Marco Salvio Otón cumple los años el 25 de abril.
Marco Salvio Otón nació el día 25 de abril de 32.
La edad actual es 1992 años. Marco Salvio Otón cumplió 1992 años el 25 de abril de este año.
Marco Salvio Otón es del signo de Tauro.
Marco Salvio Otón,Ferentinum, 25 de abril de 32 - Bedriacum, 16 de abril de 69), fue emperador del Imperio romano durante tres meses, desde el 15 de enero al 16 de abril de 69. Tras la muerte de Servio Sulpicio Galba, se convirtió en el segundo en ascender al trono durante el año de los cuatro emperadores.
llamado en ocasiones Marco Otón César Augusto y más comúnmente conocido como Otón (El historiador Suetonio le describe así:
Era hijo de Lucio Salvio Otón, cuya madre pertenecía al patriciado y estaba relacionada con las familias más influyentes de la capital. Su padre gozó del favor del emperador Tiberio, al que se parecía mucho físicamente; desempeñó con rigidez diversos cargos dentro de la administración imperial. El futuro emperador descendía de una noble y antigua familia establecida en Ferentinum aunque de origen etrusco; sus antepasados eran los príncipes de Etruria.
Su abuelo, llamado Marco Salvio Otón, era un pretor que descendía de un caballero romano y de una mujer de origen humilde, probablemente sin ciudadanía, que fue promovido al orden senatorial merced a la influencia de Livia. Contrajo matrimonio con Terencia Albia; fruto de este matrimonio nacieron dos hijos, Ticiano y Marco, y una hija, prometida al hijo de Germánico.
Conocido en Roma por sus excesos y su vileza, aparece por primera vez en los escritos de los historiadores clásicos cuando entró a formar parte del círculo del emperador Nerón; se le califica como imprudente y extravagante. A pesar de ello, la amistad entre ambos se rompió cuando entró en escena la esposa del futuro emperador, Popea Sabina (58). Nerón y Sabina se conocieron en una cena, cuando Otón se la presentó merced a la insistencia de su mujer. Desde ese momento y tras divorciarse de Otón, se inició una relación entre ambos que terminaría con la muerte de Sabina. Antes de fallecer envió al exilio a su marido, al que se le concedió por diez años el gobierno de la provincia de Lusitania en calidad de cuestor. Por Roma comenzaron a circular estos versos:
Tras diez años de administración moderada, insólita en esa época, el destino le ofreció una oportunidad de vengarse de Nerón. Galba, gobernador de Hispania Tarraconense, se levantó contra el emperador Nerón (68) y encontró en la persona de Otón a uno de sus más fieles adeptos. El resentimiento por el trato recibido, así como la ambición personal, decidieron al gobernador de Lusitania a unirse a su vecino; además Galba no tenía descendencia y estaba en una edad muy avanzada, por lo que Otón aspiraba a ser nombrado su sucesor.
Aunque su lealtad parecía inquebrantable, Otón comenzó a negociar con la Guardia Pretoriana tras el nombramiento de Lucio Calpurnio Pisón Frugi Liciniano como sucesor de su aliado; pese a que el estado de sus finanzas era desesperado, encontró el dinero suficiente para comprar los servicios de todos los miembros del cuerpo. La mañana del 15 de enero, solamente cinco días después de la adopción de Pisón, acudió, como de costumbre, a presentar sus respetos al emperador; tras ello fue escoltado al campamento de los pretorianos, donde, al cabo de unos breves instantes de indecisión, fue aclamado Imperator.
Después volvió al Foro con una importante fuerza y allí encontró a Galba, quien, alarmado por los rumores de lo ocurrido que habían comenzado a circular por la capital, se dirigía a través de una confundida muchedumbre hacia los cuarteles de los pretorianos. La cohorte de turno que rondaba por el Palatino y que acompañaba al emperador, desertó. Indefensos, Galba, Pisón y otros hombres fueron brutalmente asesinados por la Guardia. Al terminar el breve combate los senadores le invistieron con el título de Augusto, con la tribunicia potestas y con otros honores exclusivos del emperador. Otón debía su éxito al odio que suscitaba la figura de Galba entre los soldados a consecuencia de su famoso rechazo al derroche monetario. Los habitantes, también descontentos con la gestión de este emperador, le concedieron su apoyo.
A su adhesión al trono aceptó añadir el título de Nerón a su nombre; este título le había sido conferido por la plebe por su parecido con este emperador y su afeminamiento. Se volvieron a levantar las estatuas de Nerón y se finalizaron ciertos de los proyectos urbanísticos impulsados durante su reinado, como la Domus Aurea. Paralelamente se anunció una administración liberal, moderada y respetable, calmando así los recelos de los ciudadanos más respetables.
El nuevo emperador comprendió la verdadera dimensión de la revolución de Germania tras leer la correspondencia privada de Galba; allí se habían rebelado varias legiones al mando de Vitelio y avanzaban hacia Italia. Tras una vana tentativa de reconciliación se preparó para la batalla con una fuerza inesperada. De las provincias que se habían declarado a su favor poca ayuda se podía esperar, a excepción de las legiones que avanzaban desde Dalmacia, Panonia y Mesia. Con estas tropas formó una fuerza formidable y con su armada tomó el control de los mares italianos.
Otón envió de inmediato a su flota a fin de asegurar Liguria. El 14 de marzo inició un avance a la cabeza de sus tropas con el que esperaba evitar la entrada de su adversario en Italia. A pesar de ello no llegó a tiempo y envió parte de su ejército a guarnecer Plasencia. Estos soldados defendieron la ciudad con éxito frente al sitio al que la impuso Aulo Cecina Alieno; tras el combate los efectivos del comandante viteliano fueron forzados a trasladarse a Cremona. A pesar de esta victoria, el avance de Fabio Valente cambió el curso del conflicto.
Los legatus de Vitelio resolvieron librar una batalla decisiva en Bedriacum. Paralelamente, el alto mando de Otón estaba totalmente dividido: los comandantes con más experiencia estimaban que era preferible esperar a que les alcanzaran las tropas que venían desde Dalmacia; no obstante, su hermano, Ticiano, y el praefectus praetoriae, Próculo, impulsaron a su líder a avanzar de inmediato, invalidando de ese modo toda oposición. Por su parte, Otón permaneció a la cabeza de un considerable ejército de reserva en Brixellum, territorio ubicado a orillas del Po. Cuando se tomó la decisión, sus tropas ya habían cruzado el río y acampado en Bedriacum, una pequeña población en las inmediaciones de la Vía Postumia, situada por donde les asistirían los soldados dálmatas.
Abandonando su ventajosa posición, sus fuerzas avanzaron a través de la Vía Postumia en dirección a Cremona. En su camino se encontraron con las tropas de su adversario, que las forzaron a presentar batalla desde una ubicación desventajosa. Tras una debacle militar, su ejército se desplazó a Bedriacum. Aunque las fuerzas de Vitelio les persiguieron, se alcanzó un acuerdo por el que se permitía el acceso de las tropas de Vitelio al campamento de Otón.
A pesar de que esta batalla no había inclinado la balanza del conflicto hacia ninguna dirección, el efecto en el campamento de Brixellum tras recibir la información relativa a la batalla fue devastador. Otón todavía dirigía un ejército formidable y las legiones procedentes de Dalmacia ya habían llegado a Aquilea; asimismo, la moral de soldados y oficiales de este destacamento era muy alta. No obstante, parece ser que el emperador optó por aceptar el veredicto de una batalla provocada por su propia irreflexión. El día anterior a darse muerte había enviado a su hermano a negociar con Vitelio para que respetase a su familia, ya que él mismo, había respetado a la familia de Vitelio; además, llamó a su sobrino Lucio Salvio Otón Coceyano y le hizo saber que había tenido intención de nombrarle su sucesor, pero que no lo había hecho para no exponerlo en caso de derrota, como así había ocurrido. En un solemne discurso se despidió de aquellos que se habían unido a él exclamando:
Tras estas palabras se retiró a su tienda a fin de descansar por unas horas. Esa mañana decidió suicidarse clavándose una daga en el corazón; cuando sus asistentes entraron en sus aposentos ya había fallecido. A su muerte se colocaron sus cenizas en un sencillo mausoleo. Otón había regido el Imperio durante solamente tres meses, pero, no obstante, había demostrado mucha más sabiduría durante el desempeño de este cargo de la que nadie habría cabido esperar. Muchos de sus soldados siguieron su ejemplo suicidándose en una hoguera. Se levantó una sencilla tumba en su honor en Brixellum; encima del monumento había una inscripción que rezaba: Diis Manibus Marci Othonis.
Muchos historiadores han defendido la teoría de que el suicidio de Otón tenía como objetivo liberar a su nación de este conflicto fratricida. Pocos podrían haber esperado que el otrora compañero de Nerón hubiera optado por un final tan digno. Llevados por la impresión, sus soldados se lanzaron en masa hacia la hoguera que se encendió con motivo de su entierro a fin de morir con su emperador.
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