemente noquear a los Pokémon contrarios, como ocurre en los juegos reales, los mata literalmente, y también asesina a los entrenadores rivales. Esta historia trata de moralizar sobre la banalización de la violencia en los videojuegos.[31]

Las leyendas urbanas son comunes en la literatura. Una de ellas sostiene que las obras inéditas de William Shakespeare yacen con él en su tumba, o que sus obras son en realidad de otros autores. Otra leyenda es que Cervantes y Shakespeare fueron en realidad la misma persona.[32]​ Ha adquirido también características de leyenda urbana la atribución errónea al escritor argentino Jorge Luis Borges de un texto titulado Instantes.[33]

En la economía también existen leyendas urbanas. En España y otros países occidentales está muy extendida la creencia, errónea, de que en Japón, durante su burbuja inmobiliaria entre 1980 y 1990, los bancos concedían créditos hipotecarios a 90 y 100 años, cuyas responsabilidades pasarían de padres a hijos.[34]​ También está extendida la creencia de que el rey de España siempre apuesta al número 00.000 de la Lotería de Navidad,[35]​ o que el monarca cobra una comisión por cada barril de petróleo importado por el país;[36]​ algo que nunca ha sido confirmado ni desmentido por la Casa Real. Desde hace más de veinte años han corrido rumores de que en España, en tiempos de crisis y momentos en los que el Estado carecía de liquidez, empresas como El Corte Inglés, Mercadona o la ONCE habían pagado las nóminas de los funcionarios a cambio de futuros favores del Gobierno. Otra creencia es que los bares de Barcelona cobran un euro por un vaso de agua del grifo; posiblemente el origen de la misma está en los tópicos sobre los catalanes.

La huelga a la japonesa sería un tipo de protesta sindical en la cual los trabajadores producen en exceso, con el objetivo de llevar a la quiebra a la empresa cuando sea imposible vender toda la producción. Los precios del stock bajarían por el exceso de oferta y la empresa tendría que afrontar gastos extraordinarios para almacenar los productos no vendidos.

Los ferrocarriles de España fueron construidos en un ancho de 1668 mm, ligeramente superior al estándar europeo de 1435 mm. Esta medida fue tomada en principio para que por España, un país montañoso en comparación con las llanuras de Europa Central, pudiesen circular locomotoras más anchas y más potentes. Aunque el problema de la potencia de las locomotoras se podría haber solucionado con máquinas más largas, la leyenda urbana reside en la creencia de que el distinto ancho de vía se implantó como medida de defensa militar, para prevenir una eventual invasión de España por ferrocarril desde Francia. Entonces, a mediados del siglo XIX, aún estaba reciente la invasión napoleónica. Esta creencia se popularizó en la sociedad española al convertirse en una profecía autocumplida, pues habría sido imposible para la Alemania Nazi, cuyo dominio llegó hasta los Pirineos, entrar en España por tren en el caso de que el régimen nazi decidiera invadir el país ibérico, algo que nunca ocurrió.[37]

En el deporte tienen mucha más repercusión pública la retransmisión de las escenas polémicas o de vandalismo en los estadios, que la resolución y sentencia de los mismos, lo que produce desinformación o lleva a errores a los medios de comunicación y, en última instancia, a los espectadores y aficionados. El FC Barcelona ha tenido que desmentir que tuviera aún pendientes de cumplir algunas sanciones que le fueron impuestas hace años, entre ellas, la prohibición de disputar la Copa del Rey durante un año por negarse a disputar un partido contra el Atlético de Madrid (el club no tenía once jugadores aquel día, pues la mayoría de la plantilla estaba convocada con sus selecciones nacionales), o el cierre del Camp Nou por dos partidos por el lanzamiento de objetos al campo en un duelo contra el Real Madrid, en el que se llamó el partido del cochinillo. En el primer caso el club fue indultado, admitiendo la RFEF su error por fijar el partido en un día que había competiciones de selecciones;[38]​ en el segundo, el cierre del estadio se sustituyó por una multa de 4.000 euros.[39][40]

Pese a estas aclaraciones, hay periodistas que desde hace años advierten de una conspiración de la RFEF y, su entonces presidente, Ángel María Villar para favorecer deportivamente al FC Barcelona (véase El villarato).[41]​ Otra teoría es que en determinados sorteos futbolísticos (como la Champions League) hay bolas calientes (o frías), con diferente peso o rugosidad, para que la persona que tenga que meter la mano sepa cual tiene que elegir (para beneficiar a un equipo en una eliminatoria porque su rival es más débil), siendo el Real Madrid uno de los principales acusados.[42][43]

El paso de los años también provoca que surjan leyendas o historias inventadas sobre hazañas increíbles de deportistas. Por ejemplo, la que afirma que Muggsy Bogues, jugador de baloncesto de los Charlotte Hornets, el más bajo de la historia de la NBA (1,60 m), realizó el único mate de su carrera el 4 de diciembre de 1990, en un partido contra los Washington Bullets.[44]​ Algo que en realidad no ocurrió, puesto que aquel día estos dos equipos no jugaron ningún partido.[45]​ Bogues nunca alcanzó el aro, situado a 3,05 m de estatura. El jugador más bajo que consiguió hacer mates fue Spud Webb, que mide 1,67 metros. Otra leyenda popular en España es que Miguel Induráin confesó indirectamente que se dopaba al periodista José María García en uno de sus programas radiofónicos.[46]

Otras leyendas urbanas señaladas son



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