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Cornelius Castoriadis



Cornelius Castoriadis (en griego, Κορνήλιος Καστοριάδης) (Estambul, 11 de marzo de 1922-París, 26 de diciembre de 1997) fue un filósofo, sociólogo, economista y psicoanalista greco-francés, defensor del concepto de autonomía política y fundador en los años 1940 del grupo político Socialismo o barbarie y de la revista del mismo nombre, de tendencias próximas al luxemburguismo y al consejismo. Posteriormente abandonaría el marxismo, para adoptar una filosofía original, con un posicionamiento cercano al autonomismo y al socialismo libertario.

Nació en Constantinopla en 1922, de donde su familia huyó con él frente al desarrollo y consecuencias de la Guerra greco-turca hacia Atenas. La vida y obra de Castoriadis es posible diferenciarla en dos momentos; el primero, que corresponde desde su juventud en Grecia donde vivió la dictadura fascista, la Guerra greco-italiana, y los inicios de la Guerra civil griega, momentos en que estudió derecho, economía y filosofía,[nota 1]​ en la Universidad de Atenas, acercándose a la militancia en el marxismo-leninismo con el KKE, y posteriormente con el trotskismo. Así lo reconoce el propio Castoriadis en una nota autobiográfica en su libro La sociedad burocrática:

Luego, se trasladó a Francia en 1946, cuando estalló totalmente la guerra civil en su país. Ahí continuó sus estudios de filosofía en el Instituto de Francia y se unió al Parti Communiste Internationaliste (PCI), donde conoció a Claude Lefort, creándose así el famoso grupo Socialisme ou Barbarie, en el cual se llegó a relacionar con figuras tales como Edgar Morin, Henri Lefebvre, Jean-François Lyotard, Gérard Genette, y Guy Debord, entre otros. En 1948 ambos se separaron del PCI,[2]​ por diferencias dogmáticas, e iniciaron la publicación de sus análisis y opiniones en la revista del mismo nombre del grupo. Para ese mismo año, Castoriadis comenzó a trabajar como economista en la OCDE, situación que lo obligó a escribir bajo varios pseudónimos, entre los que destacaron, Pïerre Chaulieu, Marc Coudray, y Paul Cardan —este último el más usado—. A partir de 1964, se hizo miembro de la escuela freudiana de París (EFP), fundada por Jacques Lacan, con quien comenzó a tener desavenencias en 1967.

La revista Socialisme ou Barbarie se publicó entre 1948 hasta 1966, años en que la reflexión llevó a Castoriadis a la siguiente encrucijada: seguir siendo fiel al marxismo o a la revolución. Así lo demostró él mismo, con la publicación en la revista de los artículos «Marxismo y teoría revolucionaria» entre 1964 y 1965, que terminarían por ser la primera parte de su libro más famoso, La institución imaginaria de la sociedad.[3]​ A raíz de esta reflexión, se propuso la disolución del grupo, lo que se concretó en 1966, iniciándose así el proceso de transición de Castoriadis al segundo momento o segunda etapa, ya que fue en esta época cuando se separó de Socialismo o Barbarie (1966), se casó con Piera Aulagnier, y vivió los acontecimientos del Mayo francés (1968), abandonando el EFP y participando en la creación del Quatrième groupe (1969). También dejó de trabajar en la OCDE (1970), terminando y publicando la obra La institución imaginaria de la sociedad (1975). Esta transición terminaría por ubicar a Castoriadis en el estudio del imaginario, periodo en el cual desarrolló la mayoría de sus conceptos más importantes; precisamente así lo reconoce un estudio biográfico:

Su influencia sobre el Mayo francés es considerada como de «inspiración espiritual», reconocido públicamente por Daniel Cohn-Bendit, y ligado a la famosa frase «La imaginación al poder», lo que para Fernando Savater es una transcripción casi 'literal' del último artículo de Castoriadis en Socialisme ou Barbarie.[5]​ Al mismo tiempo que definía su campo de acción, se distinguió por su alejamiento con otras escuelas francesas 'pre' y 'post' Mayo del 68, cuando en 1976 escribió en Topique, a partir del libro Un destin si funeste de François Roustang, un largo artículo criticando el pensamiento estructuralista, tanto en las versiones de Michel Foucault, Roland Barthes, Louis Althusser, Gilles Deleuze, y Félix Guattari, como respecto del método y posturas lacaneanas.[nota 2]

A partir de 1974 comenzó a ejercer como psicoanalista. Ya en 1980, Castoriadis fue nombrado director de estudios de la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales, donde continuó los trabajos publicados desde 1978 con Les Carrefours du labyrinthe, completando cinco volúmenes y uno más publicado póstumamente; estos escritos pretendían ser trabajos «de semilla», analizando fenómenos muy específicos a partir de lo ya expuesto en La institución imaginaria de la sociedad. En 1997, Castoriadis murió en París de una enfermedad del corazón, habiendo sido enterrado en el cementerio de Montparnasse.

Durante su trayectoria en la École, impartió seminarios (entre 1980 y 1995) sobre la «creación humana», constituyendo una constante actualización de sus reflexiones, los que deberían terminar de expresarse en La creación humana, obra que no pudo terminar. Sin embargo, se han publicado parcialmente dos de sus seminarios (1986-1987 y 1982-1983), y la transcripción de sus apuntes se encuentra aún en proceso.[nota 3]

Como vemos en la biografía, el pensamiento de Castoriadis se puede ubicar en dos momentos de reflexión (1946-1967 y 1968-1997), uno derivado del otro. El primero son las consideraciones dentro del marxismo, particularmente en su militancia trotskista en el PCI, y su etapa en Socialismo o Barbarie, en los cuales desarrolla lo que se ha llegado a llamar «sovietología». Principalmente se expresa en el seno de la revista (1948-1965), y se termina de plasmar en la publicación de los artículos revisados y extendidos en varios libros, a saber, La Société bureaucratique (dos tomos, 1973), L’Expérience du mouvement ouvrier (dos tomos, 1974), Capitalisme moderne et révolution (dos tomos, 1979), Le Contenu du Socialisme (1979) y La Société française (1979). La mayoría de este material se encuentra fuera de catálogo o circulación.

La reflexión en esta etapa, que de una u otra forma deriva en la siguiente, se puede entender como un periodo de estudio del pensamiento marxista y sus consecuencias. Primero en el seno del dogmático KKE, y luego en las críticas no comprometidas del trotskismo sobre la URSS; lo que propicia la creación de Socialisme ou Barbarie, en donde se observan las consecuencias de las jerarquías dentro de la sociedad rusa soviética. Así se refleja en las primeras líneas pragmáticas del primer número de la revista:

De esta reflexión, las conclusiones es el paradigma que el propio Castoriadis introduce en las primeros artículos de Marxismo y teoría revolucionaria (1964-1965), cuando dice:

De esta forma, Castoriadis rompe tanto con el marxismo como con el trotskismo, y finalmente también con Socialismo o barbarie, para emprender y concentrarse en un nuevo nivel de reflexión, lo que comprenderá su segunda etapa de pensamiento (1968-1997).

El segundo momento en el pensamiento de Castoriadis es el que compete desde la reflexión final y disolución de Socialismo o Barbarie, y la concreción de su obra más conocida, La institución imaginaria de la sociedad (1975), en la cual, como se indicó más arriba, se inicia el estudio de la creación humana y el factor imaginario. Posterior a La institución imaginaria de la sociedad, el trabajo de Castoriadis se concentra a dilucidar y profundizar las líneas generales explicitadas en éste, por medio de la colección Las encrucijadas del laberinto (1. Les Carrefours du labyrinthe 1978; 2. Domaines de l’homme, 1986; 3. Le Monde morcelé, 1990; 4. Fait et à faire, 1997; 5. Post-scriptum sur l’insignifiance, 1998; y 6. Figures du pensable, 1999) y los seminarios en la École (1980-1995), estos últimos aún en transcripción, edición y publicación. Hasta el día de hoy se han publicado uno fuera de colección (Sur le Politique de Platon – Séminaires à l’EHESS, du 19/02/1986 au 30/04/1986, 1999) y tres bajo el título de la colección La creación humana (1. Sujet et vérité dans le monde social-historique – Séminaires 1986-1987, 2002; 2. Ce qui fait la Grèce, 1. D’Homère à Héraclite – Séminaires 1982-1983, 2004; y, 3. La Cité et les lois – Ce qui fait la Grèce 2, 2008), todos en edición de Enrique Escobar, Myrto Gondicas y Pascal Vernay. Asimismo, parte de esta etapa ha quedado plasmada en otras obras fuera de colección (Devant la guerre – tome 1 : les réalités, 1981; De l’écologie à l’autonomie —con Daniel Cohn-Bendit—, 1981; La Brèche: vingt ans après —sobre el Mayo francés—, 1988; Post-scriptum sur l’insignifiance, 1988; Une Société à la dérive : Entretiens et débats 1974-1997, 2005; y Fenêtre sur le chaos, 2007).[8]

Ahora bien, para Castoriadis, la imaginación es la creación humana indeterminada, por tanto, cambio.

El ser social es actividad y es hacer. El ser humano es actividad pero es actividad que crea, es un hacer que inventa, es un hacer que genera a diferencia de cualquier otro ser vivo. Genera e inventa el mundo que habita y al hacerlo se inventa así mismo. El ser humano imagina, despliega, genera algo allí donde no había, trasforma el planeta y en este acto se trasforma a sí mismo.

Desde este punto de vista, el nivel de existencia del ser humano empieza por lo imaginario. Castoriadis rescata y jerarquiza el nivel de lo imaginario pensando el proceso histórico social desde dos grandes aspectos: El «imaginario social radical» y el «imaginario social efectivo»:

El cambio social implica discontinuidades radicales que no pueden ser explicadas en término de causas deterministas o presentadas como una secuencia de acontecimientos. El cambio emerge a través del imaginario social. Todas las sociedades construyen sus propios imaginarios: instituciones, leyes, tradiciones, creencias y comportamientos.

Castoriadis analiza los periodos de cambio social preguntándose por qué las sociedades cambian y aparecen nuevas formas de lo social. A medida que se desarrolla el proceso histórico social hay grandes significaciones que comienzan a perder sentido. Caen debido a que dejan de ser necesarias para el fin que han sido creadas.

Las significaciones sociales se modifican de acuerdo a las necesidades de un momento histórico, social, político y económico determinado. Aparecen nuevas significaciones que provienen del fondo del ser histórico social, del imaginario social radical. Adviene así una nueva significación que entonces organiza distinto ese escenario.

El ser humano modifica y crea su entorno para cubrir las necesidades tanto individuales como sociales en el proceso de la vida y estas modificaciones están íntimamente ligadas a una época y cultura determinada.

Es así como a lo largo de su obra, Castoriadis proporciona numerosos ejemplos:

Se debe diferenciar del término homónimo que habitualmente circula, que es sinónimo de representaciones sociales más comúnmente usado el Ciencias Sociales como lenguaje corriente, así como del término imaginario de Jacques Lacan.

Para Castoriadis el lenguaje está compuesto por dos dimensiones básicas. Primero por el legein, que se trata de la dimensión identitaria del representar-decir social; viene del logos-lógica, que significa, para Castoriadis, el distinguir-elegir-poner-reunir-contar-decir. Según este autor, en el lenguaje, el legein está representado por el componente código; el componente significativo del lenguaje se llamará lengua, del cual no se puede eliminar, al igual que en la representación social, llama la atención que este representación social, es en Ciencias Sociales lo que comúnmente se conoce como imaginario social, pero que para Castoriadis tiene otra connotación (la creación humana). Por otro lado, esta el teukhein, que es la dimensión identitaria, funcional e instrumental del quehacer social, de la creación; viene del techne-técnica, lo que significa reunir-adaptar-fabricar-construir, es el componente ineliminable de la acción social.

De sus teorías obtiene Castoriadis algunas consecuencias simples:

Según Castoriadis, en el dominio de las instituciones humanas no existe un modelo teórico; solo existe una realización que se produce en el tiempo al hilo de millones de decisiones particulares y de conductas individuales concretas; en caso de fracaso, no se puede poner el mecanismo a cero, no se vuelve a jugar la partida como en las máquinas de flipper, no existe el bonus, same player shoots again, sino el game over; otras instituciones y otras experiencias ocuparán el sitio. Simétricamente, el modo de producción capitalista y el universo de explotación capitalista no son encarnaciones degeneradas de una buena teoría del mercado, sino creaciones imaginarias y reales que acabaran por hundirse, y ningún gobierno podrá decir ¡bueno, reiniciemos el capitalismo evitando los fallos del pasado!. No se trata de una sesión de trabajos prácticos sobre la base de un curso.

Castoriadis insiste en la existencia y la necesidad de un camino: el proyecto de auto-emancipación autónoma. Para él, hasta el presente las sociedades han sido heterónomas, han construido sus imaginarios atribuyéndolos a alguna autoridad extrasocial: Dios, los Antepasados, la Necesidad histórica, es decir, que las sociedades heterónomas no se dan cuenta de que las instituciones son autoconstruidas. Castoriadis piensa que la humanidad solo podrá escapar a la catástrofe:

En ese sentido, su alternativa socialista Socialismo o barbarie hubiera podido llamarse Emancipación autónoma o barbarie.

Castoriadis abordó las dos facetas de la ontología social-histórica-psíquica-imaginaria, la faceta individual y la faceta social. Según él, las instituciones y las psiques se autoelaboran en el tiempo (quizá a diferente escala para cada una, pero ciertamente en el tiempo) en una interacción recíproca, una relación dialéctica. Si recordamos las interacciones entre civilizaciones y entre personas, vemos que una civilización se desarrolla en contacto y en fricción con las civilizaciones vecinas, y un psiquismo se desarrolla en contacto y en fricción con otros. A Castoriadis le interesa examinar cómo las instituciones de una civilización son el resultado del trabajo durante mucho tiempo de millones de psiques individuales dinámicas y cómo el desarrollo del psiquismo de un ex-bebé es el resultado de su larga inmersión en una civilización dinámica. Esto podría parecer un lugar común casi determinista, pero no es así, gracias precisamente a causa de la irreductible parte no funcional de la ontología sociohistórica.

Sus puntos ontológicos paralelos son bastante fáciles de identificar:

Un aspecto primordial, aunque difícil de expresar claramente, es la relación con el tiempo que mantienen los seres de la ontología socio-histórica. A lo largo de su obra, Castoriadis ha consagrado varios párrafos al tema, pero nos contentaremos con señalar las dos maneras de hablar de las instituciones socio-históricas a partir de la idea del corte instantáneo (o, por su semejanza conceptual a una fotografía, la instantánea):

La obra de Castoriadis ha sido analizada críticamente por distintos pensadores contemporáneos, de los cuales destacan los siguientes:

Al mismo tiempo, existe un cantidad considerable de análisis sobre el pensamiento de Castoriadis:[nota 4]

Textos originales

Textos sobre Castoriadis



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