El shivaísmo es una rama del hinduismo que venera a Shivá como Dios supremo. Es, junto con el visnuismo, una de las corrientes religiosas más populares del hinduismo. Sus adherentes son denominados shivaístas (en sánscrito śaiva).
Los Vedas y los Agamas son las fuentes sagradas más importantes del shivaísmo. Shiva, el dios creador y destructor de los mundos, es mencionado en los Vedas bajo otros nombres como Rudra o Maheshwaram.
Originalmente de la India, el shivaísmo tiene adherentes por toda la India y es particularmente popular entre los tamiles (del sur de la India y de Sri Lanka) y los kannadigas (de Karnataka). Algunas tradiciones de la región atribuyen la difusión del shivaísmo en el sur de la India al famoso sabio Agastia Muni. Estas tradiciones afirman que Agastia también trajo las tradiciones védicas, y el idioma tamil.
Existen innumerables templos y sepulcros shivaístas. Muchos de los sepulcros están acompañados por murtis (estatuas sagradas) de Ganesh (en sánscrito ‘señor de los ganas’, que son las huestes de seguidores del dios Shivá), quien es el hijo de Shivá y Párvati. Los doce yiotir-linga (falos brillantes), son los más estimados del shivaísmo.
El shivaísmo es una forma de práctica y doctrina espiritual no dual que se originó en la India. Los shivaístas creen que la creación entera es una expresión de la divinidad consciente, y no es diferente de esa divinidad que llaman Shivá. Porque él es simultáneamente el creador y destructor, Shivá es inmanente y al mismo tiempo trascendente. Como en todas las denominaciones hinduistas, el shivaísmo reconoce la existencia de muchas otras deidades, pero las consideran meras expresiones del ente supremo, Shivá. Este tipo de creencia se llama el teísmo monista: el universo es una mónada o conciencia única que se expresa de manera dualista, pero fundamentalmente, es solo uno: Shivá.
El shivaísmo es una denominación muy devocional y mística del hinduismo. Como es una religión con una perspectiva muy amplia, el shivaísmo abarca sistemas filosóficos, rituales, leyendas, misticismo y varias prácticas de yoga. Contiene tradiciones monistas y dualistas.
Los shivaístas creen que Dios trasciende una sola forma, y sus devotos frecuentemente veneran a Shivá en la forma de un lingam (falo) que simboliza al universo entero. Shivá también es venerado como la manifestación antropomórfica de Nataraja, el bailador divino que anima al universo y lo destruye cada muchos millones de años. También es Dakshina-murti (la forma que espera una recompensa espiritual); Hari-Hara, una deidad mitad Vishnú y mitad Shivá; y Vairabha, que blande el tri-śūla, un tridente de deseo, acción y sabiduría.
Las características principales del shivaísmo hoy en día son:
La ciudad de Benarés es considerada muy sagrada por hinduistas y shivaístas. Un templo shivaísta muy reverado es el Chidambaram, en el sur de India.
Las escuelas teológicas del shivaísmo incluyen el shivaísmo de Cachemira (kasmirí śaiva), el siddhanta shivaísta (śaiva-siddhanta), y el shivaísmo virá.
Los arats Naianars (o Naianmars) del sur de India son los más responsables por el desarrollo del shivaísmo en la Edad Media.
Ciertas partes de las escrituras védicas se dedican a glorificar a Shivá como superior a los demás dioses:
Unos textos llamados Agama delinean la arquitectura, el diseño, la ubicación de los varios ídolos de Shivá y los métodos de veneración en los muchos templos de la región de Tamil Nadú, que son dedicados a Shivá. No se permite ninguna desviación de lo que prescriben estos libros.
El Thevaram contiene los himnos cantados por los principales tres gurús del shivaísmo (que forman parte de los 63 Naianmars, devotos incondicionales de Shivá): Thirugnana Sambandar, Thirunavukkarasar y SundaraMurti. El Thiru-vachakam fue escrito por Manika Vachakar, el cuarto gurú principal del shivaísmo. Estos libros son venerados y recitados por los devotos.
En los Vedas hay un himno, el Sri Rudram, dedicado al dios Rudra, que en el posterior hinduismo fue considerado el propio Shivá.
Muchos creen que el autor sánscrito más importante de la religión shivaísta fue Abhinava Gupta, de Srinagar (Cachemira), que trabajó en el siglo XI d. C. También es destacable el filósofo ācārya Shankara, que aunque pertenecía a la escuela impersonalista del vedanta advaita, era un gran devoto de Shiva, lo cual demostró escribiendo textos de bhakti (o devocionales) como el Śivānanda-lahari.
De entre unas 150 a 200 Upanishad, la Muktika-upanishad enumera 108 como principales. Entre ellas, 14 se relacionan con el sivaísmo. La siguiente lista las presenta, con uno de los cuatro Vedas que les corresponde:
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