La Sinfonía n.º 2 en mi menor, Op. 27 fue compuesta entre 1906 y 1907 por Sergéi Rajmáninov. El estreno fue dirigido por el propio compositor en San Petersburgo el 8 de febrero de 1908. Su duración es aproximadamente sesenta minutos cuando se interpreta sin cortes; con ellos se reduce hasta los treinta y cinco minutos. La partitura está dedicada a Sergéi Tanéyev, un compositor, profesor, teórico y autor ruso, alumno de Piotr Ilich Chaikovski.
Al mismo tiempo que la Sinfonía n.º 2 en mi menor era compuesta, Rajmáninov tuvo dos exitosas temporadas como director de la Ópera Imperial del Teatro Bolshói de Moscú. Rajmáninov se consideraba principalmente y ante todo un compositor y creía que el programa de interpretaciones le quitaba tiempo para componer. Entonces, se trasladó junto con su mujer y su hija pequeña a Dresde, Alemania para dedicar más tiempo a la composición y también para huir del tumulto político que pondría a Rusia a las puertas de la Revolución. La familia permaneció en Dresde durante tres años, pasando los veranos en la finca de los suegros de Rajmáninov llamada Ivanovka. Fue durante este periodo cuando Rajmáninov compuso no solo la Segunda Sinfonía, sino también el poema sinfónico La isla de los muertos.
Rajmáninov no estaba del todo convencido de ser un compositor brillante. En su estreno, la Sinfonía n.º 1 (dirigida por Aleksandr Glazunov en 1897) fue considerada un completo desastre; sus críticas fueron tan severas que sumieron al joven compositor en una depresión. Incluso después del éxito de su Segundo Concierto para piano (que ganó el segundo puesto del Premio Glinka dotado de 500 rublos en 1904), Rajmáninov todavía carecía de confianza al escribir nuevas obras. Estaba muy infeliz con el primer borrador de la Segunda Sinfonía, pero tras varios meses de revisiones, Rajmáninov acabó la obra y dirigió el estreno en 1908, el cual tuvo un gran éxito con el que ganaría el primer puesto del Premio Glinka de 1000 rublos, diez meses más tarde. El triunfo hizo que Rajmáninov recuperara su autoestima como sinfonista.
Debido a su formidable duración, la Sinfonía n.º 2 ha sido objeto de varias revisiones, especialmente en las décadas de 1940 y 1950, que redujeron la pieza de la hora aproximadamente a unos 35 minutos. Hoy en día, sin embargo, la pieza suele interpretarse en su versión completa, a veces con la omisión de la repetición del primer movimiento.
El manuscrito de la sinfonía es propiedad de la fundación Tabor y está siempre disponible para préstamo en la Biblioteca Británica. El 22 de abril de 2008, el distribuidor musical Brilliant Classics lanzó el arreglo de Alexander Warenberg de la sinfonía para piano y orquesta, bajo el título del Concierto para piano n.º 5 de Rajmáninov. La partitura está disponible a través de la editorial Boosey & Hawkes.
La sinfonía está orquestada para orquesta al completo con tres flautas (la tercera tocando también el flautín), tres oboes (el tercero tocando también el corno inglés), dos clarinetes en la y si♭, clarinete bajo en la y si♭, dos fagotes, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales, caja orquestal, bombo, platillos, glockenspiel y cuerdas.
La sinfonía consta de cuatro movimientos:
La sinfonía consiste en una secuencia dramática que se identifica con la tradición sinfónica rusa. La tradición, establecida por los predecesores románticos rusos de Rajmáninov, pone énfasis en un motivo y "un incesante y hermoso flujo de melodía", por ejemplo la Sinfonía n.º 5 de Chaikovski y, posteriormente, la Sinfonía n.º 2 de Balákirev y la Sinfonía n.º 5 de Prokófiev.
El primer movimiento es creciente y misterioso; dramaticalmente intenso y "alterna un conflicto tempestuoso y una visión serena". Los violonchelos y contrabajos introducen el lema melódico en la "textura densa y lenta" del Largo, que es una inusualmente larga introducción al primer tema. En el Allegro moderato Rajmáninov acaba el recordatorio del movimiento en forma sonata, con el desarrollo evocando la introducción del Largo antes de llegar a dos clímax. Hacia el final del movimiento surge otro tema, este en sol mayor, llevado en su mayor parte por las cuerdas. La pieza termina con el mismo motivo que el Largo en una "subestimada coda", llevando el mismo tempo y energía que en el desarrollo, pero de una manera más ligera y corta, como la forma "adecuada" de cerrar la introducción del Largo al igual que en el final del tercer movimiento.
En la estructura de la sinfonía tradicional romántica de Rusia, el scherzo precede al movimiento lento (costumbre establecida por Borodín y Balákirev). El segundo movimiento scherzo es "vigoroso hasta el punto del abandono". El primer motivo es interpretado en su mayor parte por la sección de las trompas. Hay un segundo motivo que se relaciona con el primer movimiento, convirtiéndose en el lema motívico para toda la obra. La coral de los metales al final del scherzo es escalofriante y deriva del Dies irae, un canto gregoriano para los difuntos que aparece en muchas obras del compositor y tuvo gran influencia a lo largo de su vida creativa (por ejemplo en La isla de los muertos, Rapsodia sobre un tema de Paganini, su Primera Sinfonía y su segunda serie de Danzas sinfónicas). El tema de la coral de los metales se mostrará más tarde en la cadencia del último movimiento.
Este tema, de nuevo relacionado con el motivo de la obra, es cantado por el primer violín en una melodía de estilo extremadamente romántico, haciendo eco un solo de clarinete y la sección de oboes. La sinfonía alcanza un clímax emocional en este movimiento, tras un interludio de pasajes a solo de corno inglés y violín seguidos por un ensueño de clarinete que es una reminiscencia del primer movimiento, más tarde desarrollando el tema de la obra; este desarrollo es considerado el complemente a la introducción del Largo. Al final del Adagio, el motivo se escucha en su forma original que de nuevo se enlaza con el primer movimiento; además esto es considerado el final apropiado a la introducción inicial del Largo. El tema de este movimiento fue usado por el cantante pop Eric Carmen en la canción de 1976, "Never Gonna Fall in Love Again".
En la tradición rusa sinfónica, los motivos y temas de los anteriores movimientos se "suman" colectivamente en el Finale. El último movimiento es grande y amplio, en forma sonata, consigue transmitir la esencia de la obra. Hay varias ideas presentes en el Finale: el tema inicial en tresillos, la melodía en forma de marcha y la repetición de la melodía romántica de las cuerdas del tercer movimiento.
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