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Programa Nacional de Educación Sexual Integral



¿Dónde nació Programa Nacional de Educación Sexual Integral?

Programa Nacional de Educación Sexual Integral nació en Argentina.


El Programa Nacional de Educación Sexual Integral fue creado por la ley N° 26.150 del año 2006[1]​, en el ámbito del Ministerio de Educación de Argentina con el objetivo de generar las acciones necesarias para garantizar el derecho de estudiantes a recibir educación sexual integral en todos los establecimientos educativos del país, de gestión estatal y privada, en todos los niveles y modalidades[1]​. Así mismo, el programa brinda recursos para trabajar tanto en los diferentes niveles educativos como en la formación docente, educación especial, familias y jóvenes adultos, entre otros.

El enfoque integral de la educación sexual implica la transversalidad de sus cinco ejes en todos los contenidos y áreas curriculares. Estos ejes se encuentran interrelacionados y son: ejercer nuestros derechos, cuidar el cuerpo y la salud, reconocer la perspectiva de género, respetar la diversidad y valorar la afectividad.

Se entiende por Educación Sexual Integral aquella que articula aspectos biológicos, psicológicos, sociales, culturales, afectivos, éticos y jurídicos.[1]

A fin de alcanzar dicha integralidad el Programa Nacional de ESI creó una herramienta para poder evaluar en qué medida cada propuesta se realiza desde esta perspectiva: los ejes de la ESI[2]​. Estos son:

Los 5 ejes de la ESI se vinculan a partir de la reflexión, la apertura y la construcción colectiva de los distintos conceptos que abordan.[6]


Implica que los espacios educativos generen instancias sistemáticas de enseñanza y aprendizaje que aseguren contenidos adecuados a las edades de niños, niñas y adolescentes en las distintas áreas curriculares. En la educación sexual, desde una perspectiva integral, el plano de lo afectivo se vuelve fundamental en las prácticas concretas de la formación.[7]

Las principales críticas y observaciones sobre la implementación del programa surgen en torno al desfinanciamiento, dificultades en la difusión, falta de trabajo integral con la comunidad educativa y de distribución de materiales como política estatal.[8][9][10]

El programa surge a partir de la sanción de la Ley 26.150 de Educación Sexual Integral (ESI) en el año 2006 que establece la responsabilidad del Estado de garantizar el derecho de los niños, niñas y adolescentes a recibir educación sexual integral (ESI) en todos los establecimientos educativos públicos de gestión estatal y privada, desde los niveles de educación inicial hasta la formación docente.[11][12]​ Los objetivos de la Ley para el Programa Nacional son:[13]

Durante los años siguientes se elaboró el documento “Lineamientos Curriculares para la Educación Sexual Integral”, que fue aprobado en mayo de 2008 por el Consejo Federal de Educación.[14]​ El Programa de Educación Sexual Integral realiza recursos y herramientas con información científicamente validada.[15]​ Para cumplir con la reglamentación, ese mismo año, se diseñó un curso virtual que estuvo dirigido a docentes de escuelas secundarias y en los años que siguieron se sumaron los demás niveles educativos. El curso tenía cuatro módulos: 1- Introducción a la sexualidad y educación sexual integral; 2- Infancias, adolescencias y derechos; 3- Salud, sexualidad y prevención; 4- Educación sexual integral en la escuela.[16]

En el año 2015 se sancionó la Ley 27.234, de «Jornadas Educar en Igualdad»[17]​ para erradicar la violencia contra las mujeres. El Programa Nacional implementó acciones para dar cumplimiento a dicha normativa elaborando y distribuyendo las cartillas para las «Jornada Nacional Educar en Igualdad. Prevención y erradicación de la violencia de género. Orientaciones para las instituciones educativas».[18][19][20]

A partir del año 2017 el Programa forma parte del Plan Nacional de Disminución del Embarazo no intencional en la Adolescencia, junto con los Ministerios de Salud y Desarrollo Social. En ese marco, se realizan capacitaciones en la temática específica a docentes de escuelas secundarias. Considerando los índices de embarazos en adolescentes entre los 15 y 19 años, teniendo como objetivo ampliar el radio de cobertura nacional para el 2019.[21]

En el año 2018, el Consejo Federal de Educación establece mediante la Resolución 340/18 los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios (NAP) de la ESI para cada nivel educativo, ante la necesidad de garantizar la integralidad del enfoque en todas las jurisdicciones y el efectivo abordaje de los cinco ejes conceptuales[22]​.

Desde la sanción de la Ley 26150 numerosas leyes conexas fueron sancionadas, ampliando derechos en este campo y colocando a la ESI ante el desafío de revisarse y ampliar sus marcos de referencia. Entre ellas destacan:

Las escuelas como espacios de enseñanza y aprendizaje[25]​, desprenden distintas áreas curriculares en base a las edades de los niños y niñas, una de ellas es la educación sexual integral, que demanda un trabajo para promover aprendizajes desde un punto de vista cognitivo y también afectivo, y en las prácticas concretas vinculadas con el vivir en sociedad.

Algunos de los fenómenos a tratar por la ESI son los EMPA (embarazos, maternidades y paternidades en la adolescencia) constituyen una problemática que debe atender la política pública y los sistemas educativos en conjunto. Se profundizan en los sectores sociales más vulnerables.[26]​ Una de las políticas públicas que toma uno de los ejes de la ESI con respecto a los derechos de género es La Ley Nacional 25.584 que sanciona la discriminación de alumnas embarazadas y alumnas madres.[27]

Dicho programa, se enfocó en el desarrollo de estrategias específicas para ser implementadas en cada Nivel educativo, y facilitar su implementación, de acuerdo con los principios de la Ley y los contenidos aprobados. Se elaboraron materiales de sensibilización para hacer conocer la Ley y se distribuyeron los lineamientos curriculares en todas las jurisdicciones.[28]​ Se produjeron y se distribuyeron cuadernos con contenidos y propuestas para los niveles inicial, primario y secundario. Se elaboraron láminas didácticas para el aula, como complementos de los textos, así como también materiales específicos para las diferentes modalidades.[29]

Se diseñaron capacitaciones docentes, presenciales y virtuales con el fin de multiplicar saberes y brindar herramientas a los docentes.

Producciones que se han enviado a las escuelas, en formato papel y también están disponibles online para todas y todos los docentes del país. Dicho material tiene el objetivo de facilitar y dar herramientas al trabajo pedagógico.[30]​Los materiales:

En 2017 la Presidencia de la Nación puso en marcha el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA), iniciativa que articula los esfuerzos de los Ministerios de Salud y Desarrollo Social y de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología con el objetivo de prevenir los embarazos no intencionales que afectan principalmente a niñas y adolescentes de sectores en situación de mayor vulnerabilidad familiar y social. Estos embarazos impiden a muchas de ellas continuar sus estudios e incorporarse al mercado laboral, y afectan sus oportunidades de desarrollo personal en otras dimensiones de sus proyectos de vida.

Basándose en evidencia nacional y en el análisis de las experiencias de países que han encarado con éxito la tarea de reducir el embarazo no intencional en mujeres menores de 19 años, se priorizaron cuatro objetivos estratégicos, uno de los cuales es “potenciar las decisiones informadas de las/los adolescentes para el ejercicio de sus derechos sexuales y reproductivos”. En este marco, la expansión y el fortalecimiento de la Educación Sexual Integral (ESI) es una herramienta fundamental para el Plan ENIA.[35]

La sexualidad “es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de toda su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual” (OMS, 2006).[36]​ La sexualidad en personas con discapacidad es un tema lleno de prejuicios, muchas veces con poca información y que frecuentemente se trata en el seno de la casa. [37][38][39]

Acorde con el Programa Nacional de Educación Sexual Integral que rige en Argentina, "Todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral en los establecimientos educativos públicos, de gestión estatal y privada de las jurisdicciones nacional, provincial, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y municipal."[40]

[41]

Las personas con discapacidad, como ciudadanos, tienen derecho al acceso a información sobre educación sexual. Es importante hablar acerca de las responsabilidades y consecuencias de una vida sexual activa con todas las personas sin ningún tipo de discriminación. Por lo tanto, es fundamental recibir información sobre menstruación, embarazo, masturbación, métodos anticonceptivos, y las infecciones transmitidas sexualmente y los sentimientos o emociones relacionadas con las relaciones sexuales entre otros temas. La información nos ayuda a tomar mejores decisiones, sin que la persona pueda sentirse presionada para hacer algo antes de estar preparada para ello. La comunicación abierta y la información que brinden los padres aumentan las probabilidades de que los adolescentes usen los métodos apropiados de control de la natalidad una vez que comiencen su vida sexual activa.[37]

Finalmente, profesionales de la salud, docentes y toda la comunidad deben conocer los derechos de las personas con discapacidad y respetar su derecho a la intimidad.[42]


Existen distintas formas de acercarse al trabajo de la ESI dentro de la institución y que involucran a los diferentes actores de la comunidad educativa.[43][44]

Plantea la necesidad de que todos los docentes revisen su historia escolar a fin de identificar miedos, vergüenzas y prejuicios que los interpelen a la hora de abordar la ESI. Desde un punto de vista pedagógico-didáctico, Epstein y Johnson (2000)[45]​ proponen reflexionar en torno a los procesos de autonarración, es decir, a las maneras en que uno se cuenta a sí mismo y a los demás, las versiones identitarias propias. La relevancia yace en la posibilidad de analizar y comprender cómo se producen las identidades individuales y colectivas, las dinámicas de control y resistencia que existen en los distintos ámbitos de encuentro con un otro, donde se despliegan condiciones y estructuras que habilitan a la vez que limitan las formas de significación de la sexualidad y su expresión. El objetivo es desplazar los modelos heteronormativos desde el cual nos constituimos como sujetos para crear nuevos que sean flexibles, inclusivos y respetuosos y, de esta manera, propiciar nuevos comportamientos y prácticas discursivas (o la construcción de identidades porosas, como sugiere Lobato).[46]

Poner en palabras las dificultades para el abordaje integral de la sexualidad es esencial a la hora de transmitir contenidos validados científicamente sin vulnerar los derechos de los niños.

Dimensiones fundamentales para pensar estrategias de implementación que involucren el desarrollo curricular, la organización de la vida institucional y los episodios que irrumpen en la vida escolar.[47]

El desarrollo curricular propone un enfoque transversal en todos los niveles educativos, teniendo en cuenta diferentes disciplinas y talleres.

En cuanto a la organización de la vida institucional se hace referencia a las tareas, rituales y actividades que se llevan a cabo en la escuela que impliquen formas de relacionarnos y comunicarnos, y que transmitan visiones e ideas de la sexualidad.

Finalmente, los episodios que irrumpen en la vida escolar tienen que ver con situaciones que modifican la cotidianeidad y que por consiguiente demandan atención. [48]

Necesidad fundamental de crear consensos, vínculos y estrategias entre la escuela, las familias y la comunidad para un abordaje integral. Para esto es necesario generar espacios de participación donde sea posible el diálogo, para pensar, acompañar e intervenir en conjunto entre la familia y la escuela, siendo los adolescentes los protagonistas[49]​. [50][51][52][53]

La Psicóloga Emilse Quiroga en su artículo "ESI: Una obligación que empieza en las familias" menciona que son los padres los que tienen la primera responsabilidad en la tarea de formación.[54]​ Deben asumir un papel que durante años no era abordado por ellos y reconocen que es en el núcleo íntimo de sus hogares donde los niños aprenden a  respetar, disfrutar, expresar sus experiencias de vida y por sobre todo a amar. Por otro lado, la escuela tiene la tarea no sólo de educar brindando información, sino que además ayuda a socializar y potenciar capacidades, es garante de derechos y oportunidades. En este sentido, el docente asume su responsabilidad bajo una mirada neutral.

Faur,[55]​ sostiene que es al Estado a quien le corresponde la responsabilidad de igualar las oportunidades de acceso a información de calidad y a recursos efectivos a los niños, niñas y adolescentes de todo el país, para así promover la salud de toda la población argentina. De esta manera, es un derecho que tienen los chicos del país, una responsabilidad de los adultos y una obligación del Estado. Para ello, se requiere impulsar una educación en sexualidad que pueda ser abierta, respetuosa de las ideas y opciones de los alumnos y alumnas, y que promueva tanto el conocimiento intelectual y la transmisión de información científica y confiable para el ejercicio de una sexualidad sana, segura, responsable y sin riesgos.

Así mismo, es importante que en estos espacios de debate, haya una formación previa, de manera que podamos ser capaces de explicar que la ley prevé la necesidad de vincular más estrechamente la escuela y la familia, porque ellas deben estar incluidas. [56][57]

Los programas de los EMPA (Los embarazos, maternidades y paternidades en la adolescencia) permiten visualizar problemáticas.

Dado que en el contexto de aislamiento obligatorio, han aumentado los casos de abuso, de maltrato infantil y de violencia de género, los contenidos de la ESI resultan  prioritarios en cuarentena.[58]​ Por ello, para acercar recursos se han realizado las siguientes acciones:



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