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Carlos Bianchi



¿Qué día cumple años Carlos Bianchi?

Carlos Bianchi cumple los años el 26 de abril.


¿Qué día nació Carlos Bianchi?

Carlos Bianchi nació el día 26 de abril de 1949.


¿Cuántos años tiene Carlos Bianchi?

La edad actual es 74 años. Carlos Bianchi cumplirá 75 años el 26 de abril de este año.


¿De qué signo es Carlos Bianchi?

Carlos Bianchi es del signo de Tauro.


¿Dónde nació Carlos Bianchi?

Carlos Bianchi nació en Buenos Aires.


Carlos Bianchi (Buenos Aires, Argentina 26 de abril de 1949) es un exentrenador y exfutbolista argentino. Un goleador prolífico, a pesar de haber hecho una magnífica carrera como delantero en Argentina y en Francia, Bianchi sería mejor conocido por tener una de las carreras más exitosas de todos los tiempos como director técnico, entrenando a Vélez Sársfield y Boca Juniors y llevándolos a una gran cantidad de títulos a cada uno.

Como jugador, se desempeñó como delantero y se destacaría especialmente por su capacidad goleadora, al punto que se trata del segundo futbolista argentino que más goles ha convertido en torneos de Primera División (solo por detrás de Lionel Messi), con 385 tantos en 546 partidos (prom. 0,71). A su vez, se ubica en la 13ª posición de máximos goleadores de todos los tiempos de acuerdo a la IFFHS.[2]

En Argentina, jugó en el Club Atlético Vélez Sarsfield, con el cual se consagró campeón del Nacional 1968 y fue el máximo goleador de los torneos Nacional 1970, Metropolitano 1971 y Nacional 1981. En Francia, jugó principalmente en el Stade de Reims, donde fue el máximo goleador de tres campeonatos (1974, 1976 y 1977), y en el Paris Saint-Germain, con el cual logró ser el máximo goleador de la liga en dos oportunidades (1977-78 y 1978-79).

Como entrenador, apodado «El Virrey», se destacó en los clubes Vélez Sarsfield y Boca Juniors. Es el director técnico más ganador en la historia del fútbol argentino. Posee el récord de ser el entrenador que más veces ganó la Copa Libertadores de América, con un total de 4 títulos, así también como el de ser el técnico con más campeonatos argentinos ganados con 7 además de ser el técnico con más Copas Intercontinentales (actual Mundial de Clubes) ganadas con 3

Es la única persona en el mundo del fútbol que posee dos estatuas en distintos clubes, siendo considerado el máximo ídolo de ambas instituciones. Su estatua en Vélez Sarsfield fue idea de la Comisión del Hincha e inaugurada en diciembre de 2015 con un récord de asistencia de gente. Un año más tarde, se erigiría su monumento en Boca Juniors, habiéndose inaugurado en octubre de 2016 en un emotivo evento con la presencia de Juan Román Riquelme, Guillermo Barros Schelotto, Sebastián Battaglia, entre otros.

Criado en una familia de clase media. Su padre trabajaba en un puesto de ventas de periódicos en el que Carlos lo ayudaba, hasta que debutó como jugador en la primera división en Vélez Sarsfield.[3]​ Durante su infancia y adolescencia, Carlos atendió un colegio católico. Tiene dos hermanos, Eduardo Ruben (13 años menor que él) y Maria Alicia (5 años menor que él). En 1972 se casó con Margarita María Pilla, con quien tuvo a sus hijos Mauro Carlos y Brenda, esta última casada con el exfutbolista y entrenador Eduardo Domínguez.

Desde su etapa como entrenador en Vélez Sarsfield, se lo conoce con el sobrenombre “Virrey de Liniers",[4]​ bautizado así por el periodista deportivo Víctor Hugo Morales. El motivo se fundamenta en haber surgido futbolísticamente y obtenido importantes títulos como jugador y técnico en "El Fortín" (apodo dado al Club Atlético Vélez Sarsfield), ubicado en el barrio porteño de Liniers, alusivo al Virrey Liniers, quien estaba al mando del Virreinato del Río de la Plata hacia principios de 1800.

Al igual que muchos futbolistas argentinos profesionales, los orígenes de Carlos Bianchi se dieron en el baby fútbol. Bianchi empezó jugando en el club Ciclón de Jonte. Este club servía como una sucursal para Vélez Sarsfield. Mientras Carlos transitaba la pre-novena, Osvaldo Bottini descubrió al joven delantero y lo llevó a las categorías inferiores del Fortin. El ascenso de Carlos durante las inferiores de Vélez fue rápida, llegando a tercera con 16 años.[5]

Su debut con el equipo profesional se produjo a los 18 años, gracias al entrenador Victorio Spinetto, el 23 de julio de 1967, en un empate con el Club Atlético Boca Juniors (1-1). No logró convertir y continuó lo que restaba el Campeonato Metropolitano como suplente.[6]

Un año más tarde, ya con Manuel Giúdice como técnico, logró convertir su primer gol ante Argentinos Juniors en una goleada 4 a 2 el 7 de julio de 1968 en cancha de Atlanta, al aquero Luis López. Una semana más tarde, le anotó el gol del empate a River Plate en el Monumental, que además quebraba la marca de 769 minutos sin recibir goles de Amadeo Carrizo.

"Amadeo siempre será un referente. Es el más grande jugador de fútbol que vi en mi vida" Bianchi sobre Carrizo tras el partido.

Con apenas 19 años integró el plantel profesional que ganó el histórico Torneo Nacional de 1968, el primer campeonato en la historia de Vélez, en un triangular que el Fortín disputó contra Racing Club y River. A pesar de no ser un titular frecuente, El Virrey jugó en 11 partidos de los 17 que se disputaron, con 7 goles marcados. Además disputó los últimos 45 minutos en la victoria del campeonato ante Racing el 29 de diciembre. A pesar de haberse clasificado para la Copa Libertadores, tanto Vélez como River, decidieron no participar de la Copa debido a que daba pérdidas en cuanto a ingresos de dinero.[7]​ Debido a esto, Giúdice renunció como técnico y el histórico equipo de Vélez se desarmó.

Sus buenos rendimientos y una seria lesión de Omar Wehbe le abrieron las puertas para hacerse con la titularidad definitiva en el primer equipo.[8]​ En el Torneo Nacional de 1970 se coronó por primera vez como el máximo goleador de un campeonato, con 18 goles. En el Campeonato Metropolitano de 1971 tuvo la histórica marca de 36 goles en 36 partidos.

En 1971, Robert Marion, uno de los históricos dirigentes del Stade de Reims, llevó a Delio Onnis a Reims después de un viaje a Argentina y dos años después, fue el turno de Bianchi de emigrar a Francia. Al no hablar francés, el acuerdo entre los dos hombres se hizo en blanco y al día siguiente Vélez vence al campeón defensor de Argentina, San Lorenzo, con un marcador de 4 a 1, incluido un hat-trick de Carlos Bianchi. El francés creía que el arribo del argentino aumentaría las apuestas por el equipo de cara a la temporada. Bianchi recuerda este episodio al declarar: "Había dado mi palabra. Los clubes españoles, sin embargo, me ofrecieron tres o cuatro veces más”.

Bianchi llega a un Reims que había sufrido un descenso a la segunda división en la década de 1960 y que ya no es el "Grand Reims" de Just Fontaine o Raymond Kopa. Sin embargo, el club tiene un nivel lo suficientemente bueno como para permitirle estar regularmente en la parte alta de la clasificación de Primera División, sin clasificar a las competencias principales. La primera temporada del argentino termina con un sexto lugar colectivo pero personalmente, con una coronación de máximo goleador del campeonato con 30 logros. En agosto de 1974, durante la segunda fecha del campeonato, marcó los 6 goles de la victoria del Stade de Reims contra el PSG (6-1). Fue víctima, durante su segunda temporada en el club, de una fractura de tibia-peroné durante un partido amistoso en el Parc des Princes en un Reims-Paris FC contra el Barcelona, un partido "organizado para periodistas" según el propio Carlos Bianchi, mientras que el Stade de Reims ocupaba el primer lugar en el campeonato de primera división. Su reemplazo, Ove Eklund, solo pudo marcar un gol. En la temporada 1975-76, Bianchi volvió a terminar como máximo goleador con 34 goles. La temporada 1976-77 fue dolorosa para el club, que conocía desde hace tiempo los temores de la segunda mitad de la tabla, para terminar finalmente undécimo, así como la desilusión de una derrota en la final de la Copa de Francia en la que Bianchi no participó. A pesar de todo, se lleva una tercera coronación del máximo goleador con 28 goles. Como el club no goza de buena salud financiera, Bianchi es transferido al Paris Saint-Germain.[9]

Cruzó las orillas del Río Sena en el verano de 1977 para debutar con el PSG. Su primera temporada fue memorable ya que marcó 37 goles en 38 partidos de liga y se convirtió en el cuarto máximo anotador. También es designado como "Mejor jugador del campeonato". La siguiente temporada es una réplica exacta en la que nuevamente es coronado como el mejor jugador y máximo goleador con 27 goles.

Individualmente el Virrey era coronado con éxito, sin embargo su palmarés en Copas no se expande en París. Esto era por el hecho de que el PSG no tenía ni diez años de vigencia y era un club en construcción que no podía ganar trofeos, como lo demuestran sus posiciones como undécimo y decimotercero obtenidos en el campeonato. Por estas razones, Bianchi deja París para jugar con el campeón defensor, el Racing Club de Estrasburgo en 1979.[10]

"El París de la época en que yo jugaba era más modesto y dotado de menos poder ofensivo; pero hice 37 goles en 38 partidos de liga en mi primera temporada. Tenía olfato, sabía dónde iba a caer la pelota. Es que ser goleador era mi vida" Bianchi sobre el PSG de esa época.

Bianchi ficha por el Racing de Estrasburgo, donde curiosamente coincide con Arsène Wenger y Raymond Domenech.[11]​ Sin embargo no vuelve a su rendimiento habitual durante esta temporada en Alsacia, debido a un mal entendimiento con el entrenador Gilbert Gress. Anotó 8 goles en 22 partidos de liga y terminó quinto con su club al final de la temporada. El curso en la Copa de Campeones de Europa 1979-80, durante el cual marcó tres goles en tres juegos, termina en los cuartos de final.

Al finalizar la temporada, regresó a su país en 1980 para jugar por Vélez Sarsfield, siendo por tercera oportunidad máximo goleador de la liga argentina, en el Nacional 1981, con 15 conquistas. Sus últimos partidos en Vélez Sarsfield los jugó en el Metropolitano de 1984, y se retiraría definitivamente el 1 de julio de 1984 en una derrota 2 a 1 ante Boca Juniors en el José Amalfitani. "Carlitos" Bianchi jugó 324 partidos y convirtió 206 goles con la camiseta de sus amores, coronándose como el máximo goleador histórico del Fortín.

Cinco años después de su partida de Paris Saint-Germain, Bianchi regresa a Francia para el comienzo de la temporada 1984-1985 en el club francés que lo vio nacer: el Stade de Reims. El presidente Bazelaire quería abandonar la segunda división y el regreso refuerza el optimismo en el ambiente. A pesar de un comienzo impresionante en la liga, el club de Reims y su anotador estrella muestran limitaciones. Bianchi ya no es tan eficiente y, a pesar de la solidez defensiva, el equipo permanece en mitad de la tabla de posiciones. El argentino termina su carrera en D2 después de una temporada con 8 goles para él, un modesto 12 ° lugar y cuatro meses como entrenador-jugador.

La siguiente temporada, Bianchi se convierte en el entrenador de equipo completo y comienza una nueva página en su carrera.

Bianchi es el máximo goleador en la historia de Vélez Sarsfield, con 206 goles, y el 10º en el fútbol argentino. Es también con sus 179 goles el 9º máximo artillero en la historia de la Liga Francesa.[12]​ Tras su retiro, Bianchi es reconocido por la FIFA como el segundo futbolista argentino más goleador en la historia de los torneos de Primera División del mundo al anotar 385 goles (206 en Argentina, 179 en Francia, solo superado por Lionel Messi (427 goles) aún en actividad, pero superando a Di Stefano (377 goles), Onnis (363 goles) y Labruna (296 goles), un mérito poco reconocido, quizás opacado por su éxito como entrenador. Además hizo 7 goles en la Selección Argentina, 3 en la Copa de Europa y 8 en la Ligue 2 (Segunda división Francesa).

Tras sus buenas participaciones en el campeonato argentino, Juan José Pizzuti, el entrenador de la Selección Argentina en ese momento convocó a Bianchi por primera vez el 22 de octubre de 1970 en un empate ante Paraguay en Asunción.[13]​ A partir de ahí solamente disputaría 14 encuentros en el combinado nacional, anotando 7 goles.

Bianchi hizo su debut como entrenador en marzo de 1985 en Stade de Reims y estuvo durante tres temporadas en D2, sin lograr el ascenso y con los resultados de dos lugares en cuarta posición. Sin embargo, logró que el equipo alcanzara las semifinales de la Copa de Francia en dos oportunidades, en 1987 y 1988, demostrando ya sus virtudes en partidos mano a mano. Luego llegó su oportunidad en Ligue 1 cuando lo nombraron al banco del OGC Nice durante 24 juegos de liga entre octubre de 1989 y junio de 1990, en los cuales logró salvarle del descenso terminando en el decimoctavo lugar en el campeonato.[14]​ En el partido de desempate, Bianchi volvió a reencontrarse contra su exclub Racing de Estrasburgo, quien contaba en sus filas a dos jugadores que luego se proclamarían campeones en el Mundial de Francia 1998, como eran Youri Djorkaeff y Frank Leboeuf. En la ida, el Niza perdió 3-1. En la vuelta, Bianchi preparó a un habilidoso extremo yugoslavo llamado Milos Djelmas, quien contaba con muy pocos minutos en la temporada, para jugar el partido de vuelta. En el primer tiempo, Niza ya ganaba 4 a 0. En el entretiempo, Bianchi advirtió al equipo que debía continuar atacando ya que todavía no estaba asegurada la clasificación. Niza acabó ganando el desempate por 6 a 0 y se aseguró la permanencia a Primera División. Luego de anunciarle al presidente que no iba a continuar al cargo, a pesar de haber firmado contrato por 3 años, Bianchi regresó a París para emerger como director deportivo en París FC, cargo al cual estuvo entre 1991 y 1992.[15]

Tras sus años de experiencia en Francia, el 29 de diciembre de 1992 volvió a su país nuevamente para dirigir al club de sus raíces. Carlos Bianchi debutó como entrenador de Vélez Sarsfield el 21 de febrero de 1993 por la primera fecha del Torneo Clausura 1993 de la Primera División Argentina, con una victoria 2 a 0 al Deportivo Español con dos goles de Omar "Turco" Asad. Reemplazando a Eduardo Luján Manera, heredó un equipo que había adquirido refuerzos como José Luis Chilavert, Roberto Trotta y José Basualdo. Sumado a su apuesta por talentos juveniles como el Turco Asad y Marcelo Gómez, Vélez acabó coronándose campeón del Clausura, tras un empate 1-1 ante Estudiantes de La Plata por la anteúltima fecha, y Bianchi volvía a participar en un título en el club después de 25 años de sequía. Para la siguiente temporada y con un equipo mucho más conformado, Bianchi propuso como su principal objetivo la Copa Libertadores 1994, pero al iniciar recién al siguiente año, disputó el Apertura ante River Plate palmo a palmo. Sin embargo, debido al retraso del torneo y la disputa de las últimas fechas en los primeros meses de 1994, y como el equipo debutaba en Libertadores, Bianchi decidió poner suplentes y acabó perdiendo el torneo, una decisión controversial pero que luego le terminó dando la derecha al entrenador.

En su regreso a la competencia internacional luego de 14 años, Vélez encaraba una dura fase de grupos al toparse con Boca Juniors, Palmeiras y Cruzeiro. A pesar de que muchos pensaban que el Fortín era el principal candidato a quedar eliminado, Vélez ganó la zona con total autoridad, clasificándose como cabeza de grupo.[16]​ En el camino a la final fueron dejando a Defensor Sporting, Minervén, y Atlético Junior en una angustiante semifinal que acabó definiéndose por penales y con Vélez haciendo historia al llegar a su primera final en la competencia. En la gran final, acabaron topándose con el mítico São Paulo de Telé Santana, bicampeón de América y del mundo. En la ida, Vélez se impuso como local con un solitario gol de Asad. En la vuelta, y a pesar de la lesión a último momento de Víctor Sotomayor, un baluarte de la zaga, Bianchi se plantó con cinco defensores y forzó los penales, en los cuales Chilavert fue figura atajando uno. Roberto Pompei convirtió el definitorio y le dio a Vélez el primer título internacional en su historia, coronándolo como el mejor equipo de América y llevándolo a disputar la mítica Copa Intercontinental en Japón.[17]​ Bianchi en ese mismo partido acabó expulsado, al quejarse por la tarjeta roja a Raúl Cardozo e insultándole al árbitro diciéndole "sos el único uruguayo que conozco que no tiene huevos" (en referencia a que no tenía valor/audacia).[18]

En el segundo semestre, con el equipo ya coronado como uno de los mejores del mundo, tuvo el mejor arranque en su historia por el Torneo Apertura 1994, ganando 7 partidos de 8 fechas, con 5 victorias consecutivas en los primeros 5 partidos. Sin embargo, por culpa de los preparativos para la final del mundo, el rendimiento del equipo decayó y acabó 3°. Previo al partido de la Intercontinental, Bianchi analizó a su rival, el temeroso Milan de Fabio Capello liderados por Paolo Maldini y Franco Baresi, que venía de apabullar al Barcelona de Johan Cruyff por la añeja Copa de Europa con un 4-0. "Mejor que ese partido no van a jugar" fue la primera conclusión del técnico velezano.[19]​ Durante el partido, Vélez aguantó las ocasiones de los italianos, y en el segundo tiempo un inesperado penal convertido por Trotta, y siete minutos después, un golazo de Asad, le dieron la ventaja a los argentinos por 2-0, que acabaron aguantando el resultado y convirtiéndose en los nuevos campeones del mundo, un hecho histórico e inigualable en el fútbol argentino.

Tras ser electo como entrenador del año en Sudamérica, Bianchi continuó al mando del plantel argentino en busca de expandir la gloria del club. Tuvo un gran inicio en el Clausura 1995, pero luego de perder la Recopa Sudamericana contra Independiente, sumado al desgaste de viajar de nuevo a Japón, cansó al equipo y acabó nuevamente 3°. Para la temporada 1995/96, Bianchi ficha a Marcelo Herrera y afianza a varios canteranos como Claudio Husain o Fernando Pandolfi para fortalecer al equipo. En el Apertura 1995, tuvo otro gran arranque con cuatro victorias en las primeras cinco jornadas, pero luego perdió tres partidos seguidos y Boca le quitó el liderato. En busca de definir la punta, Vélez se recuperó, pero perdió 1 a 0 en La Bombonera y Boca se alejó. En ese momento Carlos declaró: "hay que hacer cartón lleno" y sus jugadores no lo defraudaron. El Fortín triunfó en los últimos seis encuentros y asaltó el liderato, sumado al afloje de Boca. El 17 de diciembre, con un rotundo 3 a 0 a Independiente Vélez volvió a consagrarse campeón del fútbol argentino, marcando el cuarto título durante la estadía de Bianchi en el club.[20]

En febrero de 1996, Vélez y Bianchi volvían a conquistar otro título internacional al ganarle al Sport Cartaginés de Costa Rica la Copa Interamericana, con dos goles de José Flores. En el Clausura 1996, luego de un comienzo regular, Vélez arrasó en el torneo con victorias memorables como el 3 a 2 a River en el último minuto, (donde Chivalert previamente convirtió un golazo de tiro libre de 60 metros), o las goleadas 5 a 1 a Boca y a Lanús (quien peleaba el torneo). En la fecha 15, Bianchi es contratado por la Roma de Italia para convertirse en su nuevo entrenador, y tuvo su emotiva despedida en el Estadio José Amalfitani, colmado por 50.000 personas. Las últimas cuatro fechas, dirigidas por Osvaldo Piazza, coronaron a Vélez como el primer equipo bicampeón en la historia de los torneos cortos, y el sexto y último título de la estadía de Bianchi en Liniers. En total dirigió 164 partidos, con 82 victorias, 50 empates y 32 derrotas.

Es considerado uno de los máximos ídolos en la historia centenaria del Club Atlético Vélez Sarsfield, por lo logrado como "hincha", jugador y director técnico de la institución.[21][22]

Bianchi dio su paso definitivo a Europa en Italia cuando fichó por la Roma para la temporada 1996/97. Sin embargo, al Virrey no le iría nada bien. Intentó reforzar al equipo con uno de sus jugadores clave en su etapa en Vélez como fue Roberto Trotta, pero este apenas disputó 6 partidos con La Loba. Bianchi no llegó ni a terminar la temporada en Italia, acabando en un paúperrimo 12° puesto en la tabla y eliminado de forma prematura en todas las competencias.[24]

Luego de dedicarse como comentarista para el Mundial de Francia 1998, Bianchi se dispuso a regresar a Argentina para dirigir a Boca Juniors, dirección que previamente había sido rechazada por Daniel Passarella -el predilecto por el presidente Mauricio Macri- y que venía de una época negra con muchas desilusiones. Durante su primera pretemporada en Tandil, Bianchi tenía la pesada tarea de reconstruir un equipo que venía teniendo muchos problemas de vestuario.[25]​ Con mucha pólemica,[26]​ Bianchi se deshizo de Claudio Cannigia, Néstor Fabbri y Diego Latorre. Salvo la venta de Nolberto Solano que trastocó sus planes, el Virrey fichó a un desconocido Hugo Ibarra, y pidió el retorno de José Basualdo, a quien había dirigido en Vélez. Con ellos, se sumaron Antonio Barijho y José Pereda para rellenar plantel.

Dispuesto a llevar a Boca de nuevo a conquistar la liga nacional luego de seis años de sequía, Bianchi ya tenía decidido su 11 titular para la temporada: el arquero colombiano Óscar Córdoba -quien venía de ser muy discutido-, la zaga central con Walter Samuel y Jorge Bérmudez, los laterales Rodolfo Arruabarrena y Hugo Ibarra; el mediocampo con el "5" Mauricio Serna, los volantes Basualdo y Diego Cagna, y el tridente ofensivo compuesto por un joven Juan Román Riquelme -a quien Bianchi lo colocó como principal comandante del juego y a quien asignó el número 10-, el extremo Guillermo Barros Schelotto y el delantero Martín Palermo. Bianchi les comentó a los tres atacantes: "ustedes serán titulares durante todo el torneo, depende de ustedes si seguirán siendólo para la siguiente temporada". Para el Torneo Apertura 1998, Boca arrasó, coronandose como campeón invicto. En el Clausura, a pesar de sufrir alguna bajas por lesión, Bianchi quebró el récord de 40 partidos invicto récord para Boca Juniors, no personal. El mismo pertenece al DT Juan José Pizzutti, 39 partidos [27]​ y volvió a lograr el bicampeonato nacional luego de una derrota de su perseguidor, River.

Boca regresaba a la Libertadores tras seis años de ausencia, y en su debut fue una sorpresiva derrota ante el Blooming de Bolivia. Sin embargo, el equipo despuntaría y pasa de ronda. Mientras tanto, por el Torneo Clausura, la rotación del equipo hace que el River del Tolo Gallego, liderados por Pablo Aimar y Javier Saviola, acabe llevándose el campeonato. En cuartos de final, Boca debe enfrentarse a los Millonarios por un pase a semifinales, en una final anticipada en todo sentido. El primer partido en El Monumental es derrota por 2 a 1. La vuelta, disputada el 24 de mayo, se convertiría en uno de los partidos más míticos de la historia de Boca.[28]​ Luego de empatar en el primer tiempo, Bianchi anima al equipo a continuar atacando, mientras que River, que había utilizado a los jugadores titulares unos días anteriores, empezó a notar el cansancio. El primer gol llegó tras un pase de Riquelme y un gol de Marcelo Delgado, fichaje a principios de año, a los 59 minutos. Con necesidad de convertir otro para lograr la clasificación, Bianchi hace regresar a Martín Palermo a los campos tras seis meses de ausencia por lesión. Tras hacerse pública su convocatoria, Gallego comentó en rueda de prensa que si Bianchi lo ponía al delantero, él hacía ingresar a Enzo Francescoli (mítico jugador de River retirado hace años).[29]​ A falta de seis minutos de terminar el partido, River comete penal sobre Sebastián Battaglia que Riquelme convierte. Tan solo dos minutos después, Palermo logra convertir el tercer gol que sella la clasificación de Boca a semifinales.

En semifinales, Boca choca contra el América mexicano de Cuauhtémoc Blanco y José Calderón. En La Bombonera los argentinos golean 4 a 1, pero aun así Bianchi sabía que el partido en México iba a ser complicado. En la vuelta, esta vez con la presencia de Blanco, hace que los mexicanos ataquen en tromba y cuando Boca ya iba perdiendo por 3 a 0 y con la serie empatada, un cabezazo de Samuel tras un córner de Riquelme a falta de siete minutos del final logra que Boca regrese a la final tras 22 años de ausencia. La final ante el Palmeiras, disputada el 14 y 21 de junio, acabó en empate 2:2 y en la definición por penales, donde Córdoba fue clave atajando dos penales. La definición de Bermúdez le dio a Boca su tercera Copa Libertadores luego de 22 años sin poder ganarla, y la segunda en el palmarés personal de Bianchi, que iba a competir otra vez a Tokio por el campeonato del mundo otra vez.

Ya en el segundo semestre, Boca consiguió el Torneo Apertura tras ganarle a San Lorenzo por 1 a 0 en La Bombonera. El 28 de noviembre, Boca fue a disputar la Copa Intercontinental, ante ni más ni menos que el Real Madrid de Vicente del Bosque y liderados por el Balón de Oro Luis Figo. Ya con experiencia en esta instancia, Bianchi preparó a un equipo más motivado que nunca, y en apenas 6 minutos Boca se puso en ventaja por 2 a 0 con dos goles de Martín Palermo. El descuento de los madrileños fue de Roberto Carlos apenas unos minutos después. Pero Boca aguantó el resultado todo el partido y la presencia de Riquelme fue fundamental para proteger el resultado. Así, Boca volvía a consagrarse campeón del mundo y Bianchi llevaba a otro club a convertirse en el mejor equipo del mundo.

Luego del año perfecto del equipo, Bianchi buscó competir otra vez en Copa Libertadores. Sin embargo, la marcha de Palermo, Arruabarrena, Cagna y Samuel debilitaron al equipo. Debido a esto Boca quedó lejos de la lucha por el Torneo Clausura, aunque le propinó un 3 a 0 a River en La Bombonera con el mítico festejo del "Topo Gigio" de Riquelme. En la Libertadores Boca logró llegar de vuelta a la final, tras dejar en el camino a Junior, Vasco Da Gama y al último finalista, Palmeiras. En la final Boca enfrentó al Cruz Azul de Francisco Palencia. En la ida el xeneize apenas se impuso por 1 a 0 con un gol de Delgado sobre los minutos finales. En la vuelta esta vez el resultado a favor fue de los mexicanos y el partido acabó en penales donde nuevamente Boca acabó ganando gracias a la extraordinaria actuación de Óscar Córdoba. Esto significó la cuarta Libertadores para el equipo argentino, y la tercera para Carlos Bianchi. Por segunda vez consecutiva, Bianchi llevaba a otro equipo argentino a disputar el campeonato del mundo, convirtiéndose en el entrenador argentino con más presencias en la competencia, con tres.


El 27 de noviembre, Boca regresaba a competir en Tokio la final de la Copa Intercontinental. Esta vez, enfrente estaba el Bayern Múnich de Oliver Kahn. En un partido en que se destacaron las constantes faltas del conjunto alemán, y la expulsión del Chelo Delgado, el Bayern logró llevarse la ventaja en un confuso gol de Samuel Kuffour, y Bianchi no pudo repetir la hazaña. Culpa de las decepcionantes campañas del equipo a nivel local, y a la venta de varias piezas claves del equipo, varios rumoreaban que Bianchi no iba a continuar en Boca ya que su contrato acababa a fin de año. El punto de inflexión de este caso fue cuando el entrenador estaba dando una habitual conferencia de prensa post-partido, cuando el presidente del club, Mauricio Macri, apareció en la habitación y se sentó para conversar con el entrenador frente a los periodistas que estaban presentes. Luego de varios intercambios en el que Macri le insistía que le de explicaciones de porque había tomado esa decisión, Bianchi abandonó la habitación sin más y se despidió de los periodistas, claramente frustrado por la actitud del presidente.[30]​ Al finalizar el Clausura, Bianchi no continuó a cargo del club y fue sustituido por Óscar Tabárez.

“Gra­cias por ha­ber­me da­do tan­tas ale­grías en es­tos tres años y me­dio co­mo téc­ni­co de Bo­ca Ju­niors, en los cua­les ga­na­mos tres tí­tu­los na­cio­na­les y tres in­ter­na­cio­nales. Ven­drá otro téc­ni­co, pe­ro us­ted es irrem­pla­za­ble. Y es­toy se­gu­ra que en 2003 es­ta­rá otra vez pi­san­do el cés­ped de es­ta que­ri­da Bom­bo­ne­ra.” Carta de un aficionado de Boca tras la ida de Bianchi. 2001.[31]

Luego de su marcha del club de la Ribera, Bianchi recibió muchas ofertas de equipos, tanto de selecciones como la de México o Chile, o clubes como el F. C. Barcelona, PSG o Palmeiras. Sin embargo, el entrenador decidió pasar todo el año 2002 junto a su familia, comentando el Mundial de Corea-Japón para la televisión mexicana.[31]​ Mientras tanto, Boca Juniors sufría la ausencia del director técnico, quedando eliminado en cuartos de final en la Libertadores y fracasando a nivel local perdiendo los dos torneos del año en las últimas fechas ante River e Independiente, respectivamente.[32][33]​ En el medio, se concretaba el fichaje de Juan Román Riquelme al Barcelona.

En las vacaciones del 2003, Bianchi acordó regresar a Boca Juniors luego de que Macri hiciera caso a las constantes exigencias de la hinchada xeneize a que vuelva el laureado entrenador. Junto a él se produjo el regreso de Diego Cagna, baluarte y capitán de su primer ciclo.[34]​ Debutó oficialmente el 16 de febrero por el Clausura en una victoria 2 a 0 a Nueva Chicago.[35]​ Durante el primer semestre, Bianchi estaba decidido a reconquistar la Copa Libertadores. Peleó el torneo local pero a último momento el equipo decayó y River lo acabó ganando. Por el plano internacional, ganó los primeros tres partidos, pero luego un par de empates y una caída sobre la hora de forma inesperada hacen que el equipo pase como segundo de grupo. Y encima, en octavos de final el humilde Paysandú brasileño gana en La Bombonera. Sin embargo, en Brasil, con un triplete de Guillermo Barros Schelotto Boca gana 4-1 y a partir de ahí se hace imparable: elimina a Cobreloa y a América de Cali y reedita la final de 1963 ante el Santos.[36]​ El equipo arrasa al conjunto brasileño con un global de 5-1 y Boca vuelve a coronarse como el mejor equipo de América de manera apabullante.[37]

Por el segundo semestre, Bianchi se hace con el enganche brasileño Pedro Iarley, proveniente de aquel Paysandú que sorprendió al entrenador argentino cuando ganó en La Bombonera.[38]​ A pesar de la marcha de Ibarra y Delgado, el equipo gana el Torneo Apertura de punta a punta, consagrándose un par de fechas antes en cancha de Racing.[39]​ En vísperas de reeditar un año perfecto, Bianchi volvió a preparar un equipo competitivo en Yokohama ante el Milan de Carlo Ancelotti, liderados por Andriy Shevchenko y Andrea Pirlo. Los italianos golpearon primero con un gol de Jon Dahl Tomasson, pero el xeneize empata rápidamente a través de Matías Donnet.[40]​ En otro planteo táctico perfecto de Bianchi, Boca forza los penales, una especialidad durante el ciclo del Virrey. Roberto Abbondanzieri se luce en la tanda, atajando a Pirlo y a Alessandro Costacurta, sumado a un penal errado por Clarence Seedorf. Raúl Cascini anota el definitivo y le da la tercera Copa Intercontinental a Boca, quien se convierte en el equipo con más campeonatos mundiales junto a Real Madrid, Peñarol, Nacional y Milan.[41]​ Bianchi se convierte en el entrenador más ganador de la historia de la Copa Libertadores, con 4 ediciones ganadas (1994, 2000, 2001 2003).[42]

Bianchi tiene como objetivo mantener el rendimiento obtenido el año pasado. Sin embargo, por el Torneo Clausura, no logra el bicampeonato por el desgaste de la Copa y una derrota ante River, quien acaba llevándose el torneo. Aun así, Bianchi mantiene su mística en la Libertadores, que a pesar de debutar con derrota, logra pasar como cabeza de grupo. En octavos de final deja en el camino a Sporting Cristal, y en cuartos a Sao Caetano. En semifinales, se repite una final anticipada ante River, esta vez dirigidos por Leonardo Astrada y liderados por Marcelo Gallardo. En la ida en La Bombonera, el partido se vuelve muy polémico y Gallardo y Cascini son expulsados de forma prematura, aumentado la tensión y las peleas entre los jugadores. Boca gana con lo justo, a través de un cabezazo de Rolando Schiavi.[43]​ En el partido de vuelta en El Monumental, se producen uno de los partidos más míticos en la historia del fútbol argentino.[44]​ En el primer tiempo, Boca logra aguantar el ataque en tromba de River. En el segundo tiempo, es expulsado el colombiano Fabián Vargas y Boca queda en desventaja con un gol de River por parte de Luis González. Faltando pocos minutos, la actuación de Guillermo Barros Schelotto se vuelve fundamental, logrando la expulsión de Rubens Sambueza, sumado a la lesión de Ricardo Rojas, quedando River con 9 jugadores. Bianchi hace ingresar al juvenil Franco Cángele, que le da un pase a Carlos Tevez para empatar el partido y darle el pase a la final a los xeneizes. Sin embargo, un gol sobre el final de Cristian Nasuti forza los penales. Otra vez, el "Pato" Abbondanzieri es figura y logra atajarle un penal a Maximiliano López, con Javier Villarreal convirtiendo el penal definitivo y sellando el pase de Boca a la final, y convirtiendo a Bianchi como el entrenador con más finales disputadas en la historia de la Copa Libertadores. A pesar de la ilusión de lograr otro bicampeonato, Boca cae ante todo pronóstico con un histórico Once Caldas, que logra vencer en los penales (que habían sido una especialidad para todo el ciclo Bianchi) a un Boca que no logró acertar ninguno.[45]​ En una conferencia post-partido, Bianchi dio a eludir que podía dejar al equipo:

"Tenemos el lógico gusto de no haber ganado, y los que practican deportes saben que no se puede ganar siempre. El técnico de Los Ángeles Lakers (equipo de la NBA) Phil Jackson perdió su primera final y parece que tiene ganas de dejar."[46]

Asimismo, Bianchi admitió no haber recibido la medalla de subcampeón, puesto que no sabía que había medallas para los segundos debido a que era la primera vez que perdía una final de Copa.[47]

Desilusionado por no haber logrado otro bicampeonato, y cansado mentalmente por todo lo logrado, Carlos Bianchi decide renunciar a su cargo en el invierno del 2004, aludiendo como excusa que era "lo mejor para el club".[47]​ Así, terminaba su segundo ciclo en Boca habiendo dirigido 277 partidos, con 153 victorias, 78 empates y 56 derrotas, y con la conquista de 9 títulos, colocándolo como el entrenador más exitoso en la historia del Club Atlético Boca Juniors.[48]

Previo paso en la conducción técnica del Atlético de Madrid de España en la temporada 2005/06, en enero de 2009 regresa al club Boca Juniors en el cargo de Mánager. Ya había desempeñado este cargo en el Paris FC en 1991 y 1992.

Su labor era encargarse del Departamento de Fútbol del club y por ende, de todas sus divisiones. Ante la renuncia de Alfio Basile, el 22 de enero de 2010, el club xeneize le propone asumir como entrenador, pero Bianchi declinaría la propuesta; paralelamente, surgió en los medios de comunicación el rumor de que Bianchi podría abandonar su puesto a causa de los problemas personales que pasaba el plantel y los resultados negativos en los partidos. Bianchi declara que su puesto debía ser respetado y que se mantendría hasta el mes de junio de 2010. Sin embargo, ante supuestas insistencias por parte de la dirigencia de Boca -incluyendo un aparente ultimátum-, Bianchi decide renunciar el 25 de enero de 2010. la cual fue comunicada por el Presidente del Club, Jorge Amor Ameal.

Cada vez que un timonel era echado, dimitía o finalizaba su contrato, el Virrey aparecía en carpeta, pero por razones desconocidas rechazó varias veces el puesto, finalmente, luego de que el presidente de Boca Juniors, Daniel Angelici, decidiera escuchar el reclamo de los hinchas, anunció el 10 de diciembre de 2012 la no renovación contractual del entonces entrenador Julio Cesar Falcioni para ir en búsqueda del retorno del entrenador más exitoso de la historia Xeneize, hecho que ocurriría el 17 de diciembre de 2012. Luego de varias reuniones, aceptaría la oferta de Club Atlético Boca Juniors que lo ligará al club por 3 años, comenzando, el día 5 de enero de 2013, su tercer ciclo en la institución.

El primer partido oficial, que también marcaba su regreso a La Bombonera, se produce el 9 de febrero de 2013 con un triunfo de Boca por 3 - 2 sobre Quilmes, dando vuelta un resultado que comenzó siendo adverso. Luego no sumaría de a 3 puntos por los siguientes 12 partidos, y terminaría ante-último a 1 punto de Unión el Torneo Final, sumando solamente 18 unidades.[49]​ A pesar del mal andar en el Torneo Final 2013, el club xeneize, al mando de Bianchi, lograría ubicarse entre los 8 mejores equipos del continente, al alcanzar los cuartos de final de la Copa Libertadores al vencer en el duelo correspondiente a los Octavos de Final al Corinthians brasileño, campeón defensor, por un marcador de 1 a 0 y lograr un valioso empate en la vuelta, en condición de visitante. Pese a eliminar al candidato más fuerte que tenía la competición en aquel momento, el equipo de la ribera no podría avanzar a Semifinales ya que caería contra Newell's Old Boys en la tanda de penales tras los resultados de ida y vuelta que terminaron 0-0.

Pese a haber sido un semestre sin títulos y el hecho de haber salido ante-último, Carlos Bianchi continuó en su cargo contando con el unánime apoyo popular del público Xeneize, comenzando así un semestre donde tendría una sola competencia, el Torneo Inicial 2013, sus dirigidos no serían campeones y acabarían el torneo en la posición 7°, cerrando así la primera mitad de la temporada y preparándose para afrontar un nuevo torneo corto, el Torneo Final 2014.

En el Torneo Final 2014 finaliza en la 2° colocación, ubicándose debajo de River Plate. Debido a la buena campaña obtiene un boleto para la próxima Copa Sudamericana 2014, y finaliza en la 2° colocación de la tabla general del Campeonato de Primera División 2013/14.

El 28 de agosto de 2014, luego de 3 derrotas y una victoria ajustada, fue despedido por decisión unánime de la Comisión Directiva.[50]

Datos actualizados a fin de carrera deportiva.[51][52]

Datos actualizados a fin de carrera como entrenador.

En gris las temporadas donde fue subcampeón de liga, en amarillo donde fue campeón.

Bandera de Francia Francia

Bandera de Francia Francia

Bandera de Argentina Argentina

ItaliaFlag of Italy.svg Italia

Bandera de Argentina Argentina

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