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Nevado del Ruiz



El Nevado del Ruiz, también conocido como Mesa de Herveo,[4]​ y en la época precolombina como Cumanday, Tabuchía y Tama,[1]​ es el más septentrional de los volcanes activos del cinturón volcánico de los Andes, ubicado en el límite entre los departamentos de Tolima y Caldas, en Colombia. Es un estratovolcán compuesto por muchas capas de lava que se alternan con ceniza volcánica endurecida y otros piroclastos. Ha estado activo durante cerca de dos millones de años, desde el Pleistoceno temprano o el Plioceno tardío, con tres periodos eruptivos importantes. La formación del cono volcánico formado durante el curso del período eruptivo actual comenzó hace 150 mil años.

En general, sus erupciones son de tipo pliniano, dando origen a rápidas tortugas de gas caliente y roca denominadas flujos piroclásticos. Estas erupciones masivas a menudo generan lahares (flujos de lodo y escombros), que suponen una amenaza para la vida humana y el medio ambiente. El 13 de noviembre de 1985 una pequeña erupción desencadenó un enorme lahar que enterró la cabecera urbana de Armero en lo que se conoció como la tragedia de Armero, en la que según se calcula, ocurrieron 31.000 (aprox) muertes,[5]​ por lo que se le considera como la segunda erupción volcánica más devastadora del siglo XX, tras la erupción del Monte Pelée de 1902.[6]​ Otros incidentes similares ocurrieron en 1595 y 1845, pero fueron menos mortíferos.

El volcán forma parte del Parque nacional natural Los Nevados e incluye otras cumbres nevadas como las de los Nevados del Tolima, Santa Isabel, El Cisne y Quindío, las cuales están cubiertas por glaciares que han ido retirándose de manera significativa desde 1985 a causa del calentamiento global. El parque es un popular destino turístico e incluye varios refugios para los turistas; las laderas del volcán son utilizadas para deportes de invierno, y la Laguna del Otún, para la pesca de trucha.[7]​ Así mismo, en la región se encuentran algunos balnearios con aguas termales operados comercialmente.[7]​ Entre 1868 y 1869, los geólogos alemanes Reiss y Stübel fueron los primeros en intentar escalar el Ruiz en una expedición documentada, y en 1936, Cunet y Gansser fueron los primeros en hacerlo con éxito, lo que repitieron en 1939.[3]

El volcán se encuentra a 220 km al occidente de Bogotá y hace parte de la Cordillera de los Andes, específicamente del macizo volcánico Ruiz–Tolima (o Cordillera Central), del que también forman parte los volcanes Nevado del Tolima, de Santa Isabel, del Quindío y el Cerro Machín.[8][9]​ El macizo está ubicado en la intersección de cuatro fallas, algunas de las cuales aún se encuentran activas.[10]

Hace parte del cinturón de Fuego del Pacífico y es el más septentrional del cinturón volcánico de los Andes, que incluye 75 de los 204 volcanes sudamericanos formados durante el Holoceno.[11]​ Este cinturón es el resultado de la subducción con dirección al oriente de la placa de Nazca por debajo de la placa Sudamericana.[12]​ Como en el caso de otros volcanes en zonas de subducción, el Nevado del Ruiz puede dar origen a erupciones plinianas explosivas asociadas a flujos piroclásticos que pueden fundir glaciares aledaños a la cumbre, produciendo lahares.[13]

Al igual que muchos otros volcanes andinos, el Nevado del Ruiz es un estratovolcán, es decir, un volcán cónico y de gran altura, compuesto por múltiples capas de lava endurecida, piroclastos alternantes y cenizas volcánicas.[14]​ Sus lavas son de composición andesíticadacítica;[15]​ El cono volcánico moderno comprende cuatro domos de lava, todos ellos construidos dentro de la caldera del ancestral Ruiz: Alto de la Laguna, la Olleta, Alto la Piraña, y Alto de Santano.[16]​ Antiguamente se consideraba el Nevado el Cisne como parte de los domos de lava del Ruiz, sin embargo en la época reciente se ha demostrado que este forma un pequeño complejo volcánico aparte con el morro negro.[17]​ Cubre un área de más de 200 km², abarcando 65 km de este a oeste. [18]​ La extensa cumbre incluye el cráter Arenas, con 1 km de diámetro y 240 m de profundidad.[15]

La cima del volcán tiene laderas con inclinaciones de los 20 a los 30 grados. A alturas más bajas las laderas son menos pronunciadas, con inclinaciones cercanas a los 10 grados. A partir de ahí, los piedemontes se extienden casi hasta el la rivera del Magdalena al oriente, y la del Cauca al occidente.[19]​ En los dos principales lados de la cima, los acantilados de los glaciares muestran los lugares en donde se han producido corrimientos de tierra; asimismo, en algunas ocasiones se ha fundido el hielo de los glaciares, generando lahares devastadores, incluyendo la erupción más mortal del continente en 1985.[13][15][20]​ En el lado suroccidental del volcán se encuentra el cono piroclástico La Olleta, que no está activo actualmente, pero ha erupcionado varias veces en el pasado.[15]

El Nevado del Ruiz está cubierto por glaciares, que se formaron hace varios miles de años y generalmente han ido retirándose desde el Último Máximo Glacial. Desde hace 28.000 a 21.000 años atrás, los glaciar carlos es un eo andres orbegozo ridriguez carlos de colombia carlos andres ORBEGOZO RODRIGUEZ es cubrían unos 1.500 km² del macizo Ruiz–Tolima. Tan tarde como hace 12.000 años, cuando se retiraban las capas de hielo de la última glaciación, cubrían aún 800 km², y durante la Pequeña Edad de Hielo, la capa de hielo cubría aproximadamente 100 km².[21]

A partir de entonces, los glaciares han ido retrocediendo aún más debido al calentamiento de la atmósfera.[10]​ Para 1959, el área del glaciar se reducía a únicamente 34 km²;[22]​ y desde la erupción de 1985, que destruyó cerca del 10% del área helada de la cumbre, ésta se ha reducido a la mitad, de 17 a 21 km² justo después de la erupción, a cerca de 10 km² en 2003. En 1985, los glaciares alcanzaban alturas tan bajas como los 4500 metros, pero ahora solo llegan hasta alturas entre los 4.800 y los 4.900 metros.[10]

La capa de hielo tiene un grueso promedio de aproximadamente 50 m; es más gruesa en algunas zonas de la meseta de la cumbre y bajo el glaciar Nereidas en la ladera suroeste, donde alcanza profundidades de 190 m. Los glaciares en las laderas del norte, y en menor medida los de las laderas orientales, perdieron la mayor parte de su hielo en la erupción de 1985,[23]​ y por ello sólo llegan a 30 m de profundidad.[24]​ El grueso hielo que cubre la meseta de la cumbre puede estar ocultando una caldera; cinco cúpulas alrededor de dicha meseta han aparecido conforme el hielo se ha ido retirando.[24]

El agua de deshielo es drenada en su mayor parte a los ríos Cauca, al occidente, y Magdalena, al oriente.[19]​ La escorrentía proveniente de los glaciares del Ruiz y de las cumbres nevadas aledañas es la encargada del abastecimiento de agua potable de 40 poblaciones cercanas, por lo que tanto los científicos colombianos como los funcionarios del gobierno están preocupados por el suministro de agua a las ciudades si los glaciares se fundieran por completo.[25]

En general, el Nevado del Ruiz está pobremente forestado principalmente debido a su elevación, y su cubierta de árboles disminuye conforme aumenta la altitud. En las menores alturas, están presentes bosques templados bien desarrollados (20–35 m); por encima de estos, pero por debajo de la línea de los árboles, ciertos sectores de la superficie cuentan con bosques enanos (3–8 m). Por encima de dicha línea, en el páramo, la vegetación está dominada por Espeletia.[7]​ La vegetación de la región está formada por diferentes familias de plantas leñosas, incluyendo Rubiaceae, Fabaceae, Melastomataceae, Lauraceae y Moraceae. Algunas herbáceas, de familias como Polypodiaceae, Araceae, Poaceae, Asteraceae, Piperaceae y Orchidaceae también están presentes en la región.[7]

Entre los animales que habitan el volcán se encuentran el tapir andino y el oso de anteojos, considerados como amenazados.[7]​ Asimismo, en los alrededores del volcán se encuentran especies como B. ferrugineifrons, O. Stubelii y O. percrassa. Además, el Nevado del Ruiz es hábitat del cóndor de los Andes y de 27 especies endémicas de Colombia, con 14 de ellas confinadas a la región alrededor del volcán. 15 especies de aves de la región también son consideradas como amenazadas.[7]

Sus primeras erupciones tuvieron lugar hace 1,8 millones de años, a principios del Pleistoceno,[10]​ a partir del cual se han identificado tres periodos primarios de erupción: el ancestral, el antiguo y el actual. Durante el primero de ellos, entre un millón y dos millones de años atrás, se creó un complejo de grandes estratovolcanes,[9]​ que luego colapsaron parcialmente entre hace un millón y 0,8 millones de años, formando calderas de entre 5 y 10 km de ancho. Durante el periodo antiguo, que duró desde hace 0,8 a 0,2 millones de años, se desarrolló un nuevo complejo de grandes estratovolcanes, incluyendo lo que para aquella época eran el Ruiz, el Tolima, el Quindío, y el Santa Isabel. Una vez más, se formaron calderas explosivas en sus cumbres, entre hace 0,2 y 0,15 millones de años.[9]

El periodo presente inició hace aproximadamente 150.000 años, y supuso el desarrollo del actual edificio volcánico a través del emplazamiento de domos de lava hechos a base de andesita y dacita dentro de las viejas calderas.[10]​ Durante los últimos 11 000 años, el Nevado del Ruiz ha pasado por al menos 12 etapas de erupción, las cuales han incluido múltiples corrimientos de tierra, flujos piroclásticos y lahares, conduciendo a la destrucción parcial de los domos de la cima.[9][10]​ Durante los últimos miles de años, la mayor parte de las erupciones de los volcanes del macizo Ruiz–Tolima han sido pequeñas, y los flujos piroclásticos depositados han sido menos voluminosos que los del Pleistoceno.[9]​ Dado que las erupciones más antiguas del volcán no han sido registradas, los vulcanólogos han usado la técnica de tefrocronología para datarlas.[26]

Durante la historia registrada del volcán, las erupciones han consistido principalmente de una chimenea central en la caldera, seguida de una erupción explosiva, y luego, de lahares. La más antigua de las erupciones identificadas en el Holoceno ocurrió cerca del 6660 a. C., y se produjeron nuevas erupciones en 1245 a.C±150 años (usando la datación por radiocarbono), cerca del 850 a. C., en el 200 a.C±100 años, así como en el 350 d.C±300 años, el 675 d.C±50 años, en 1350, 1570, 1595, 1623, 1805, 1826, 1829, 1831, 1845, 1916, diciembre de 1984 a marzo de 1985, septiembre de 1985 a julio de 1991, y posiblemente en 1541, 1687[27]​, 1828, 1833 y abril de 1994 y la última el día 30 de junio de 2012 que fue de gases y ceniza únicamente.[nota 1][26][28]​ Muchas de esas erupciones incluyeron una erupción de chimenea central, una de chimeneas a los costados, y una explosión freática.[26]​ El Ruiz es considerado como el segundo volcán más activo de Colombia, tras el Galeras, en Nariño.[20]

En la mañana del 12 de marzo de 1595, el volcán entró en erupción. Este episodio consistió en tres erupciones plinianas que llegaron a oírse a más de 100  km de la cima, y fue expulsada una gran cantidad de ceniza, lo que oscureció el área circundante. Durante las erupciones, el volcán también expulsó lapillus, una forma de tefra, y bombas volcánicas. En total, la erupción produjo 0,16  km³ de tefra.[15]​ La erupción estuvo precedida por un gran terremoto, tres días antes;[29]​ y la erupción precursora causó lahares, que viajaron por los valles de los ríos Gualí y Lagunillas, obstruyendo el flujo de agua, matando los peces y destruyendo la vegetación. 636 personas murieron a causa del lahar.[30]

La de 1595 fue la última gran erupción antes de 1985; y fueron similares en muchos aspectos, incluyendo la composición química del material erupcionado.


En la mañana del 19 de febrero de 1845, un terremoto de gran magnitud dio como resultado un flujo de lodo,[31]​ que corrió por el valle del Lagunillas por aproximadamente 70 km,[13]​ extendiéndose y vertiéndose al exterior del cauce del río y matando gran parte de la población local.[31]​ Tras superar un abanico aluvial, el flujo de lodo se dividió en dos ramas: la más grande se unió al Lagunillas y siguió hasta confluir con el Magdalena, mientras que la más pequeña fue desviada por las colinas frente al cañón del Lagunillas, para luego fluir al oriente junto al río Sabandija y finalmente reincorporarse al flujo principal en la desembocadura del río. Se estima que unas mil personas fallecieron a causa de lo sucedido.[31]


Desde principios de noviembre de 1984, los geólogos notaron un incremento en el nivel de la actividad sísmica cerca del Nevado del Ruiz;[32]​ así como otros indicios de la erupción que se aproximaba, tales como el aumento de la actividad de las fumarolas, el depósito de azufre en la cumbre del volcán, y pequeñas erupciones freáticas. Al final, el magma caliente entró en contacto con el agua, resultando en explosiones debidas a la casi instantánea evaporación del agua. El más notable de esos eventos fue la expulsión de ceniza el 11 de septiembre de 1985.[32]​ La actividad del volcán se redujo en octubre de 1985, siendo la elevación del magma en el nuevo edificio volcánico, antes de septiembre de 1985, la explicación más probable de los acontecimientos.[32]

Una misión vulcanológica italiana analizó muestras de gas provenientes de fumarolas a lo largo del suelo del cráter Arenas, obteniendo anhídrido carbónico (CO2) y anhídrido sulfuroso (SO2), lo que indicaba una liberación directa de magma a la superficie del medio ambiente. De acuerdo a las consideraciones del informe de la misión, publicado el 22 de octubre de 1985, el riesgo de lahares era muy alto. Además, en el informe se recomendaron varias técnicas de preparación sencillas para las autoridades locales.[33]

En noviembre de 1985, la actividad volcánica se incrementó una vez más, conforme el magma se acercaba a la superficie.[32]​ El volcán empezó a lanzar grandes cantidades crecientes de gases ricos en azufre, principalmente anhídrido sulfuroso; el contenido de agua de las fumarolas se redujo, y las fuentes de agua cercanas se enriquecieron en magnesio, calcio y potasio lixiviados del magma.[32]​ Las temperaturas del equilibrio termodinámico (energía térmica estacionaria), correspondiente a la composición química de los gases descargados, fue de 200 °C a 600 °C. La extensa desgasificación del magma causó un aumento de la presión dentro del volcán, justo en el espacio situado encima del magma, lo que finalmente dio origen a una erupción explosiva.[34]

El Nevado del Ruiz hizo erupción a las 9:09 p. m. del 13 de noviembre de 1985,[35]​ expulsando tefra dacítica a más de 30 km en la atmósfera.[32]​ La masa total del material erupcionado, incluyendo magma, fue de 35 millones de toneladas,[32]​ únicamente el 3% de la cantidad que expulsó el St. Helens en 1980.[36]​ La erupción alcanzó el nivel 3 en el índice de explosividad volcánica.[37]​ La masa de anhídrido sulfuroso expulsada fue de aproximadamente 700.000 toneladas, o cerca del 2% de la masa del material sólido expulsado,[32]​ haciendo que la erupción fuera atípicamente rica en azufre.[38]​ La erupción produjo flujos piroclásticos que fundieron los glaciares y la nieve, generando cuatro lahares que corrieron por las vertientes del volcán;[39]​ también destruyeron un pequeño lago que podía ser observado en el cráter Arenas varios meses antes de la erupción.[32]​ Dado que el agua de los lagos volcánicos suele ser extremadamente salada y contener gases volcánicos disueltos, la composición ácida del lago, así como su calor, aceleró la fusión del hielo; este efecto fue confirmado por las grandes cantidades de sulfatos y cloruros encontrados en el lahar.[32]

Los lahares, conformados por agua, hielo, material pirocástico incandescente piedra pómez, arena, lodo y otras rocas,[39]​ se mezclaron a medida que avanzaban cuesta abajo.[40]​ Continuaron su trayecto a una velocidad promedio de 60 km/h erosionando el suelo, arrastrando rocas y destruyendo la vegetación. Luego de descender kilómetros, los lahares se dirigieron a los seis ríos que drenan el volcán. Una vez en sus valles, los lahares crecieron a casi cuatro veces su tamaño original. En el Río Gualí, un lahar alcanzó un ancho máximo de 50 m.[39]

Uno de los lahares virtualmente borró la pequeña área urbana de Armero, en Tolima, que se asentaba sobre el valle del Lagunilla. Únicamente sobrevivió la cuarta parte de sus 28.000 habitantes.[39]​ El segundo lahar, que descendió por el valle del Chinchiná, mató a cerca de 1800 personas y destruyó cerca de 400 casas en Chinchiná.[41]​ En total, más de 23.000 personas perdieron la vida y otras 5000 resultaron heridas,[39]​ y más de 5000 hogares quedaron destruidos.[39]​ La tragedia de Armero, fue el segundo desástre volcánico más mortífero de su siglo, siendo sobrepasado por la erupción del Monte Pelée en 1902.[42]​ y el cuarto en toda la historia conocida.[43]​ También es el lahar más mortífero del que se tiene conocimiento,[10]​ y el mayor desastre natural de Colombia.[44]

La pérdida de tantas vidas, se debió al hecho de que los científicos nunca precisaron cuándo ocurriría la erupción, y porque las autoridades gubernamentales, no tomarían medidas costosas en prevención, sin una clara advertencia de peligro.[45]​ Por otro lado, como la última erupción se había producido 140 años atrás, ya no existía en la memoria de los pobladores y para muchos fue difícil aceptar el peligro que representaba el volcán, que los habitantes conocían como el león dormido.[30]​ Los mapas de amenaza que mostraban al Municipio de Armero inundado por completo, fueron distribuidos un mes antes de la erupción, pero el Congreso de la República criticó a los científicos y a las agencias de defensa civil por su alarmismo. Las autoridades locales fallaron al alertar a la población sobre la seriedad de la situación, con el alcalde y el párroco de Armero tranquilizando a la población tras una erupción de cenizas en la tarde del 13 de noviembre y la subsecuente lluvia de cenizas en la noche.[46]​ Otro factor fue la tormenta de esa noche, que causó cortes de electricidad, dificultando las comunicaciones. A pesar de que los oficiales de defensa civil de cuatro pueblos cercanos intentaron advertir a Armero del lahar que se aproximaba y llegaría en una hora o menos, no lograron establecer contacto por radio.[47]

Luego de la catástrofe, los científicos analizaron la información previa a la erupción y notaron que habían ocurrido varios sismos de periodo largo, que empezaban fuertes y se iban atenuando lentamente. El vulcanólogo Bernard Chouet dijo que "el volcán estaba gritando 'estoy a punto de estallar'", pero los científicos que estaban estudiando el volcán en el momento de la erupción no tenían la experiencia para leer estas señales.[48]

El volcán continúa representando una seria amenaza para las poblaciones cercanas. El riesgo más probable es que erupciones de pequeño volumen puedan desestabilizar los glaciares y generar lahares.[9]​ Pese a la significativa reducción del tamaño de los glaciares, el volumen de hielo en las cumbres nevadas de la zona sigue siendo grande. Si únicamente se fundiera el 10% del hielo, podría producir flujos de lodo de más de 200 millones de metros cúbicos, cantidad similar a la del flujo que enterró a Armero en 1985.[10]​ Como los lahares pueden viajar más de 100 km por los valles de los ríos en cuestión de unas pocas horas,[10]​ las estimaciones muestran que unos 500.000 habitantes de los valles de los ríos Chinchiná, Lagunilla, Azufrado y Gualí están en riesgo, y 100.000 de ellos son considerados como de alto riesgo.[49]​ A pesar de que las pequeñas erupciones son más probables, la historia eruptiva de dos millones de años del macizo Ruiz–Tolima incluye numerosas erupciones de magnitud significativa, por lo que no debe ser ignorada la amenaza de una erupción grande.[9]​ Una erupción de este tipo podría tener efectos más generalizados, incluyendo el posible cierre del aeropuerto de Bogotá debido a la caída de ceniza.[50]

Como la tragedia de Armero se vio agravada por la falta de alertas tempranas,[45]​ uso imprudente de la tierra,[51]​ y la falta de preparación de las comunidades aledañas,[45]​ el gobierno colombiano dio inicio a un programa oficial denominado Oficina Nacional para la Atención de Desastre, en 1987, con el propósito de prevenir incidentes similares en el futuro. Las principales ciudades colombianas fueron orientadas para promover la planificación de la prevención con el fin de mitigar las consecuencias de los desastres naturales,[51]​ y se han llevado a cabo evacuaciones debido a amenazas volcánicas. Cerca de 2300 habitantes de las riberas de cinco ríos cercanos fueron evacuados cuando el volcán erupcionó nuevamente en 1989.[52]​ Cuando otro volcán colombiano, el Nevado del Huila, entró en erupción en abril de 2008, miles de personas fueron evacuadas, pues los vulcanólogos alertaron a la población afirmando que la erupción podría ser otro "Nevado del Ruiz";[53]​ De igual manera, la zona aledaña al Galeras, ha sido constantemente evacuada debido a su actividad.[54]

En abril de 2012, el volcán aumentó su actividad sísmica,[55]​ poniendo al descubierto la escasa preparación de las poblaciones aledañas.[56]

A principios de marzo del 2012 se da un pulso inicial de emisión de ceniza volcánica asociada al tremor volcánico. Según el Servicio Geológico Colombiano[2] la ceniza emitida tuvo un volumen de 1.340.000 metros cúbicos; hasta el día 8 de junio de 2012 sigue cayendo ceniza de manera irregular, motivo por el cual la aeronáutica civil,[57]​ cerró el aeropuerto de la ciudad de Manizales y restringió el tráfico aéreo en algunas zonas del país como medida de prevención.

El Servicio Geológico Colombiano realizó un análisis de las cenizas, encontrando lo siguiente: según el análisis preliminar de componentes y granulometría de las muestras de ceniza recolectadas de la emisión del día 29 de mayo de 2012, bajo la lupa binocular, se pudo observar que su composición es líticocristalina, con cristales de plagioclasa, anfíbol, cuarzo, biotita, piroxeno y magnetita; los líticos son volcánicos, además presenta fragmentos de pómez y vidrio. Después de realizar el tamizado de algunas muestras recolectadas se puede observar que los tamaños de grano oscilan entre ceniza muy gruesa (1 y 2 mm) y gruesa (0,5–1 mm) en los sectores más cercanos al cráter Arenas, mientras que en los municipios de Manizales, Chinchiná, Palestina y Villamaría el tamaño de grano varía entre ceniza media (0,25-0,5 mm) y ceniza extremadamente fina (<0,0625 mm); y en las partes más lejanas el tamaño de grano es menor a 0,125 mm.




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