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Carlos Bilardo




Carlos Salvador Bilardo (La Paternal, Buenos Aires, 16 de marzo de 1938) es un médico ginecólogo, exfutbolista y exentrenador argentino. Como jugador, se desempeñó como centrocampista y desarrolló la mayor parte de su trayectoria en Estudiantes de La Plata en la década de 1960. Como entrenador, es reconocido por haber sido campeón del mundo con la Selección Argentina de Fútbol en 1986 y casi retener el título en 1990. Como entrenador de la Argentina se hizo reconocido por crear y utilizar la formación 3–5–2 en su máximo nivel; una formación que ha sido ocupada por décadas pero que nunca alcanzó un gran nivel de popularidad.

Tras formarse en las juveniles de San Lorenzo, Bilardo debutó en 1958 en el Ciclón, etapa donde jugó por cuatro años. Luego fue traspasado al Deportivo Español, para más tarde recaer en el club Estudiantes de La Plata. En el pincharrata, Bilardo coincidiría con el pragmático entrenador Osvaldo Zubeldía, quien se convertiría en un mentor para él, y liderarían al club platense a la mejor época de la historia del club, ganando tres Copa Libertadores de América de forma consecutiva, y logrando el hito de coronarse campeón del mundo al ganarle la Copa Intercontinental 1968 al Manchester United de Matt Busby en Old Trafford. Jugaría allí hasta 1970, donde tras ser relegado por el mismo Zubeldía, se retiraría del fútbol.

Como entrenador, empezaría a hacerse un nombre entrenando a Club Estudiantes de La Plata en sus primeros años. Alcanzaría la final de la Copa Libertadores 1978 entrenando al Deportivo Cali, y conseguiría el Campeonato Metropolitano de 1982 con Club Estudiantes de La Plata, que lo llevaría a ser elegido para ser el entrenador de la Selección Argentina de Fútbol tras el fracaso de Menotti en España 1982. Bilardo llevaría a cabo una de las etapas más importantes en la historia del fútbol argentino, y gracias a un innovador y pragmático sistema táctico consiguió la Copa del Mundo en México 1986. Cuatro años después, en Italia 1990, con un equipo más debilitado, Bilardo volvió a llevar a la Argentina a otra final del mundo, pero esta vez Alemania se llevaría el título. Luego de su renuncia en 1990, el Narigón tuvo etapas en el Sevilla y Boca Juniors hasta su retorno a Club Estudiantes de La Plata en 2004, que tras salvarlo del descenso, anunciaría su retiro definitivo.

Sus curiosos métodos, su forma pragmática y astuta para entrenar, su ideología de trabajo y mentalidad de "ganar a cualquier costo" llevaron a que se formaran dos escuelas de pensamiento en Argentina. El llamado bilardismo, una antítesis para el menottismo, representado por el entrenador César Luis Menotti, con quien formaría una reconocida rivalidad por representar el fútbol elegante y jugado de buena forma a pesar del resultado. Varios entrenadores que surgirían en la Argentina en los años posteriores a estos dos llevarían a cabo sus métodos a partir de estas dos escuelas.

Tras su etapa como entrenador ejerció como analista y comentarista deportivo en la cadena Fox Sports y en Futbolmanía RCN en Colombia durante la Copa América 2001. También ocupó el cargo de secretario de Deportes de la provincia de Buenos Aires. A finales del año 2018 se detectó que sufre del síndrome Hakim-Adams, una enfermedad neurodegenerativa por la cual está con cuidados constantes.[1][2]

Carlos Bilardo transcurrió su infancia entre el fútbol, el estudio y el trabajo. Durante sus vacaciones escolares tenía que levantarse antes del amanecer para entregar los productos que vendía, como flores y frutas, al Mercado de Abasto en Buenos Aires. A pesar de que en su juventud militó en las juveniles de San Lorenzo de Almagro, no abandonó su ambición de convertirse en un médico, en concreto ginecólogo, profesión que practicó durante un breve período de tiempo. El mismo Bilardo confesó que durante su época en las divisiones inferiores en San Lorenzo, Bilardo entrenaba de mañana y durante la noche estudiaba en la Universidad de Buenos Aires para obtener el título.

Jugó en las categorías inferiores de San Lorenzo de Almagro, hasta que en 1958 le llegó la oportunidad de jugar en el primer equipo. El 6 de agosto de 1958, a la 1 de la mañana, El Narigón estaba estudiando el corazón de una rana cuando su madre lo llamó avisándole que debutaba por la mañana.[3]​ Debutó en un partido ante el Club Atlético Atlanta por la Copa Suecia, donde anotó dos goles.[4]​ Curiosamente, para el equipo local jugaban Carlos Timoteo Griguol y Osvaldo Zubeldía, personajes claves en la carrera de Bilardo.

Alternó como suplente en el Campeonato de 1959, ganado por el club, y en la Copa Libertadores de 1960. Durante las temporadas de 1961 a 1965 jugó con Club Deportivo Español, donde tuvo una destacada actuación, incluso siendo tercero en la tabla de goleadores en una de sus campañas, compartiendo con 23 goles la posición junto a Scandoli, jugador del Club Atlético Platense.

En 1965, tuvo que decidir por fichar entre Argentinos Juniors, y Estudiantes de La Plata, ambos clubes que terminaron en los últimos puestos en el campeonato anterior. Bilardo pensaba jugar por un año y con el dinero que había ganado, poner un consultorio y retirarse.[5]​ Pensando que si fichaba por el Bicho no iba a tener ningún cliente, fichó por Estudiantes de la Plata, equipo con el que coincidiría por primera vez con el entrenador Osvaldo Zubeldía.[6]​ Junto a él, formarían uno de los equipos más aguerridos y trabajados tácticamente en la historia del fútbol argentino, al que mucho tiempo después se los consideraría como "antifútbol" por su ortodoxa y poca elegante forma de jugar al fútbol. Con el Pincha ganó el Campeonato Metropolitano 1967; tres Copas Libertadores de América en los años 1968, 1969 y 1970 y la Copa Interamericana 1969. Sin embargo, el momento cumbre en la historia de Bilardo como jugadore llegó en la final de la Copa Intercontinental de Clubes en 1968. El rival era el histórico Manchester United de Matt Busby, que contaba en sus filas a George Best y Bobby Charlton. En la ida, jugada en La Bombonera Estudiantes ganó 1 a 0. En la vuelta, el Pincha empató 1 a 1 en una verdadera batalla campal y se coronó campeón del mundo. Siendo también dos veces finalista de la Copa Intercontinental en 1969 y 1970, Bilardo se retiró como futbolista al finalizar la temporada de 1969/70 en Estudiantes de La Plata.

Como jugador ha sido internacional con la Selección Argentina, debutando en 1959 en los Juegos Panamericanos de EE. UU., obteniendo la medalla de oro con la selección.

Su carrera desde el banco empezó en 1970 en el Club Atlético Huracán como segundo entrenador de Osvaldo Zubeldía. Allí estuvo solo un mes porque, debido a los malos resultados, el primer entrenador eligió irse. En 1971 asumió como director técnico de Estudiantes de La Plata y logró evitar lo que parecía un descenso seguro del Pincha,[7]​ ganando 19 de los últimos 24 puntos del campeonato.[8]​ En 1973 volvió a ocupar la misma función y en 1975 logró el subcampeonato nacional, terminando invicto a solo un punto detrás de River Plate.[9][10]

Se radicó en Cali, Colombia, entre los años 1976 y 1979, dirigiendo al Deportivo Cali, a su vez logrando llevar por primera vez en la historia a un equipo colombiano a la final de la Copa Libertadores 1978, perdiendo frente a Boca Juniors. En 1979 dirigió en regular campaña a San Lorenzo de Almagro. Durante los años 1980 y 1981 dirigió la selección de fútbol de Colombia de cara a la clasificación para la Copa Mundial de Fútbol de España de 1982.

En el año 1982 nuevamente se hizo cargo del puesto de entrenador en Estudiantes de La Plata, consiguiendo ganar el Campeonato Metropolitano en ese año, con un gran equipo y una forma de juego novedosa para la época. Ese año, gracias a la gran campaña realizada con Estudiantes, se convirtió en el seleccionador del equipo nacional argentino.

Después del fracaso de la selección argentina en el Mundial de España de 1982, Carlos Bilardo fue nombrado seleccionador, producto de la gran campaña realizada con Estudiantes de La Plata. La mayor meta de la AFA era volver a conseguir una Copa Mundial de Fútbol en 1986 y Bilardo traía consigo una nueva idea acerca de la concepción del juego de los equipos de fútbol y eso lo trasladó al seleccionado, incorporando nuevos jugadores para debutar en la selección, sobre todo jugadores de Estudiantes de La Plata e Independiente, equipos que en aquellos años despuntaban en el fútbol argentino. La conducción de Bilardo al frente del seleccionado estuvo plagada de críticas por parte del periodismo, sobre todo respecto de la concepción del juego que este trasladó al equipo, proveniente de la gloriosa época de Estudiantes de La Plata bajo la conducción de Osvaldo Zubeldía equipo en el cual Bilardo fue jugador y emblema.

El equipo fue capitaneado por Diego Maradona, a quien Bilardo nombró en detrimento de Daniel Passarella. En 1985, esa selección enfrentó las dificultosas eliminatorias hacia el Mundial de México 1986, y obtenida la clasificación gracias a una destacable intervención del mismo Passarella en el último partido, el 2-2 contra Perú. La presencia de Bilardo en el cargo fue objetada, al punto de difundirse rumores de que el gobierno de Alfonsín pretendía su alejamiento.

Sin embargo, la selección obtuvo el Mundial de México 1986 de forma brillante e indiscutida, y Diego Maradona se proclamó el mejor jugador del mundo. El nuevo sistema de juego impuesto por Bilardo, compuesto por tres defensores (un líbero y dos stoppers), cinco mediocampistas y dos delanteros, asombró al mundo, al punto que la revista inglesa World Soccer lo reconoció como el último sistema táctico del Siglo XX. Este logro le permitió a Bilardo un nuevo período de cuatro años al frente del seleccionado de cara al Mundial de Italia 1990.

Argentina llegó a ese mundial con un equipo diezmado por las lesiones, en el que se encontraban parte de las grandes figuras que en 1986 lograron la Copa del Mundo, junto a jóvenes jugadores como Claudio Paul Cannigia, Sergio Goycochea y Pedro Troglio. Debido a las lesiones que asolaron el plantel, como la recordada del dedo gordo del pie y el tobillo de Maradona, la pubalgia de Oscar Ruggeri o las lesiones musculares de Julio Olarticoechea y Jorge Burruchaga, por citar algunos, ese equipo no brilló tanto como el de cuatro años antes, pero demostraría oficio y mucha personalidad en situaciones adversas dejando en el camino a grandes favoritos como Brasil e Italia. Argentina, sin Claudio Caniggia, Julio Olarticoechea, Ricardo Giusti y Sergio Batista, suspendidos; Oscar Ruggeri, en una pierna (siendo reemplazado al finalizar la primera etapa por Pedro Monzón, quién sería expulsado minutos más tarde) y Diego Armando Maradona con una lesión en el tobillo que atentó contra su rendimiento en toda la Copa; cayó en la final ante Alemania Occidental con un gol a cinco minutos del final, tras un discutido penal pese a terminar el tiempo reglamentario con 9 hombres por las expulsiones de Gustavo Dezotti y Pedro Monzón.

Luego del Mundial '90 existió una fuerte polémica debido a que, según algunas versiones, durante el desarrollo del partido contra Brasil, Bilardo habría ordenado ofrecer botellas con agua que contenían una sustancia que producía somnoliencia a los jugadores brasileños, en particular al defensor Branco. Esta versión fue confirmada por Maradona,[11]​ pero siempre desmentida por Carlos Bilardo, así como por Julio Grondona.[12][13]​ Por esta causa Sebastiao Lazaroni, técnico de la selección brasileña en ese mundial, declaró a distintos medios que solicitaría sanciones a la FIFA. Sin embargo, no se conoce que hayan existido presentaciones en ese sentido.[14]

Luego de 1990, Bilardo decidió retirarse como entrenador de la selección, a pesar del pedido del público y del entonces Presidente de la Nación, Carlos Menem, para que continuara.

No obstante, tras la catastrófica derrota de la selección Argentina en manos de Colombia 5 a 0 en septiembre de 1993, durante las eliminatorias para el Mundial de Estados Unidos, su nombre sonó nuevamente como reemplazo de emergencia ante la tambaleante situación en la que había quedado el DT argentino Alfio Basile. Pese a contar por lo bajo con el visto bueno del presidente de la AFA, Julio Grondona y del Comité Ejecutivo del mismo, de altos estamentos gubernamentales y el cariño de referentes del plantel, lo cierto es que nunca llegó a materializarse su vuelta, ya sea por el poco tiempo de trabajo para la repesca ante el ganador del grupo de Oceanía (Australia) o por el temor mismo de quedar como un oportunista frente a la desgracia deportiva de Basile.

A mediados de la temporada 1992-1993 fichó por el Sevilla FC junto a Diego Maradona y Simeone, en el que ambos permanecieron sólo una temporada. El equipo andaluz terminó el campeonato en séptima posición, pero Maradona y Bilardo terminaron enfrentados después de que el jugador lo insultara en la cancha cuando el técnico decidió su reemplazo.[15]​ Bilardo sería llamado de urgencia una vez más por la directiva del Sevilla FC en la temporada 1996-1997 a fin de mantener la permanencia del equipo en la Liga española de fútbol. Bilardo estuvo en el cargo solamente cuatro fechas, habló con los jugadores sobre la situación del equipo y regresó a la Argentina. El Sevilla terminó la temporada en vigésima posición y descendió a la Segunda División.

En 1996, Bilardo fue designado como entrenador del Club Atlético Boca Juniors bajo la reciente presidencia del club de Mauricio Macri. En el Torneo Clausura 1996 realizó una aceptable campaña, en la que el equipo por momentos peleó la punta del torneo a pesar de algunos irregulares resultados. Sin embargo, en la tres últimas fechas no logró ganar y obtuvo finalmente el 5.° puesto. En cuanto a partidos importantes se destacan una histórica derrota de local frente a Gimnasia y Esgrima La Plata por 0-6 y la victoria en el Superclásico frente a River Plate por 4-1 con tres goles de Claudio Caniggia.

En la segunda mitad del año se disputaron la Supercopa 1996 y el Torneo Apertura 1996. En la copa internacional Boca se mostró sólido defensivamente y clasificó a la segunda fase del torneo ganando su grupo, pero quedó eliminado de manera invicta en cuartos de final por penales frente a Cruzeiro de Brasil, obteniendo un 5.° puesto. En el campeonato local la campaña fue muy irregular, aunque se destaca otro triunfo frente a su archirrival River Plate por 3-2 con un recordado gol en tiempo de descuento de Guerra de cabeza. Sin embargo, la imposibilidad de pelear por el campeonato, más la ya consumada eliminación en la copa, harían que Bilardo dejara de ser entrenador. Fue reemplazado en las dos últimas fechas de manera interina por la dupla Francisco Sá y Roberto Mouzo,[16]​ y el equipo finalizó en el 10.° puesto.

Bilardo volvió a Estudiantes de La Plata en la fecha 11 del Clausura 2003. En aquel año, el club estaba al borde del descenso, pero bajo su conducción, el equipo se repuso de esa grave situación y permaneció en la máxima categoría. Cinco victorias y cuatro empates en nueve fechas evitaron el temido descenso. Tras la victoria 1 - 0 frente a Gimnasia y Esgrima en la fecha 8 del Apertura 2003, Bilardo dejó su cargo en manos de Carlos Pachamé, por cuestiones personales que le impedía dedicarse de lleno a la preparación del plantel pincha, pero debió retornar a comienzos de 2004 debido a una serie de malos resultados de su ladero. Bilardo permaneció en el cargo, con forzadas intermitencias, hasta junio de 2004, cuando decidió retirarse de la dirección técnica por motivos familiares.[17]

Tras la eliminación de la selección nacional en Italia 1990, Bilardo trabajó como comentarista y periodista deportivo para varios canales de televisión, especialmente la cadena deportiva Fox Sports. Transmitió cuatro Mundiales (1994, 1998, 2002 y 2006), dos para Canal 13 y dos para Telefé. También fue secretario de Deportes de la provincia de Buenos Aires, cargo que ocupó desde 2007 hasta 2008 que pasó a ser secretario de Selecciones Nacionales de la AFA. [18]

El 28 de octubre de 2008, se dio a conocer la nueva dirección técnica de la selección de fútbol argentina, siendo designado Diego Armando Maradona como director técnico y Carlos Bilardo como el director general de Selecciones Nacionales. Bilardo mantuvo este cargo durante los Mundiales de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014. Bilardo renunció en agosto de 2014 tras el anuncio de Gerardo Martino en la dirección técnica del seleccionado argentino.[19]

Carlos Bilardo fue un aprendiz del entrenador Osvaldo Zubeldía durante su etapa como jugador en Estudiantes de La Plata. Zubeldía, reconocido por ser un revolucionario táctico por su dedicación y su meticulosa forma de analizar rivales y jugar a partir de neutralizarlos y sacarles ventaja en jugadas preparadas y la pelota parada, fue parte de la época más gloriosa en la historia de Estudiantes. Tras el retiro del Narigón en 1970, instantáneamente fue elegido por sus compañeros para salvar del descenso al Pincha, logro que Carlos obtuvo. A partir de ahí, Bilardo desarrolló una extensa carrera por Argentina, Colombia y España, donde en todos lados fue recordado su paso por su idéntica forma de entrenar a la de su mentor, Zubeldía. Antes de su llegada a la Selección Argentina, Bilardo obtuvo reconocimiento por tener una ortodoxa y poco "visible" forma de hacer jugar a sus equipos, una mentalidad contraria a la que practicaba la Selección por aquella época, liderada por su nemésis César Luis Menotti.

Al asumir como entrenador de la Selección Argentina, Bilardo basó todo el juego de la Selección en la formación 3-5-2, que se basaba en sacar ventaja en la zona defensiva (ya que la mayoría de los equipos jugaban por aquella época con dos delanteros) con un stopper, al cual tenía un jugador especializado para eso, y en el mediocampo, con dos laterales-volantes (posición innovadora por Bilardo), un volante central y dos volantes adelantados. En la delantera, el segunda punta se movía por libertad por toda la cancha y otro ejercía como referencia en el área. Con su impecable y trabajado sistema táctico que Bilardo logró desarrollar a lo largo de su proceso por la Selección, a la que muchos dudaban, logró consagrarse campeón en la Copa del Mundo 1986 y alcanzar la final en la edición posterior, Italia 1990. Este sistema tendría luego un alto reonocimiento por Rinus Michels y Franz Beckenbuer. A pesar de eso, nunca logró una gran popularidad y muy pocos equipos la continuaron empleando.

A pesar de que fue acusado por mucho tiempo como "antifútbol" por sus antideportivas formas de sacar ventaja a sus rivales, Bilardo desarrolló un impecable sistema de fútbol en su paso anterior a la Selección, cuando fue campeón con Estudiantes en 1982. Ese equipo basó su juego en jugar con tres enganches: Sabella-Ponce-Trobbiani y en practicar un fútbol lírico, al quien muchos desocian al entrenador. Esto se entiende a la forma de ver el fútbol por el propio Bilardo, la cual describe como pragmática y hecha para ganar sin importar la forma.

Luego de retirarse, su legado produjo que se formara una escuela de pensamiento en Argentina basada en el estilo de juego de Zubeldía y Bilardo, denominado bilardismo. A partir de ahí varios entrenadores que surgieron de la Argentina basaron su estilo de juego a partir de esta "escuela". Entre ellos, los más reconocidos fueron Alejandro Sabella, campeón de la Copa Libertadores 2009 con Estudiantes y finalista con Argentina del Mundial 2014, y Diego Pablo "Cholo" Simeone, quien fue jugador de Bilardo en sus últimos años en la Selección, y que impuso su estilo de juego bilardista en el Atlético de Madrid, club a quien devolvió a la élite europea y lo convirtió en uno de los mejores equipos del mundo. Este estilo de juego sirvió como antítesis para aquellos equipos que practicaban un estilo de juego de posesión y de mantenerse fiel a un sistema táctico, a pesar del resultado. Esta escuela se ve representada en el menottismo, por Menotti, y el bielsismo, por Marcelo Bielsa, al cual varios representantes surgieron como Pep Guardiola y Jorge Sampaoli.

Debido a la gran repercusión que el menottismo y el bilardismo tuvieron en el fútbol argentino a partir de la década de 1970, durante las siguientes décadas se dijo en ese país que esas eran las únicas dos maneras que existían de entender el fútbol. Estos dos estilos tuvieron un predominio casi absoluto en el fútbol argentino hasta aproximadamente los años 1990, momento en el que comenzaron a ser desplazados por otros estilos exitosos en el fútbol argentino representados por técnicos como Carlos Bianchi, Ramón Díaz, Marcelo Bielsa, José Pekerman, Américo Gallego, Ricardo Gareca, Diego Simeone, Alejandro Sabella, Gerardo Martino, Edgardo Bauza, Jorge Sampaoli, Ariel Holan y Marcelo Gallardo.

En gris las temporadas donde fue subcampeón de liga, en amarillo donde fue campeón.

Bandera de Argentina Argentina







Ha participado en la Copa Mundial de fútbol de México de 1986 como entrenador dirigiendo siete partidos y en la Copa Mundial de fútbol de Italia de 1990, nuevamente dirigiendo siete partidos como seleccionador de la selección argentina.




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