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Teror



Vista general de la villa de Teror.

Ubicación del municipio de Teror en Gran Canaria.

Teror es un municipio perteneciente a la provincia de Las Palmas, en la isla de Gran CanariaCanarias, España—.[1]

El municipio es conocido sobre todo porque en él se venera la imagen de la virgen del Pino, patrona de la diócesis de Canarias (que comprende la provincia de Las Palmas), por lo que también es conocida su capital como Villa Mariana de Teror.[2][3]

El nombre del municipio es tomado del de su capital municipal, que a su vez se trata de un término de procedencia aborigen, siendo el nombre con el que los antiguos canarios denominaban la zona.[4]

Hasta finales del siglo xvii se le llamaba con las variantes Terori y Terore.[5]

En la lista de poblaciones canarias existentes antes de la conquista castellana de la isla, dada por el cronista Andrés Bernáldez en su obra Memorias del reinado de los Reyes Católicos, aparece con la variante Aterura.[6]

En cuanto a su posible significado, el profesor Dominik Wölfel, quien lo compara con la voz gomera Arure, encuentra como paralelos en las lenguas bereberes las voces taurirt 'montón cónico', tâûrirt / tiuririn 'colina', turaret / turâr 'colina' y tarurut 'colina'.[4]

Esta traducción del término como 'colina' es compartida por el filólogo Ignacio Reyes, quien propone una forma primaria tărorit.[7]

La villa de Teror posee escudo heráldico y bandera municipal oficiales.

El escudo del municipio fue aprobado por acuerdo del Consejo de Ministros de 25 de febrero de 1955, siendo su descripción:[8]

Por su parte, la bandera fue aprobada por el Gobierno de Canarias por Orden de 6 de agosto de 2007, siendo descrita como:[9]

Localizado en el norte de la isla de Gran Canaria a 20,6 km de la capital insular, Teror ocupa una superficie de 25,8 km², siendo el cuarto municipio más pequeño en superficie de la isla. El perímetro municipal es de 33,2 kilómetros.[10]

Teror limita con los municipios de Las Palmas de Gran Canaria, Santa Brígida, Vega de San Mateo, Valleseco, Firgas y Arucas.[11]

La cabecera municipal se encuentra a una altitud de 543 m s. n. m., encontrándose entre las 10 capitales municipales a mayor altura de la isla.[10]​ Sin salida al mar, la cota mínima la alcanza Teror en la confluencia de los barrancos del Pino y de Lezcano, a 25 m s. n. m., mientras que la mayor altitud del término es la elevación conocida como El Talayón, a 1 254.9 m s. n. m..[11]

El municipio cuenta con el 14% de su superficie incluida en la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos, a su jurisdicción pertenecen parte del Parque Rural de Doramas y del Paisaje protegido de Pino Santo.[12]

La localización de Teror a barlovento de la isla condiciona su clima con unas precipitaciones medias anuales de unos 6 l/m² y la presencia frecuente del rocío y la niebla en los meses de otoño e invierno. Como lugar de medianías, es común el alto contraste de temperaturas entre los meses más cálidos y los más fríos, pudiendo sobrepasar los 30° C en el verano y bajar hasta los 6° C en invierno.

La historia de Teror está vinculada a ciertos acontecimientos fundamentales. La conversión de Teror en centro religioso y de peregrinación de los grancanarios; y su importancia como núcleo agrícola de las medianías de Gran Canaria.

Su desarrollo surge a partir del siglo xv, unido a la aparición de la imagen de la virgen del Pino y a la necesidad de buscar asentamientos agrícolas en tierras fértiles y con abundancia de aguas. La villa se desarrolló en el territorio del antiguo bosque que cubría la zona norte de la isla, estando relacionado dicho desarrollo con la consolidación de la devoción mariana de aquella época.

En la primera mitad del siglo xvi, Teror tuvo alcalde real elegido por los gobernadores.

Durante el siglo xvii, Teror experimentó un importante crecimiento en su población. El desarrollo urbano, unido a la difusión del culto a la virgen del Pino, hicieron de Teror un núcleo de gran prosperidad en el cual comenzaron a asentarse las familias más importantes de Gran Canaria, manifestando con su presencia allí su poder económico y prestigio social. Es también la época de las primeras emigraciones de terorenses hacia América, como fue el caso de Bernardo Rodríguez del Toro, primer Marqués del Toro y miembro de una antigua familia canaria.

El siglo xix será para Teror decisivo en su configuración tanto en el aspecto político como territorial. En 1836 el ayuntamiento de Teror adquiere el poder político y económico que hasta entonces ostentaba el cabildo de Gran Canaria.

El municipio, que tiene una superficie de 25,7 km²,[10]​ cuenta según el padrón municipal para 2017 del INE con 12 424 habitantes y una densidad de población de 483,42 hab./km².[14]

     Población de derecho (1900-1991) o población residente (2001) según los censos de población del ISTAC.[15]

El desglose de población según el Padrón Continuo por unidad poblacional del INE a 1 de enero de 2017:[14]

Tras las elecciones de junio de 1987 se formó en Teror un pacto cuatripartito entre las formaciones Unión de Independientes de Teror, PSOE, CDS y AP que quitó la alcaldía al Partido Demócrata Popular-Centristas Canarios que había logrado ganar las elecciones consiguiendo 8 concejales. El cargo de alcalde se alternó por años entre los candidatos de los cuatro partidos aliados.[16]

En los comicios de mayo de 2015 se forma un nuevo pacto entre el PP, Nueva Canarias, CC y Alternativa por Teror, con lo que la alcaldía es arrebatada al PSOE que había ganado las elecciones.[17]​ Sin embargo, en julio de 2016 prospera una moción de censura contra la alcaldesa presentada por los concejales del PP y del PSOE, alternándose la alcaldía entre ambos durante el resto de legislatura.[18]

Después de las elecciones de mayo de 2019 se renueva el pacto entre los concejales del PSOE y del PP, de nuevo alternándose la alcaldía.[19]

El municipio ha estado regido desde las primeras elecciones democráticas de 1979 por los siguientes alcaldes:[20]

El municipio se divide en las siguientes entidades singulares o localidades y sus correspondientes núcleos:[14]

La actividad económica del municipio se basa en la agricultura, la artesanía, el comercio y la industria alimentaria (pastelería, charcutería y embotellado de aguas minerales).

El concepto de deuda viva contempla sólo las deudas con cajas y bancos relativas a créditos financieros, valores de renta fija y préstamos o créditos transferidos a terceros, excluyéndose, por tanto, la deuda comercial.

     Deuda viva del ayuntamiento en miles de euros según datos del Ministerio de Hacienda y Ad. Públicas.[21]

Teror posee como patrimonio arqueológico principal el poblado troglodita de La Guanchía.[22]

La basílica de Nuestra Señora del Pino constituye el edificio más importante de la Villa Mariana de Teror y uno de los más importantes de la isla de Gran Canaria, puesto que en su interior se encuentra la imagen de la virgen del Pino, patrona de la diócesis de Canarias. La basílica consta de tres naves siendo la del centro la más grande, culminadas con arcos de medio punto y cubierta a dos aguas, y una torre de sillería amarilla que se encuentra en la parte derecha de la fachada de la basílica. En su interior se puede apreciar la capilla del baptisterio, en el presbiterio bajo encontramos el altar del Cristo Atado a la columna de Luján Pérez, haciendo esquina a este el del altar del Santísimo Sacramento presidido por un Cristo Crucificado de Luján Pérez.

Se trata de una vivienda histórica ubicada en el entorno de la basílica. Su origen se remonta al siglo xvii y pertenece al mayorazgo de la familia Manrique de Lara desde hace cinco generaciones como patronos de la Virgen. Anteriormente fue residencia de los Rodríguez del Toro. En ella nació Bernardo Rodríguez del Toro en 1675, a quien el rey Felipe V confirió el Marquesado del Toro y quien fue el origen de una distinguida familia venezolana de cuyo seno nacerían María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, esposa del Libertador Simón Bolívar, Francisco Rodríguez del Toro, IV Marqués del Toro y primer Comandante en Jefe del ejército independentista de Venezuela, Fernando Rodríguez del Toro, Presidente durante la Primera República venezolana, o Fermín Toro, artífice del reconocimiento de la independencia de Venezuela por parte de España.

En la casa-museo se encuentra la habitación donde solía alojarse Néstor Álamo, el que fuera cronista de Teror y precursor de la romería del Pino.

Antiguamente, el museo era el lugar donde se guardaba el trono de plata y los tesoros de la virgen del Pino, poseyendo una pequeña capilla presidida por una imagen de la Virgen.

La Calle Real de la Plaza es uno de los lugares más emblemáticos del casco de la Villa Mariana. Por ella ha transcurrido la vida social, comercial, política, religiosa y cultural del municipio desde hace cinco siglos. Sus casas y comercios forman parte de la memoria histórica de todos los grancanarios, como lugar de recibimiento y antesala de la basílica de Nuestra Señora del Pino.

Sus orígenes se remontan al nacimiento del núcleo urbano de Teror, a principios del siglo xvi, aunque su aspecto moderno se fue configurando en los siglos xviii y xix, en pleno esplendor religioso y comercial de la villa. A lo largo de su historia, la calle mayor de Teror ha tenido varias denominaciones. Fue Baldomero Argente de 1914 a 1937, y General Franco desde esa fecha hasta 1995. Pero desde tiempos inmemoriales siempre fue conocida como La Real, nombre evocador de su carácter señorial y distintivo como arteria principal del casco.

Durante cinco siglos, la Calle Real de la Plaza ha presenciado todos los grandes eventos del municipio y, cada año, se convierte en el escenario principal de la fiesta del Pino y de su romería-ofrenda, además de otras fiestas importantes de Teror.

La Real es una calle comercial por tradición, donde se mantienen algunas de las tiendas más antiguas del municipio, Francisco Bethencourt López, uno de los más importantes comerciantes de la isla en el xix, tuvo aquí establecimiento hasta su quiebra en 1880. Desde entonces y durante gran parte del xx, la Calle Real se constituyó como una de las zonas comerciales de mayor intensidad de la isla, a donde llegaban directamente desde el puerto de Las Palmas las últimas novedades, principalmente en el sector textil.

En la Calle Real se establecieron también en el xix, el Hotel Inglés y en el xx el Hotel El Pino, donde pasaron sus vacaciones de verano muchas familias y personalidades.

La arquitectura de la Calle es variada, fruto de distintas épocas. Sin embargo, en casi todas las fachadas se manifiesta el balcón como elemento distintivo, que sirve de palacio privilegiado para presenciar múltiples eventos que la recorren.

Como cualquier espacio público, la Calle Real de la Plaza ha sufrido transformaciones a lo largo de su historia, adecuándose a los tiempos y a las circunstancias de la época. En sus orígenes, el pavimento era de tierra, luego fue empedrado, y en la década de 1930 fue asfaltada por primera vez.

El edificio está concebido con función monacal de clausura rigurosa. Está compuesto de tres cuerpos principales: la iglesia, el convento y la hospedería. Actualmente esta comunidad es muy conocida por la elaboración de dulces artesanos.

Está situado en la trasera de la basílica de Nuestra Señora del Pino. El edificio fue un regalo del pueblo de Teror a los obispos Morán y Delgado, en agradecimiento por su incansable lucha en la construcción de la basílica. El palacio dispone de varios salones y patios.

Diagonal a la basílica de Nuestra Señora del Pino se encuentra esta hermosa plaza que rememora el origen terorense de la familia de María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, esposa del Libertador Simón Bolívar. Allí se encuentra grabado en piedra el escudo de esta ilustre familia.

La finca de Osorio se encuentra dentro de lo que era la antigua selva de Doramas. Aquí se sitúa el Aula de la Naturaleza de Osorio, que oferta visitas, exposiciones, cursos, etc.

Constituye la principal fuente de ingresos del Ayuntamiento de Teror. Está situada en el barranco de Teror, y se compone de tres grandes manantiales.[23]

Inaugurado el 20 de diciembre de 2010, el viaducto se levanta sobre el barranco de Teror a 74 metros de altura y mide 215 metros de largo y 10 de ancho. Con la construcción de este puente se pretendió una mejor conectividad de Teror con el resto de la isla. El Viaducto de Teror es considerado como la construcción más emblemática del municipio tras la basílica de la virgen del Pino. Por otra parte, la construcción del viaducto ha contado con la oposición de parte de los residentes de la Villa Mariana y de grupos ecologistas.

Se encuentra en la zona del Muro Nuevo y se trata de un monumento que recuerda el hermanamiento hecho en 1991 de las dos grandes villas marianas de Canarias: la villa de Teror y el municipio de Candelaria en Tenerife. La Fuente de La Candelaria posee los escudos de cantería de ambas villas. En la citada Villa Mariana de Candelaria también existe la Plaza de la Villa de Teror que recuerda el mismo acontecimiento.

El mercadillo de Teror es el más concurrido y de mayor envergadura comercial de toda Gran Canaria. La presencia de la virgen del Pino hace afluir a la villa una gran cantidad de personas.

La feria dominical es uno de los principales motores económicos del municipio.

El mercadillo terorense no hizo más que afianzarse a lo largo del siglo xix, bajo la protección y atracción del santuario y la devoción a la virgen del Pino. Desde el año 1872 ya se conocen referencias puntuales del mercadillo de la Villa Mariana como mercado consolidado en referencia con el Boletón Oficial de Canarias. Desde el año 1932, el Mercadillo dominical se ha desarrollado ampliando su zona de ubicación, llegando incluso a alcanzar hasta los 140 puestos mercantes.

En tiempos pasados los productos frescos de la tierra fueron la razón principal de ser de esta feria popular y cultural de la isla, pero en la actualidad se dispone de una gran variedad de productos. La mayoría hacen referencia a la alimentación, textil y bisutería, pero también los hay de flores, objetos religiosos, juguetes, artesanía, etc.[24]

La rica producción artesanal de Teror ofrece cestería, latonería, talla en madera, calados, macramé, bordados, barro, trabajos de caña, telares, ganchillo, perfumes, etc.

Los cuchillos canarios, con hoja de acero y el cabo en cuerno de vaca, acabado en oro, plata y otros materiales, son un símbolo de la identidad insular. Su elaboración es larga, forjando una a una las hojas y limándolas para conseguir un filo de gran calidad y duración, y componiendo la decoración del cabo con un completo y minucioso trabajo.

El tallado de madera se realiza en tea, la madera resinosa del pino canario. En el pasado se utilizaba en la construcción y actualmente ofrece una gran diversidad de productos tales como: cajas, arcones, muebles, además de las reproducciones de balcones y aperos tradicionales de labranza.

La cestería utiliza distintas fibras vegetales. Con paja y corteza de tobisco se hacen graneros y bajayos para echar los cereales; con cañas y mimbres se fabrican cestos; con fibras de enea se entrelazan cuerdas y con palmas se confecciones escobas.

El telar tradicional de Gran Canaria es el horizontal. Se realizan con él traperas, alforjas, talegas, cortinas, sobrecamas, manteles y muchas prendas que componen los trajes típicos de la isla de Gran Canaria.

El calado es un largo proceso de deshilado que logra complejos dibujos sobre la trama del tejido, puesto sobre un bastidor.

La alfarería ahonda sus raíces en el pasado prehispánico. Las piezas tradicionales que se han venido utilizando, por siglos, en Gran Canaria no han dejado de seguir las pautas trazadas por los antiguos aborígenes. En los últimos tiempos, trabajando sin torno a los antepasados se han recuperado motivos decorativos de la tradición prehistórica, que suelen ser pintados con el rojo almagre; a las piezas tradicionales de uso doméstico se han añadido reproducciones de las antiguas pintaderas e ídolos.

La fiesta principal de Teror son las celebradas el 8 de septiembre en honor a la virgen del Pino, patrona del municipio. Decenas de miles de fieles venidos de todo el archipiélago se congregan en éstas fechas en el municipio. Es tradición la peregrinación a pie la víspera del día festivo.

El domingo después del día de la Virgen se celebran las fiestas patronales de Teror llamadas «Día de las Marías» en la que procesiona la virgen del Pino después de la misa solemne de 7 de la tarde y recorre la calle Real hasta llegar a la entrada de la villa en donde se lanzan fuegos artificiales. Es una celebración exclusiva del pueblo, que aprovecha los actos que se organizan a la virgen del Pino pero de forma más comunitaria.

El otro festejo multitudinario es la denominada Fiesta del Agua, que se celebra el último domingo del mes de julio. Se trata de una fiesta cuyo fin consiste en la acción de gracias por las lluvias caídas durante todo el año. La fiesta votiva o del agua sustituyó en el siglo xix a las «bajadas» de la virgen del Pino a Las Palmas de Gran Canaria, que se hacían por hambres, epidemias, sequías u otras calamidades públicas. Con el paso de los años, esta fiesta votiva de la virgen del Pino se institucionalizó celebrándose cada año la función de acción de gracias, con independencia de la motivación concreta por una cierta calamidad pública. En 1903 se añadieron a la procesión de la imagen de la Virgen dos imágenes más que eran elegidas por sorteo entre las de santos existentes en la basílica.

La fiesta del Agua se celebraba generalmente en julio o primera quincena de agosto, en la época de la siega del trigo y de la cebada y de la recolección de las papas veraneras; consistía en la bajada de la Virgen la víspera, solemne función religiosa presidida por el Obispo, procesión de la Patrona acompañada de las imágenes que por sorteo les correspondía y diversos actos cívicos. La última fiesta del agua así celebrada fue la de 1929; por el motivo de concesión de honores militares de Capitán General a la Virgen del Pino, se estimó que sin la representación del Jefe del Estado y compañía de honores no era posible sacar a la calle a la Patrona y dejó de realizarse esta fiesta votiva hasta pasada la guerra civil.

Por iniciativa de la Hermandad de Labradores y Ganaderos se reinició la fiesta, pero sin procesión de la Virgen del Pino, consistiendo en una función religiosa en la Basílica y una ofrenda procesión con la imagen de San Isidro Labrador.

Las principales fiestas y celebraciones del municipio son:[25]

Cúpula de la basílica.

Fachada del Conjunto Histórico Artístico.

Fachada del Conjunto Histórico Artístico.

Balcón canario en el Conjunto Histórico Artístico.

Arquitectura incluida en el Conjunto Histórico Artístico.

Calle de la Diputación.

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