La Patagonia es una región geográfica, histórica y cultural ubicada en el extremo sur del Cono Sur de América.
Políticamente comprende territorios del extremo sur de Argentina —Patagonia argentina— y de Chile —Patagonia chilena, también llamada Zona austral de Chile—.
Orográfica, climática y biológicamente se divide en una zona andina al oeste que comprende el tramo austral de la cordillera de los Andes hasta la costa con el océano Pacífico con clima húmedo y bosques; y una zona extra-andina en el oriente que incluye la meseta patagónica hasta la costas con el océano Atlántico con un clima desértico y estepas o monte arbustivo.
La zona argentina se desarrolla al sur del Río Colorado, mientras en Chile se considera, de forma difusa, a partir de la Región de la Araucanía, y geológicamente en la falla de Huincul hacia el sur (Schilling et al, 2017; Zunino et al, 2012; Marchant & Rojas, 2015; Zunino et al, 2016).
Incluye los archipiélagos Tierra del Fuego y de las Islas Malvinas.
Al año 2017 la población regional se estima en unos 2.7 millones de habitantes. Las principales fuentes económicas son el turismo, el petróleo, la pesca, las energías, el gas y la ganadería, entre otros.
El primer registro del nombre para lo que hoy se conoce como Patagonia fue dado por Fernando de Magallanes en 1520 durante su expedición alrededor del mundo (1519-1522). El momento fue registrado por Antonio Pigafetta, natural de Vicenza, Italia, y perteneciente a una familia noble, quien acompañó en calidad de cronista a la expedición. En efecto, después de que los expedicionarios hicieron contacto con los tehuelches, Pigafetta escribe: “Nuestro capitán llamó a este pueblo patagones”. Debido a que se avecinaba el invierno austral, Magallanes decidió pasarlo en una bahía ubicada a 49° de latitud sur, a la que bautizaron como «puerto de San Julián», por haber llegado allí el día de San Julián de Cesárea. Al escasear las provisiones fue necesario hacer un primer racionamiento de víveres, lo que dio lugar a un amotinamiento en tres de las cinco naves. Los capitanes Luis de Mendoza y Gaspar de Quesada fueron ejecutados, mientras que Juan de Cartagena fue abandonado en la costa desolada de la misma bahía junto al sacerdote que había dirigido el amotinamiento. En ese momento el relato hecho por Antonio Pigafetta menciona por primera vez el nombre del lugar como «terra patagonia».
Según algunos investigadores, comenzando por López de Gómara, Magallanes habría observado los grandes pies de los indígenas y los habría llamado en su idioma natal, el portugués, «patagão», es decir: «Pata grande», si bien dicha palabra no existe en portugués. Otros autores, sin hacer referencia a ese idioma, mantienen que «patagones» deriva de «patones» o gente de pies grandes. Hay que notar, sin embargo, que el cronista Pigafetta escribió en su relato del viaje de Magallanes: «Nuestro capitán llamó a este pueblo Patagones...», sin mencionar el por qué de tal denominación. En otras páginas del texto, así como en el mapa que lo acompaña, utiliza también el topónimo Patagonia.
Ambos términos, «patagón» y «Patagonia», se difundieron ampliamente y fueron utilizados en la cartografía y los nombres regionales. Dada la incertidumbre sobre el origen cierto de los mismos, se avanzaron otras hipótesis con etimologías indígenas o europeas, que no prosperaron.
A partir de la hipótesis de Lida de Malkiel, se acepta que la lectura de Primaleón, novela de caballerías publicada en Salamanca en 1512, dio origen al nombre de este pueblo. En efecto, en ella se describe la heroica captura de un supuesto gigante bárbaro denominado «Patagón». Esta lectura llevaría a Magallanes a utilizar el nombre para los tehuelches, por su condición de salvajes y su gran tamaño en relación a los europeos. De patagones derivó el nombre de la región de manera similar a como, tiempo después, lo sería California (que también debe su bautismo a otro romance, Las sergas de Esplandián).
El investigador argentino Miguel Doura observó que posiblemente el término «patagón» en la novela Primaleón derive de la antigua Paflagonia.
El área del ámbito que abarcó el concepto «Patagonia» fue variando a lo largo de los siglos. Inicialmente, en el siglo XVI, el cosmógrafo Antonio Pigafetta, integrante de la expedición de Fernando de Magallanes, le dio el nombre de Patagonia a todo el territorio americano al sur del Río de la Plata. Luego, la denominación europea original fue siendo restringida. Hasta casi el final del siglo XIX el poder del Imperio español, y posteriormente el de sus países sucesores, Argentina y Chile, en los territorios de la parte austral de América del Sur se veía limitado o comprometido por la existencia de belicosas etnias indígenas lo suficientemente organizadas para presentar tenaz resistencia a su sometimiento. En especial los mapuches, pero también otros pueblos tales como: pampas, ranqueles, huarpes, puelches y tehuelches septentrionales, parte de los cuales sufrieron desde el siglo XVIII un proceso de araucanización o mapuchización.
Esta dificultad, sumada a lo inhóspito de su clima, generaba también obstáculos para su exploración, por lo cual las características geográficas de buena parte de la región permanecieron ignotas, incluso algunas hasta el siglo XX. A medida que la conquista militar de los territorios indígenas se fue consolidando (en líneas generales de norte a sur), con su ulterior integración a los esquemas productivos de las nuevas repúblicas, los límites de la región patagónica fueron mutando, y en especial, lo que sus propios habitantes entendían como «Patagonia», y la disyuntiva de considerarse ellos mismos como «patagónicos», o no autoincluirse en ella.
El concepto «Patagonia» nace básicamente de una visión europea de la región, por lo cual no era compartido por las etnias originarias y sus descendientes; en cambio, está fuertemente arraigado en la población local con ancestros europeos y hasta con los que arribaron a los territorios australes en fecha reciente.[cita requerida]
En la actualidad, el límite norte de la Patagonia argentina, en sentido este-oeste, está considerado por la línea que conforma la desembocadura del río Colorado en el mar Argentino, y continúa por este hasta la confluencia de los ríos Grande y Barrancas (límite entre las provincias del Neuquén y Mendoza). La región continúa por este hasta el límite con la República de Chile. Por su parte, el límite norte de la Patagonia chilena no está del todo definido. El límite, en sentido oeste-este, se inicia en el seno de Reloncaví, siguiendo por el estuario del mismo, el río Petrohué, el lago de Todos los Santos y el río Peulla, hasta alcanzar el cerro Tronador en el límite con Argentina. También existen quienes indican y extienden su ubicación al norte hasta los 39° de latitud sur, a la altura de Villarrica; sin embargo, actualmente se consideran también los territorios situados más al norte, denominándolo Norpatagonia, desde el seno de Reloncaví hasta la Región de la Araucanía, en consideración de la Falla de Huincul. Por el sur, el límite de la Patagonia chilena solía ser fijado en el estrecho de Magallanes, pero actualmente suele ser extendido hasta el cabo de Hornos.
Mapa del cartógrafo oficial del rey de España Juan de la Cruz Cano y Olmedilla, 1775.
Mapa de la Patagonia de F. A. Garnier, 1862.
Mapa de Sudamérica en 1855.
Región geográfica de la Patagonia, límite actual.
A partir de su descubrimiento se denominó como Patagonia a toda la zona austral del continente americano al sur de las áreas colonizadas por los europeos a ambos lados de la cordillera de los Andes. Tanto la falta de conocimiento del territorio, como la inevitable imprecisión de la cartografía, llevó a las marcaciones territoriales de las provincias virreinales a algo tan difícil como difuso.
Entre los diversos autores que definieron límites para la Patagonia se puede citar a Federico Lacroix en su libro de 1841, Historia de la Patagonia, Tierra de Fuego e Islas Malvinas:
Sin embargo, y a diferencia de lo que ocurre en la República Argentina, donde la Patagonia ha sido constituida como región, en Chile la Patagonia ha sido una denominación otorgada tradicionalmente al espacio comprendido entre el Seno de Reloncaví por el norte hasta el Estrecho de Magallanes por el sur, salvo Chiloé, incluyendo la Tierra del Fuego y el Cabo de Hornos.
Es así que, al oriente de la cordillera andina, desde 1522 y hasta el siglo XVIII en los mapas solía ser llamada como Patagonia toda la extensión inmediatamente al sur de las costas del Río de la Plata.
Posteriormente el límite norte se posicionó de manera variable, fue para algunos la línea de fortines que marcaban la frontera del dominio indígena, siendo para otros el río Colorado, y en otros casos el río Negro, tanto por su afluente norteño (el río Neuquén) como por su afluente sureño (el río Limay).
En su obra Description Géographique et Statistique de la Confédération Argentine (1860-1864), el francés Martin de Moussy fue el primero en dividir el territorio argentino en regiones físicas, fijando el límite sur de la región pampásica en los ríos Negro y Limay, al sur de los cuales establecía una región de mesetas escalonadas que denominó Patagonia.
La antigua Patagonia oriental, la cual poseía una delimitación primigeniamente política, hoy ha quedado obsoleta para estos fines, por tanto tal denominación debe reservarse para el tratamiento de la región patagónica oriental, la cual tanto biológica como geográficamente, cubre territorios pertenecientes a ambos países.
La Patagonia argentina actualmente comprende desde la cordillera de los Andes hasta el mar Argentino del océano Atlántico, y desde los ríos Barrancas y Colorado por el norte, hacia el sur, hasta las aguas ubicadas al sur del cabo de Hornos en el Pasaje de Drake, límite entre los océanos Atlántico y Pacífico. Delimitada de esta manera, los espacios terrestres de la Patagonia argentina suman 800 891 km², e incluyen al partido bonaerense de Patagones, las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, y al sector sudamericano de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.
Por otra parte, si se suma el departamento mendocino de Malargüe, y los departamentos pampeanos de Curacó, Chical Co, Utracán, Hucal, Caleu Caleu, Puelén, Limay Mahuida, Lihuel Calel y Chalileo, es decir, los territorios del oeste y sur de La Pampa, los cuales mantienen algunos aspectos del carácter patagónico y a veces suelen ser incluidos en dicha región, además de que así se reconocen sus mismos pobladores, se agregarían cerca de 100 000 km² a la superficie total de la Patagonia argentina. Finalmente, la totalidad o sólo los sectores australes de los bonaerenses partidos de Tornquist, Villarino y Puan, e incluso el de Bahía Blanca, por ser ribereños del río Colorado, o por sus características geográficas e históricas, podrían también ser incluidos en ella. Todos estos territorios en la definición más aceptada de la Patagonia no son incluidos.
El límite argentino de la Patagonia norte lo marca el abrupto cambio en el paisaje que genera el descenso de las precipitaciones, haciendo que el ecosistema troque del distrito del caldén del espinal (naturalmente arbóreo, muy poblado, y apto para cultivos sin riego artificial) a la provincia geográfica del monte de llanura, dominada por las jarillas (naturalmente arbustiva-esteparia, muy poco poblada, y no apta para cultivos sin riego artificial) donde abruptamente comienza el típico paisaje patagónico, el que se mantendrá, con algunas variables, en el resto de la Patagonia esteparia.
La primera definición legal de la Patagonia en Argentina fue realizada por la ley N.º 954 del 11 de octubre de 1878, por la cual se creó la Gobernación de la Patagonia, sobre la base de los límites establecidos por la ley N.º 947 del 5 de octubre de 1878. La ley N° 23272 de Integración de La Pampa a la Región Patagónica, promulgada el 21 de octubre de 1985 y modificada por la ley N° 25955, estableció la incorporación de la Provincia de La Pampa, para todos los efectos legales del orden federal, como parte de la Patagonia. La Constitución Nacional Argentina establece en su artículo N° 124 la posibilidad de que las provincias se integren formando regiones para diversos fines, siendo una de esas regiones integrada la Región de la Patagonia. Fue constituida mediante el Tratado Fundacional de la Región de la Patagonia, firmado en la ciudad de Santa Rosa, capital de la Provincia de La Pampa, el 26 de junio de 1996. El artículo N° 4 de ese tratado establece:
Sin embargo, la definición más aceptada de la Patagonia no incluye en su territorio a la Provincia de La Pampa.
El glaciar Perito Moreno, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
El Faro Les Éclaireurs, en Ushuaia, Argentina.
El Hotel Llao Llao en San Carlos de Bariloche. La ciudad es el mayor destino turístico de toda la Patagonia.
El Monte Fitz Roy o Chaltén, en la frontera entre Argentina y Chile.
El Lago Puelo, en Chubut, en la frontera con Chile.
Lago del Desierto próximo al Cerro Chaltén, en la provincia de Santa Cruz, Argentina.
Vista del volcán Lanín, en la frontera con Chile.
Al occidente de la cordillera de los Andes abarcaba en un principio, todos los territorios al sur del río Biobío, el cual tras la batalla de Curalaba en 1598 y el desarrollo de la Guerra de Arauco entre las tropas españolas y los mapuches, detuvo la conquista de esa parte del sur de Chile y se mantuvo como el límite de facto entre ambas comunidades, siendo oficializado como tal mediante el Parlamento de Quilín, tratado de paz de 1641. Por estas razones, el término de La Frontera fue acuñado para referirse a la zona en torno al río.
Al decaer la intensidad de la guerra durante los siglos XVIII y XIX, el límite patagónico pasó a ser el río Valdivia o Calle Calle. Pequeñas colonias de población criolla se ubicaron en Valdivia, La Unión, y Osorno. Chile, mediante la "Ley de inmigración selectiva" de 1845, colonizó con inmigrantes germanos la región comprendida entre Valdivia y Puerto Montt, los cuales lograron cambiar por completo el panorama de la zona sur. Finalmente, entre 1861 y 1883, una ocupación militar anexionó el territorio mapuche en la llamada Pacificación de la Araucanía, poblándose intensamente durante el resto del siglo XIX y el XX.
El fin del Valle Central complicó históricamente el poblamiento y la comunicación en todo el sector de Chiloé Continental o Palena y los territorios más australes, generando la interrupción de la Carretera Austral, la que aún hoy no está completa y varios tramos deben ser recorridos a través de transbordadores, principalmente entre Hornopirén y Caleta Gonzalo. Este punto final se corresponde al seno de Reloncaví. Por ende, el comprendido entre este seno, por el norte, y el estrecho de Magallanes, por el sur, excluyendo el archipiélago de Chiloé, habían sido considerados históricamente como Patagonia chilena. No obstante las variaciones interpretativas siguen siendo pronunciadas, y en la actualidad se siguen discutiendo estos límites, en vista de territorios más al norte que pueden corresponder también a la Patagonia, ya sea por similitud cualitativa, naturales, evidencia científica variada, o mediante los imaginarios colectivos de sus poblaciones, que reafirman dicha condición:
Las principales superficies glaciadas en la Patagonia chilena son: Campo de Hielo Norte, Campo de Hielo Sur y la cordillera de Darwin.
Parque nacional Torres del Paine, Región de Magallanes.
Bahía Ainsworth y Glaciar Marinelli.
Volcán Michinmávida, Región de Los Lagos.
Río Blanco, Región de Los Lagos.
Lago Sarmiento, Región de Magallanes.
Río Puelo, Región de Los Lagos.
Parque nacional Patagonia, Región de Aysén.
La Patagonia argentina se puede subdividir en dos regiones: la «Patagonia norte», y la «Patagonia sur», ambas separadas por el paralelo 44°S. Otra división de la Patagonia argentina se basa en consideraciones principalmente ecológicas: el sector Andino-Patagónico (húmedo, cubierto de bosques, y salpicado de grandes lagos de origen glacial), y la Patagonia extraandina, o esteparia (semiárida, y en gran medida cubierta por arbustos, e incluso desértica o árida).
La Patagonia chilena es un territorio modelado principalmente por los glaciares y fiordos. En ella se ubica una estrecha planicie costera, grandes ventisqueros, montañas, fiordos, archipiélagos, islas e islotes, glaciares, volcanes y gran cantidad de lagos, lagunas, y cascadas de agua dulce que desaguan en el mar; y finalmente, las tierras de la tundra magallánica, hasta el Cabo de Hornos.
También en territorios chilenos al oriente de la cordillera de los andes, se presentan características esteparias: Como en la ribera norte del Estrecho de Magallanes, en la parte norte de la isla Grande de Tierra del Fuego y en la zona en torno a Coyhaique, y Balmaceda, donde se presentan pocas elevaciones y es en general, llana o con ligeras ondulaciones morrénicas. Al sur del paralelo 47º sur, en la cordillera de los Andes se encuentran los campos de hielo Norte y Sur.
Los ríos patagónicos, hasta el Campo de Hielos Sur, se caracterizan por ser de un importante caudal, de origen andino y torrentosos por las irregularidades de sus cursos. En la Región de Magallanes los de vertiente pacífica son, por lo general, de corto desarrollo debido a la intensa acción glacial que experimentó esta región, en cambio los de vertiente atlántica son poco caudalosos, pero de un curso mayor, desembocando directamente en el océano Atlántico, como en Tierra del Fuego, o en otros ríos mayores.
Corresponde a un bloque del antiguo macizo patagónico fracturado y elevado, donde se encuentran escombros de rocas que formaban el bloque y conos y mantos de lava del Cuartárico. Sobre el antiguo macizo patagónico, que en los primeros tiempos geológicos permaneció separado del resto del continente, aparecen sedimentos marinos y continentales del mesozoico y del cenozoico, cubierto luego por una espesa capa de rodados cementados (rodados patagónicos o Tehuelches) y nuevos mantos eruptivos. Casi todas las mesetas se encuentran parcialmente cubiertas de basaltos terciarios y cuaternarios.
El accidente orográfico más importante corresponde a los Andes patagónicos. En la zona patagónica la cordillera andina se mantiene con una altitud promedio de 2500 m s. n. m., la cual va disminuyendo a medida que se extiende hacia el sur, hasta sumergirse en el mar. La cumbre más alta de toda la Patagonia es el volcán Domuyo con 4709 m s. n. m..
En la provincia argentina de Santa Cruz, cercana a la ciudad de Puerto San Julián, se encuentra una depresión endorreica llamada Gran Bajo de San Julián. En esta se encuentra la Laguna del Carbón, que con -108 m s. n. m. es el punto más bajo del continente americano y de los hemisferios meridional y occidental.
Los Andes patagónicos constituyen una zona de alta actividad volcánica, en la cual se destacan montañas y volcanes tales como:
La Patagonia tiene un clima templado a frío, con temperaturas que disminuyen notablemente de norte a sur. Siendo así que, en promedio, el sur patagónico presenta una temperatura de hasta 10 ℃ menos que el norte. Además se puede apreciar una diferencia de temperatura que es dividida por los Andes patagónicos de hasta 5 ℃ más al oeste de la cordillera que al este. Esto se debe a que bordeando la costa de Chile se encuentra la Corriente de Humboldt que lleva humedad al continente, pero esta se interrumpe abruptamente unos kilómetros en el interior por las montañas de la cordillera, haciendo que las nubes precipiten sus aguas allí. De hecho, esta humedad constante y las continuas precipitaciones fueron las causantes en su momento de que se originaran extensos y frondosos bosques: los bosques patagónicos, que predominan en la Patagonia chilena y ocupan cierta parte de la Patagonia argentina. Como el viento que cargaba la humedad, pierde está al llegar a la cordillera, este continua su camino a través de la Patagonia argentina pero casi totalmente seco, formando un desierto árido y por lo tanto, algo más fresco: la estepa patagónica que predomina en casi toda la Patagonia argentina. Ejemplo de esto son las ciudades de Bariloche, en la Patagonia Argentina, y por lo tanto, al este de la cordillera, y Puerto Montt en Chile y al oeste de la cordillera, siendo que esta última, estando unos kilómetros más al sur (aunque a nivel del mar), presenta una temperatura promedio 1.8 ℃ mayor que la ciudad argentina.
La Patagonia posee una gran variedad de climas, empezando por el clima templado del norte, hasta el clima subpolar del sur, y el clima húmedo del sector occidental al clima semiárido del sector oriental. La Patagonia tiene cuatro estaciones bien diferenciadas, excepto en las zonas más australes como la Isla Grande de Tierra del Fuego donde no hay mucha variedad de temperatura a lo largo del año. Estas son:
Península Valdés recibe la mayor población reproductora de ballenas francas australes del mundo, con más de 2.000, catalogadas por el Whale Conservation Institute y el Ocean Alliance, y fue declarada por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad.
Guanacos, presentes en toda la Patagonia.
Zorro colorado fueguino.
Flamencos australes en el Lago Argentino.
Colonia de Spheniscus magellanicus, en Monumento Natural Los Pingüinos, ubicado en Isla Magdalena, Chile, con una población flotante de 60.000 ejemplares de esta especie pingüina.
La región andinopatagónica, tanto en la Argentina como en Chile, se halla en gran parte recubierta de densos bosques y selvas frías de coníferas siempreverdes y fagáceas caducifolias, y la selva fría magallánica. La Patagonia oriental extraandina se encuentra naturalmente cubierta por arbustos, siendo achaparrados en el norte (provincia fitogeográfica del Monte), y arbustos "en cojín" en el sur y oeste (provincia fitogeográfica de la Estepa Patagónica), en ambos casos, al poseer climas áridos y semiáridos sobre suelos pobres en materia orgánica, presentan pobre cobertura, dejando mucho suelo desnudo, el que sostiene escasas gramíneas. También encontramos páramos en las zonas más frías, y de mayor altitud y continentalidad. Pequeñas zonas fértiles, llamadas vegas o mallines, solo se presentan en el fondo de valles y cañadones (gracias al mayor aporte de humedad). Estepas de gramíneas xerofíticas solo dominan en zonas con menor aridez (las cercanas a los Andes, y la región entre la cuenca del río Santa Cruz por el norte y los bosques fueguinos por el sur.
Dentro de la fauna autóctona de la Patagonia argentina se encuentran: ciervos como el huemul y el pudú, pumas, maras o liebres patagónicas, guanacos, zorros, cóndores, cisnes de cuello negro y choiques. El yaguareté existió hasta el valle del río Negro pero fue exterminado por la acción humana durante el siglo XIX. Según algunos autores, llegaba por la costa hasta el río Chubut, aunque según otros su dispersión habría alcanzado incluso hasta Santa Cruz. En la fauna litoral se destacan: lobos marinos, elefantes marinos, petreles, cormoranes, delfines, toninas overas, y pingüinos.
La Península Valdés recibe la mayor población reproductora de ballenas francas australes del mundo, con más de 2000 catalogadas por el Whale Conservation Institute y el Ocean Alliance. La región contiene seis reservas naturales, y está considerada uno de los principales y más importantes destinos de avistamiento de ballenas en el planeta, particularmente alrededor de Puerto Pirámides y de la ciudad de Puerto Madryn.
En la Patagonia existe gran cantidad de lagos, muchos de los cuales son de origen glacial. Algunos de ellos son:
La característica fragmentación del territorio patagónico sudoccidental ha dado lugar a infinidad de islas y archipiélagos, buena parte de las cuales permanecen inexplorados. La mayoría se encuentra en las costas del océano Pacífico, en la Patagonia chilena, y en el extremo meridional del continente americano, al sur del estrecho de Magallanes. Algunas de las principales islas de la Patagonia son:
La población en la Patagonia argentina es de 2 124 492 habitantes y en la Zona Austral de Chile (incluidas Cochamó y la Provincia de Palena pero no la Provincia de Chiloé), de 286 312 habitantes, totalizando 2 410 804 habitantes. El 88 % y el 12 % de la población, respectivamente. La densidad demográfica de la Patagonia es muy baja: 2,2 habitantes por kilómetro cuadrado.
Por su riqueza natural, espacios escénicos diversos, y poca presencia antrópica, la Patagonia se caracteriza por ofrecer una serie de espacios de naturaleza protegida, con ayuda de los gobiernos de la zona. He aquí los parques nacionales.
Cueva de las Manos, a orillas del río Pinturas, en Santa Cruz, Argentina, 7300 a. C..
Río Pinturas, en cercanías de la Cueva de las Manos.
Grupo de aonikenk, dibujo francés de 1832.
Réplica de la nao Victoria de Hernando de Magallanes en el Museo Nao Victoria de Punta Arenas.
Si bien se desconoce con exactitud cuando comenzó a poblarse la Patagonia, se suele aceptar la presencia humana en dichas tierras desde al menos 10 000 a.C.pueblos mapuchizados. Más al sur habitaban los puelches y varios pueblos de lengua chon, entre ellos los denominados "patagones", y otros cuya lengua no parece estrechamente relacionada con la de sus vecinos como los alacalufes, los chonos y yaganes.
Antes de la llegada de los europeos, la Patagonia se encontraba poco poblada. Para el siglo XIX, la región norte estaba habitada principalmente por mapuches, y otrosEn un comienzo, se denominaba como Patagonia a toda la zona austral del continente deshabitada por los europeos, es así que por su fachada atlántica desde 1522 y hasta el siglo XVIII, en los mapas, solía ser llamada Patagonia a toda la extensión inmediatamente al sur del estuario del Río de la Plata.
Durante esta época, existió la creencia de que en este territorio inhóspito existió una ciudad española de ubicación desconocida, conocida como la ciudad de los Césares. El interés por hallarla fue uno de los principales motivos de las exploraciones españolas en el área durante los siglos XVII y XVIII.
La falta de conocimiento del territorio y la inevitable imprecisión de la cartografía de la época, llevó a las marcaciones territoriales de las provincias virreinales a un plano tan difícil como difuso, amén que la Corona española no estaba interesada en realizar delimitaciones más precisas. Esta situación llevó a que los estados sucesores de España en la región disputaran su posesión una vez que sus habitantes indígenas fueran reducidos y se llegara a una división general por medio del Tratado de 1881 entre Argentina y Chile.
Durante su viaje alrededor del mundo a bordo del HMS Beagle junto al capitán Robert Fitz Roy, entre los años 1832 y 1834, Charles Darwin recorrió las costas, estepas y montes de la Patagonia, dando importantes aportes en materia de antropología, geología, zoología, y paleontología. Durante su recorrido por Puerto Deseado estudió al guanaco. En Puerto San Julián logró un análisis geológico de la Patagonia. Colectó fósiles de grandes animales extintos (entre estos los de un Toxodonte). Registró la actividad del cóndor y los distintos tipos de zorros de la Patagonia. Contribuyó en temas como el clima de las costas del estrecho de Magallanes, ascendió al monte Taru, recogió y analizó los hongos comestibles, los bosques nativos y las plantas marinas. Estas observaciones se recogieron en sus escritos que posteriormente derivarían en la teoría de la evolución.
La Patagonia es promocionada turísticamente por todas las agencias de turismo esparcidas por el mundo como uno de los sitios más recónditos y extremos. Por su lado, tanto la Argentina como Chile desarrollan numerosas actividades que explotan su belleza natural en un ámbito de turismo ecológico y sustentabilidad. La pesca con mosca en sus ríos y lagos, la navegación a vela, el montañismo, senderismo, rafting, esquí, la gastronomía, el turismo de grandes estancias, la selva andino patagónica etc. son las principales actividades turísticas de la Patagonia. Según un informe de 2009, la Patagonia argentina recibía un mayor flujo de turistas que la Patagonia chilena y la diferencia se había ido acrecentando desde 2003. No obstante, la Patagonia chilena ha sido reseñada como una importante región turística a visitar. En diciembre de 2014, la sección de viajes de The Telegraph destacó su exploración como una de las veinticinco cosas que se deben hacer antes de morir, mientras que en octubre de 2016 la editorial de guías de viajes Lonely Planet la destacó como una de las diez regiones que había que visitar en 2017.
Algunos de los principales sitios turísticos en la Patagonia argentina son:
Centro de ski Cerro Catedral.
Práctica de snowboard en Cerro Chapelco, en las cercanías de San Martín de los Andes.
Ria del Río Deseado, en su desembocadura al mar.
Istmo de Quetrihué visto desde el mirador de Bahía Mansa, Villa La Angostura.
Cerros Madre e Hija del Bosque Petrificado Jaramillo, en Santa Cruz.
El Tren del Fin del Mundo, en Ushuaia.
Algunos de los principales destinos turísticos en la Patagonia chilena son:
Fuerte Bulnes, Región de Magallanes.
Cerro Las Peinetas, Región de la Araucanía.
Puerto Bories, Región de Aysén.
Glaciar Serrano, Región de Magallanes.
Volcán Osorno desde Puerto Varas, Región de Los Lagos.
Puerto Williams, Región de Magallanes.
Dientes de Navarino, Región de Magallanes.
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