Mateo Pérez de Alesio cumple los años el 15 de julio.
Mateo Pérez de Alesio nació el día 15 de julio de 628.
La edad actual es 1396 años. Mateo Pérez de Alesio cumplió 1396 años el 15 de julio de este año.
Mateo Pérez de Alesio es del signo de Cancer.
Mateo Pérez de Alesio nació en Lecce.
Mateo Pérez de Alesio (Lecce, 1547 - Lima, 1628) fue un pintor y escultor de origen italiano, activo durante casi toda su carrera artística en Perú, donde vivió más de 40 años, entre 1588 y 1628.
Fue el pintor más importante en Lima durante largo tiempo, y tuvo mucha influencia en la escuela pictórica local incluso después de su muerte. Su producción, de dibujo y composición rigurosos, muestra una marcada preferencia por grandes escenas de tono ligeramente grandilocuente, muestra de su admiración por Miguel Ángel y otros pintores del Manierismo. Se especializó, sobre todo, en pintura de temática religiosa.
Mateo Pérez de Alessio era hijo de Antonio de Alessio y Madama Lucente. Existen diferentes registros de su apellido, ya que él firmaba de diversas maneras, figurando en un recibo de su mano como Matheo Pérez de Alesio. También se le conoció como Matteo da Lecce. Se intitulaba romano pintor, razón por la cual se creyó que era de esa ciudad.
Probablemente antes de tener 16 años de edad entró en el taller de Miguel Ángel. Gaspare Celio le atribuye el San Miguel de la Disputa sobre el cuerpo de Moisés (1574 aproximadamente) en la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico Vaticano, lo que dio lugar a pensar que llegó a ser pintor de cámara del papa Gregorio XIII. Habitualmente se le atribuye, sin embargo, la realización de la totalidad de dicho fresco.
Otras obras de Pérez de Alesio pueden apreciarse en Roma y sus alrededores, entre ellas los frescos de la Villa d'Este en Tívoli y en la Villa Mondragone en Frascati, asimismo una Virgen y el Niño con Santa Catalina y Santa Apolonia en la Iglesia de la Rotta, considerada por Juan Agustín Ceán Bermúdez como una de sus últimas obras antes de salir de la ciudad. Se incorporó a la prestigiosa Accademia di San Luca en 1572. Realizó un viaje a Nápoles, dónde conoció al artista Pablo Morón, quién se convertiría en su asistente por muchos años.
Residiendo en la isla de Malta, decoró la Sala de San Miguel y San Jorge, también conocida como Sala del Trono, en el Palacio del Gran Maestre en La Valeta. Esta sala contiene trece frescos que reproducen el Gran Sitio de Malta por parte de las tropas de Solimán el Magnífico en 1565. Se le atribuye la introducción del Manierismo en la isla, precisamente por medio de estos frescos, pintados entre 1575 y 1581. El propio pintor reprodujo los motivos de estos frescos en lienzos. Cuatro de estas telas se encuentran hoy en la Cube Room de la Queen's House de Greenwich. Sus pinturas, profusas en detalles y muy decorativas, presentan la notable característica de reproducir con exactitud los vestidos, las armaduras, la arquitectura militar y las formaciones de batalla. Todo esto ha convertido sus obras en una herramienta de estudio para el estudio histórico de estas materias.
Marchó a Sevilla en 1583, llevando dibujos de las obras de su admirado Miguel Ángel. Su presencia en la ciudad se aprecia en la realización de una pintura mural de grandes dimensiones representando a San Cristóbal que todavía adorna uno de los muros de la Catedral de Sevilla, firmada en 1584.
Llegó a Lima desde Roma, acompañado de su discípulo y ayudante Pedro Pablo Morón con quien se concertó a enseñarle el oficio en 1583 y servirle de ayudante con un salario de 200 ducados de Castilla en los diez años que durase el trato. Éste se renovó en Lima por el tiempo que faltaba, dos años y medio, en 1593; ofreciéndole tres veces el valor inicial y nuevamente por otros dos años, en enero de 1595.
Permaneció en Lima, según contratos desde 1588 hasta 1628. Llevó consigo una valiosa colección de grabados de Durero; abrió un taller en el Cuartel I, Barrio 2º, calle Mantas; admitió algunos alumnos y discípulos, como el citado Pedro Pablo Morón; Francisco García, pintor de imaginería, en 1595; el padre agustino Francisco Bejarano, en 1599; Domingo Gil de 1600 a 1603; Cosme Ferrero Figueroa y posteriormente su hijo Adriano; siendo esta una de las primeras academias de arte de Lima, según las investigaciones realizadas por Rubén Vargas Ugarte. En 1590 realizó el retrato del virrey García Hurtado de Mendoza, cuarto Marqués de Cañete, razón por la cual en una escritura firma un documento como: Pintor de su Señoría el Señor Virrey. Alcanzó en 1592 el grado de Gentilhombre de la Compañía de a caballo de arcabuces de la "Guardia de este Reino del Pirú".
Según registro del Archivo de la Nación del año 1591, ante el escribano Córdova [f. 376], concertó por 300 pesos con el general don Antonio Picado la hechura de varias pinturas, entre ellas una imagen de Nuestra Señora en lámina de cobre; y el retrato de su mujer doña Mayor Bravo de Saravia, de cuerpo entero. Antonio Picado era procurador de la ciudad de Arequipa, donde Alesio realizó el retablo principal de la iglesia de santo Domingo. Talló un retablo para la iglesia la Merced de Huánuco.
En 1595 había adquirido a Francisco López, por 350 pesos, cincuenta retratos de figuras y personajes que el segundo había traído de Castilla. Aparte de su arte, en esos primeros años buscó hacer fortuna en las minas de oro y plata de Vilcabamba (Cusco) y Huancavelica. Muchos son los documentos de tratos mercantiles y de negocios en los que figura el maestro como actor, revelando otra faceta de sus actividades; en estos documentos casi no aparecen menciones a su faceta artística. En 1600 se le encargó el adorno de la Capilla mayor de la iglesia de Santo Domingo, en compañía de Pedro Pablo Morón, pero algunos documentos hacen presumir que la obra ya se había comenzado entre los años 1593 y 1594, por la donación que hizo don Alonso Picado a favor del trabajo de Pérez de Alesio.
El año de 1606, a petición de Juan de Vega, aparece pintando siete cuadros para una de las iglesias de Huánuco, de dimensiones relativamente pequeñas (tres y medio palmos por cinco), entre cuyos temas figura el original de Cristo con la Cruz a cuestas y su Madre Santísima que le sale al encuentro en la Calle de la Amargura; y otro representando a Jesús, puesto a lo vivo en la Cruz, con las agonías de la muerte. .
En 1600 recibió una buena suma por las obras de pintura y dorado que se realizaban en la Iglesia Dominica de Lima; fue ayudado por sus discípulos Morón y Cosme Ferrera Figueroa, con quien posteriormente se asoció en 1602 para explotar los tesoros de una huaca que estaba en los términos de la ciudad. En 1606, otorgaba el siguiente recibo: “... Digo io Matheo PÉREZ de Alecio que recibí del mayordomo de la Iglesia Maior, el Señor Juan de Robles, doscientos cincuenta pesos de a nueve. Los quales se me pagan por la pintura de las puertas del órgano y el endorado que ise de ellas y por verdad firmé esta libranza a las espaldas. Oi 21 de Diciembre de este año nuevo en 1606. Matheo PÉREZ de Alecio...” [sic]. Por desgracia no se conservan ni el retablo ni el órgano.
En 1616 pintó una serie de cuadros para la capilla del trasaltar de la Catedral de Lima; y repitió la figura del San Cristóbal sevillano a uno de los dos lados de la portada del testero (hoy desaparecida) y decoró al fresco la Iglesia de San Agustín.
En muchas biografías figura fallecido en 1616, pero un contrato de 1628 desvirtúa tal afirmación; dicho año vendió al padre Francisco Puche, de la orden de San Benito, para la iglesia de Monserrate, una imagen de Nuestra Señora (de color trigueño). Asimismo en 1628 se construía el nuevo templo según traza del arquitecto mercedario fray Pedro Galeano, gracias a los donativos del capitán Bernardo de Villegas y de su esposa Marcela de Montoya, cuya capilla funeraria fue decorada por Pérez de Alesio, en compañía de su discípulo Pedro Pablo Morón; fue quizá su última obra.
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