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Sabiñánigo



Plaza de España, Ayuntamiento e Iglesia de Cristo Rey.

Sabiñánigo (en aragonés Samianigo)[3][4]​ es un municipio de la provincia de Huesca, Aragón, España, capital de la comarca de Alto Gállego. Tiene una población de 9238 habitantes (INE, 2019) y su término municipal, de 586,8 km², es el más extenso de su provincia.

Su primer testimonio fidedigno es de 1035 (hay otro del año 992, pero se encuentra en un documento falsificado). Aparece como Savignaneco (/sabijnáneko/). Volverá a aparecer en documentación de los siglos XII y XIII. Su etimología será el nombre de persona latino Sabinianicu, derivado a su vez de Sabinianus y este de Sabinius o Sabinus. En el aragonés moderno el nombre ha evolucionado a Samianigo.[5]

La localidad de Sabiñánigo está situada en la orilla derecha del Gállego a su salida del valle de Tena, a unos 780 m sobre el nivel del mar. El término municipal limita al norte con los municipios de Biescas y Yebra de Basa; al este con Fiscal y Boltaña; al sur con el municipio de Las Peñas de Riglos; al sureste con la comarca del Somontano de Barbastro y al oeste con los municipios de Caldearenas, Jaca y Villanúa.

Parte de su término municipal está ocupado por el parque natural de la Sierra y los Cañones de Guara.

Anteriormente la comarca en la que estaba enmarcado Sabiñánigo se la conocía como Serrablo, por lo que a los habitantes de esta localidad también se les conoce como serrableses.

De acuerdo a la clasificación climática de Köppen Sabiñánigo tiene un clima Cfb. La temperatura mínima absoluta fue de -25 °C registrada el 31 de enero de 1954. La máxima absoluta sube hasta los 39,8 °C registrada el 28 de julio de 1951.

El origen de Sabiñánigo es romano y parece estar vinculado con el establecimiento de una mansión militar, fundada en torno el siglo II, a orillas de la calzada que comunicaba Osca (la actual Huesca) con los baños termales de Panticosa. En 1972 se celebró el bimilenario de la fundación de la ciudad, al considerar que Calvisio Sabino —propretor de las Galias— fundó Sabiniano a la conclusión de una campaña de pacificación en Hispania.[6]

La primera mención histórica de Sabiñánigo documentada es de 1035 en donde aparece como Savignaneco, y se refiere a su incorporación al Reino de Aragón. Hacia 1137, en plena época medieval, ya se cita su condición de villa de realengo, categoría que mantendría siglos después. Desde esa época el enclave gozó de privilegios, no estando subyugado a ningún señor rural hasta la época Moderna, cuando perdió esta condición aventajada.[7]

Pedro II, en 1206, donó su iglesia de San Acisclo a García de Gúdal, obispo de Jaca-Huesca. Y finalizando la Edad Media (1492), Fernando el Católico intervino para fijar los límites de sus términos y solucionar los problemas que planteaba el estar vacante las caballerías de honor de este lugar.[8]

Durante el siglo XVI se siguió pagando el impuesto de las caballerías y comenzó un cierto despegue económico. En 1594, se procedió a firmar una concordia con los ganaderos del valle de Tena relativa al paso de los ganados trashumantes por los términos de la villa de Sabiñánigo y por los de sus aldeas dependientes. Sin embargo, a juzgar por los documentos, el lugar parece que se arruinó en 1696.[8]

Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Sabiñánigo como un pequeño pueblo de 28 casas, aunque con casa consistorial y cárcel; también indica que subsistía por su agricultura y ganadería, produciendo sus tierras «trigo puro y de mistura, legumbres, patatas y pastos».[9]

A finales del siglo XIX, comenzó la construcción de la vía férrea que uniría Zaragoza con Francia por Canfranc. Con la llegada del ferrocarril en 1893 se construyó una estación de tren cerca de Sabiñánigo pueblo; alrededor de dicha estación empezó a crecer un nuevo núcleo de actividad, abriéndose comercios y hospedajes en torno al camino que pronto se denominaría paseo de la Estación. El nuevo Sabiñánigo se convirtió en lugar de paso obligado hacia el balneario de Panticosa, donde acudía gente con el fin de tomar las beneficiosas aguas termales; tras unas cinco horas de tren entre Zaragoza y Sabiñánigo, tomaban unos carruajes —autobuses a partir de 1909— que les conducían al citado balneario.

El Barrio de la Estación empezó a tener mayor protagonismo que el núcleo urbano original, e iba consolidándose gracias, primero a los comercios, y luego a la implantación de fábricas. Tanto fue así, que en 1916 el propio Ayuntamiento se trasladó al Barrio de la Estación.

Las fábricas dieron el impulso definitivo a la emergente ciudad. En 1920 EIASA, sociedad franco-española, estableció una moderna fábrica química que marcaría un hito al conseguir por primera vez a nivel mundial la síntesis de amoníaco a partir de hidrógeno. Pronto se instalaría AESA, encargada de la fabricación de aluminio laminado, siendo la primera empresa española en producirlo.[7]

En la década de 1950 Sabiñánigo incorporó el municipio de Sardas y parte de Cartirana. En la década siguiente absorbió Acumuer, Cartirana, Gésera, Jabarrella, Orna de Gállego y Senegüé y Sorripas, y partes de Ena, Guasa y Oliván. En la década de 1970 incorporó parte de Laguarta.

Durante la Guerra Civil, entre septiembre y noviembre de 1937, tuvo lugar en la zona la Batalla de Sabiñánigo, en la que la 43.ª y la 27.ª divisiones del Ejército de la República lanzaron una ofensiva contra la I Brigada de la 51.ª División Nacional y voluntarios como los Panteras del Valle de Tena y la Compañía de Esquiadores. El ejército republicano finalmente no consiguió conquistar Sabiñánigo —ya entonces importante centro fabril—, a pesar de haber estado a punto de cercarlo. La batalla se saldó con un número total de bajas de aproximadamente 6000 efectivos.

Sabiñánigo también es tristemente conocido porque, en los años 1970 y 1980, una empresa de pesticidas generó una importante contaminación que afectó a parte del municipio. Técnicos del Gobierno de Aragón han calculado que entre 1975 y 1989 fueron arrojadas entre 115 000 y 160 000 toneladas de residuos tóxicos de la producción de lindano en dos vertederos del municipio.[10]​ En la actualidad, Sabiñánigo es considerado uno de los lugares más contaminados del país.[11]

En noviembre de 2017 se comenzó con el encapsulado de los residuos de lindano en Sabiñánigo para ser incinerados en Francia.[12]

Aunque la población de Sabiñánigo en 1900 era de sólo 280 habitantes, la instalación de industrias generó nuevos puestos de trabajo que se cubrieron con inmigrantes: en 1940 se alcanzaron los 1768 habitantes y en 1960 los 6184 habitantes. No obstante, en los años 2000 el esplendor industrial de la localidad se había perdido, con algunas de las plantas cerradas y con sus plantillas muy mermadas en otros casos, aunque todavía perviven empresas con un buen número de empleados y un importante volumen de negocio. La pirámide de edades, gracias a la inmigración de efectivos jóvenes, es una de las más jóvenes de Aragón.[8]

     Población de derecho según los censos de población del INE.[13]     Población según el padrón municipal de 2019.[14]

El municipio de Sabiñánigo se puede considerar como una concentración de municipios, por la fusión de antiguos municipios que englobaban a sus vez varias localidades, siendo actualmente el tercer municipio en extensión de todo Aragón, con sus 586,82 km². Concentración dada por el hecho de que Sabiñánigo se encuentra en el pleno Prepirineo aragonés, zona de fuerte despoblación en el éxodo rural del país, motivado principalmente por el desarrollismo español del siglo XX. Esta gran zona migratoria sería el Serrablo y su entorno, que incluiría la Guarguera, la Val Ancha, la Val Estrecha, el Valle de Acumuer, Ballibasa y la zona norte de la Sierra de Guara, todas ellas zonas cuyo territorio pertenece, al menos en parte, al municipio. La industrialización de la localidad de Sabiñánigo motivaron que fuera un centro económico importante que haría crecer exponencialmente la nueva población, pero las localidades y zonas cercanas citadas no se recuperarían de esta fuerte despoblación.

A continuación se detalla el desglose de población según el Padrón Continuo por Unidad Poblacional del INE, y las zonas geográficas que comprende el municipio:

En dicho valle, perteneciente al término municipal de Sabiñánigo, se encuentran también los despoblados de Asqués, Asún y Bolás.

Además en dicha zona del término municipal se encuentra el despoblado de Campares y Jabarrella.

En dicha zona del término municipal se encuentran los despoblados de Abenilla, Alavés, Arruaba, Atós Alto, Atós Bajo, Bescós, Cañardo, Fablo, Fenillosa, Lasaosa, Molino de Escartín, Sandiás, Santa María de Perula, Secorún, Villacampa y Villobas.

En dicha zona del término municipal se encuentran los despoblados de Abellada, Binueste, Azpe, Ibirque y Used.

La Casa Abacial, construida por Juan Ferrer, data de 1589. En el siglo XVII se levantó la sencilla iglesia parroquial, barroca y dedicada a San Hipólito, y la Casa del Concejo se concluyó en 1605. Estos edificios se sitúan en el actual barrio de San Feliciano.[8]

Mucho más moderno es «Pirenarium», el parque de los Pirineos, complejo inaugurado en 2006. Que albergaba maquetas del Pirineo y todo Aragón en miniatura, y se encuentra ubicado en los viejos cuarteles del ejército.

La casa del siglo XIX (1810-1830) en El Puente de Sabiñánigo, conocida como Casa Batanero, es la sede del Museo Ángel Orensanz y Artes del Serrablo. Inaugurado en 1979, la planta baja reproduce las distintas dependencias de una casa pirenaica con todos sus enseres, y en el segundo piso se combinan estancias dedicadas a las labores artesanales con estancias propias de la vivienda. En el antiguo granero se ha instalado un espacio lúdico dedicado a «Pedrón», el famoso diablillo del Serrablo. Fue apadrinado por don Julio Caro Baroja y por Julio Gavín.

En el parque de Sabiñánigo se encuentra el ábside de la parroquia de Santa María de Gavin que fue trasladado y reconstruido por la asociación Amigos de Serrablo. En él aparecen siete arquillos ciegos lombardos, sobre el que corre un friso de baquetones típico del estilo larredense. Asimismo se reconstruyó en el parque un ventanal románico procedente de la iglesia de Castillo de Guarga decorado con una columnita provista de capitel tipo jaqués.

En el viejo camino de El Puente a Yebra de Basa por el que pasaban los romeros hasta la ermita de Santa Orosia, se halla el zoque de Santa Orosia, pequeña capilla-oratorio de planta rectangular, su vano de arco de medio punto está cerrado con una verja de hierro que guarda el altar de dedicado a la santa.[20]

Dentro del término municipal de Sabiñánigo, en Lárrede, se encuentra la iglesia de San Pedro de Lárrede. Construida en torno a 1050 en estilo románico aragonés,[21]​ forma parte del grupo de iglesias denominado del Serrablo. La iglesia es Monumento Nacional desde 1931. Asimismo, el Museo del Dibujo Julio Gavín «Castillo de Larrés», emplazado en el castillo de este lugar, expone 350 obras. Además de muestras de dibujo artístico, incluye un apartado dedicado al humor gráfico y al cómic.[22]​ El castillo data de finales del siglo XIV y fue ampliado en el siglo XVI.[23]

En el término de Sabiñánigo se localiza un monumento megalítico, el dolmen de Ibirque, que se yergue en la cumbre de un cerro. Se compone de una cámara interior simple —de planta rectangular y abierta al este— y un túmulo. Consta de una gran losa de cubierta, que oculta la mayor parte de la cámara, y cuatro losas laterales.[24]

Ciudad muy ligada al deporte y en especial al ciclismo, Sabiñánigo es conocida por crear y albergar una de las pruebas ciclistas amateurs más importantes del mundo, llamada «Quebrantahuesos», la cual podría ser considerada una etapa de Categoría Especial en el Tour, por los puertos de montaña que se pasan.

Por otra parte, en las cercanías de Sabiñánigo se puede practicar el esquí. Panticosa está a 30 km, Formigal a 38 km, Candanchú a 44 km y Astún a 47 km.




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