La corona para ornamento de la cabeza se ha considerado en todas las épocas como distintivo de la autoridad real y, en algunas de sus formas, como premio o condecoración debida a méritos muy singulares.
Los emperadores romanos aparecen frecuentemente figurados en las monedas llevando corona triunfal y, a veces, corona radiante. Después de Constantino I, y en el Imperio bizantino, suelen llevar diadema decorada con piedras preciosas pero algunos de estos últimos adoptan también la tiara persa modificada.
Los reyes de Occidente, en la Edad Media, gastan coronas en forma de aro cilíndrico de oro, adornado con pedrería y, a veces, con pinjantes; desde el siglo IX al XIII suelen montarse sobre el aro unos florones o puntas con bolas, y desde el XIII se estrecha el aro y se convierten los florones en trifolios, lo cual es muy común en los dos siglos siguientes. Desde el siglo XVI se fija la distinción entre coronas de reyes, príncipes y nobles.
La corona europea más antigua todavía existente es la Corona de Hierro del siglo VII.
Durante toda la Edad Media, las coronas heráldicas, muy variadas, se consideraron un simple elemento decorativo. Durante el siglo XIV aún adornaban a menudo el casco y no tenían carácter nobiliario. Las primeras coronas de los reyes de Francia se derivaron de estas. En el siglo XV apareció la costumbre de cerrar las coronas con arcos, pero no fue apenas en los siglos XVII y XVIII cuando los autores heráldicos comenzaron a codificar las coronas nobiliarias, cuya jerarquía y aspecto variaban de un país a otro. Algunas coronas honoríficas se podían colocar sobre el casco o remate del escudo. Por ejemplo, la circunferencia de la corona de vallas es un vallado de estacas, mientras que la corona mural, que data de Napoleón I, representa ciudades, reminiscencia de la Antigüedad. Según la importancia de la ciudad, tiene tres, cuatro o cinco torres. La heráldica urbana contemporánea utiliza la corona naval y la de aviación para timbrar los escudos de armas de las ciudades dotadas de aeropuerto o puerto naval.
Corona de Constantino IX (Bizancio)
Corona de Carlomagno (Francia)
Destruida
Sainte couronne o Corona de San Luis (Francia)
Destruida
Corona del Tesoro de la Catedral de Essen (s.XI)
Corona de San Esteban (Hungría)
Corona de San Venceslao (Bohemia)
Corona de San Eduardo (Inglaterra/Reino Unido)
Réplica
Corona de Boleslao I (Polonia) (s.XIV)
Réplica, original desaparecida
Corona de Rodolfo II (Austria)
Corona real de Suecia
Corona real de Escocia
Réplica
Corona de Cristián IV
(Dinamarca)
Corona real de Dinamarca
Corona de Esteban Bocksai
(Transilvania)
Gorro de Monómaco
(Principado de Moscú/Rusia)
Réplica
Gran Corona Imperial
(Rusia)
Réplica
Corona real de Portugal
Corona de Sancho IV de Castilla
Corona de Isabel la Católica
(Castilla y Aragón)
Corona de Luis XV (Francia)
Corona real de Baviera
Corona real de Wurtemberg
Corona de Napoleón Bonaparte (Francia)
Corona real de los Países Bajos
Corona real de Noruega
Corona de Carlos X (Francia)
Corona de Napoleón III (Francia)
Réplica
Corona Imperial del Estado (Reino Unido)
Corona del Segundo Imperio Mexicano (México)
Corona del Estatal AlemánAlemania)
Desaparecida desde la II Guerra Mundial
Corona de Acero (Rumanía)
Corona de Guillermo II (Prusia)
Corona Karađorđević (Serbia/Yugoslavia)
Corona Imperial de la India
(Raj británico/Reino Unido)
Corona real de Hawái
Corona funeraria del emperador Wanli (China)
Réplica
Corona Pahlaví (Irán)
Corona imperial de Etiopía
Gran Corona de la Victoria (Tailandia)
Réplica
Tocado imperial Ming (China)
Corona del emperador Kōmei (Japón)
Corona de Baekje
(Corea del Sur)
Corona de la reina Ranavalona III (Madagascar)
Tocado real de Malasia
Tocado real de Bután
Gran Enciclopedia Integral. Larousse.
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