Los pechenegos o patzinakos (en húngaro: Besenyő, en búlgaro: печенеги, en ruso: Печенеги, en ucraniano: Печеніги) fueron un pueblo seminómada de las estepas de Asia central que hablaba una lengua túrquica y que invadió partes de Europa oriental y central llegando a los territorios hoy pertenecientes a Bulgaria, Hungría y Ucrania hacia el siglo IX.
Según una teoría, los pechenegos provienen de los wusun del Asia Central, que fueron registrados en las crónicas chinas de los primeros siglos de nuestra era. Verdad o no, los pechenegos surgen en los documentos históricos sólo a partir del siglo VIII o IX, en los que habitaban la región entre el bajo Volga, el Don y los Urales. A partir del siglo IX y X controlaron la mayoría de las estepas de la Eurasia suroccidental y la península de Crimea. Aunque fueron una fuerza importante en la región, como la mayoría de las tribus nómadas su concepto de Estado no pasó del éxito inmediato de los ataques contra pueblos vecinos y cortas alianzas como mercenarios para otras potencias.
Según lo escrito en 950 por Constantino Porfirogénito, Patzinakia, el reino pechenego, estaba situado al oeste, en el río Siret (o incluso en los Cárpatos orientales) y se encontraba a cuatro días de distancia de «Tourkias», es decir, Hungría.
En el siglo IX, los bizantinos se aliaron con los pechenegos para mantener a raya a otras tribus más peligrosas, como los varegos o los magiares. Esta había sido la política del viejo imperio (divide y vencerás), continuada por sus sucesores bizantinos al enemistar unas tribus con otras.
Los uzos, otro pueblo túrquico de las estepas, finalmente expulsaron a los pechenegos de su patria. En el proceso les robaron sus rebaños y otros bienes. Una alianza compuesta por los oghuz, los kimekos y los qarluqos estaba presionando, a su vez, a los pechenegos, pero fue otro grupo, los samánidas, quien derrotó a esa alianza. Llevados aún más al oeste por los jázaros y los cumanos en 889, los pechenegos tuvieron que expulsar a los magiares hacia el oeste del Dnieper en 892.
En 894, los búlgaros entraron en guerra con Bizancio. A principios de 895, el Emperador León VI el Sabio pidió ayuda a los magiares, quienes enviaron un ejército a Bulgaria bajo el mando de un adalid llamado Levente. Este realizó una brillante campaña y penetró en Bulgaria, mientras que los bizantinos entraron por el sur del país. El zar Simeón I de Bulgaria, apresado entre las fuerzas magiares y bizantinas, se dio cuenta de que no podía luchar en dos frentes y firmó un armisticio al momento con el Emperador bizantino.
Este zar, asimismo, utilizó a los pechenegos para defenderse de los magiares. Los pechenegos tuvieron tanto éxito que expulsaron a los magiares que quedaban en Etelköz y las estepas del Mar Negro, obligándoles a retirarse al bajo Danubio, a Transdanubia y a la llanura de Panonia, donde más tarde fundarían el Estado húngaro.
Desde el siglo IX los pechenegos comenzaron una nada fácil relación con el Rus de Kiev. Durante más de dos siglos hicieron razzias por las tierras de Rus, que en ocasiones llegaron a ser guerras a gran escala (como la de 920, llevada a cabo por Ígor de Kiev, que aparece en la Crónica de Néstor), aunque también hubo alguna que otra alianza militar (por ejemplo, en 943, en la que Igor hizo una campaña contra Bizancio). En 968, los pechenegos atacaron y sitiaron la ciudad de Kiev. Parte de su ejército se alió con el príncipe Sviatoslav I de Kiev en su campaña bizantina de 970-971, aunque finalmente los pechenegos se emboscaron y mataron al príncipe en 972 y, según la Crónica de Néstor, el jan pechenego Kurya hizo un cáliz con su cráneo, una costumbre de los nómadas esteparios. La historia de los enfrentamientos entre la Rus y los pechenegos cambió durante el reinado de Vladímir I de Kiev (990-995), pero fue seguido de una derrota de los nómadas tras el reinado de Yaroslav I el Sabio (1037). Poco después los pechenegos fueron reemplazados en los territorios que rodeaban Kiev por otro pueblo estepario, los cumanos o polovtsianos.
Tras siglos de luchas con todos sus vecinos (bizantinos, búlgaros, rusy de Kiev, jázaros y magiares), los pechenegos fueron aniquilados en la batalla de Levounion por un ejército combinado de bizantinos y cumanos que mandaba el emperador Alejo I Comneno en 1091. A esto le siguió un ataque cumano, con lo que fueron casi todos asesinados o absorbidos. Fueron derrotados de nuevo por los bizantinos en la batalla de Beroia en 1122. Durante un tiempo quedaron comunidades considerables en Hungría, pero finalmente los pechenegos dejaron de ser un pueblo con identidad propia, siendo asimilados por sus vecinos búlgaros, magiares y gagauzos.
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