Manises es un municipio situado en la provincia de Valencia, Comunidad Valenciana, España. Está en la comarca de la Huerta Oeste. Contaba con 30.693 habitantes en 2018 (INE) y es famoso por su cerámica y por albergar en su término municipal al aeropuerto de Valencia.
El municipio se sitúa en el extremo occidental de la Huerta de Valencia, en la margen derecha del río Turia.
Localidades limítrofes
De acuerdo con la clasificación climática de Koppen, el clima de Manises es semiárido frío (BSk).
Es un clima típicamente mediterráneo pero no con rasgos muy definidos, nos encontramos unos veranos menos calurosos que en el interior y unos inviernos considerablemente bastante más fríos que en la costa, con heladas nocturnas en los meses de invierno. La temperatura media del invierno desciende a los 4,7 grados (aunque puede llegar a los -5Cº o -10Cº en los días más fríos) mientras que al verano asciende a los 24,8 grados (con picos de 35Cº).
Los récords climatológicos más destacados registrados en el observatorio del Aeropuerto de Valencia desde 1966 son los siguientes: La temperatura máxima absoluta de 43.4ºC registrada el 6 de julio de 1986, la temperatura mínima absoluta de -5.4 registrada el 15 de enero de 1985, la precipitación máxima en un día de 188.9 mm registrada el 28 de septiembre de 2012, y la máxima racha de viento de 153 km/h registrada el 28 de enero de 1978.
Manises es un municipio de la Huerta de Valencia, se extiende al margen derecho del río Turia (límite septentrional del término) y está accidentado en el sector occidental por los primeros montes que dominan la plana aluvial del Turia.
La agricultura es predominantemente de secano: algarrobos, oliveras y pequeños sectores de viña y almendros. El regadío aprovecha el agua del Turia a través de la acequia de Manises.
La actividad económica principal es la industria, centrada en la cerámica, que tiene una importante tradición desde la Edad Media, la cual resurge con fuerza en la segunda mitad del siglo XIX. En 1917 fue creada la Escuela de Cerámica que incluía el estudio de esta actividad en sus diversas variantes: cerámica artística, porcelana y azulejos. Predomina la pequeña empresa.
La actividad industrial comportó un fuerte incremento de la población, que se triplicó en el siglo XIX y se ha multiplicado por 6 en el XX. En la actualidad la población ronda los 30.630 habitantes (según el INE a 1 de enero de 2017).
La ciudad se encuentra a la derecha del Turia, en el extremo oriental del término, sobre una pequeña colina y frente a Paterna, al otro lado del río. Se extiende de oeste a este, siguiendo el curso del río, y en el último ensanche se unió a Cuart de Poblet. Los sectores industriales se concentran al este y norte del núcleo urbano, cerca de la estación del ferrocarril de Valencia a Liria. La iglesia parroquial (San Juan Bautista) fue edificada entre 1734 y 1751; el altar mayor había pertenecido al convento de la Merced de Valencia. Antigua alquería islámica, fue donada en 1238 por Jaime I a Artal de Luna, y en 1307 fue vendida a Pere Boïl y se convirtió en centro de la baronía de Manises. Fue lugar mixto de cristianos y moriscos entre los años 1602 y 1609 en una promoción de 150 hogares cristianos y 50 moriscos.
El 22 de diciembre de 1924 recibió del rey Alfonso XIII el título de Ciudad. Además de diversos hallazgos de época romana, dentro del término hay un acueducto construido en aquella época nominado dels Arquets. En el extremo occidental del término, en la ribera del Turia, hay una estación potabilizadora del agua de Valencia. El municipio comprende además los caseríos de "la Presa" y "la Cueva" y el "barrio de San Francisco".
El Aeropuerto de Manises, al servicio de la ciudad de Valencia, está situado al oeste de la aglomeración urbana, dentro del término de Manises, a unos 8 kilómetros del centro de la ciudad. Comparte la actividad comercial con las instalaciones de la base militar aérea de Manises, en la actualidad desmantelada. Tiene todas las instalaciones aeroportuarias modernas y un radar situado en Pinedo, cerca de la Albufera de Valencia. Actualmente está dotado de los últimos avances en sus instalaciones de acogida de viajeros y de movimiento de mercancías.
Aunque probablemente Manises estuviese habitada desde los tiempos más remotos, lo único que sabemos es que los romanos construyeron una importante obra para llevar agua a Valencia. Después vinieron los árabes, siendo estos los creadores de nuestra ciudad y los originarios de nuestras tradiciones. Los 500 años que aproximadamente ocupa este período, fueron suficientes para que Manises, su casco urbano, su término, su agricultura, y su industria cerámica, tuvieran un nivel tan importante, como para que Jaime I, se lo otorgara como premio a uno de sus mejores hombres, don Artal de Luna, uno de los "Rich-homs de natura" que le acompañaban.
Y es esta donación, registrada en el Libro del Reparto, lo primero cita que oficialmente se conoce de Manises "1237. Artallus de Luna. Alquerian de Paterna et de Manizes, VII idus Julil" (7 de julio de 1237).
Especial importancia en Manises tuvo la tradición alfarera musulmana conservada por la población morisca. La herencia del secreto de la loza dorada trascendió al resto de los reinos peninsulares, e incluso a la Europa renacentista. Sobreviviendo luego a la competencia de Alcora dentro del territorio valenciano y a las innovaciones de otros focos como Talavera de la Reina y Triana, en Sevilla, la loza y la azulejería de la ciudad fueron evolucionando hasta recuperar en el inicio del siglo XX un puesto destacado en la producción nacional. A ello ayudaría la creación en 1914 de la Escuela de la Cerámica de Manises, fundada por Vicente Vilar David (Ingeniero Industrial por la escuela de Barcelona y Teniente de alcalde con Primo de Rivera) y, más tarde, la inauguración en 1969 del Museo Municipal de la Cerámica, rehabilitado y ampliado en 1989.
Manises como toda España sufrió la Guerra Civil, y una feroz y cruel represión como así atestigua La Causa General de Manises de 1940
Cuenta con una población de 30.508 habitantes en 2009. Un 6,21% de sus habitantes era, según el mismo padrón, de nacionalidad extranjera en el año 2007.
Las fiestas se celebran el último fin de semana de julio, desde su primera edición en el año 2000, y celebrándose cada año, a excepción del año 2020 debido a la pandemia mundial de COVID-19. Estas fiestas son organizadas por los vecinos, y en especial por las personas que constituyen "La Comisión de Fiestas, Cultura y Deportes La Mallá". En estas fiestas los vecinos se agrupan en Peñas, bajo un apodo (La Peña la Pinya, Lo Rat Penat, Los Pahiyas, Peña del Buen Rollo, Peña la Cafetera, El Puntazo, La Penya de la Puerta Azul, El Chiringuito ...). Se organizan actividades para los niños, la gran gabalgata de disfraces, Orquestas, DiscoMovil, espectáculos diversos etc... Como curiosidad podemos remarcar que los nombres de las calles de La Mallá tienen nombres de aves y árboles en su denominación valenciana. Como por ejemplo: el Verderol, El Fumarell, El Pi Roig, La carrasca, Lo Rat Penat ...
Hay que dedicar un especial capítulo a la cerámica local. A comienzos del siglo XIV, el 3 de diciembre de 1304, reinando Jaime II, el señorío de Manises fue adquirido por la familia Boil, que introdujo en su nueva posesión la cerámica de reflejos importada de los musulmanes andaluces, en especial de Málaga.
La cerámica de reflejo metálico junto a la decorada en azul, darán incluso fama europea a la producción manisiense, y será solicitada por príncipes y pontífices, y elogiada por numerosos testimonios de la época.
Además de cubrir las necesidades de la corona aragonesa, esta cerámica se exportaba a Francia, Italia, y sobre todo, a Nápoles, donde Alfonso el Magnánimo sostenía una corte brillante y lujosa. Al ser un gran consumidor de las lozas de Paterna y Manises, hizo de Nápoles centro de influencia para el resto de cortes italianas. También los papas Calixto III y Alejandro VI solicitaron a menudo loza y azulejería del levantinas para las salas del Vaticano. La exportación se extendió a Sicilia, Venecia, Turquía y Chipre e incluso a Flandes y los países del Báltico. Los palacios de diversas cortes de Europa se adornaron con la cerámica de Manises, prueba de ello son los abundantes ejemplos de loza morisca valenciana que ha dejado la Historia de la Pintura, como puede verse en obras de los hermanos Humberto y Jan van Eyck; en la tabla central del tríptico Portinari de Hugo van der Goes, conservado en la Galería Uffizi de Florencia, o en algunos frescos de la familia Ghirlandaio en esta misma ciudad.
El comercio de la cerámica dio lugar a compañías de exportadores, primero italianos, chipriotas y turcos; luego catalanes y mallorquines, que transportaban los azulejos y diversas piezas con todo cuidado, embaladas en grandes tinajas o cossis revestidos de cuerda y paja. Del Grao de Valencia salían continuamente naves con esta carga y se pagaba un impuesto por la salida de estos productos.
En Manises se encuentra el Real Club de Golf de Manises, de 9 hoyos.
Manises cuenta con su propio hospital.
Desde Valencia, se accede a esta localidad por carretera a través de la A-3 y la V-11. Por transporte público es también accesible a través de las líneas 3 (Rafelbunyol - Aeroport), 5 (Marítim Serrería - Aeroport) y 9 (Alboraya-Peris Aragó - Riba-roja de Túria) del metro de Valencia y de las líneas 106, 150, 161 y 162 del autobús.
Hay 6 estaciones de metro en la localidad:
El Aeropuerto de Valencia se encuentra en Manises.
Están catalogados como Bienes de Interés Cultural los azudes de las acequias que pasan por el término municipal de Manises, a saber:
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