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Vuelta ciclista a España 1983



La Vuelta a España 1983 fue la 38.ª edición de la Vuelta Ciclista a España. Se disputó del 19 de abril al 8 de mayo de 1983, con un recorrido de 3399 km dividido en un prólogo y 19 etapas, una de ellas doble, con inicio en Almusafes y final en Madrid.[1]

Participaron 100 corredores repartidos en diez equipos, de los que únicamente 59 lograron finalizar la prueba.[1]

El vencedor fue el francés Bernard Hinault, quien cubrió el recorrido a una velocidad media de 35,98 km/h, y conquistó así su segunda Vuelta a España en dos participaciones.[1]​ El esfuerzo realizado por Hinault le supuso sacrificar su participación en el Tour de Francia 1983, debido al cansancio y a la recaída de una lesión.[2]​ En el podio, le acompañaron los españoles Marino Lejarreta y Alberto Fernández, segundo y tercero respectivamente.

Además de Hinault y sus jóvenes compañeros en el equipo Renault, Laurent Fignon y Greg LeMond, las otras grandes estrellas internacionales que acudieron a la Vuelta de 1983 fueron el campeón del mundo en ruta, el italiano Giuseppe Saronni, y el excampeón, el neerlandés Hennie Kuiper.[3]​ Entre la participación española, destacaron los consagrados Marino Lejarreta, Alberto Fernández y Álvaro Pino, además de una generación emergente comandada por Julián Gorospe y Pedro Delgado.[4][5]

La participación y el atractivo recorrido lograron que la Vuelta de 1983 fuera considerada el resurgimiento de la ronda española,[6]​ y en algunos ámbitos como su edición más espectacular.[4][7]​ A ello colaboró la especial cobertura que realizó Televisión Española, que por primera vez en su historia retransmitió en directo todos los finales de etapa,[8]​ y también el tema musical utilizado como fondo, la pegadiza canción «No tengo tiempo» del grupo Azul y Negro, que se convirtió en un éxito inmediato.[9]

La Vuelta a España sufría una grave crisis a finales de los años 1970, y su expectación fue decayendo durante esta época.[10]​ En 1979 el organizador principal, el diario El Correo Español-El Pueblo Vasco renunció a su organización, y la celebración del evento estuvo a punto de suspenderse, pero Luis Puig, presidente de la Federación Española de Ciclismo, consiguió su continuidad con la organización por parte de Unipublic y el patrocinio de la firma textil Lois.[11]​ A partir de 1981, Caja Postal se convirtió en patrocinador principal de la Vuelta.[12]

Todo ello provocó una ausencia prolongada de las principales figuras mundiales, lo que contribuyó aún más a su declive. A ello se unió el escándalo del dopaje, que en la edición de 1982 provocó la descalificación de cuatro corredores, entre ellos dos de los tres primeros clasificados de la carrera, Ángel Arroyo y Alberto Fernández, además de Pedro Muñoz y Vicente Belda.[13][n. 1]

Para 1983, Unipublic consiguió la participación de dos de las figuras más emblemáticas del panorama mundial, el francés Bernard Hinault, que ya había ganado la edición de 1978, y el italiano Giuseppe Saronni. Aunque en principio se especuló con la posibilidad de que ambos ciclistas correrían la Vuelta con la intención de preparar su participación en el Tour de Francia y el Giro de Italia respectivamente,[3]​ Hinault se encargó de aclarar a la prensa que se presentaba en la carrera con el objetivo de ganarla.[3]​ La organización pagó ocho millones de pesetas al ciclista bretón por su participación en el evento.[7]

Así, la carrera se planteó con un presupuesto de 95 millones de pesetas, un 30% más que el año anterior,[14]​ y una participación de alto nivel, lo que unido a la cobertura llevada a cabo por Televisión Española, despertó una expectación inusual entre los aficionados.[15]​ Fue también la primera edición en que la competición fue acompañada por una caravana publicitaria que amenizaba los finales de etapa y la ceremonia de entrega de premios.[16]

La Vuelta repartió 5 878 800 pesetas en premios entre los participantes, de los que 1 692 000 constituían el premio para el vencedor absoluto y 2 463 000 se repartieron entre los vencedores de etapa.[16]​ El resto eran dotaciones para los premios menores.[16]​ El patrocinador principal de la prueba continuó siendo Caja Postal, que durante 1983 destinó unos 60 millones de pesetas a competiciones ciclistas, siendo la Vuelta su principal apuesta.[17]

La organización diseñó un recorrido de 3399 km que transcurría (excepto las dos primeras etapas) casi íntegramente por el norte de España, con la intención de aprovechar las dificultades montañosas que planteaban los Pirineos, la Cordillera Cantábrica y el Sistema Central.[16]​ En total, se ascendió a 38 puertos de montaña, de los cuales 12 fueron considerados de Primera categoría, 7 de Segunda categoría y 19 de Tercera.[16]​ El director técnico de la Vuelta, el exciclista Ramón Mendiburu, señaló que se pretendió «aumentar la dureza con respecto a anteriores ediciones para buscar una mayor lucha».[16]

Uno de los finales de etapa inéditos lo constituyó el ascenso a los Lagos de Covadonga, a 1135 m s. n. m., una espectacular ascensión de 14 km desde el Santuario de Covadonga con un desnivel de 974 m que se convirtió en una de las etapas clásicas en posteriores ediciones de la Vuelta.[19]​ Los puertos de mayor altitud a los que ascendió la carrera fueron La Bonaigua (2072 m s. n. m.), Peñanegra (1909 m s. n. m.), Navacerrada (1880 m s. n. m.), La Morcuera (1796 m s. n. m.) y El Cantó (1725 m s. n. m.).[16]

El presidente de la federación, Luis Puig, señaló que esta concentración de etapas en la zona norte del país se debía a la necesidad de diseñar un recorrido montañoso atractivo que redundaría en el interés de la carrera.[15]​ Asimismo, aseguró que el año siguiente la Vuelta comenzaría en Málaga, con más protagonismo para Andalucía y otras regiones del sur.[15]

La de 1983 fue la primera edición de la Vuelta cuyos finales de etapa fueron retransmitidos íntegramente en directo por Televisión Española.[8][n. 2]​ Los comentarios corrieron a cargo de Antolín García, Ángel María de Pablos y Emilio Tamargo, quien además comentaba un resumen nocturno de cada etapa.[20]

El despliegue de TVE incluyó un equipo de 120 personas, dos unidades móviles propias y otra contratada a una televisión francesa, y más de 20 vehículos que incluían automóviles, motocicletas y un helicóptero para la cobertura de las etapas.[21]​ La retransmisión llevada a cabo por la cadena pública durante esta Vuelta fue considerada un revulsivo para la popularidad de la prueba.[6][22]​ Además de convertir la carrera en un espectáculo televisivo, se estimó que las audiencias aumentaron considerablemente durante las retransmisiones.[20][6]

El tema musical de la Vuelta fue encomendado por Televisión Española al dúo de tecno-pop Azul y Negro, considerado pionero del género en España,[9]​ y que ya había compuesto el tema de la Vuelta a España 1982.[23]​ La canción elegida fue «No tengo tiempo», que se convirtió en un gran éxito y fue rápidamente asociada con la carrera ciclista.[9][24]​ «No tengo tiempo» alcanzó la categoría de superventas, y permaneció durante 21 semanas como el sencillo más vendido en España.[25]​ Además, el 18 de junio de 1983, se convirtió en número uno de la lista de éxitos de Los 40 Principales.[26]

100 corredores tomaron la salida, divididos en 10 equipos, cuyas nacionalidades eran las siguientes:[27]

A continuación se detallan los equipos participantes, junto con su líder y el director técnico del mismo:

La carrera comenzó con el prólogo, una contrarreloj individual por las calles de Almusafes de 6,8 km en la que ganó contra pronóstico el joven francés Dominique Gaigne, que se convirtió en primer líder de la Vuelta.[15]​ El italiano Giuseppe Saronni, uno de los favoritos para adjudicarse la etapa, sufrió una caída sin consecuencias durante la misma. Las tres primeras etapas, consideradas de transición, depararon los triunfos de Juan Fernández, que se adelantó al grupo de favoritos en la llegada a Cuenca;[30]Eric Vanderaerden, que se impuso al esprint en Teruel;[31]​ y Giuseppe Petito, que se impuso también en la llegada masiva a San Carlos de la Rápita.[32]​ Gaigne se mantuvo como líder durante estas etapas.[32]

El 23 de abril la Vuelta llegó a San Quirico del Vallés, donde Laurent Fignon se impuso a sus dos compañeros de escapada, Marino Lejarreta y Antonio Coll, aventajando en unos segundos al pelotón.[33]

La 5.ª etapa significó el primer contacto de la Vuelta con la alta montaña, en una jornada con cuatro puertos,[33]​ y dio lugar al inicio de las hostilidades entre los favoritos. La llegada final a Castellar de Nuch, en un puerto clasificado de 1.ª categoría, representó una importante criba entre los aspirantes al triunfo. El escalador Alberto Fernández entró vencedor en la meta tras dejar atrás unos metros a un grupo formado por Bernard Hinault, Marino Lejarreta, Reimund Dietzen y Pedro Muñoz.[34]​ Hinault se vistió con el maillot amarillo como líder de la carrera, desbancando a su compañero de equipo Dominique Gaigne.[34]

Al día siguiente se produjo la llegada de la carrera a los Pirineos, disputándose una de las etapas más duras de la prueba, entre La Pobla de Lillet (Barcelona) y Viella (Lérida) con 235 km y tres puertos de montaña que incluían el alto de La Bonaigua a 23 km de la meta.[34]​ Tras una etapa espectacular y en unas pésimas condiciones meteorológicas, el vizcaíno Marino Lejarreta logró un épico triunfo en la meta de Viella sobre Alberto Fernández, Julián Gorospe y Pedro Delgado.[18]​ Lejarreta se colocó como líder al conseguir 42 segundos de ventaja sobre Bernard Hinault en esta etapa.[18]

La 7.ª etapa, con llegada a Sabiñánigo, sufrió una neutralización de 84 km debido a las condiciones meteorológicas a la salida del túnel de Viella, donde estaba nevando.[n. 3]​ El triunfo fue para Jesús Suárez Cueva, tras anular una larga escapada de José Luis López Cerrón, que marchó en solitario la mayor parte de la etapa.[35]​ Al día siguiente, se disputó una dura cronoescalada de 38 km al Balneario de Panticosa, en la que se impuso de forma brillante el líder Marino Lejarreta, aventajando en 10 segundos a Alberto Fernández y en 33 a Julián Gorospe.[36]​ Hinault quedó 9.º en la etapa a 2 min 13 s, y fue considerado el gran derrotado de la jornada.[37]

La carrera abandonó los Pirineos con Marino Lejarreta como líder, seguido en la clasificación general por Julián Gorospe a 33 segundos y Alberto Fernández a 35. Entre los favoritos, Hinault era 6.º a 2 min 35 s, Hennie Kuiper 8.º a 3 min 41 s y Saronni 24.º a 13 min 57 s del líder.[36]

A pesar de que las cuatro etapas siguientes eran consideradas poco propicias para las sorpresas, durante las mismas se produjeron dos cambios de líder. En la 9.ª llegó el primer gran triunfo de Giuseppe Saronni, al imponerse con autoridad en la llegada al casino Montes Blancos de Alfajarín.[38]​ Al día siguiente, en la etapa entre Zaragoza y Soria, Lejarreta perdió el liderato en beneficio de Julián Gorospe, tras verse afectado por un corte en el pelotón provocado por el aire y un ataque de los equipos Renault y Aernoudt que le supuso perder 2 min 39 s sobre el grupo de favoritos. La etapa la volvió a ganar Saronni.[39]​ Poco le duró el maillot amarillo a Gorospe, una de las grandes promesas del ciclismo español,[39]​ que lo perdió en la llegada a Logroño tras un nuevo corte en el pelotón que le relegó a entrar en un segundo grupo. La victoria de etapa fue para Eric Vanderaerden, y el liderato recayó en Alberto Fernández, que de esta forma se vestía por primera vez de amarillo en esta edición de la Vuelta.[40]

La etapa 12.º entre Logroño y Burgos, de 147 km, era considerada un mero trámite, pues transcurría por un terreno completamente llano y precedía a la temida subida a Lagos de Covadonga del día siguiente. Así se lo tomaron los corredores, que llegaron en grupo compacto a la meta, donde venció el velocista belga Noël Dejonckheere, que se impuso a sus compatriotas Guido Van Calster y Eric Vanderaerden.[41]

Tras estas etapas de transición, Alberto Fernández llegó como líder a la fase decisiva de la carrera, con una ventaja de 8 s sobre Julián Gorospe. 3.º era Hinault a 1 min 56 s, 4.º Marino Lejarreta a 2 min y 5.º Hennie Kuiper a 3 min 16 s.[41][n. 4]

La semana decisiva de la Vuelta comenzó el 2 de mayo, con la esperada etapa entre Aguilar de Campoo y la llegada inédita a Lagos de Covadonga,[42]​ de 188 km, con tres puertos de montaña, el alto del Pantano, el puerto del Pontón y la llegada final a Covadonga. Los protagonistas de la etapa fueron Carlos Machín y Rudy Pevenage, que llegaron escapados a pie de puerto.[43]​ Fueron cazados durante el ascenso por Marino Lejarreta, que saltó de un grupo en que figuraban los primeros clasificados de la general, y logró presentarse en solitario en la meta, con una ventaja de más de un minuto sobre Hinault, quien a su vez sacó unos metros de ventaja sobre Alberto Fernández, Julián Gorospe y Pedro Muñoz.[43]​ Alberto Fernández conservó el maillot amarillo, aunque la etapa significó la confirmación de Lejarreta, que recuperó sus aspiraciones de lograr el triunfo final.[28]

Al día siguiente, se disputó una etapa muy competida entre Cangas de Onís y León, en la que llegó a la meta con una importante ventaja un grupo de escapados en el que figuraba Álvaro Pino, que aprovechó para lograr el liderato de la vuelta superando a su compañero de equipo Alberto Fernández. El triunfo parcial fue para Carlos Hernández, y Hinault atacó a sus rivales en el descenso del puerto de Pajares, logrando en meta medio minuto de ventaja respecto a sus competidores en la clasificación general. Tras la etapa, Alberto Fernández y Lejarreta cruzaron algunas palabras subidas de tono con Hinault y Giuseppe Saronni, a quien acusaron de haber ayudado descaradamente al francés.[44][45][n. 5]

La 15.ª etapa estaba compuesta por dos sectores: uno matinal entre León y Valladolid de 179 km en el que se impuso sin demasiadas incidencias Pascal Poisson, y por la tarde una contrarreloj de 22 km por las inmediaciones de la ciudad del Pisuerga. En esta cronometrada, Hinault logró un importante triunfo, consiguiendo amplias ventajas sobre Fernández, que perdió 1 min 24 s y Lejarreta, que cedió 1 min 51 s respecto al francés.[46]​ Julián Gorospe fue segundo y se situó como líder tras la etapa, con 22 s de ventaja sobre Álvaro Pino y 1 min 6 s sobre Alberto Fernández y Bernard Hinault.[47]​ Al día siguiente, 5 de mayo, el líder de la montaña José Luis Laguía logró la victoria en una etapa llana entre Valladolid y Salamanca,[48]​ que se desarrolló sin demasiados movimientos en el pelotón.[49]

La 17.ª etapa, de 216 km, en la cual se ascendieron cuatro puertos de la Sierra de Gredos (Peñanegra, El Pico, Serranillos y La Paramera) iba a resultar decisiva.[48]​ La batalla fue planteada desde el principio de la etapa: durante los dos primeros puertos, los hombres del Renault marcaron un fuerte ritmo que fue minando la resistencia de los corredores.[50]​ Ayudado por el joven Laurent Fignon, Hinault atacó en las duras rampas del tercero de la jornada, el puerto de Serranillos.[8]​ En el descenso, y acompañado de Lejarreta, Vicente Belda, Guy Nulens y Claudio Bortolotto, Hinault tiró con fuerza hacia la última dificultad montañosa de la jornada, el alto de la Paramera, donde Nulens y Bortolotto quedaron descolgados. En la meta del velódromo de Ávila, Hinault se impuso a sus compañeros de escapada, Lejarreta y Belda, y se situó como líder sentenciando la carrera. Lejarreta, por su parte, alcanzó el segundo puesto de la clasificación general. El líder Julián Gorospe cedió más de veinte minutos en la línea de meta, y Alberto Fernández más de tres.[50]

La 18.ª etapa, entre Ávila y las Destilerías DYC en Palazuelos de Eresma, contaba con varios puertos en su recorrido, pero las fuerzas estaban ya justas y no se produjo ningún ataque reseñable entre los primeros de la clasificación. La victoria fue para Jesús Hernández Úbeda, del equipo Reynolds, tras una larga escapada de 194 km en solitario.[51]

La Vuelta a España 1983 finalizó el 8 de mayo con la intrascendente etapa final entre Destilerías DYC y Madrid, de 135 km, con final en un circuito urbano en el paseo de la Castellana que sirvió como homenaje al hombre que había sentenciado la carrera dos días antes, el bretón Bernard Hinault.[10]​ El triunfo en la etapa fue para el australiano Michael Wilson, que logró sorprender a los velocistas y presentarse en solitario en la línea de meta.[10]

Hinault conseguía de esta forma su segunda victoria en la Vuelta a España en dos participaciones, tras su victoria en la edición de 1978, y no volvería a participar en la misma.[52]​ Únicamente 59 de los 100 corredores que tomaron la salida en Almusafes finalizaron la carrera.[1]

En esta edición de la Vuelta a España se diputaron siete clasificaciones que se saldaron con los siguientes resultados:[53]



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