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Medio campo



En el fútbol, un centrocampista, mediocampista, mediocentro defensivo, enganche, volante o interior es el futbolista que juega en el centro del campo o por los costados y que se ubica entre los defensores y el delantero. Sus funciones son variadas y dependen de si el centrocampista es ofensivo o defensivo. Por ejemplo, las funciones de un centrocampista defensivo son, dar equilibrio al equipo entre la defensa y el ataque, recuperar el balón cuando está en posesión del equipo contrario, entre otras, mientras que las de un centrocampista ofensivo son, construir y organizar juego, dar pases a los delanteros y hacer goles.

Se atribuye el origen del término "volante" al centrocampista Carlos Volante, en su etapa como jugador del CR Flamengo con Flavio Costa como entrenador.[1][2]

En el esquema tradicional 2-3-5, de los 5 atacantes, los dos interiores derecho (8) e izquierdo (10) cumplían una función de construcción de juego y jugaban más retrasados que los extremos derecho (7) e izquierdo (11) y el centrodelantero (9). Este esquema ha sufrido variaciones en el tiempo. Una de sus primeras transformaciones fue cuando los dos laterales pasaron a ser defensas y los interiores del ataque derecho (8) e izquierdo (10) quedaron como mediocampistas puros, para formar el esquema 4-3-3, muy común en los años 1971.

Antes, en los años 1960 fue famosa la táctica de jugar con solo 2 mediocampistas (el hiperofensivo 4-2-4), que hoy en día ya no se aplica.

Desde los años 1990 se utiliza con más frecuencia la táctica 4-3-1-2, que puede ser catalogada como básica, por ser un balance entre juego ofensivo y defensivo, aunque muchos entrenadores prefieren eliminar el enganche y alinear dos mediocampistas centrales —uno se dedicará un poco más a la creación de jugadas que el otro, pero aun así no dejará de ser principalmente un mediocampista de contención— con dos mediocampistas mixtos por los laterales (4-4-2), o restar un jugador a la defensa y formar un 3-4-1-2 (con enganche). Otras variantes son el 3-5-2 o el 3-3-2-2.

También puede aplicarse la táctica de tres centrales, uno de los cuales actúa de libre, y dos laterales carrileros y ser una variante 5-3-1-1.

Dentro del once titular suele llevar el dorsal 6, 5 o números comprendidos entre el 13 y el 21. Es el centrocampista que se encarga de realizar labores de contención, recuperación y destrucción del juego ofensivo del rival. Las formaciones más comunes en las que se utiliza esta demarcación son 4-2-3-1 (en este caso haciendo de doble pivote con otro MCD), 4-3-3 (en este caso el MCD estaría solo por detrás de una pareja de interiores organizadores), 4-4-2 en rombo y 4-1-4-1. Algunos también pueden ocupar el puesto de central, debido a sus virtudes en el juego defensivo. Algunos ejemplos de mediocentros defensivos son Sergio Busquets, Gennaro Gattuso, Didí, Massimo Ambrosini, Javier Mascherano, David Albelda, Mauricio Serna, Esteban Cambiasso, Patrick Vieira, Rodrigo Hernández, Xabi Alonso, Joshua Kimmich, Casemiro, Marco Verratti, Javi Martínez, Jordan Henderson, o N'Golo Kanté.

Dentro del once titular y dependiendo de las características y funciones del jugador en el terreno de juego, suele llevar el número 5, 8 o el 10. Dentro de esta demarcación puede haber jugadores con distinto perfil, pudiendo ser de corte más dinámico o, por el contrario, con mejor visión de juego y facultades para organizar el juego del equipo (lo que se llamaría mediocentro organizador). Este último es el más importante en esta posición y se encarga de elaborar y distribuir el juego del equipo, por lo que es una de las posiciones más exigentes e importantes dentro de una formación. Las formaciones más comunes en las que se utiliza esta demarcación son 4-3-3, 4-4-2 o 4-1-4-1. Hay mediocentros organizadores que también pueden jugar como media puntas, ya que sus labores en el terreno de juego se asemejan. También pueden jugar mediocentros de corte más defensivo, pero a la vez con buena visión de juego, lo que se denomina mediocentro mixto. Algunos ejemplos de mediocentros de hoy en día son Xavi Hernández, Fernando Gago, Luka Modrić, Paul Pogba, Miralem Pjanić, Arturo Vidal, Toni Kroos, Yaya Touré, Saúl Ñíguez, Andrés Iniesta entre otros muchos.

Dentro del once titular los interiores suelen portar los dorsales 7, 10 y 11 (11 y 8 en Argentina). Son los centrocampistas que juegan por las bandas y que comúnmente se les suele confundir con los extremos y los carrileros. Su tarea es la de abrir el juego por las bandas para dejar espacio entre líneas, los cuales pueden aprovechar tanto los mediocentros como los delanteros. Una de las habilidades más destacadas de los interiores son sus centros, ya que una de sus tareas es la de surtir a los delanteros de balones aéreos. También son famosos por su buen golpeo de balón en los saques de falta o córneres, por su velocidad y por su finura técnica a la hora de regatear al rival o realizar diferentes maniobras. Las formaciones más comunes en las que se utiliza esta demarcación son 4-4-2 o 4-1-4-1. Algunos ejemplos de interiores son Nolberto Solano, Jesús Navas, Andrés Iniesta, Santi Cazorla, Franck Ribéry, Ángel Di María o Bernardo Silva.

Dentro del once titular suele portar el dorsal 8, aunque es frecuente que lleve el 10 si hay otro jugador con el 8 en esta u otra posición.[cita requerida] También llamado mediocentro ofensivo o volante creativo, es el centrocampista más adelantado y se sitúa por detrás de los delanteros; su función es la de coordinar el ataque del equipo, dar el último pase a los delanteros o aprovecharse de los huecos libres que deja la defensa rival. Suelen ser jugadores muy elásticos y con una visión de juego extraordinaria, algunos también poseen un gran talento y técnica para regatear o hacer diferentes filigranas. Al igual que ocurre con los mediocentros ofensivos, el puesto de mediapunta es uno de los más difíciles y relevantes dentro de una formación, ya que requiere que el jugador posea gran variedad de habilidades para poder desempeñar su tarea de forma satisfactoria. Las formaciones más comunes en las que se utiliza esta demarcación son 4-2-3-1, 4-3-1-2 o 4-4-2 en rombo. Algunos ejemplos de mediapuntas son Kevin De Bruyne, Diego Armando Maradona, Julen Guerrero, Ruud Gullit, Tomáš Rosický, Luís Figo, Enzo Francescoli, Ariel Ortega, Rivaldo, Michael Ballack, Ricardo Bochini, Juan Román Riquelme, Carlos Valderrama, Teófilo Cubillas, Zinédine Zidane, Kaká, Ronaldinho, Mesut Özil,Thomas Müller, Álvaro Recoba, Nabil Fekir, Pablo Aimar, Michel Platini, James Rodríguez, Paulo Dybala, Kai Havertz o Iker Muniain.

Inicialmente llamados half back, luego zagueros medios[3]​ o defensas de medio campo; era una posición futbolística propia de la formación piramidal de los años 40, que ahora se encuentra en desuso. Posteriormente, los rasgos futbolísticos del half back persistieron, especialmente entre los laterales volantes del fútbol brasileño en la escuela del jogo bonito durante los años 70. Hay que decir, por ejemplo, que los laterales volantes y los half back (defensor de medio campo) recorrían la misma zona del campo, nada más que los primeros jugaban en la línea de cuatro defensas y el "half back" lo hacía a los costados de una línea de tres en la zona de contención en el medio campo de la formación piramidal, incluso, a diferencia del volante de contención, el "half back" no era responsable de cortar el juego en el centro del campo, sino que debía marcar hacia la subida de los aleros y punteros en posiciones adelantadas, presionando la salida y empujando hacia el ataque, tal y cual como un lateral volante. Por otra parte el defensor de medio campo y lateral volante tenían un estilo muy parecido, que a diferencia del carrilero o el volante por las bandas, no buscaba recorrer los costados del campo hasta llegar al ataque, sino que buscaba subir desde posiciones laterales hacia el centro del campo repartiendo fútbol como si se tratara de un verdadero volante de salida, desahogando el juego y habilitando; ambos, lateral volante y "half back" cumplían funciones en la creación de juego.

Las cualidades futbolístiscas de un lateral volante y un "half back" eran las mismas, estos futbolistas tenían que ser fuertes en el quite y la anticipación de la pelota, veloces para alcanzar a los extremos y punteros, debían tener buen toque de balón para meterse por el medio y repartir fútbol. De los mejores defensas de medio campo de la historia destacan José Leandro Andrade en los años 30 y Duncan Edwards ya de los últimos "half back" a principio de los años 60. En el fútbol brasileño de buen toque de balón destacan Marinho Chagas y Everaldo en los 70, que fueron grandes lateral volante.

También es llamado mediocentro defensivo, pivote u hombre ancla, normalmente lleva el número 6, en algunos países usan el 5[4]​ y suelen jugar sin un acompañante en el mismo rol. Son importantes sobre todo ubicados delante de los zagueros centrales en esquemas donde no se cuentan con stoppers, pero que a su vez se necesita un jugador que contenga las embestidas del ataque rival previo a la entrada de las áreas. A diferencia del volante de corte, este tipo de volantes juega en la retaguardia, juegan en zona. Ellos siempre deben ocupar posiciones defensivas del medio campo para esperar los contraataques y desbaratar el peligro antes que llegue a las áreas. Por el contrario, el volante de corte tiene un carácter más agresivo, porque que no se espera en la retaguardia y recorre todo el campo. Como los volantes de contención son buenos en la ubicación y la anticipación defensiva, no es raro que se desempeñen con igual calidad en la zaga, como líberos o centrales. Además, estos jugadores destacan porque deben tener buen trato del balón para así otorgar seguridad y dominio desde la base del medio campo. Generalmente son líderes dentro del campo que inician la defensa y proponen el ataque con un primer pase. Algunos ejemplos paradigmáticos en la historia del fútbol fueron: Obdulio Varela, José Velásquez, Emmanuel Petit, Claude Makélélé, Valery Voronin, Patrick Vieira o Xabi Alonso. En la actualidad destacan: Bastian Schweinsteiger, Javi Martínez o N'Golo Kanté.

También es llamado mediocentro defensivo o recuperador de balones; ocasionalmente lleva el número 5 cuando ese número no está asignado a un defensa central o, si es así, números de dos dígitos desde el 13 hasta el 16, incluso en algunos países usan el 6. Su ubicación en la cancha se define a partir de la base de media cancha, pero cuando su equipo no tiene el balón, este jugador queda en total libertad de acción. Cuando se desbarata el ataque del propio equipo y empieza el contraataque rival, quien debe estar más atento al inicio del juego oponente es volante de corte, pues mientras los demás compañeros corren a recuperar posiciones o esperan habilitación, él debe soltarse e ir sobre la pelota. En este sentido se diferencia tanto del mediocampista defensivo debe jugar en zona defensiva o de marcación y tanto del volante de contención, quien espera en su posición en la base del medio campo y no sube por la pelota. En sí, el volante de contención y el volante de corte son mediocampistas defensivos, sin embargo uno juega en zona y el otro juega marcando hombre a hombre, por tanto este último es un jugador ideal si lo que se busca es un fútbol agresivo que imponga presión al rival para acorralarle en su campo. Como los volantes de corte son buenos en la marcación y el robo de balones, no es raro que se desempeñe con igual calidad en la zaga, como stoppers. Por último, este tipo de jugadores no cumple funciones de creación y no porque carezcan de habilidades técnicas, sino que al recuperar el balón para su equipo, debe buscar posiciones de resguardo y alerta por si se vuelve a perder la pelota. Ejemplos de este tipo de jugadores en la actualidad son Nemanja Matic, Carlos Alberto Sánchez, Roberto Brum, Renato Tapia, Fausto Benítez, Egidio Arévalo Ríos, İlkay Gündoğan, Claudio Gentile, Paul Breitner o Roy Keane.

También es llamado conductor de juego, volante central,[5]centro half mediocentro organizador y antiguamente centrojás.[6][7]​ Juegan adelante de la zona de contención en la mitad de la cancha usa el número 6 en la espalda. Tiene la opción de cumplir labores tanto defensivas como ofensivas, pero su tarea más importante es tener la capacidad para distribuir el balón a toda la cancha aportando claridad e inteligencia en el juego.[8]​ Esta capacidad es importante para tanto para generar habilitaciones a distancia, como para lateralizar el balón con tenencia en el medio campo y juego en bloque.

Por lo anterior, se habla de la existencia de dos perfiles de volantes de salida, los distribuidores a distancia que busca alimentar a la delantera con pases largos creando ataque desde posiciones defensivas y protegidas, y los distribuidores de media cancha que reparten balones con pases cortos por la mitad del campo a modo de aduana del equipo, lateralizando y protegiendo el balón y haciendo progresar al equipo desde posiciones defensivas hasta el ataque. Los distribuidores a distancia suelen triunfar en el ambiente europeo con su fútbol táctico y contenido, por el contrario, los distribuidores de media cancha, suelen ser futbolistas sudamericanos o españoles donde se usa y se abusa de la tenencia del balón, con un juego más lento y técnico.

El volante de salida debe aprender a mostrarse a todos los compañeros de la cancha y desmarcarse; muy en especial cuando se trate de desahogar el juego cuando se agobie a la defensa, pues como su nombre lo dice, es el mediocampista encargado de la salida del balón desde las zonas peligrosas. Otra labor necesaria para un volante central es tener la capacidad para manejar el tempo en el juego de su equipo, lo que es una responsabilidad muy importante para lograr el manejo de los partidos con inteligencia. Si su equipo gana 2-0 en el segundo tiempo, el mediocampista organizador querrá quitarle velocidad al juego y dormir la pelota con toques cortos laterales o hacia atrás. Esto porque no hay mejor manera de cuidar un resultado que tener la pelota. Si el juego está empatado, es probable que el mediocampista busque lateralizar hasta obligar al rival a salir de su encierro para ahí sí enviar un pase entre líneas. Y si su equipo va perdiendo, y el rival se agrupa atrás, el mediocampista organizador agilizará un traslado más vertical hacia las inmediaciones del área contraria. Allí podrá intentar un remate desde afuera, abrir el juego hacia las bandas para generar centros sobre el área, o desnivelar con gambetas o regates. Por lo dicho y como característica especial, los volantes de salida debieran ser excelentes rematadores a distancia.

Entre las diferencias y similitudes para con el volante de creación. Ambos aportan claridad en la elaboración de juego, pero el volante de salida no juega tan expuesto en el ataque como un 10 clásico. Un volante de salida no es totalmente responsable de los tres cuartos de cancha. Si bien ambos tipos de volantes juegan muy libres por la cancha, la diferencia está en que los volantes de salida siempre juegan rodeado de los suyos; sea jugando para el catenaccio italiano o en el pragmatismo inglés, donde el volante de salida es clave para la alimentación del contraataque a partir de posiciones defensivas; o sea jugando en el tiki taka, donde el volante de salida siempre se va a encontrar rodeado de los suyos en caso de perder la pelota. Sumando a esto, el volante de salida juega con mucha lateralidad, en cambio el volante de creación juega con mayor triangulación en ataque en busca de un fútbol más incisivo. El volante de creación juega "destruyendo la línea defensiva", el volante de salida juega "administrando la pelota".

Ejemplos históricos de volante de salida pueden ser Luis Monti, Cesar Cueto, Fernando Redondo y Didí que fueron futbolistas muy técnicos y finos en el juego y la repartición de fútbol. Otros volantes de salida fueron Luis Suárez Miramontes, Josef Masopust, Juan Alberto Schiaffino y Xabi Alonso, que triunfaron en el fútbol europeo repartiendo pases largo en el fútbol de contraataque. En la actualidad destacan: Marco Verratti y Julian Weigl.

El volante por la banda, también llamado volante externo, es el equivalente al interior del fútbol europeo,[9]​ pero no debe ser confundido con el lateral volante ni con el delantero escorado a la banda (el extremo). Su juego se desarrolla casi siempre por el costado del terreno de juego en desdoblamientos defensivos y proyecciones en busca del ataque por las bandas. Es esto lo que los diferencia del lateral volante que "gira" desde el costado hacia el centro aportando claridad y distribución a la elaboración de radio corto. En lo cierto, el volante externo siempre trabaja por la banda. En su función creativa se encargan de principalmente de transportar el esférico hacia el campo rival con despliegue y dinámica, también es importante que envíen centros hacia el delantero de turno; ayudan a desahogar la salida de balones desde el fondo del campo o si es conveniente pasar el balón a algún jugador en el centro de la cancha. En su faceta ofensiva, pueden llegar a línea de fondo y enviar centros, incluso pueden rematar al arco si es que algún balón rebota hacia un costado del área. En su función defensiva, se encargan de recuperar balones circulando por el costado del terreno con mucho repliegue y cobertura. A diferencia de los extremos y puntas no se le exige gol, a diferencia de los carrileros, no se les exige que respondan en función del esquema defensivo. Su mayor aporte puede ser tanto la salida, el despliegue y la recuperación con mucha dinámica o en su defecto la habilitación de balones a distancia en jugadas "aéreas" o contraataques. En efecto, estas dos cualidades tienden a configurar dos perfiles distintos entre los volantes externos muy dinámicos y verticales, como otro grupo de volantes externos que aportan claridad en la salida y distribución a distancia.

Mayormente este tipo de volantes son jugadores rápidos, con muy buena conducción de balón y con habilidad para retenerlo en la subida, también debe tener algo de marca y por supuesto debe ser buenos para enviar centros cruzados sobre el área rival. Históricamente, el jugador que llevaba el número 7 era el llamado interior derecho o volante mixto, que cumplía funciones de recuperación y también de creación de juego. Con la evolución del fútbol, apareció la variante que se describe anteriormente: los interiores derechos y los interiores izquierdos. Dependiendo de su proyección ofensiva y velocidad a menudo muchos se convierten en mediapuntas o extremos. En otros casos prima la faceta defensiva convirtiendo volantes en carrileros con mucha cobertura y velocidad. Como un ejemplo reciente de este tipo de jugadores podemos nombrar a David Beckham, quien fue uno de los mejores jugadores de la historia tirando "centros a la olla" desde las bandas. Otros ejemplos destacables fueron Pavel Nedvěd, Jorge Burruchaga, Nolberto Solano, Willy van de Kerkhof que se destacó por su gran despliegue y dinámica en la cancha o Alcides Ghiggia, quien podía llegar fácilmente al área contraria con gol o filtrando un pase. Hoy en día destacan Juan Guillermo Cuadrado, Dani Alves, Antonio Valencia, Eden Hazard o Marc Albrighton; también está de moda Gareth Bale,[10]​ un jugador galés que destaca por tener una tremenda conducción del balón en velocidad, despliegue y recuperación.

El llamado volante central[11]​ usa el número 8 en la camiseta y a veces el 7, raras veces el 10. También llamado mediocentro organizador o box-to-box midfielder en inglés. Es clásico ver dos de ellos jugando en la formación 4-4-2 acompañados por dos volantes por las bandas a los costados o en un 4-2-3-1 en el centro acompañado de dos media puntas o volantes con llegada. Este tipo de volante puede cumplir funciones creativas parecidas al volante de creación encargado de tres cuartos de cancha, por lo tanto se le puede denominar Trequartista. Sin embargo, y a diferencia del volante de creación (que juega libre), el volante mixto debe ir y venir retrocediendo a recuperar posiciones si su equipo pierde el balón en ataque. El volante mixto es por tanto un jugador ideal para equipos con disposición defensiva. Este tipo de futbolista debe tener mucha dinámica y velocidad, porque así aporta fluidez en la creación. Puede ser más completo que el volante de creación desde una perspectiva puramente tacticista, pero por sus características tácticas-defensivas no encajaría en una disposición de ataque, pues condicionaría al equipo jugando muy contenido y con menos libertad. Redondeando podemos decir que el volante mixto es un futbolista de buena técnica, no muy cerebral ni basa su fútbol en la claridad de distribución, pero si es muy táctico y aporta gran fluidez a los sistemas de juego. Como agregado a su juego sería ideal que un jugador como este tenga buen remate de distancia e incluso llegue al gol.[12]​ Un gran ejemplo de esta clase de jugadores fue Lothar Matthäus de quien se puede decir que fue el mejor permutador de la historia, porque recuperaba posiciones y además alteraba en el ataque. Frank Rijkaard o José Basualdo fueron otros paradigmáticos ejemplos reconocidos como unos futbolistas polifuncionales todocampistas que tenían buen fuelle para el ida y vuelta; Paulo Roberto Falcão fue un gran representante en el fútbol sudamericano que además de dinámica aportaba claridad en la creación. Johan Cruyff también se dice que jugó en esta posición. Hoy por hoy destacan Arturo Vidal, Radja Nainggolan, Cesc Fábregas, Mousa Dembele, Luka Modrić, Fernando Gago, Paul Pogba y Miralem Pjanić.

También llamado enganche su número tradicional es el 8 como también se le asigna el 10. Aparece en los esquemas 4-4-1-1, dirigiendo los despliegues de su equipo en contraataques, aparece en los sistemas 3-5-2 y 4-2-3-1 por la zona ofensiva del medio campo. El volante de enlace o enganche es posiblemente la posición más importante del fútbol moderno, pero no debe confundirse con el perfil de un 10 clásico.[13]

Es el Trequartista por excelencia (encargado de tres cuartos de cancha). Una de las principales funciones de estos jugadores es la tarea de enganchar al resto del equipo con los atacantes por medio de la contundencia en la conducción del balón por el medio campo. Muchas veces el volante de enlace es indispensable en la media cancha cuando su propio equipo juega muy contenido y se hace necesario ceder la creación de juego a un solo jugador que a sí mismo sepa distribuir aprovechando el despliegue y desdoblamiento de su equipo. A diferencia del volante mixto, este futbolista no cuenta con el notable despliegue físico del anterior, ni cumple prioritariamente con responsabilidades defensivas, pero si cuenta con una mayor visión y tiempo sin perder por aquello la dinámica. La diferencia con el media punta es que este último obligatoriamente debe tener vértigo y llegada al gol, cosa que al enganche no se le obliga, pues debe estar más preocupado de bajar a recibir balones y "girar".

Este futbolista se debe caracterizar por ser un gran distribuidor de balones en ataque, debe contar con remate a distancia y conducción. El volante de enlace debe obligatoriamente ser un futbolista ordenado y limpio tácticamente que sea un ejemplo de juego para su equipo. De preferencia en Europa (Alemania, Francia e Inglaterra), se juega mucho al primer toque de balón y en este sentido el volante de enlace es indispensable porque aporta fluidez y dinámica al sistema de juego. Por lo mismo, el enganche dicta mucho de parecerse al volante de creación, ya que aquel juega más enmarañado. El volante de enlace tiene un fútbol más adecuado a la dinámica y la fluidez, en cambio el 10 clásico sudamericano se detiene en la elaboración de las jugadas más complejas, aportando improvisación y el manejo de los tiempos. El volante de enlace nunca improvisa porque tiene la idea de juego predeterminada en la cabeza y dicta el juego que desde la banca se ha pensado para el equipo. El Volante de enlace aporta claridad y por tanto fluidez, el 10 clásico sudamericano, es más lento, pero por lo mismo, más elaborado y más cerebral. Un claro ejemplo de esta forma de jugar al fútbol lo vimos en el estilo de Bobby Charlton, Michel Platini, Zinedine Zidane, Enzo Francescoli, Michael Laudrup, Wolfgang Overath, Rivaldo o Álvaro Recoba. Actualmente así juegan Andrés Iniesta, Mesut Özil, Iker Muniain, James Rodríguez o Isco.

El volante de creación tiene tres tareas muy importantes, a saber, jugar de espalda, saber girar, retener y conducir el balón en tres cuartos de cancha;[14]​ jugar con claridad incisiva en el ataque rompiendo la línea defensiva del rival con triangulaciones y pases entre líneas, y por último, manejar los tiempos y ritmos del partido. Al igual que el volante de enlace una de las principales funciones de estos jugadores es la tarea de conectar (para no decir enganchar) al resto del equipo con el ataque, por medio de la buena conducción del balón, por lo mismo, se les puede catalogar de Tetraquartista. El 10 clásico debe saber "esconder la pelota" a los contrarios, driblea y resistir las faltas cuando sube con sorpresa. Por otra parte y a diferencia del volante de salida que administra el juego, un volante de creación se las ingenia para "destruir" la defensa oponente. El volante de creación y el volante de salida se parecen en cuanto que ambos son agentes de elaboración de juego, sin embargo el primero juega expuesto triangulando en la zona de ataque, habilitando con pase filtrado y destruyendo la defensa; el segundo genera fútbol con mayor lateralidad, no es tan incisivo como si paciente, que a veces juega con distribución a larga distancia y menos pase filtrado. Los volantes de creación también son responsables de ser más incisivos, creando situaciones de gol con pases incisivos e inteligentes (pases filtrados), para que los delanteros puedan "definir". Deben tener no solo visión, sino calidad en el pase filtrado. Este es un punto clave para entender al volante de creación y distanciarlo del volante de enlace europeo, pues el europeo juega con mayor claridad y fluidez, aportando ritmo, sin embargo el clásico 10 sudamericano, juega más enmarañado y todavía más elaborado. Pisa el balón, conduce, levanta la cabeza, pues se toma su tiempo para armar una jugada más compleja, como una pared o un pase filtrado, a la hora de enfrentar y desarmar las líneas defensivas del equipo rival. Sin duda el volante de creación sudamericano es más cerebral y enmarañado que el volante europeo. La otra tarea igual de importante para el 10 clásico debe ser la de manejar los tiempos y las redes del equipo. Debe improvisar el fútbol ingeniar y crear el juego a modo de director técnico dentro de la cancha. Por el contrario, la mayor diferencia con un media punta o un volante mixto sería que el creador no tiene la obligación de volver a defender o hacer goles, sino que juega con mucha mayor libertad. El 10 clásico no juega contenido ni responde a estilo tecnicista de fútbol —muchos asumen en esto la razón por la cual el volante de creación no prospera en Europa, pero sí lo hace en Sudamérica—.[15]​ El sentido de tener al volante de creación como un futbolista libre por el centro y con ritmo más bien pausado, se debe a que es necesario mantener un jugador preocupado de estar desmarcado y que sea capaz de "girar" cuando recibe el balón en tres cuartos de cancha. En sí los volantes de creación son a quienes se les otorga la responsabilidad mayor de manejar el juego de su equipo; de ellos depende que su equipo juegue bonito buscando el ataque con improvisación, triangulación y sorpresa. Mientras en el fútbol europeo todo es ordenado y planificado desde la banca, en Sudamérica el volante de creación se vuelve el verdadero director técnico dentro de la cancha improvisando y manejando la elaboración juego. En sí, esto es lo que identifica y distingue de otras maneras de ver y entender el fútbol[16]​ porque en otros estilos se privilegia la dinámica por sobre la clarificación de jugadas.

Para lograr que un volante de creación pueda responder a las expectativas es necesario que ellos se puedan adueñar de la pelota para quitar el medio campo al rival, por tanto deben contar con mucha técnica, conducción y regate para de esta manera puedan sobrellevar las férreas marcaciones en su paso por entre las defensas. Lo más importante de todo es que el volante de creación debe tener mucha inteligencia y visión, pues así podrá realizar buenas habilitaciones al atacante o para manejar los tiempos de juego eligiendo cuando dar pases y sorprender al rival o cuando no dar pase y seguir tocando el balón con el medio campo. En fin debe poner todo su talento y genialidad en generar espacios, por tanto hay que decir que este es un rol muy cerebral dentro del juego que va más allá de ser un peón en la cancha a ser el director del juego dentro de la cancha.[17]​ Si su equipo gana 2-0 en el segundo tiempo, el 10 querrá quitarle velocidad al juego y dormir la pelota con toques cortos laterales o hacia atrás. Esto porque no hay mejor manera de cuidar un resultado que tener la pelota. Si el juego está empatado, es probable que el 10 busque lateralizar hasta obligar al rival a salir de su encierro para ahí sí enviar un pase entre líneas. Y si su equipo va perdiendo, y el rival se agrupa atrás, el 10 agilizará un traslado más vertical hacia las inmediaciones del área contraria. Allí podrá intentar un remate desde afuera, abrir el juego hacia las bandas para generar centros sobre el área, o desnivelar con gambetas o regates. El 10 clásico es un futbolista eminentemente cerebral.[18]

Un paradigmático ejemplo de esta clase de jugadores fue Roberto Rivelino de quien Diego Maradona (también un 10) dice que le admiraba "porque era zurdo, elegante y por sobre todo rebelde".[19]​ Otros grandes ejemplos fueron Juan Alberto Schiaffino en Peñarol, Ronaldinho, Norberto Alonso, Ricardo Bochini, Francisco Valdés, Teófilo Cubillas, Hugo Talavera, Sócrates, Álex Aguinaga, Omar Palma de Rosario Central, Carlos Reinoso, Alejandro Guerra, Juan Román Riquelme y Carlos Valderrama. Según la opinión estos últimos Jorge Valdivia y Macnelly Torres son los últimos 10 clásicos que se mantienen jugando a gran nivel en Sudamérica,[20]​caracterizados por su individualidad y creatividad en el campo.

El volante con llegada[21]​ es también llamado mediapunta o insider en la formación piramidal, en el fútbol moderno juegan, básicamente en los sistemas 4-2-3-1. Tradicionalmente usan el 8 y ocasionalmente el 10 en la espalda. El media punta juega en una posición de ataque y una de sus responsabilidades es marcar goles por lo que puede ser contado como delantero (falso delantero). No cuenta con obligaciones defensivas, pero debe ayudar a defender en algunas situaciones y debe crear y repartir fútbol por el medio campo con mucha dinámica y fluidez. En pocas palabras, es un delantero con responsabilidades en tres cuartos de cancha (Trequartista).

Generalmente son futbolistas muy hábiles y regateadores, pero por sobre son todo potentes para avanzar desde el mediocampo hacia el ataque, pues su sello distintivo como jugador es aportar con el vértigo (a veces también la sorpresa). Este tipo de futbolistas juegan más sueltos y tiene más visión, pero el volante con llegada se diferencia del volante mixto, en el caso que aquel juegan mucho más retrasado, contenido y en esquemas mucho más defensivos. Así mismo la diferencia con un volante de enlace, es que aquellos no tienen responsabilidades de hacer goles y tampoco pueden ser contados como delanteros. Giuseppe Meazza apodado il Balilla, cimentó un importante paso en la evolución de esta posición, ya que comenzó siendo centrodelantero y entrado en años pasó a ser un volante con llegada.

La lista FIFA 100 representa la opinión del exfutbolista Pelé sobre los mejores futbolistas vivos (activos o retirados) al momento de ser revelada la lista por FIFA el 4 de marzo de 2004. Los nombres seleccionados no están ordenados de acuerdo a un ranking, sino agrupados de acuerdo a su nacionalidad. La lista incluye el nombre de 51 centrocampistas (algunos de los cuales, como Diego Armando Maradona o Roberto Baggio, alternaban la función de centrocampista con la de delantero).

La lista de los mejores futbolistas del siglo XX confeccionada por la IFFHS en 2004 incluye los nombres de 18 jugadores que se destacaron como centrocampistas.

Nº, Selección, Jugador, (posición)



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