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Rus de Kiev



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La Rus de Kiev (en antiguo eslavo oriental: Кꙑ́ѥвьска Ру́сь; romanización: Kýievska Rus) fue una federación de tribus eslavas orientales desde finales del siglo IX hasta mediados del siglo XIII, bajo el reinado de la dinastía Rúrika.[1][2]​ Alcanzó su mayor extensión a mediados del siglo XI, ya que se extendía desde el mar Báltico en el norte hasta el mar Negro en el sur, y desde las cabeceras del Vístula en el oeste hasta la península de Tamán en el este,[3][4]​ uniendo la mayoría de las tribus eslavas orientales.[1]​ La Rus de Kiev tiene sus orígenes en la fundación de la dinastía Rúrika en 862. Sin embargo, fue durante el reinado del príncipe Oleg (r. 879–912), quien en el año 882 extendió su control de Nóvgorod al valle del río Dniéper con el fin de proteger el comercio de las incursiones jázaras en el este y trasladó su capital a la más estratégica Kiev, que se estableció el país.[1][5]Sviatoslav I (?-972) consiguió la primera gran expansión del control territorial de la Rus de Kiev. Vladimiro el Grande (980–1015) introdujo la Cristiandad en 988 con su propio bautismo y, por decreto, a todos los habitantes de Kiev y más allá.[6]​ La Rus de Kiev alcanzó su mayor extensión bajo Yaroslav I (1019–1054); sus hijos prepararon y publicaron su primer código legal escrito, la Justicia de la Rus (Rúskaya Pravda), poco después de su muerte.[7]

El declive del Estado empezó a finales del siglo XI y durante el siglo XII, desintegrándose en varios poderes regionales rivales.[8]​ Se debilitó aún más por factores económicos, tales como el colapso de los lazos comerciales de la Rus con Bizancio debido a la decadencia de Constantinopla[9]​ y la subsiguiente disminución de las rutas comerciales en su territorio. El Estado cayó finalmente con la invasión mongola de 1240.

Los actuales pueblos de Bielorrusia, Ucrania y Rusia, además de otros grupos étnicos eslavos reivindican a la Rus de Kiev como el origen de su legado cultural.[10]

De acuerdo a la Crónica de Néstor, la crónica más antigua de la Rus de Kiev, un varego llamado Riúrik fue elegido líder por varias tribus eslavas y finesas y se estableció en la ciudad de Nóvgorod sobre el año 860 antes de trasladarse al sur y extender su autoridad a Kiev. La Crónica se refiere a él como patriarca de la Dinastía Rúrika.

Estos varegos se asentaron primero en las cercanías del lago Ládoga, trasladándose posteriormente a Nóvgorod y llegando finalmente a Kiev, acabando con el tributo que los habitantes de la ciudad pagaban a los jázaros. La Rus de Kiev fue fundada por el príncipe Oleg de Nóvgorod sobre el año 882.[11]​ Durante los siguientes 35 años, Oleg y sus caballeros dominaron las distintas tribus eslavas y finesas. En 907, Oleg dirigió un ataque contra Constantinopla, y en 911 firmó un tratado comercial con el Imperio bizantino en igualdad de condiciones. El nuevo Estado de Kiev prosperó por su control sobre la ruta desde el mar Báltico al mar Negro y a Oriente, además de por su abundancia en pieles, cera de abeja y miel para exportar (véase Ruta comercial de los varegos a los griegos).

Dada la tendencia favorable a Escandinavia en la Crónica de Néstor, algunos historiadores eslavos han discutido el papel de los varegos en el establecimiento de la Rus de Kiev. Durante el reinado de Sviatoslav entre 945 y 972, los gobernantes de Kiev adoptaron la religión y nombres eslavos, pero su druzhina siguió estando formada principalmente por escandinavos. Las conquistas militares de Sviatoslav fueron destacables, propinó sendos impactos mortales a sus dos vecinos más poderosos, el Kaganato jázaro y el Imperio búlgaro, que cayeron poco después de sus incursiones.

La región de Kiev dominó el estado completo durante los siguientes dos siglos. El gran príncipe (veliki knyaz) de Kiev controlaba las tierras circundantes a la ciudad, y sus familiares teóricamente subordinados a él gobernaban en otras ciudades y le pagaban tributo. El apogeo de su poder llegó durante el reinado del príncipe Vladímir (Vladímir el Grande, r. 980-1015) y el príncipe Yaroslav (el Sabio; r. 1019-1054). Ambos mandatarios continuaron la expansión del principado que había comenzado bajo Oleg.

Vladímir llegó al poder en Kiev tras la muerte de su padre Sviatoslav I en 972, al derrotar a su hermanastro Yaropolk I en 980. Como príncipe de Kiev, el mayor logro de Vladímir fue la cristianización de Rus de Kiev, proceso que emprendió en 988.[12]​ Los anales indican que cuando Vladímir decidió aceptar la nueva fe en lugar del paganismo idólatra eslavo, mandó a algunos de sus consejeros y guerreros más cercanos a distintos países de Europa. Tras visitar los católicos, judíos y musulmanes, acabaron en Constantinopla. Allí quedaron tan asombrados por la grandeza de la catedral de Santa Sofía y los servicios litúrgicos que en ese momento decidieron la fe oficial que adoptaría el Estado kievita. Tras el regreso, convencieron a Vladímir que la fe de los griegos era la mejor opción; Vladímir emprendió un viaje a Constantinopla, donde casaría con la princesa Ana, hermana del emperador bizantino Basilio II.

La opción por el culto oriental también reflejó posiblemente los vínculos estrechos con el Imperio, que dominaba el mar Negro y por ende la ruta comercial más importante para Kiev: el río Dniéper. La adhesión a la Iglesia ortodoxa oriental tuvo importantes consecuencias políticas, culturales y religiosas a largo plazo. La Iglesia tenía una liturgia escrita en cirílico y una colección de escrituras traducidas del griego para los pueblos eslavos. La existencia de esta literatura facilitó la conversión al cristianismo de los eslavos orientales y los inició en una rudimentaria filosofía griega, a la ciencia y la historiografía sin la necesidad de aprender griego antiguo, a diferencia de la población culta de la Europa Occidental y Central, que continuaba manejando el latín. La independencia de la autoridad romana y la falta de obligación de aprender latín o griego, hicieron que los eslavos orientales desarrollaran su propia literatura y bellas artes, sustancialmente distintas de las encontradas en otros países ortodoxos.

Yaroslav, conocido como El Sabio, pugnó igualmente con sus hermanos por el poder. Aunque logró imponerse en Kiev en el año 1019, no fue reconocido como líder en toda Rus de Kiev hasta el 1036. Como Vladímir, Yaroslav I el Sabio se preocupó por entablar relaciones amistosas con el resto de Europa. Yaroslav casó a tres de sus hijas con príncipes extranjeros, exiliados, que vivieron en su palacio: Isabel (Elizaveta) con Harald III de Noruega (que obtuvo su mano por sus hazañas militares en el Imperio bizantino); Anastasia (Agmunda) con el futuro Andrés I de Hungría, y su hija menor, Ana de Kiev, se casó con Enrique I de Francia, que rigió en este país durante la minoría de edad de su hijo. Otra hija puede haber sido Ágata que se casó con Eduardo el Exiliado, heredero del trono de Inglaterra, y que fue madre de Edgar Atheling y Santa Margarita. Su hija mayor Dobroniega o Dobroñeva (o según otros fuentes su hermana) contrajo matrimonio con Casimiro I el Restaurador, rey de Polonia. La nieta de Yaroslav, Eupraxia (Adelaida), hija de su hijo Vsévolod I, se casó con Enrique IV del Sacro Imperio Romano Germánico. Mandó construir el primer gran edificio del principado, la Iglesia Desyatinna (o de la Dormición de la Virgen) de Kiev, así como la Catedral de Santa Sofía de Kiev y la Catedral de Santa Sofía de Nóvgorod. Patrocinó el clero autóctono y el monaquismo, además de atribuírsele la fundación de un sistema educativo. Los hijos de Yaroslav levantaron el gran Monasterio de las Cuevas de Kiev, que funcionó como academia eclesiástica.

La Rus de Kiev no fue capaz de mantener su estatus de potencia próspera y dominante, en parte por el aglutinamiento de dominios muy dispares regidos por un clan. A medida que los miembros de este clan fueron creciendo en número, se identificaron con intereses regionales más que con un patrimonio común más grande. Así, los príncipes se enfrentaron entre sí, formando eventualmente alianzas con grupos externos como los polacos o magiares. Durante el período 1054-1224, no menos de 64 principados tuvieron una existencia efímera, 293 príncipes reivindicaron derechos sucesorios y sus disputas provocaron 83 guerras civiles. En 1097, tuvo lugar el Consejo de Liubech, el primer consejo federal conocido de la Rus de Kiev, celebrado en medio de las constantes rivalidades regionales entre los príncipes.

Las cruzadas condujeron a un cambio en las rutas comerciales europeas que aceleró el declive de Kiev. En 1204, las fuerzas de la Cuarta Cruzada saquearon Constantinopla, consiguiendo así la decadencia de la ruta comercial del Dniéper. Con el declive, la Rus de Kiev se escindió en varios principados y algunos grandes centros regionales: Nóvgorod, Vladímir-Súzdal, Rutenia, Pólatsk, Smolensk, Cherníhiv y Pereyáslavl. Los habitantes de estos centros evolucionarían en tres nacionalidades: ucranianos en el sureste y suroeste, bielorrusos en el noroeste y rusos en el norte y noreste.

Al norte, la República de Nóvgorod prosperaba como parte del principado dada su situación privilegiada para controlar las rutas comerciales del Volga al mar Báltico. Cuando decayó Kiev, Nóvgorod comenzó a independizarse. Una oligarquía local gobernaría el territorio, de modo que una asamblea local (Veche) tomaba las decisiones gubernamentales, así como elegía a un príncipe como líder militar de la ciudad. Nóvgorod se parecía, tanto en su estructura política como sus actividades comerciales, a una ciudad de la Liga Hanseática, la alianza próspera que dominó el comercio de la región báltica entre los siglos XIII y XVII.

Al noreste, los eslavos colonizaron el territorio que llegaría a llamarse Moscovia, aliándose y mezclándose con los pueblos ugro-fineses que ocupaban la zona. La ciudad de Rostov fue uno de los centros más antiguos del noreste, aunque suplantado posteriormente por Súzdal en primer lugar, y después por la ciudad de Vladímir, que llegó a ser la capital del Principado de Vladímir-Súzdal. Las crónicas registraron un gran tráfico migratorio desde la región de Kiev hacia el norte, para escapar de las continuas incursiones de nómadas túrquicos. A medida que las tierras del sur fueron despoblándose y más boyardos, nobles y artesanos iban llegando a la corte de Vladímir, el principado fue destacándose como potencia dentro de los dominios de Kiev.

En 1169, el príncipe Andréi Bogoliubski de Vladímir-Súzdal asestó un duro golpe al poder decadente de la Rus de Kiev cuando sus ejércitos saquearon la capital. El príncipe Andréi instaló entonces en el poder a su hermano menor, que gobernó brevemente en Kiev mientras Andréi continuaba dominando sus tierras en Súzdal. Así, el centro del poder político comenzó a alejarse de Kiev en la segunda mitad del siglo XII. En 1299, a resultas de la invasión mongola, el obispo metropolitano se desplazó de Kiev a Vladímir completando su sustitución como centro religioso para las regiones septentrionales.

Al suroeste, el Principado de Galicia-Volynia entabló relaciones comerciales con sus vecinos polacos, húngaros y lituanos, emergiendo como el sucesor en la zona de la Rus de Kiev. A principios del siglo XIII, el príncipe Román Mstislávich unió los dos principados previamente separados, conquistó Kiev y asumió el título de Gran príncipe de la Rus de Kiev. Su hijo, el príncipe Daniel de Galitzia, fue el primer gobernante de Kiev en aceptar una corona del Papa romano, rompiendo así aparentemente con Constantinopla, formándose el reino de Rutenia. A comienzos del siglo XIV, el patriarca de la Iglesia ortodoxa oriental en Constantinopla garantizó a los gobernantes de Galicia-Volynia un metropolitano para compensar el desplazamiento del metropolitano de Kiev a Vladímir. Poco después, los líderes lituanos también pidieron y recibieron un metropolitano para Navahrúdak.

Sin embargo, la larga lucha contra los mongoles unida a la oposición interna al príncipe, además de la intervención extranjera, debilitaron a Galitzia. Con el fin de la rama Mstislávich (descendientes de Mstislav I de Kiev) de la dinastía de Rúrik a mediados del siglo XIV, Galitzia-Volhynia dejó de existir; Polonia conquistó Galitzia, Lituania tomó Volinia, incluyendo Kiev, conquistada por Gediminas en la batalla del río Irpín, en 1321. Los líderes lituanos asumieron así el título de monarcas de Rutenia.


En su Segunda Edad de Oro el arte bizantino se extendió a Armenia. En 1017 empieza a construirse la Catedral de Santa Sofía de Kiev. Siguiendo fielmente los influjos de la arquitectura de Constantinopla, se estructuró en forma basilical de cinco naves terminadas en ábsides. En Nóvgorod se levantan las iglesias de San Jorge y de Santa Sofía, ambas de planta central.

El arte de la antigua Rus de Kiev fue, en cierto sentido, la continuación del arte bizantino.

La Catedral de la Asunción de la ciudad de Vladímir, solía ser una de las principales iglesias de la Moscovia medieval en los siglos XIII y XIV. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad.

La catedral fue encomendada por Andréi Bogoliubski y dedicada a la virgen María a quien se promovió como la santa patrona de Vladímir. Edificada entre los años 1158 y 1160, fue ampliada en el lapso de 1185-1189 para reflejar el prestigio de la ciudad. Con un área de superficie de 1178 m², fue la mayor iglesia rusa en los siguientes 300 o 400 años.

Andréi Bogoliubski, Vsévolod III de Vladímir y otros gobernantes del Principado de Vladímir-Súzdal, fueron sepultados en la cripta de esta iglesia. A diferencia de otros tantos santuarios, la catedral sobrevivió a la gran devastación e incendio de Vladímir en 1239, cuando las hordas mongolas de Batú Kan hicieron presencia.

Los muros exteriores de la iglesia están cubiertos con grabados muy elaborados. El interior fue pintado en el siglo XII y repintado por Andréi Rubliov y Daniil Chorny en 1408. La catedral de la Asunción sirvió de modelo para Aristóteles Fioravanti, cuando diseñó la Catedral de la Asunción en el Kremlin de Moscú (1475-1479).

La Catedral de Santa Sofía de Nóvgorod (La sagrada sabiduría de Dios) fue construida de 1045 a 1052 y es la catedral más antigua de toda Rusia. La catedral de cinco domos de piedra fue construida por Vladímir de Nóvgorod en honor a su padre, Yaroslav El Sabio, como un signo de gratitud de los novgorodenses por su ayuda en el conflicto de Yaroslav en la Rus de Kiev. Esta reemplazó a una iglesia más vieja y de madera de 13 domos construida en 989. Las cúpulas obtuvieron su forma de casco en la década de 1150, cuando la catedral fue restaurada de un incendio. El interior fue pintado en los siglos XI y XII, pero los frescos son difíciles de ver a consecuencia de los frecuentes incendios. En los años 1850, partes del interior fueron repintadas. Del s. XII al s. XV, la catedral fue el centro espiritual y ceremonial de la República de Nóvgorod.

Durante la ocupación nazi de Nóvgorod, el Kremlin de Nóvgorod fue dañado gravemente a causa de las batallas y el abuso nazi. Aun así, la catedral ha sobrevivido. La gran cruz en el domo principal fue retirada por el ejército español. Durante 60 años estuvo confinada en el Museo de la Academia militar de ingeniería de Madrid, hasta que el 16 de noviembre de 2004 fue devuelta por el Ministro de Defensa español, José Bono, a la Iglesia ortodoxa rusa.



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