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Templo de Tokio



El Templo de Tokio, Japón, (東京神殿) es uno de los templos construidos y operados por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el número 20 construido por la iglesia y el primero en Asia, ubicado en el Barrio Minato-Ku de la ciudad de Tokio.[1]​ Su estilo compacto resultó ser precursor del diseño de los templos de Hong Kong y Manhattan. Antes de la construcción del templo en Tokio, los fieles de la iglesia mormona en Japón debían viajar hasta el templo de Hawái en el Pacífico.[2]​ Un segundo templo en Japón fue construido en la ciudad de Fukuoka en junio de 2000.

Heber J. Grant, que más tarde fuese el séptimo presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, fue el primero en hacer proselitismo en Japón, el 12 de agosto de 1901. En ese año, cuatro mujeres y tres hombres habían sido bautizados y confirmados como miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, seis en Tokio y uno en Hokkaidō. Para el 31 de julio de 1925, después de 24 años de labores misionales, se habían bautizado 166 personas a La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el Japón.[3]

La construcción de un templo de La Iglesia de Jesucristo en Japón fue anunciado públicamente por Spencer W. Kimball, el entonces presidente de la iglesia durante una conferencia de área el 9 de agosto de 1975. Tras el anuncio público, la iglesia en ese país buscó un terreno adecuado. Finalmente se decidió construir el templo religioso en un terreno que la iglesia ya poseía y donde se ubicaba la sede de una misión en la ciudad de Tokio. Se adquirieron posteriormente propiedades vecinas, permitiendo una edificación más funcional, así como anexos adicionales para la habitaciones de los obreros del templo y apartamentos para los patrones de grandes distancias. La ceremonia de la primera palada tuvo lugar el 10 de abril de 1978.

El templo SUD de la ciudad de Tokio fue dedicado para sus actividades eclesiásticas en siete sesiones el 27 de octubre de 1980, por Spencer W. Kimball.[4]​ Con anterioridad a ello, del 15 de septiembre al 18 de octubre de ese mismo año, la iglesia permitió un recorrido público de las instalaciones y del interior del templo al que asistieron más de 48,000 visitantes. Unos 7500 miembros de la iglesia e invitados asistieron a la ceremonia de dedicación, que incluye una oración dedicatoria.[3]

El Templo de Tokio está ubicado en una de las zonas residenciales más lujosas de Tokio frente de la exuberante vegetación del histórico Parque de Arisugawa. El sitio fue escogido por su proximidad a varias escuelas y embajadas. El transporte hasta el templo es excelente, ya que para llegar se requieren sólo cinco minutos a pie desde la estación Hiroo de la línea Hibiya (日比谷線) del metro de Tokio.[5]

El templo de Tokio es una estructura compacta con un estacionamiento subterráneo, una característica peculiar entre los templos SUD. El templo tiene un total de 4.885 metros cuadrados de construcción, cuenta con dos salones para las ordenanzas SUD, donde los devotos hacen convenios en los que se reconoce que Jesús es el Cristo, y se promete abarcar la totalidad de sus leyes y principios y cumplir con las ordenanzas del evangelio,[3]​ así como cinco salones de sellamientos matrimoniales.

La estructura del templo siguió protocolos de seguridad que hacen de él una de las construcciones más seguras en Tokio. El edificio se apoya sobre pilotes de concreto reforzados de acero cavados sobre tierra firme.[5]​ El exterior del templo es de granito reforzado recubierto con 289 paneles de piedra que se asemejan a granito blanco.

Una de sus tareas más difíciles a las que tuvo que hacer frente la ingeniería estructural fue el pináculo central del templo. Al igual que el resto del edificio, tuvo que ser construido para resistir los azotes de un terremoto y los extremos factores estresantes relacionados con los cambios de presión del viento durante posibles condiciones de un tifón. La torre fue construida en partes que más tarde se ensamblaron hasta su altura actual de 56 metros.[5]

La construcción de pináculo central del templo de Tokio planteó otros desafíos. Originalmente fue diseñado para ser de un esmalte de porcelana, un material muy adecuado para resistir los efectos de los contaminantes del aire que son comunes en las grandes ciudades industriales. Cuando se descubrió que la porcelana necesaria no estaba disponible en Japón, el material alternativo elegido fue un acabado satinado de acero inoxidable, el único metal que no se ve afectado por las propiedades corrosivas de los contaminantes del aire.[5]

Para el tiempo de su dedicación, el templo en Japón servía a los miembros SUD en las Filipinas, Taiwán, Corea y Hong Kong.[5]​ El templo de Tokio es ahora usado por miembros repartidos en estacas afiliadas a la iglesia en Japón. Al templo, por su cercanía a las comunidades, también asisten miembros provenientes de Asahikawa y otras ciudades de Hokkaidō, Chiba y otras ciudades de la prefectura, Kanazawa, Kōbe, Kioto, Machida y otras ciudades en Tokio, Nagoya, Naha y otras ciudades de la prefectura de Okinawa, Osaka, Saitama y otra ciudades de la prefectura, Sendai, Shizuoka y Yokohama.[6]




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