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Morfina



La morfina es una potente droga opiácea utilizada frecuentemente en medicina como analgésico. La morfina fue nombrada así por el farmacéutico alemán Friedrich Wilhelm Adam Sertürner en honor a Morfeo, el dios griego de los sueños.

Los humanos han cultivado la adormidera desde hace al menos 7.000 años. Esta planta es nativa del sur y este del Mediterráneo en Europa, donde fue por primera vez domesticada. Se ha encontrado evidencia de cultivo y uso en asentamientos de finales de la Edad de Piedra en las cercanías de los ríos Rin, Ródano, Po y Danubio, en el lago Bracciano en Italia y Alemania, aproximadamente en el año 5700 a. C.

Otro hallazgo con respecto a la adormidera, fue en España, en las cercanías de Granada, una cueva llamada la Cueva de los Murciélagos, se encontraron cápsulas de esta planta en que datan del año 4200 a. C. aproximadamente.

Para el 3400 a. C., los sumerios en Mesopotamia llamaban “Gil” (felicidad) al opio y “Hul Gil” (planta de la alegría) a la adormidera. El conocimiento del cultivo de dicha planta fue traspasado a los asirios, los babilonios y finalmente los egipcios.

Alejandro Magno introdujo el opio en Persia y la India, donde fue cultivado en grandes cantidades. Ya en el año 400 el opium thebacium fue introducido a China por los comerciantes árabes.

Para el año 130 a. C. los egipcios cultivaban el opium thebacium, llamado así por la ciudad de Tebas, lugar desde donde lo comerciaban desde el Medio Oriente y hasta Europa. Durante estos años los efectos del opio se consideraban mágicos o místicos.

En Grecia, Hipócrates desechó la idea de que el opio era mágico, en cambio le dio la definición de analgésico y antihemorrágico.

Durante la Edad Media el opio fue prohibido en Europa. Sin embargo, el gran desarrollo de la navegación reintrodujo la droga a fines del siglo XV y comienzos del siglo XVI. Se cree que los navegantes portugueses fueron los primeros en fumar el opio en el siglo XV, y como cualquier droga, fumarla tiene efectos inmediatos, a diferencia de beberla o comerla.

En el año 1522, Paracelso creó el “láudano”, un brebaje alcohólico con base en el opio que él mismo describió como analgésico potente que debía usarse con moderación. Esta preparación fue utilizada hasta el siglo XIX para tratar una amplia gama de enfermedades. Aún en esa época no se comprendía totalmente el mecanismo de la adicción al opio. Uno de los más grandes médicos ingleses fue Sydenham, quien también sintetizó láudano en el siglo XVII, siendo utilizado por muchos años también.

La morfina, el alcaloide que está en mayor porcentaje en el opio (11-16 %), fue el primero en ser aislado de la planta de amapola del opio por Friedrich Sertürner en diciembre de 1804 en Paderborn.[1]​ Este le dio el nombre de morfina en honor al dios griego de los sueños, Morfeo, ya que esta sustancia producía un sueño intenso. Este compuesto activo aislado, fue comercializado por Sertürner y su compañía en 1817 como un analgésico, así como tratamiento para la adicción al alcohol y el opio.

Su amplio uso en la Guerra de Secesión dejó unas 400 000 víctimas adictas a la morfina, más conocida como “enfermedad del soldado”, ya que fue el analgésico de preferencia desde su venta como alcaloide aislado del opio.

Actualmente es motivo de controversia el uso de la morfina y de la heroína, esta última fue sintetizada a partir de la morfina en 1874, y se comenzó a comercializar en 1898 por el laboratorio alemán Bayer.

La morfina se volvió rápidamente utilizada por los médicos en el tratamiento de varios síntomas. Se utilizó como analgésico, antitusivo, antidiarreico e incluso en problemas respiratorios. Con la aparición de las agujas hipodérmicas, la morfina se hizo inyectable gracias al Dr. Alexander Wood en 1843. Los efectos eran instantáneos y más fuertes que los de la morfina oral. Al poco tiempo de la aparición de la morfina inyectable, cobró su primera víctima por sobredosis.

Con el correr de los años, y el avance tecnológico de la química, se descubrió que los opiáceos y sus derivados, causaban una fuerte adicción, es por esto que comenzó el control de estas sustancias en países como Estados Unidos a comienzos del siglo XX.

En el año 1925 se determinó la fórmula estructural de la morfina, junto con tres nuevos métodos de síntesis de esta droga. En 1952 se anunció la patente de la producción de morfina desde el alquitrán de carbón, por el Dr. Marshall Gates Jr. de la Universidad de Rochester. A pesar de estos nuevos métodos de obtención, la principal fuente de morfina sigue siendo la Amapola o Adormidera.

En el año 2003, hubo un gran descubrimiento con respecto a la morfina endógena. Durante muchos años se especuló con respecto a si existían o no receptores para esta droga endógena. El receptor opiáceo µ3, es más susceptible a los opiáceos, sobre todo a la morfina.

En la actualidad la morfina es una de las drogas con prescripción más utilizadas en tiempos de escasez de otras drogas como la metadona y la codeína, entre otras.

La morfina es una sustancia controlada, opiácea agonista utilizada en premedicación, anestesia, analgesia, tratamiento del dolor asociado a la isquemia miocárdica y para la disnea asociada al fracaso ventricular izquierdo agudo y edema pulmonar. Es un polvo blanco, cristalino, inodoro y soluble en agua.

Su estructura molecular es C17H19NO3 y su nomenclatura IUPAC es (5α, 6α)-Didehidro-4,5-epoxi-17-metilmorfinan-3,6-diol. Se administra como sulfato de morfina, con una solubilidad de 60 mg/mL siendo su estructura (C17H19NO3)2 H2SO4 5H20. También se puede administrar como clorhidrato de morfina, siendo su estructura C17H20ClNO3 3H2O.

Fue administrada primero por vía oral, luego vía subdérmica, descargando la dosis necesaria. Finalmente adquirió gran notoriedad gracias a la invención de la jeringa de Pravaz y sobre todo a su utilización masiva por parte de los militares durante la guerra de 1907. A partir de 1951 fue posible la síntesis química y de derivados morfínicos.

Actualmente sigue siendo el analgésico clásico más eficaz para aliviar los dolores agudos, pero su utilización va decreciendo a medida que aparecen nuevas drogas sintéticas, las cuales se supone son menos adictivas y permiten que personas alérgicas a ella puedan aliviar igualmente sus dolores.

La morfina también se usa para paliar la adicción a ciertas drogas como la heroína y la cocaína.

La morfina se emplea legalmente con fines medicinales, como analgésico en hospitales para tratar dolencias, como:

Efectos fisiológicos

Efectos psicológicos

La síntesis total de la morfina fue realizada por primera vez por Marshall D. Gates, Jr. en 1952 y es considerada un método clásico.[2][3]​La síntesis total de Gates de la morfina es uno de los primeros ejemplos de la reacción de Diels-Alder en el contexto de una síntesis total.

Muchas otras síntesis han sido reportadas, tales como las realizadas por Rice,[4]​ Evans,[5]​ Fuchs,[6]​ Parker,[7]​ Overman,[8]​ Mulzer-Trauner,[9]​ White,[10]​ Taber,[11]​ Trost,[12]​ Fukuyama,[13]​ Guillou[14]​ y Stork.[15]

La morfina es biosintetizada en una serie de reacciones en donde están implicadas la salutaridina sintasa, la salutaridina:NADPH 7-oxidoreductasa, y la salutaridinol 7-O-acetiltransferasa.



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