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Modern Life Is Rubbish



Modern Life Is Rubbish es el segundo álbum de la banda de rock británica Blur y fue publicado en 1993. Aunque su álbum debut Leisure (1991) había tenido éxito comercial, Blur se encontró con un fuerte rechazo mediático tras el lanzamiento del disco y su popularidad decayó. Tras el regreso del grupo de una infructuosa gira por los Estados Unidos, malas actuaciones en vivo y la emergente popularidad de la banda rival Suede minaron aún más la popularidad de Blur en el Reino Unido.

Bajo la amenaza de ser despedidos de Food Records, para su siguiente álbum Blur pasó por un cambio de imagen liderado por el vocalista Damon Albarn. La banda incorporó influencias de sonidos de guitarras de bandas británicas de pop tradicional como The Kinks y The Small Faces, y el sonido resultante fue melódico y exuberantemente producido, incluyendo instrumentos de viento metal, viento madera y cantantes de fondo. Las letras de Albarn en Modern Life is Rubbish utilizan "humor mordaz y caracterización de Ray Davies para investigar los sueños, tradiciones y prejuicios de la Inglaterra suburbana", según el escritor David Cavanagh.

Modern Life Is Rubbish fue un éxito moderado en las listas del Reino Unido: El álbum llegó al N°15, mientras que los sencillos del mismo llegaron a los Mejores 30. Aplaudido por la prensa musical, la retórica anglocéntrica del álbum relanzó a la banda después de su declive post-Leisure. Modern Life Is Rubbish es considerado uno de los lanzamientos definitivos de la escena Britpop y los siguientes álbumes del grupo —Parklife y The Great Escape— harían que Blur emergiera como una de las bandas pop más prominentes de Inglaterra.

El disco debut de Blur, Leisure (1991), inspirado por el Baggy, llegó a estar en la lista de los mejores 10 del Reino Unido y, según NME, hizo de la banda la "aceptable cara bonita de un montón de bandas que habían surgido desde que la onda Manchester empezó a perder vapor"[1]​. Sin embargo, cuando la escena Baggy empezó a desaparecer, Blur fue —según The Guardian— "rápidamente expuestos como unos tenderos farsantes, [y] ellos habían capturado debidamente la ira del rechazo hacia el Madchester". Además, tras su caída del favor público, la banda encontró que ellos debían £60,000 en deudas, debido enormemente al mal manejo. Blur contrató a un nuevo mánager en Chris Morrison y, para cubrir perdidas, fueron enviados por su sello discográfico Food a los Estados Unidos como parte del Rollercoaster Tour. Para coincidir con el inicio de la gira, Blur lanzó "Popscene"; el nuevo lanzamiento exhibió un enorme cambio en dirección musical, ya que Blur cambió el sonido derivado del shoegaze por uno influenciado por el pop británico de los años 60. Sin embargo, el sencillo fracasó en llegar a la lista de los mejores 30 del Reino Unido, lo que disminuyó aún más el perfil de Blur en el país.[2]

La gira de 44 fechas en los EE. UU. dejó a Blur en "completo desorden", según el escritor David Cavanagh. Consternados por la infatuación del público estadounidense hacia el grunge y la apática respuesta a su música, el grupo frecuentemente bebía, y los miembros peleaban a puños entre sí. Nostálgicos, la gira "inculcó en la banda un repudio por todo lo Americano", Cavanagh luego escribió; el vocalista Damon Albarn, quién "empezó a extrañar las cosas simples [sobre Inglaterra]", escuchaba una cinta del grupo de pop inglés The Kinks por toda la gira. Tras su regreso a Inglaterra, la banda descubrió que la atención de la prensa musical estaba dirigida a Suede. El éxito de los debutantes molestó a Blur, quienes, en las palabras de Cavanagh, "estaban inclinados a sentir que cada disco que Suede vendía era una afrenta a la decencia humana". Después de varios conciertos malos, en los cuales los miembros de Blur tocaban ebrios — en particular un concierto de 1992 que incluía una bien recibida función de Suede en el mismo cartel—Blur estaba en peligro de ser despedido por Food.

"Suede y America avivaron mi deseo de demostrar a todos que Blur lo valía", dijo Albarn a Mojo en 2000, "No había nada más importante en mi vida." Albarn sintió que la popularidad que la música grunge estaba disfrutando en Inglaterra durante la época pronto perdería potencia, y argumentó que Blur personificaría un renacimiento del pop británico clásico en su siguiente álbum. Aunque el cantante sintió que Blur finalmente encontró su identidad musical, no todos estaban convencidos con el nuevo manifesto Británico-céntrico de Albarn. El dueño de Food Records, David Balfe, en particular, estaba muy en desacuerdo, y se enfrentaba en duras discusiones con Albarn sobre el cambio en imagen de Blur. Después de que el aún escéptico Balfe finalmente cediera, Food cautelosamente le dio a Blur el derecho de trabajar el segundo disco con la primera elección de Albarn del encargado de producción: Andy Partridge de XTC. Blur y Partridge trabajaban en The Church, un estudio en Crouch End cuyo dueño era el tecladista David A. Stewart. Sin embargo, la dupla no funcionó. El bajista Alex James describió las sesiones como un "desastre"; agregó que "era que todo estaba unido, ellos eran todas buenas partes, pero es sólo que no era ... sexy". Partridge dijo en 1999 sobre las sesiones: "Yo me sentí algo paternal y pensé que estaba haciendo un verdadero trabajo. Ellos tenían a Dave 'Twat' Balfe muy drogado para escuchar algunas mezclas y él estaba vagando diciendo, 'Esto es fantastico, tu eres George Martin y ellos son The Beatles.' Al día siguiente él diria, "Francamente, Andy, esto es mierda'".[3]​ La banda éxitosamente grabó cuatro canciones, pero estaban cautos sobre trabajar en las mismas condiciones nuevamente.

Blur resumió su trabajo en su segundo disco debido a un casual encuentro con el productor Stephen Street, quién había trabajado anteriormente con la banda en su sencillo de 1991 "There's No Other Way". Ahora con Street a cargo de la producción del álbum, Blur grabó una mezcla de material que pasaba tanto por el periodo después del lanzamiento de Leisure y su gira de 1992. Mientras los miembros de la banda estaban contentos con los resultados de la grabación, Balfe, después de escuchar a las canciones, le dijo a la banda que estaban cometiendo suicidio artístico. Aunque decepcionados por su respuesta, Blur le dio a Food el álbum completo en diciembre de 1992. Sin embargo, el sello le dijo al grupo que el álbum no estaba apto para ser lanzado y que por lo menos deberían agregar unos pocos sencillos potenciales. Albarn aceptó, y en Navidad escribió la canción "For Tomorrow". Aunque "For Tomorrow" sació las preocupaciones de Food, SBK, el sello estadounidense de Blur expresó descontento al escuchar las cintas finalizadas del álbum. Para complacer a SBK, la banda grabó "Chemical World", tema el cual Blur pensó que podía hacer de Rubbish más atractivo para el público estadounidense. No obstante, Blur rechazó de plano la demanda de SBK de re-grabar el disco con el productor estadounidense Butch Vig, quién era popular en la época por su trabajo con Nirvana.[4]

El sonido de Modern Life Is Rubbish es altamente influenciado por el sonido pop tradicional de guitarras de bandas británicas como the Kinks, the Jam, the Small Faces y the Who. Las canciones del álbum exploran un número de estilos - punk rock ("Advert"), neo-psicodelia ("Chemical World"), y el music-hall de vaudeville ("Sunday Sunday"). El primer tema "For Tomorrow" es, según NME, "el Blur quintaesencial. Damon, perennemente aburrido, nunca para de cantar, y Graham [Coxon] suministra su inmaculado acompañamiento usual de guitarra" Mientras "Oily Water" retornaba al sonido baggy de Leisure, NME describrió "Intermission" como una "fiesta de piano de pub que se desvanece para luego agotarse en guitarras y tambores acelerados". La mayoría de las canciones del disco son melódicas y exuberantemente producidas, frecuentemente suplementadas por una sección de vientos de metal, acompañamientos de cuerda y vocales de fondo. Para ofrecer contraste con la composición clasicista, Allmusic notó que "La guitarra de Coxon rompe cada canción dejándola abierta, ya sea con líneas melódicas impredecibles o capas de efectos hipnóticos, traslúcidos, y su trabajo crea gran tensión con el bajo kinético de Alex James".

Derivando de "el humor mordiente de Ray Davies y la amargura de Paul Weller", las letras de Albarn en Modern Life Is Rubbish son un comentario social y una sátira hacia la vida inglesa suburbana contemporánea. Si bien Rubbish celebra la vida moderna británica, también toma una mirada cínica hacia la existencia de la clase media. El abierto Anglo-centricismo del álbum fue también una respuesta contra la cultura popular estadounidense; James después explicó, "era jodidamente aterrador como todo se estaba volviendo Americano ... así que todo el asunto era unos dos jodidos enormes dedos arriba hacia America". NME hizo un sumario de la temática del "album conceptual débilmente velado" como una "Odisea londinense abarrotada de viajeros extraños, Toms fisgones y sueños perdidos; de abrir ventanas y respirar petróleo ... Es la Village Green Preservation Society que viene a casa para encontrar un estacionamiento en su lugar".[6]

El título del disco deriva de un grafiti pintado en Bayswater Road en Londres, creado por un grupo anarquista. Para Albarn, la frase reflejaba la "basura" del pasado que se acumulaba a lo largo del tiempo, impidiendo la creatividad. Albarn le dijo al periodista John Harris en 1993 que él creyó que la frase era "el comentario más significativo de la cultura popular desde 'Anarchy in the UK'". Debido al desdén de Blur hacia América en la época, el título de producción del disco era Britain Versus America.

La pintura de la locomotora de vapor Mallard en la carátula del disco era una imagen de stock que Stylorouge - los consultantes de diseño de Blur - obtenida de una librería de fotos en Halifax. Según la revista Design Week, la pintura "evocaba el sentimiento de una Bretaña de un niño escolar de Just William antes de la guerra". En el libreto del disco, hay una pintura de oleo de los integrantes de Blur vestidos como skinheads con peinados de tazón en un tren. Las letras del disco también incluyen las progresiones de cuerdas de las canciones, manuscritas por el guitarrista Graham Coxon. Si bien Albarn explicó que era un intento para "[permitir] a la gente saber que, por muy anticuado que parezca, escribimos canciones", la revista Total Guitar atribuyó la inclusión de las cuerdas a la "tendencia [de Coxon] de desmitificar el tocar guitarra".

Para promover Modern Life Is Rubbish, Food lanzó "For Tomorrow" como el sencillo principal del álbum en el Reino Unido en abril de 1993. El sencillo, el cual mostraba el nuevo sonido y actitud de Blur, fue recibido moderamente bien en las listas, llegando al número 28. Unas pocas semanas después en mayo de 1993, Modern Life fue lanzado oficialmente. El anuncio de su lanzamiento incluía una foto de prensa que incluía la frase "British Image 1" pintada detrás de los miembros de Blur (quienes estaban vestidos en una mezcla de indumentaria skinhead y mod), y un Mastín. En la época, dicho tipo de imagen era percibido como nacionalista y racialmente insensible por la prensa musical británica; para silenciar las preocupaciones, Blur posteriormente lanzó la foto de "British Image 2" en la cual era una "alegre recreación de una fiesta aristocrática del té antes de la guerra". El álbum llegó al número 15 en las listas de álbumes del Reino Unido.[7]​ En los meses siguientes Food lanzaría dos sencillos que llegarían a las listas del país de los Mejores 30: "Chemical World" y "Sunday Sunday"- para apoyar el disco; sin embargo, Modern Life solamente se llegó a vender alrededor de 40.000 copias durante ese tiempo. No obstante, el humor entre los integrantes era positivo, ya que la banda sentía que habían logrado algo; el bajista Alex James le dijo a David Cavanagh en 2000, "Modern Life Is Rubbish fue un disco exitoso porque logró lo que habíamos establecido lograr. Yo sentía que todo era mierda menos nosotros".

Modern Life Is Rubbish fue lanzado en los Estados Unidos por SBK, el sello estadounidense de Blur en diciembre de 1993, siete meses después del lanzamiento británico del disco. Este retraso se debía a que el departamento de música alternativa de SBK había cerrado; el mánager de Blur, Chris Morrison posteriormente comentó, "Cuando pregunté a [SBK] porqué, ellos dijeron porque la chica se había ido." Pese a que los miedos de que la abierta identidad inglesa del disco podría perderse en el mercado estadounidense, SBK insistió en promover el álbum en las estaciones radiales de estilo MOR y apuntó hacia las emisiones de los Mejores 40. El sello ignoró totalmente los argumentos de Morrison de que la mejor oportunidad para Blur de tener exposición en América sería en las estaciones de radio colegiales. La estrategia de SBK era poner el álbum a precio de artista en desarrollo (alrededor de 3 dólares menos que lo normal), enviar a la banda en una gira intensa en 1994 y para apuntar a la emisión en la categoría de rock moderno con "Chemical World". El sello creyó que esto ayudaría a expandir a la audiencia base que compró Leisure, y eventualmente introducir a Blur en los 40 Mejores de la radio. Además, para disminuir el aire anglocentrista del álbum, SBK agregó canciones adicionales incluyendo "Popscene". El plan fracasó, ya que Modern Life tuvo muy poco impacto en los Estados Unidos; el disco no apareció en la lista Billboard 200 y solamente vendió 19,000 copias, un enorme declive comparado a las 87,000 unidades que Leisure vendió.

Entre las reseñas contemporáneas, Paul Moody de NME fue en su mayoría entusiasta por el disco y lo clasificó siete fuera de diez. Si bien él sintió que el disco tenía "suficientes defectos para darle pesadillas a un encuestador", estaba impresionado que, a diferencia de sus pares, "Blur había tirado sus ropas viejas e irrumpió en tierra de nadie con todas las armas". Moody también aplaudió la mejoría de las letras de Albarn, las cuales habían "hecho a los participantes del Festival de la Canción de Eurovisión parecer como grandes trabajos de poesía". David Roberts de Q, en una reseña favorable de cuatro (fuera de cinco) estrellas, se refirió a Modern Life como "un energizado, infeccioso brinco alrededor de la pequeña Inglaterra contemporánea, por la vía de un rastreo exuberante a través de sus retazos altamente coloridos de su pasado pop". Roberts puso a Coxon como el principal contendor para "la vacante corona de Johnny Marr".

Todas las pistas fueron escritas por Damon Albarn, Graham Coxon, Alex James y Dave Rowntree.



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