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Comedia elegíaca



La comedia elegíaca (o comedia latina medieval) es la denominación convencional con la que se indica un género literario o tipo de textos de la latinidad medieval compuesto prevalentemente en forma métrica y caracterizados por los contenidos cómicos y licenciosos y la alternancia entre diálogos y partes narradas (salvo el Pamphilus seu De amore o el Babio, por entero dialogados). En la literatura científica se habla mejor de comedias latinas medievales o comedias latinas del siglo XII y XIII.

La forma métrica clásica adoptada en prevalencia es la del dístico elegíaco. Solo en dos casos, sin embargo, se ha adoptado el hexámetro: en el De tribus sociis y De nuncio sagaci, este último en hexámetros leoninos con homoioteleuton entre la cláusula y la sílaba en cesura.

El florecimiento del género se inscribe principalmente en el llamado renacimiento del siglo XII. No se conoce con certeza el origen y la finalidad de estos textos: pueden ser productos retóricos o tal vez obras destinadas a una verdadera y propia puesta en escena, en cuyo caso se piensa más bien en la recitación por una sola voz. Tampoco se sabe si habría habido un influjo o connivencia con el surgimiento del teatro medieval en lengua vulgar. El caso es que su florecimiento tuvo alguna importancia para la historia literaria por la influencia que ejercieron sobre autores posteriores en lengua vulgar, en particular sobre la fabulación y la novelistica medieval, de la cual anticiparon temas y tonos, y sobre la comedia humanística del Quattrocento.

Los autores realizaban reelaboraciones de Plauto o Menandro y, según algunos críticos, los verdaderos modelos literarios a los que se acercarían serían Horacio, como derivación de sus Sátiras y Epístolas, y Ovidio, y también Terencio, Virgilio, Juvenal, Lucano, Estacio y Maximiano.

Particularmente significativo es el influjo de Ovidio, que se despliega en modo a veces invasiva y aparece siempre preponderante, con la sola excepción del De more medicorum. Este influjo se inserta en un fenómeno bien conocido que atraviesa una época entera literaria a caballo entre dos siglos y que ha inspirado a Ludwig Traube la definición, a veces reductiva, de Aetas Ovidiana, entendida como paradigma connotativo de una época entera literaria de la Edad Media comprendida entre los siglos XII y XIII.

Misteriosas y difíciles de investigar, en edad medieval, son a veces, en las obras de Iacopo da Benevento, las coincidencias con los Mimiambos de Herondas, cuya tradición se remonta a un solo papiro solo conocido a fines del siglo XIX.

Los datos indican el origen de este género en la Francia del siglo XII, y más en concreto en Orleáns estuvo el foco más importante de esta actividad. De ahí irradió a Inglaterra y, en el siglo XIII, a Italia y Alemania, formando en total un pequeño corpus de veinte obras.

Digno de notarse es que en el siglo XIII hubo un pequeño reflorecimiento del género en la Corte de Federico II de Suabia.

La forma arquetípica del género naciente es el Pamphilus, (para Peter Dronke, producto cultural de la Inglaterra de Enrique II y datable en torno al año 1150), y las únicas dos obras conocidas del francés Vital de Blois, verdaderamente la figura predominante del género en su primera etapa: Geta (1150 ca.), curioso ejercicio de diversión literaria que transpone el Anfitrión de Plauto, y Querolus (o Aulularia), realizado en 1175, a imitación del Querolus, obra anónima del siglo VI, a su vez inspirada en la Aulularia de Plauto.

El Pamphilus, en particular, ocupa una posición especial en el corupus: enteramente dialogado, anticipador de La Celestina de Fernando de Rojas (1499), ha sido definido por María Rosa Lida de Malkiel "obra maestra" entre todas las comedias elegíacas, de las cuales se destacaba netamente por la capacidad de resolver la inspiración ovidiana en una propuesta en la corvengían motivos, reflexiones e introspecciones amorosas del roman courtois o novela cortesana.[1]

La licenciosidad alusiva de las obras resulta insuperable en De tribus puellis, donde se diseminan fantasías sexuales que revisten un interés que desborda el ámbito literario para pasar al de la patología clínica.

Entre los autores conocidos, aparte del ya citado Vital de Blois, se encuentran Guillermo de Blois (hermano del celebérrimo Pierre de Blois), Mateo de Vendôme, y Arnulfo de Orleáns.

Aparte hay que considerar el ambiente cultural suavo del Reino de Sicilia (siglo XIII) un curioso y más tardío florecimiento del género literario, con cuatro obras; entre los autores que lo cimentaron los únicos de los que se conoce el nombre son Riccardo da Venosa y Jacopo da Benevento, ambos juristas y autores, respectivamente, de dos obras estrictamente emparentadas con los modelos literarios del siglo precedente: la singular Paolino y Polla (De Paulino et Polla, insólitamente rica de partes dialogadas, que aparece influida por el Pamphilus y el Geta de Vital de Blois), dedicada por Riccardo al emperador Federico II di Suabia, y la De uxore cerdonis (atribuida a Jacopo da Benevento, estrechamente emparentada al Pamphilus y a la Alda de Guillermo de Blois. En la obra del beneventano Iacopo son también reconocibles coincidencias con los Mimiambos de Herondas: se trata de circunstancias singulares y no fácilmente explicables en este momento del conocimiento moderno de Herondas, que se debe a un papiro descubierto a fines del siglo XIX.



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