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Asamblea de Dios



Las Asambleas de Dios (en inglés, Assemblies of God) es un grupo de más de 144 agrupaciones nacionales de iglesias autónomas y autogobernadas que juntas forman la denominación pentecostal más grande del mundo también llamada Fraternidad Mundial de las Asambleas de Dios.[1]

Según datos suministrados por la propia organización, en 2020 contaban con 368.703 iglesias y 55.500.000 miembros en todo el mundo.[2][3]​ Pertenecen a la asociación nacional de iglesias evangélicas de sus respectivos países o regiones y a la Fraternidad Mundial Pentecostal (Pentecostal World Fellowship en inglés).[4]​ Sin embargo, desaprueban el ecumenismo con organizaciones religiosas contrarias a su declaración de fe y no están afiliadas al Consejo Mundial de Iglesias.[5]

Luego del reavivamiento de la Calle Azusa de 1906 dirigido por William Seymour en Los Ángeles, California, el pentecostalismo clásico se comenzó a extender por distintas localidades y países del mundo.[1]​ En 1910, en Estados Unidos ya se habían creado dos grandes organizaciones pentecostales, las cuales eran dirigidas en Texas y Arkansas por el exministro metodista E.N. Bell, y en Alabama y Misisipi por H.A Gross.[6]

Bell era además editor del periódico cristiano La Fe Apostólica, luego llamado Palabra y Testimonio, en donde publicaba diversos testimonios de pentecostales. Dado el creciente número de creyentes en la doctrina del bautismo en el Espíritu Santo, decidió unificarlos con el fin de que tuvieran derechos sobre las propiedades en donde estaban levantando sus templos, evitándose problemas con otras organizaciones religiosas históricas. Sin embargo, entre 1913 y 1914, muchos grupos pentecostales tuvieron controversias doctrinales con respecto a la Santísima Trinidad y en cuanto al nombre de quién o de quiénes debía efectuarse el bautismo en agua. Por consiguiente, en 1914, después de grandes debates los grupos decidieron separarse y formar organizaciones afines a sus creencias.[6]​ Bell, contrario a los pentecostales unicitarios, fue uno de los pastores que optaron por continuar con la doctrina de la Santísima Trinidad. El 20 de diciembre de 1913, convocó a todas las iglesias pentecostales trinitarias a un concilio con el fin de organizarse mejor.[7]

El primer Concilio General de las Asambleas de Dios se celebró entre el 2 y el 7 de abril de 1914 en la ciudad estadounidense de Hot Springs, Arkansas.[8]​Contó con una asistencia de trescientas personas, entre ellas 128 misioneros procedentes de veinte estados, miembros de la Asociación de Asambleas Pentecostales de Indiana, la Iglesia de Dios en Cristo y el Movimiento de la Fe Apostólica. También participaron extranjeros y los ministros M.N. Pinson, A.P. Hollins, H.A. Gross y D.C. Operman.[7][9]

En dicho concilio se eligió a Bell como presidente y a J. Roswell Flower como secretario. Se adoptó el nombre de «Asambleas de Dios» propuesto por el evangelista K. Leonard, quien junto a otros ministros se adhirió al movimiento y además ofreció a la organización su imprenta y escuela en Findlay, Ohio. Además establecieron algunos lineamientos organizacionales y promulgaron una declaración que establecía el principio de soberanía de cada iglesia local.[7]

El segundo concilio general se realizó en noviembre del mismo año, esta vez en la ciudad de Chicago.[7]​ Allí la organización oficializó la Biblia como su regla de fe y conducta, permitiendo a cada ministro desarrollar sus propias interpretaciones.[10]

Dada la creciente influencia de la doctrina de la Unicidad de Dios en el movimiento pentecostal, las Asambleas de Dios decidieron organizar un tercer concilio general, en el otoño de 1916, en la ciudad de San Luis, Misuri.[1]​ Los líderes de la organización, junto a varios ministros, redactaron la por ellos denominada «Declaración de Verdades Fundamentales» o «Declaración de Fe», un documento donde exponían sus creencias, poniendo énfasis en la doctrina de la Santísima Trinidad.[11]​ Esto provocó la afiliación de varias iglesias hasta entonces independientes, pero también la separación de las iglesias pentecostales unicitarias, las cuales formaron otras denominaciones, tales como la Iglesia Pentecostal Unida.[1]

A partir de entonces, las Asambleas de Dios se comenzaron a establecer en otros estados y condados de Estados Unidos. Otros miembros de México, Brasil y algunas regiones de Europa decidieron regresar a sus países de origen para predicar las doctrinas de las Asambleas de Dios.[1]​ Para 1918, las iglesias de las Asambleas de Dios de habla hispana ya se habían extendido a Texas, California, Colorado, Nuevo México y Nueva York, así como a países latinos como Cuba, Puerto Rico, El Salvador, Guatemala y México.[7]

En 1988, por iniciativa del Dr. Philip Hogan, las distintas organizaciones nacionales de las Asambleas de Dios se unieron para conformar la Fraternidad Mundial de las Asambleas de Dios Pentecostales, cuyo objetivo inicial fue coordinar la evangelización, pero pronto se convirtió en un organismo permanente de interrelación entre las distintas instituciones. Hogan, quien por entonces era director de las Misiones Foráneas de las Asambleas de Dios de Estados Unidos,[12]​ se convirtió en el primer presidente de la Fraternidad, ejerciendo hasta 1992, año en que asumió el Rev. surcoreano David Yonggi Cho. En 1993 el nombre de la fraternidad cambió por el de Fraternidad Mundial de las Asambleas de Dios.[12]

Según un censo de denominación en 2020, tiene 368,703 iglesias y 69,000,000 miembros en todo el mundo. [13]

Las Asambleas de Dios de cada país tienen una comisión de «Doctrina y Asuntos Teológicos», cuyos miembros, amparados en su propia interpretación de la Biblia, definen la postura de la iglesia nacional sobre diversos temas teológicos, políticos, sociales y conductuales.[14]​ Esta organización se enmarca dentro del pentecostalismo clásico[1]​ y sus miembros se definen a sí mismos como protestantes, evangélicos y pentecostales.

En general, las Asambleas de Dios se declaran en contra del machismo,[15]​ si bien algunas iglesias tienen restricciones en cuanto a la vestimenta y hacen importantes distinciones de género. Adicionalmente, tienen iniciativas de integración y evangelización especial para las personas con capacidades diferentes.[16]

Por otra parte, no aceptan las parejas de hecho ni los divorcios, salvo por causas de adulterio o abandono, y sólo algunas iglesias permiten segundas nupcias, exclusivamente por razones de viudez. Estas personas divorciadas y vueltas a casar difícilmente podrán afiliarse al movimiento, ni menos asumir puestos de pastores y diáconos, con la excepción de que se hayan divorciado antes de su conversión al cristianismo, por alguna de las razones antes mencionadas.[17]​ Las Asambleas de Dios consideran como pecados las relaciones sexuales prematrimoniales y extramatrimoniales,[18]​ la homosexualidad, la transexualidad y en general cualquier otro tipo de orientación sexual y/o identidad de género,[19]​ el aborto en casi cualquiera de sus maneras, excepto tratándose de un aborto espontáneo,[18][nota 1]​ la eutanasia,[20]​ la clonación[18]​ y la investigación biomédica de las células madre,[18]​ el consumo de alcohol[21][nota 2]​ y los juegos de apuestas.[22]​ El incumplimiento de estas normas disciplinarias, más otras faltas, puede conllevar a sanciones específicas y bien estipuladas por las iglesias, que pueden variar entre el apercibimiento, la amonestación, suspensión o expulsión.[23]

En cuanto a sus creencias religiosas, las Asambleas de Dios se declaran en contra de ciertas posiciones más extremas, como las neopentecostales. Rechazan los autoritarismos ejercidos por los llamados «apóstoles» y «profetas» de otras denominaciones pentecostales; para ellos, estos no son cargos oficiales ni menos divinidades, sino una manera de referirse a aquellas personas que ejercen funciones evangelizadoras significativas.[24][25]​ Tampoco están de acuerdo con el excesivo uso de la imposición de manos ni con otras prácticas de efervescencia devocional como mecanismos para buscar los llamados dones del Espíritu Santo; reprueban las libres interpretaciones de la Biblia que llevan a consideraciones que no están explícitamente escritas en ella,[25][26]​ y creen que solo sus textos originales son del todo veraces y confiables.[27]​ Por otra parte, si bien creen en la posesión demoníaca, no se obsesionan con esta idea[25]​ y consideran que los protestantes fieles no pueden ser poseídos de esta manera.[28]

El culto de las iglesias pertenecientes a las Asambleas de Dios puede variar de acuerdo al lugar, por la cultura y recursos que tenga cada iglesia. Sin embargo, en muchas de las iglesias latinoamericanas y estadounidenses se celebran reuniones similares que incluyen sesiones de oración, lectura y predicación de la Biblia, música, recolección de ofrendas e interacciones directas entre el pastor y sus feligreses. En muchas se organizan también escuelas dominicales para el estudio personalizado de la Biblia, sesiones litúrgicas para niños, bautismos en agua, primicias, presentaciones de niños a los que no se les bautiza pero sí se ora por ellos, ceremonias de bodas, celebraciones de cumpleaños, graduaciones de pastores de los institutos bíblicos y celebraciones de fechas relevantes, como la Navidad o el Año Nuevo.[29]

La Fraternidad Mundial de las Asambleas de Dios agrupa a los concilios nacionales de cada país, cada uno de ellos liderado por un Superintendente General. Es exclusivamente consultiva, no normativa ni jurisdiccional, e interviene únicamente en los asuntos más relevantes para la organización.[1]​ Sus presidentes han sido los siguientes:

Los cargos restantes desde 2011 son los siguientes:[33]

En Latinoamérica, las Asambleas de Dios tienen una organización que une a los superintendentes de las iglesias nacionales de habla hispana llamada Consejo de Ejecutivos de las Asambleas de Dios (CELAD).[14]

En cada país las iglesias de las Asambleas de Dios son representadas por un Concilio General o Concilio Nacional, denominado así por las sesiones de la corporación[5]​ y que normalmente se divide en distritos, regiones y secciones o zonas.[23]

La Directiva General de las Asambleas de Dios de cada país está conformada por los siguientes cargos:[23]

La Directiva Distrital está conformada por:[23]

Finalmente, el Presbítero de Región y la Presidencia de Sección está conformada por:[23]

Cada iglesia local pertenece oficialmente a un Concilio y es congregacional, representativa e independiente de las demás, si bien se promueve una relación cooperativa con las demás. Cuando una iglesia de altos ingresos se establece en una región muy poblada, puede crear «misiones», pequeñas iglesias situadas a no menos de un kilómetro de distancia, que dependen estrictamente de ella hasta que logran independizarse, luego de alcanzar un mínimo de diez familias comprometidas con su desarrollo y crecimiento.[23]

Las iglesias locales únicamente rinden informes ante las Asambleas de Dios. La soberanización de las iglesias debe ser precedida por los Superintendentes de Distrito o por el Presidente de Región. Sus derechos son los siguientes:[23]

Las autoridades de cada iglesia local deben estar bautizadas de acuerdo con la doctrina del Bautismo en el Espíritu Santo. El Cuerpo Ejecutivo de cada iglesia está conformado en general por los siguientes cargos:[23][nota 4]

La denominada Junta Administrativa de Gobierno está conformada por este cuerpo ejecutivo, junto con los presidentes, vicepresidentes, secretarios y tesoreros de las sociedades y departamentos de la iglesia, más los líderes de los distintos ministerios o células. A petición del pastor titular, también pueden establecerse pastores asociados, como asistentes acreditados por las Asambleas de Dios.[23]

Los feligreses, a su vez, se clasifican de la siguiente manera:[23]

Las iglesias o asambleas locales pueden organizarse en sociedades y departamentos, en ministerios o en células. Entre las sociedades se encuentran:

En cuanto a los departamentos, se encuentran:[23]

En el modelo de ministerios, es el pastor quien elige a sus respectivos líderes. Pueden existir ministerios específicos para misiones, evangelismo, visitas, labor social, educación, alabanza, finanzas, administración o actividades especiales, entre otros.[23]

El modelo de las células consiste en realizar las reuniones de los feligreses en las casas de los líderes de célula, en vez de hacerlo en el templo, durante días específicos que pueden ser dos días a la semana. Las células se van creando por zonas en donde se encuentran varias familias de creyentes y celebran los servicios con un formato similar al que se realiza en el templo.[23]​ Los líderes de las células son elegidos por el pastor y reciben capacitaciones para administrar a su célula. En ocasiones se hacen reuniones masivas, denominadas «concentraciones», entre todos los miembros de las células de una iglesia.[35]

Las iglesias poseen distintas fuentes de financiamiento:[23]

Además de congresos, confraternidades o alianzas, retiros espirituales y seminarios de capacitación, los concilios de las Asambleas de Dios organizan cada cuatro años una Asamblea Conciliar, en la cual se reúnen los pastores de cada país, los miembros delegados de las iglesias locales, ministros visitantes del extranjero y misioneros. En ella, entre otras cosas, se toman acuerdos, se crean nuevos distritos e institutos bíblicos y se eligen nuevos dirigentes.[23]

También existen los seminarios o institutos bíblicos, instituciones de capacitación religiosa para los miembros activos o en plena comunión destinada a instruir pastores u otros altos cargos dentro del concilio. Los institutos están establecidos en cada distrito del Concilio, algunas veces existen dos o más sedes por distrito, dependiendo de la necesidad.[23]

Los pastores con dos años al menos de experiencia pueden perfeccionarse en los estudios bíblicos durante un año en el Instituto de Superación Ministerial.[23]​ Además existe la denominada Universidad Global (Global University) y la Facultad de Teología de las Asambleas de Dios, las cuales ofrecen licenciaturas y maestrías en teología.[23]

Un megaiglesia es una iglesia a la que asisten más de dos mil personas durante un fin de semana.[36][37][38]​ A continuación se muestra una lista de las iglesias más grandes de las Asambleas de Dios hasta 2011.

La Fraternidad Mundial de las Asambleas de Dios está integrada por las siguientes 140 organizaciones nacionales.[nota 5][52]

En 1916, el pastor estadounidense F. F. Bosworth, miembro fundador de la organización, criticó la Declaración de verdades fundamentales de las Asambleas de Dios por su postura excesiva sobre la glossolalia como una "señal inicial" obligatoria del bautismo del Espíritu Santo y lo dejó en 1918. [54]​ Al revisar la declaración de 1918, los líderes calificaron la declaración de fe para ser entendida como la "señal física inicial" del bautismo del Espíritu Santo.



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