El Puigvalenciano, El Puig de Santa Maria, también conocido simplemente como Puig ) es un municipio de la Comunidad Valenciana, España. Perteneciente a la provincia de Valencia, en la comarca de la Huerta Norte. El gentilicio es puchenco, aunque de forma vulgar es corriente utilizar el término erróneo puchero.[cita requerida]
(oficialmente y enSituado en la parte más septentrional de la comarca. Su relieve presenta cuatro partes diferenciadas: la primera de ellas es la más occidental y corresponde a algunas estribaciones montañosas de la Sierra Calderona, siendo sus alturas más importantes las de Bords y Serra Larga, en las cuales predominan las calizas del Buntsandstein.
En medio de la llanura se levantan algunos cerros de la misma naturaleza caliza que los de Bords y Serra Llarga. Uno de ellos, el de la Cantera, ha desaparecido completamente al haber sido desmantelado para construir el espigón del puerto del Grao.
El pueblo está dominado por dos colinas, La Montaña la Patà, la Montaña de Santa Bárbara y el monasterio. La Montaña la Patà es la más grande y el nombre de "la patà" viene por la leyenda según cuentan, el caballo del rey Jaime I el conquistador, dio una coz en el suelo de la colina, e hizo brotar agua. En la parte superior de la montaña, se encuentran los restos del castillo. En la montaña de Santa Bárbara, podemos encontrar la ermita de Santa Bárbara (propiedad Municipal desde 1994).
Originariamente existía otra colina conocida como Montaña La Pedrera. No obstante, fue desapareciendo poco a poco en el transcurso del siglo XX, en rellenos y sobre todo en la construcción de uno de los espigones del actual puerto de Valencia. Ahora en su lugar hay la autopista V-21 y el Polideportivo Municipal la Pedrera (desde 1992).
El clima es típicamente clima mediterráneo. Destaca el barranco de la Calderona, que se pierde en la llanura pleistocénica sin llegar al mar, y las fuentes Blanca y Tancá.
El término municipal de El Puig limita con las siguientes localidades: Albalat de Taronchers, Náquera, Puebla de Farnáls, Puzol, Rafelbuñol y Sagunto, todas ellas de la provincia de Valencia.
En el término municipal de El Puig se encuentra también el núcleo de población de Playa del Puig, compuesto por nueve urbanizaciones, de sur a norte, Cibeles, Panorámico, Yalta, Medicalia, Puig-Val, Play-Puig, Mar Plata, Plans-Mar y Santa María. Son urbanizaciones de segunda residencia, siendo la época estival en la que mayor número de personas se congrega. Existe un paseo marítimo de aproximadamente 1 km de longitud.
Se accede a esta localidad desde Valencia, vía carretera, tomando la V-21 o bien la CV-300 (antigua carretera N-340), y el A-7 bypass desde Alicante o Barcelona, vía ferrocarril, mediante la línea C-6 de Cercanías de Valencia con trenes cada 30 minutos y el autobús (L112 servicio de metrobús) con salida desde la Estación de Autobuses de Valencia a El Puig (monasterio) vía Playa del Puig.
Fortaleza musulmana denominada por los cristianos Puig de Cebolla por deformación del árabe "Jubal·la" (colina). Fue conquistada por el Cid Campeador antes de la conquista de Valencia, aunque con posterioridad volvió a manos musulmanas.
Los primeros indicios históricos se remontan a la sociedad ibérica, de la época de los romanos se conserva una pilastra funeraria en el Monasterio de Santa María del Puig. Del paso de los árabes hay constancia por los diversos hallazgos alrededor de la montaña del Castillo o de “La Patà”. No obstante no será hasta el siglo XI cuando Jubayla, topónimo del lugar, adquiera una importancia estratégica. El Cid lo conquistó a finales del siglo XI. El Puig se identifica con la localidad de Cebolla citada en el Cantar de mío Cid, de hecho, la localidad forma parte del Camino del Cid.
Posteriormente El Puig pasó nuevamente a dominio islámico hasta que en 1237 fue conquistado por Jaime I. El enfrentamiento en la conocida Batalla de Enesa entre cristianos y musulmanes, abrirá las puertas a la conquista de la ciudad de Valencia en 1238.
A finales de agosto de 1237 el fraile mercedario Pedro Nolasco descubrió la imagen de la Virgen debajo de una campana, según cuenta la leyenda. En esa misma colina, se edificó la iglesia de Santa María y, a partir del siglo XVI, el monasterio. En 1240 el rey dio tierras a Arnau de Cardona, entre otros, para que construyera el monasterio a Santa María como memoria de la batalla que permitió el asedio de la ciudad de Valencia.
En 1343 el castillo del Puig pertenecía, de por vida, al conde de Terranova. El 30 de marzo de 1340, Pedro IV el Ceremonioso otorgó el castillo y el lugar a Pedro de Jérica y posteriormente se lo cambió por otras posesiones. En 1353 este rey lo concedió a Nicolau Janvila. Posteriormente el rey lo vende, en 1385, a Pedro de Centelles. En 1608 se produce la segregación del término del Puig del de Puebla de Farnals. Los últimos señores territoriales son el marqués de Bélgida y el Ayuntamiento de Valencia por mitades.
En el siglo XX y durante el bienio conservador de la Segunda República, los anarquistas provocan el descarrilamiento del tren rápido Barcelona - Sevilla que se despeña por el Barranco de Puzol entre las estaciones de El Puig y Puzol, con un total de 20 muertos.
En esta localidad se presentaron las Normas del Puig (también conocidas como Normas de la Real Academiaortográficas elaboradas en 1979 por la sección de Lengua y Literatura de la Real Academia de Cultura Valenciana para el valenciano, entendiendo éste como una lengua independiente del catalán por los defensores de dicha normativa. Fueron presentadas en un acto celebrado el 7 de marzo de 1981 en el municipio valenciano de El Puig.
), normasSu economía tradicionalmente agraria, está en progresivo estado de transformación hacia un esquema industrial cuya base fundamental la constituye la metalurgia, y terciario.
Dentro de la superficie labrada, el secano lo ocupan la vid y algarrobos y el regadío lo ocupan los frutales como naranjos, maíz y hortalizas, etc., aunque principal impulso económico del municipio ha sido el cultivo y la exportación de la naranja. Las mayores proporciones corresponden a las hortalizas. La ganadería está representada por casi medio centenar de cabezas de vacuno y otras tantas de porcino, además de algunas granjas avícolas. Por otra parte, la actividad pesquera ha desaparecido pero en sus playas se han instalado ahora complejos residenciales de verano.
El sector industrial cuenta con varios talleres de relaminación de hierros, fábricas de conservas vegetales, envases de madera, una de cervezas y de agua ionizada, y otras instalaciones como las de artes gráficas, así como actividades relacionadas con el sector hostelero y salones de celebraciones.
El urbanismo en el municipio se desarrolla en dos zonas perfectamente delimitadas, la primera en el casco urbano y en segundo lugar, en los sectores cercanos a las playas.
Cuenta la historia que a finales de agosto de 1237 San Pedro Nolasco, fundador de la orden de la Merced, descubrió en la cima de la colina, bajo una campana, la imagen de Santa María (la Mare de Déu). En 1238 se erige, por orden de Jaime I, la iglesia de Santa María en conmemoración de la batalla que permitió el asedio de Valencia y en el año 1300, el almirante Roger de Lauria inicia la construcción del majestuoso Monasterio.
Declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional (Bien de Interés Cultural) en 1969, se trata de un edificio religioso renacentista con cuatro torres como elementos defensivos. El uso del monasterio ha variado a lo largo del tiempo, ha sido templo, prisión y escuela. Actualmente, una parte del edificio sigue siendo la residencia de la orden de los mercedarios y el resto de las dependencias son la sede de actos culturales y sociales organizados por la Generalitat Valenciana.
Paseando por sus claustros admiramos las vidrieras de escudos heráldicos valencianos de las puertas del patio, conocemos la historia valenciana por las numerosas obras de Jerónimo Jacinto Espinosa o de José Vergara entre otros y nos deleitamos con su arquitectura, pasando del estilo de transición de la portada del templo y la estructura gótica de la iglesia a la sobriedad del renacentismo castrense de su patio.
Entre sus muros se puede visitar el salón Real y sus habitaciones, de uso exclusivo de los monarcas españoles en sus visitas a Valencia, el Salón Gótico de Jaime I, donde podemos admirar la reproducción de la espada del rey y una sección de facsímiles con reproducciones de Las Crónicas del Rey Jaime I, el Llibre dels Furs… y el Salón de la Cerámica con numerosas piezas de cerámica romanas, íberas…
El castillo fue construido en el siglo XI por los árabes. En 1093 fue tomado, reconstruido, fortificado, y rodeado de una villa amurallada por El Cid.
Nuevamente en manos musulmanas, el castillo daba protección al acceso por el norte a la ciudad de Valencia, y fue la más importante de las fortalezas que defendieron las puertas de esta ciudad, capital musulmana.
En 1237 la población fue conquistada por las tropas de Jaime I de Aragón. En la retirada musulmana, fue destruido por Zayyan para que Jaime I no pudiera utilizarlo para conquistar Valencia, y ese mismo siglo fue reconstruido por Jaime I.
En 1240 el rey cedió parte de los territorios a Arnau de Cardona. En 1349 Pedro el Ceremonioso donó el castillo y la población a Pedro de Jérica, y en el transcurso de la Guerra de los dos Pedros, las tropas castellanas lo ocuparon temporalmente en 1364, y fue recuperado por el Capitán General de Valencia, Pedro Boïl. Finalmente, en 1365 Pedro IV de Aragón mandó destruirlo.
En el año 2002 fue declarado Bien de Interés Cultural y actualmente está siendo objeto de una serie de catas arqueológicas con la finalidad de iniciar un proceso de recuperación.
Los orígenes de la Cartuja de Ara Christi se remontan al siglo XVI, cuando Cristóbal Roig se trasladó a una granja cerca de El Puig y conoció a Pedro Muñoz, un cartujo ermitaño, y decidió financiar la construcción de una cartuja.
Fue construida en 1585 por el arquitecto cartujo Fray Antonio Ortiz, e instaló una comunidad de monjes de la cartuja de Porta Coeli, Serra (Valencia). Fue construida con diversas estructuras defensivas, y varias torres que ayudaron a la protección contra ataques. La cartuja se compone de una iglesia, un gran claustro y dos pequeños, una sala capitular, un refectorio, el arco principal de la entrada, jardines y un huerto. El momento más traumático en su historia fue en 1808, durante la batalla de Valencia a principios de la Guerra Peninsular. La cartuja fue saqueada por las tropas napoleónicas y muchas pinturas y adornos fueron robados.
En 1835 la cartuja fue abandonada por los monjes cartujanos porque la comunidad fue disuelta y pasó a manos privadas. La cartuja fue dejada en abandono por un largo período de tiempo. Hoy en día, la cartuja está casi totalmente restaurada volviendo a su grandeza original. Sin embargo, con el tiempo muchas de las fortificaciones han desaparecido.
En 1996 fue declarada por el Gobierno Valenciano Bien de Interés Cultural, con categoría de monumento. En la actualidad alberga un gran complejo deportivo y hostelero.
La ermita de Santa Bárbara está situada encima de la Montaña de Santa Bárbara en el centro del pueblo.
La ermita es un edificio cuadrado de aproximadamente 25 m², con una puerta hacia el oeste. La ermita formó parte del final de un calvario desaparecido en la actualidad, construido a mediados del siglo XIX.
Fue construida en el siglo XVIII para honrar a la patrona de los labradores.
En este lugar, cada mes de mayo, se bendecían los campos para protegerlos de las tempestades, los rayos y el fuego.
Desde la ermita se puede disfrutar de unas excelentes vistas panorámicas de la zona litoral del Puig y sus alrededores.
Las torres de vigía comenzaron a construirse en la época de Felipe II, en el siglo XVI, a lo largo de toda la costa valenciana.
Su función fue la de atalayas desde las que se advertía a los pueblos o a las fortificaciones próximas a la costa de las incursiones de barcos piratas o de posibles invasiones.
La torre Guaita tenía originalmente dos niveles que albergaban una guarnición de cuatro soldados: dos a pie y dos a caballo. Cuando estos vigilantes atisbaban la llegada de algún barco que pudiera ser peligroso, avisaban encendiendo una hoguera en la terraza de la torre. Restaurada en 1992 por el ayuntamiento, siendo alcalde José María Vidal y la Generalitat Valenciana estando de presidente Joan Lerma.
La ermita fue construida para conmemorar la batalla del Puig y honrar la figura legendaria de San Jorge.
En el mismo lugar donde se encuentra la ermita, fue donde se libró la batalla en el año 1237 que abrió las puertas de la ciudad de Valencia a las tropas de Jaime I de Aragón.
En la batalla, según la leyenda, intervino de manera milagrosa San Jorge, quien ayudó de forma decisiva a los cristianos para obtener la victoria.
En su interior encontramos unos mosaicos alegóricos de la batalla y a su lado se encuentra una cruz que recuerda a los caídos en el combate.
Originalmente fue construida en 1631. El ayuntamiento de Valencia inició su restauración en 1926. En el 9 de octubre de 1927 se inauguró con una ceremonia religiosa y una procesión cívica hasta la ermita, que sigue todos los años.
Además de su interés histórico, el conjunto tiene un claro interés paisajístico por el jardín con árboles monumentos que rodean la ermita.
Situado en el interior del Real Monasterio de Santa María del Puig, es el primero de España y segundo más importante de Europa, después del de Maguncia. El Museo muestra la importancia esencial que nuestra Comunidad desempeñó en la introducción del papel y el posterior desarrollo de la imprenta en España, con las implicaciones de tipo cultural y económico que ello comportó, así como el papel que la imprenta representó en nuestro desarrollo.
En este museo, recientemente habilitado y ampliado por la Conselleria de Cultura, se exponen prensas de madera, más de 60 máquinas, moldes de tipografía, relieves grabados a mano y reproducciones de ejemplares únicos.
En la sala de Gutenberg se representa con fidelidad un taller de imprenta del siglo XV, en el que una copia exacta de la prensa de Gutenberg prermite ver cómo se imprimía en aquella época.
Justo al noreste del pueblo en la dirección a Puzol, hay una colina pequeña que se llama Montaña Cabeçol. En la parte superior de la colina hay un santuario de la Virgen, la patrona de Puzol, y un altar de piedra para los servicios religiosos. Según consta documentalmente, el 6 de septiembre de 1570 un labrador de Puzol, Pedro Muñoz, encontró un relieve en yeso con la imagen de la Virgen al Pie de la Cruz enmarcado en un cuadro en el monte del Cabeçol, y se lo llevó a su casa, Sin embargo, como consecuencia de un incendio en su vivienda, el entonces arzobispo de Valencia, el Patriarca Juan de Ribera, le rogó que lo depositara en la primitiva iglesia de Puzol, de la que pasó en el año 1607 a la actual parroquia de los Santos Juanes, que acababa de ser construida. Todavía hoy el reverso del cuadro aparece calcinado como consecuencia de aquel fuego.
Por la mañana del último domingo de agosto hay una Romería desde la parroquia de Puzol a la Montaña del Cabeçol, en la que participan más de 2000 personas. Se celebra, a continuación, una ceremonia religiosa, oficiada por el sacerdote de Puzol. Muchos bautismos de niños de la localidad se hacen en este día como una señal para demostrar que pertenecen a la hermandad de la Virgen.
Existe a lo largo de todo el término un entramado de fortificaciones defensivas de la Guerra Civil Española, dado que El Puig formó parte de la última línea defensiva Puig-Carasoles, conocida como La Inmediata. Fue construida en 1938 por el Ejército Republicano para defender la ciudad de Valencia durante la Guerra Civil.
Este conjunto se compone de cerca de 200 elementos entre los que se encuentran búnkeres, trincheras, nidos de ametralladora, túneles, puestos de mando y otras fortificaciones. La línea tuvo una longitud de 26 kilómetros entre el municipio de El Puig y la zona de los Carasoles, en Manises.
Sin embargo, esta línea defensiva nunca fue utilizada, porque el Gobierno de la República capituló y entregó la ciudad de Valencia sin luchar el 29 de marzo de 1939, después de la caída de Cataluña y Madrid frente a los nacionalistas liderados por el general Francisco Franco. La gran mayoría de las fortificaciones se pueden encontrar en la Montaña La Patà, donde se estima que hay un kilómetro de túneles.
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