x
1

Satanismo



El satanismo abarca un número de creencias relacionadas y fenómenos sociales. Comparten las características de simbolismo, que incluye la veneración y admiración por Satán (o figuras similares).

La legislación antibrujería, como la Ley británica antibrujería de 1735 (Witchcraft Act 1735), no revocada hasta 1951, reflejó un fuerte sentimiento público en contra de la brujería y del satanismo. La religión satánica comenzó en 1966 con la fundación de la Iglesia de Satán.[1]

Los grupos modernos satánicos (aquellos que aparecieron después de los sesenta) son muy diversos, pero hay dos tendencias muy importantes que se pueden ver como satanismo tradicional o teísta y satanismo ateísta. Los satánicos teístas veneran a Satán como un dios supernatural. Por el contrario, los satánicos ateos se consideran a sí mismos ateos y veneran a Satán simplemente como un símbolo de los rasgos de los seres humanos. Esta categorización del satanismo (que puede ser categorizado de otras formas, por ejemplo «tradicional» contra «moderno») no ha sido adoptada necesariamente por los satánicos en sí, quienes generalmente no especificarían a qué tipo de satánicos están adheridos. Algunos satánicos creen en Dios en el sentido de Fuerza Motriz, pero al igual que los satánicos ateos, todavía se adoran a sí mismos, debido a la creencia deísta de que Dios no desempeña ningún papel en las vidas mortales.

Cada «tipo» de satánico normalmente se referirá a sí mismo solo como «satánico» (salvo los seguidores del satanismo laveyano que se considerarán «satanistas»).[2]

Se cree que Satán apareció por primera vez en la Biblia Hebrea, donde era un ángel que desafiaba la fe de los humanos y la religión.[3]​ En el Libro de Job se le denominaba «el Satán» (que significa «el acusador» o "contra de, enemigo de") y actuaba como el delator en el tribunal de Dios. Un personaje denominado «Satán» fue descrito dentro de los muchos evangelios de los primeros cristianos como el enemigo cósmico del hombre y el tentador de Jesús.[3]​ Se desarrolló mucho más en amplitud y poder que el portador de Armagedón y Apocalipsis según está caracterizado dentro del Libro de la Revelación.

Las religiones inspiradas por estos textos (judíos, cristianos y musulmanes) consideran a Satán tradicionalmente como un adversario o un enemigo; viendo su presencia e influencia en cada aspecto del papel acusatorio remontándose a la Creación y a la Caída del Hombre.[3]​ La figura de Satán fue tratada de manera diversa, especialmente por los cristianos y musulmanes, como un competidor rebelde o celoso de los seres humanos, y caracterizado como un ángel caído o demonio dominando el infierno penitencial; Dios lo arrojó hacia la Tierra porque en el cielo estaba extraviando a los ángeles, los seres humanos, vagando por el planeta compitiendo por almas o proporcionando el ímpetu para todas las parodias mundanas. [3]

El término satanismo deriva del francés satanisme.[3]​ En el siglo XVI fue común su uso entre grupos cristianos rivales para referirse unos a otros, por ejemplo lo usaron autores católicos en referencia a los protestantes y viceversa.[3]​ En este contexto se hablaba del uso de satanismos en sus doctrinas en forma similar a como se habla de herejías, es decir, no tanto como una adoración consciente al diablo sino como una doctrina equivocada.[3]​ Hasta tiempos posteriores se empezó a utilizar para referirse formalmente a "adoradores del Diablo".[4]

Históricamente y principalmente en la civilización cristiana europea a través de los siglos, pero también en los países musulmanes (por ejemplo, los yazidíes), algunas personas o algunos grupos han sido descritos específicamente como adoradores de Satán o del diablo, o como seguidores de su obra. La preponderancia ampliamente extendida de estos grupos en las culturas europeas está en parte relacionada con la importancia y el significado de Satán en la cristiandad.[4]​ Al observar el desarrollo histórico del fenómeno del satanismo en la lista que se detalla más abajo, parece evidente que, mientras los ejemplos de los primeros cristianos podían reflejar los triunfos de la Iglesia Católica en la superación de paganos y herejes (o para deshacerse de los oponentes, como en el caso de Urbain Grandier), en los ejemplos más tardíos (al menos desde los tiempos del Marqués de Sade en adelante) expresa clara y abiertamente el odio, hasta el punto del sacrilegio y la blasfemia en algunos casos, hacia la cristiandad y hacia la Iglesia católica en particular.[4]

Particularmente después de la Ilustración Europea,[5]​ algunas obras, tales como El paraíso perdido, fueron tomadas por los románticos y descritas como la presentación del Satán Bíblico, una alegoría que representa la crisis de fe, el individualismo, el libre albedrío, la sabiduría y el progresismo.[5]

El satanismo teísta (también conocido como «satanismo espiritual» o «satanismo tradicional») es la adoración o veneración a Satán como a una deidad.[6]​ Comprende varios puntos de vista y puede incluir una creencia en la magia que es manipulada a través de un ritual.[6]

Suele ser el término con que se designa a aquellas formas de satanismo que tienen creencias sobrenaturales y realizan una adoración del diablo y de demonios de forma literal, entendiendo a estas entidades como seres y espíritus reales que existen objetivamente.[6]​ El término generalmente se acuña para diferenciar a esta forma de satanismo del satanismo simbólico o convexo, principalmente representado por la Iglesia de Satán de Anton LaVey la cual asegura que su doctrina es atea, no cree en la existencia de ningún dios y ve a la imagen de Satán como un símbolo de rebeldía, naturaleza humana y poder, pero no una entidad realmente existente.[6]

Las prácticas religiosas y cultos al Diablo datan desde tiempos muy antiguos y se registran, por ejemplo, en el caso del aristócrata medieval Gilles de Rais. De difícil validación histórica, ya que en épocas oscurantistas cualquier práctica considerada herética o pagana era clasificada, equivocadamente, como satánica (el caso de la persecución de la Iglesia a los templarios), ciertamente hay registros de cultos satánicos a lo largo de la historia por parte de seguidores que creían en la existencia real de las entidades que invocaban, incluyendo al Diablo. Diferentes figuras históricas han sido asociadas con el satanismo, como Isabel Bathory, William Blake o Francis Dashwood y su Club del Fuego Infernal,[4]​ su grado de involucración genuina con el culto al diablo es sujeto de debate, y en algunos casos se argumenta que realizaban ritos paganos, esotéricos o simbólicos.[4]

Siendo Antón LaVey uno de los primeros (si no es primero) en, al menos públicamente, definir al satanismo como una religión simbólica donde no se rendía un culto real al Diablo como entidad existente, razón por la cual el uso de la diferenciación en la terminología responde principalmente a la necesidad de separar ambas formas de satanismo; la teísta tradicional de la simbólica.[6]

El término luciferismo a menudo se utiliza en diversas tradiciones ocultistas y religiosas que analizan la figura de Lucifer como representación simbólica de la sabiduría y el conocimiento ocultos.[5]​ Debido a la identificación popular entre Lucifer y Satanás es común que se les identifique como satanistas y algunos satanistas se consideren también luciferinos.[7]​ No obstante, existen grupos que rechazan la identificación prefiriendo asociar a Lucifer con el dios romano precristiano del mismo nombre, el Prometeo griego y el Dios de Luz del gnosticismo,[8]​ entre otros simbolismos y mitos característicos del ocultismo occidental.

«Paladistas» es el nombre que se le da a la supuesta sociedad del satanismo teísta, así como a los miembros que pertenecen a ella. El nombre «paladista» procede del término griego Palas y hace referencia a la sabiduría. [cita requerida]

Contrariamente a la creencia popular, el satanismo laveyano no implica "culto al diablo" o adoración de los dioses. Es una filosofía atea que afirma el individuo como su propio "dios". Satanás (hebreo: שָּׂטָן satanás, que significa "adversario") es visto como un símbolo de desafío para el conservadurismo de las principales corrientes filosóficas y religiosas, sobre todo las religiones abrahámicas, que ven a este personaje como su antítesis.[5]

El satanismo simbólico (también denominado «satanismo moderno») es la práctica de las creencias religiosas, la filosofía y las costumbres satánicas. En esta interpretación del satanismo, el satánico no rinde culto a Satán en sentido teísta, sino que es contrario a todo credo espiritual, y defiende el hedonismo, el materialismo, el individualismo, la apoteosis, la filosofía crowleyana y el antiteísmo.[5]

En este contexto, los adolescentes utilizan símbolos satánicos como el pentagrama invertido, objetos de la misa negra o la imaginería demoníaca para conseguir una imitación del satanismo. Esta es una experiencia liminal (perceptible por los sentidos), pensada para impactar a los individuos susceptibles y no implica un interés real por los ritos, el simbolismo y la filosofía de las diversas formas de prácticas religiosas satánicas citadas anteriormente.[5][3]​ Arnold Markowitz insinúa que esos adolescentes están al borde de sufrir un trastorno límite de la personalidad o están relacionados con problemas de salud mental, dificultades por el abuso de sustancias, trastorno por déficit de atención con hiperactividad u otras dificultades del aprendizaje que pueden conducir a la autolesión.[9][10]

El satanismo adolescente puede evolucionar dependiendo de cada individuo. Los jóvenes involucrados en este puede que hayan sido inculcados por medios de entretenimiento, pero luego interesados leyendo la Biblia negra o satánica de Anton Szandor LaVey. Sin embargo, no se conocen suficientes casos concretos en los que tal afición haya degenerado en formas agresivas del satanismo; de hecho, la sencillez (y complejidad potencial) de algunas tesis de la filosofía laveyana pueden servir como base para una conducta ética y de autocontrol.[11]

La Iglesia de Satán es una organización que se dedica a la aceptación del yo, como se expone en la Biblia satánica, escrita en 1969 por Anton Szandor LaVey.

La primera Iglesia Satánica fue refundada el 31 de octubre de 1991 por Karla LaVey para continuar con el legado de su padre, Anton LaVey, autor de la Biblia Satánica. En la noche de Walpurgis (en alemán, Walpurgisnacht) del 30 de abril de 1966, día tradicional del Aquelarre, Anton LaVey fundó la «Iglesia Satánica», que más adelante pasaría a llamarse «Iglesia de Satán». Tras su muerte en 1997, una nueva administración asumió el control de la Iglesia de Satán y su sede se trasladó a Nueva York.

La hija de LaVey, la gran sacerdotisa Karla LaVey, sintió que no se hacía justicia al legado de su padre y decidió volver a fundar la Iglesia Satánica, que aún sigue funcionando en San Francisco, California, del mismo modo en que su padre la había dirigido cuando estaba vivo.

La Orden de los Nueve Ángulos (ONA) pretende ser una organización satánica secreta que se ha mencionado en libros que exponen en detalle el satanismo fascista. En un principio, se formó en el Reino Unido y adquirió importancia durante las décadas de los ochenta y los noventa. Actualmente, se cree que la ONA «ha vuelto a ser una organización totalmente clandestina, al haber completado su misión de divulgar su obra».

El templo de Set es una sociedad de iniciación al ocultismo que pretende ser la organización religiosa que lidere el «Camino de la Mano Izquierda» (en inglés Left Hand Path, opuesto a Right Hand Path, «el camino de la mano derecha», este último entendido como «el buen camino»). Fue establecido en 1975 por Michael A. Aquino y varios miembros del clero de la Iglesia de Satán, que la abandonaron por diversas discrepancias administrativas y filosóficas. La filosofía del templo de Set podría resumirse en «individualismo ilustrado», mejora de uno mismo a través de la educación personal, el experimento y la iniciación. Este proceso es diferente y característico dependiendo de cada individuo. Algunas personas que no son miembros del templo de Set encuentran la inspiración espiritual en el dios egipcio Set (o Seth) y comparten algunas creencias con la organización. En general, el sistema de creencia hace referencia al Setianismo.

El setianismo, en teoría, es similar al satanismo teísta. La principal deidad a la que se adora es el antiguo dios egipcio Set, dios de la adversidad. Se supone que Set es el Señor de las Tinieblas detrás de la entidad hebrea, Satán. Los seguidores de Set le rinden culto a través del ritual de la Llama Negra.

El Templo Satánico es una organización estadounidense que se caracteriza por su activismo políticos a favor de la secularización y los derechos humanos. Similar a la Iglesia de Satán de LaVey considera a Satán un simple símbolo y no da crédito a elementos sobrenaturales prefiriendo a un acercamiento científico y racionalista, pero se diferencia del laveyanismo en sus posiciones políticas más a la izquierda.

El género musical llamado black metal, ha estado con frecuencia conectado con el satanismo, debido en parte al contenido de las letras de diversas bandas y al uso frecuente de imágenes ligadas a las creencias del Left Hand Path (mencionado anteriormente como el «camino de la mano izquierda») como el pentagrama invertido. La mayor parte de las veces estos músicos afirman que no creen la ideología satánica legítima, y a menudo se confiesan ateos o, en algunos casos, seguidores de religiones del right-hand path (mencionado anteriormente como «el camino de la mano derecha»), y argumentan que usan aquello que aparentemente es satánico con fines de entretenimiento y provocación,[12]​ como por ejemplo Tom Araya, del grupo de Thrash Metal, Slayer, quien se considera un católico practicante. O la banda británica de metal extremo Cradle of Filth que si bien usan el satanismo en sus letras, el mismo vocalista de la banda, Dani Filth, ha declarado que es solo una puesta en escena, ya que se declara abiertamente ateo.

Glen Benton, vocalista y bajista de la banda Deicide, se proclamó una vez abiertamente practicante del satanismo tradicional o teísta, y en numerosas ocasiones ha hablado en público para profesar un acérrimo sentimiento anticristiano. Artistas del black metal noruego como Euronymous, de Mayhem, o Infernus, de Gorgoroth, o los suecos de Marduk, también se han identificado como satánicos y han promocionado activamente sus creencias.[13]​ Numerosos incendios de iglesias en algunas zonas de Noruega a principios de los noventa también se atribuyeron a jóvenes relacionados con el movimiento del black metal, que incluía a gente que afirmaba creer en el satanismo teísta o tenía una fuerte actitud «antilaveyana».

La banda sueca Ghost es una de ellas. Su propio líder, llamado Papa Emeritus, se autoproclama portavoz de Satanás, donde sus canciones más evidentes al satanismo son "Con Clavi Con Dio", "Year Zero", "Satan Prayer", etc.

Roger Morneau denunció y compartió en sus libros su experiencia en el satanismo elitista durante su juventud en Montreal, hasta 1946 cuando se convirtió al cristianismo en la Iglesia Adventista del Séptimo Día.[14][15]

El esoterista Franz Bardon en su novela esotérica[16]​ denuncia a algunas logias masónicas por su práctica del asesinato ritual y del satanismo.

A lo largo de la historia, distintos grupos o individuos han sido acusados de ser satanistas o se han proclamado a sí mismos como tales. La seriedad de esto debe ser tomado con cautela pues, tanto era común que la acusación se hiciera a la ligera ante cualquier movimiento considerado herético o heterodoxo, como algunas figuras se autodesignaban como tales como una forma de rebeldía contracultural.[4]​ Los ejemplos actuales no incluyen a los movimientos o líderes modernos.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Satanismo (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!