Las elecciones generales de la provincia de Tucumán de 2015 tuvieron lugar el domingo 23 de agosto del mencionado año con el objetivo de elegir al Gobernador y al Vicegobernador, y a los 49 escaños de la Legislatura Provincial unicameral, conformando los poderes ejecutivo y legislativo de la provincia para el período 2015-2019. Fueron las novenas elecciones provinciales tucumanas desde la recuperación de la democracia, y las vigésimo cuartas desde la instauración del voto secreto. Siete fórmulas se presentaron para gobernador y vicegobernador.
Estos comicios estuvieron signados por la controversia. El candidato del oficialista Frente para la Victoria (FpV), Juan Luis Manzur, del Partido Justicialista (PJ), obtuvo oficialmente una victoria holgada con el 53.68% de los votos contra el 41.51% obtenido por José Manuel Cano, de la Unión Cívica Radical (UCR) y apoyado por la alianza Acuerdo para el Bicentenario (ApB). En un magro tercer lugar se encontró Ricardo Bussi, del partido Fuerza Republicana (FR), y ninguno de los demás candidatos superó el 1% de los votos. La participación fue oficialmente del 85.17% del electorado registrado. Este resultado fue mucho más estrecho con respecto a las últimas tres aplastantes victorias logradas por el oficialismo. En el plano legislativo, la representación del FpV se redujo de 39 a 33 bancas, contra 15 del ApB y 1 de Fuerza Republicana. El Frente para la Victoria estuvo a un escaño de perder la mayoría de dos tercios del legislativo provincial, que conservaba hacía más de una década.
Sin embargo, la elección fue considerada profundamente defectuosa y Cano desreconoció el resultado, afirmando que el gobierno saliente, liderado por José Jorge Alperovich, había cometido un fraude electoral masivo. Ya durante la jornada electoral se habían registrado las primeras denuncias de irregularidades, como voto cadena, urnas llenas antes de la votación, entre otras. Se reportó la quema de urnas durante la noche, y a partir del 24 de agosto hasta el fin de la siguiente semana se realizaron numerosas protestas contra el resultado en la capital provincial, San Miguel de Tucumán, que fueron duramente reprimidas por las fuerzas policiales, reportándose heridos con balas de goma. Ante una solicitud presentada por el Acuerdo para el Bicentenario el 4 de septiembre, la sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo declaró nulas las elecciones el 16 de septiembre y ordenó el llamado a nuevos comicios. Sin embargo, una semana después, la Corte Suprema de Justicia provincial revalidó el resultado, ratificando la elección de Manzur, que finalmente asumió como gobernador el 29 de octubre de 2015.
Exceptuando un breve período (1995-1999, cuando gobernó el partido Fuerza Republicana), la provincia de Tucumán ha sido gobernada desde la recuperación de la democracia por candidatos provenientes del Partido Justicialista (PJ), aunque entre 1983 y 2003 los resultados electorales eran muy estrechos y la competencia electoral, vibrante. A partir de 2003, con la llegada al poder de José Jorge Alperovich, el Frente para la Victoria (FpV), coalición oficialista a nivel nacional de los presidentes Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), monopolizó el poder político. Alperovich logró una reforma constitucional que lo habilitó para una reelección inmediata en 2007 con más del 78%, y luego, en 2011, se valió de una cláusula de no retroactividad para obtener una segunda reelección, con casi el 70%, con algunas denuncias aisladas de fraude electoral, debiendo repetirse la elección en algunas comunas.
Fueron siete las listas que se inscribieron a las elecciones.Senador nacional. Por su parte, el ex vicegobernador y hasta entonces Ministro de Salud del gobierno kirchnerista, Juan Luis Manzur, fue proclamado candidato del Frente para la Victoria, con Osvaldo Jaldo como compañero de fórmula para la vicegobernación.
Aunque se discutió inicialmente la posibilidad de que la constitución provincial fuese nuevamente reformada para abolir el límite de dos mandatos, Alperovich resolvió no buscar una tercera reelección y se presentó como candidato paraLa principal alianza opositora, el Acuerdo para el Bicentenario (ApB), liderada por la Unión Cívica Radical (UCR), se había fortalecido enormemente con las adhesiones de los partidos Propuesta Republicana (PRO) y la Coalición Cívica ARI (CC-ARI), que habían suscrito la alianza Cambiemos a nivel nacional, y presentaron la candidatura a la gobernación por segunda vez de José Manuel Cano, con Domingo Amaya como compañero de fórmula. Cano contaba con el antecedente de haber logrado levantar enormemente el caudal de votos de su partido, perdido en Tucumán en gran medida a partir de la irrupción del bussismo en la década de 1990. Sin embargo, la alianza perdió apoyos luego de que el PRO presentase exitosamente una medida ante la Junta Electoral Tucumana para impedir que el padrón tucumano incluyera votantes menores de dieciocho años, a pesar de que a nivel nacional la ley electoral había sido reformada para reducir la edad a partir de la cual se tiene derecho a voto de dieciocho a dieciséis. Domingo Amaya era hasta entonces intendente de San Miguel de Tucumán por el FpV, y sus acciones al presentarse como candidato a vicegobernador con Cano fueron tildadas de "traidoras" por amplios sectores del partido, mientras que los líderes del PRO y la UCR, Mauricio Macri y Ernesto Sanz, lo calificaron de un triunfo para su alianza.
El antiguamente gobernante Fuerza Republicana (FR) presentó por cuarta vez a Ricardo Bussi como candidato a gobernador, aunque esta vez con Raúl Topa como compañero de fórmula. Topa ya había sido vicegobernador, de hecho durante la gobernación del difunto padre de Bussi, Antonio Domingo Bussi. Aunque inicialmente hubo conversaciones entre Fuerza Republicana y la coalición a nivel nacional Unidos por una Nueva Alternativa (UNA) para que su candidatura fuese la fórmula de la alianza a nivel provincial, eventualmente la mayoría del massismo tucumano, así como su caudal de votos, optó por apoyar a Cano como voto táctico, al tener este más posibilidades de éxito.
La izquierda tucumana, hasta entonces profundamente dividida, suscribió el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), formado a nivel nacional. Su candidato a gobernador fue Daniel Blanco, del Partido Obrero, con Juan Luis Veliz, del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS), como compañero de fórmula.
Entre las demás alianzas y partidos que presentaron fórmulas gubernativas, Alternativa Popular presentó a Gumersindo Parajón para el ejecutivo con Ángel Paliza para la vicegobernación. Osvaldo José Cirnigliaro se presentó por el Partido Laborista de la Independencia, de ideología peronista disidente, con Pablo Bayo como candidato a vicegobernador. La alianza Unión y Progreso Social presentó a Mario Koltan y Juan Pablo Brodersen para gobernador y vicegobernador.
Manzur hizo campaña destacando los grandes avances económicos durante la gestión kirchnerista, tanto a nivel nacional como provincial, y se comprometió a continuarlos. En cuestiones sociales se mostró conservador, manifestándose en contra tanto de la legalización del aborto (algo que ya como Ministro de Salud había hecho anteriormente), y rechazando de plano la idea de despenalizar la compra y consumo de marihuana, aclarando que se debía incrementar la lucha contra el narcotráfico. Inicialmente, Manzur arrancó su campaña en una posición desfavorable, con encuestas que lo posicionaban hasta quince puntos por debajo de Cano. Esto se debió a su falta de experiencia previa en cargos ejecutivos, siendo hasta entonces visto como un "Ministro desconocido" con una imagen calificada de aburrida que llevó a la caída del FpV en los sondeos de intención de voto, mientras que Cano daba una imagen de "veterano" luego de varias elecciones y tenía una amplia aprobación pública. Por otro lado, la tendencia de Alperovich a que la campaña por su sucesión y por la elección senatorial fuese un plebiscito sobre su gestión hizo que Manzur continuara siendo desconocido por gran parte de la población tucumana, incluso dentro del electorado peronista, además de cargar su candidatura con los aspectos negativos ya vistos en la administración de Alperovich.
El equipo de campaña de Manzur resolvió separar su campaña de la de Alperovich y buscar un efecto "humanizador" fuera de su aspecto de Ministro nacional sin imagen conocida. La intención de voto a Manzur reflotó luego de que se lanzara una serie de spots titulados "Este es Juan Manzur" que mostraba a Manzur, vestido con ropa relativamente informal, visitando negocios variados y a vecinos dentro de la capital provincial. En uno de estos spots, una mujer en un negocio de empanadas lo invita a "oflar" (modismo tucumano que se utiliza para referirse a amasar empanadas). El vídeo de Manzur amasando se hizo viral en las redes sociales y apuntaló su candidatura en las encuestas hasta un cómodo primer lugar, conociéndose a este fenómeno por los medios de comunicación como "efecto oflar". El crecimiento de la popularidad de Manzur llevó a que el candidato presidencial del FpV, Daniel Scioli, visitara Tucumán durante la campaña para fotografiarse con él.
Durante su campaña, Cano se centró en cuestiones de seguridad. Se manifestó a favor de aumentar el número de policías en toda la provincia, pero con la condición de que recibieran mejores salarios. Cuando se le preguntó si se debían utilizar cámaras de seguridad en la vía pública, como venía haciendo el gobierno de Alperovich, Cano se declaró en contra, afirmando que violaban la privacidad de la ciudadanía y que, en última instancia, no habían servido para prevenir la creciente tasa de criminalidad de la provincia.
Se comprometió a buscar la aprobación de una ley que impusiera penas más duras para ciertos delitos, afirmando que los proyectos como las cámaras de seguridad no impedían nada y que, tanto en la provincia como a nivel nacional "los delincuentes entran por una puerta y salen por la otra". Cuando se produjeron inundaciones en marzo, Cano dio una conferencia de prensa en la que cuestionó el accionar del gobierno, y al día siguiente se encontraron diversos afiches en la capital provincial que decían "10 puentes caídos, 10.000 tucumanos evacuados, media provincia anegada, 15 rutas intransitables, millones de pesos de pérdidas, 12 años de contrataciones directas, 4380 días de desidia, inoperancia y corrupción. Es tiempo de cambiar". La actitud del candidato radical fue de todas formas condenada por el oficialismo, que declaró que la oposición debería ayudar al gobierno a ayudar a los afectados en lugar de simplemente "limitarse a criticar". En cuestiones sociales, se mostró contrario a la despenalización del aborto pero a favor de la legalización del consumo de marihuana, postura en la que se contrapuso a Manzur. Al igual que Manzur, se mostró a favor de combatir el aborto clandestino mediante políticas de educación sexual.
En San Miguel de Tucumán, donde el candidato a vicegobernador por el ApB, Osvaldo Jaldo, había ejercido la intendencia como candidato del FpV, paralelamente se denunciaron despidos y aprietes a empleados municipales que no apoyaban a la alianza opositora; empleados fueron despedidos de la municipalidad capitalina por no apoyar la deserción de Jaldo al Acuerdo para el Bicentenario.
En dichas elecciones cuatro personas, entre ellas Hugo Alarcón, -candidato a delegado comunal apoyado por Cano- fueron detenidas luego de la quema de urnas. Bussi, que se presentaba por cuarta vez a la gobernación con un historial de intención de voto cada vez más decreciente, hizo una campaña de corte derechista, centrándose en la necesidad de reforzar la seguridad, aunque se declaró en contra de incrementar el número de policías. Buscó una política de "cero tolerancia" con el consumo de drogas, y anunció su intención de que se incrementaran las penas para todos los delitos.5 de agosto, denunció que el aparato estatal luchaba para que él no ganara las elecciones ni representara una competencia, declarando que grandes corporaciones se habían negado a permitirle mostrarse en público, y afirmó que Cano financiaba su campaña con "dinero de juego y drogas", y que el hecho de que permitiera que un peronista se presentara como candidato a vicegobernador con él contribuía a una "peronización" de parte de la supuesta oposición provincial.
Con respecto a Cano, Bussi cuestionó su candidatura opositora alegando que trabajaba directamente con un oficialista, como lo era Amaya, y se centró en él para atacar al Acuerdo para el Bicentenario. Al momento de proclamar su candidatura, declaró que "quienes hoy se declaran opositores al final avalaron la re-reelección de Alperovich". Posteriormente, declararía que el 50% de la población de la capital de Tucumán no contaba con agua potable, y dio como culpables de esto al gobierno provincial y al municipal. ElEl candidato del Frente de Izquierda, Blanco, declaró que podía notar un giro del electorado del país hacia las posturas más izquierdistas, señalando el aumento de legisladores de sus partidos en Córdoba y Buenos Aires, y anunció que podía suponerse que en el mundo entero la izquierda aumentaría su caudal de votos. Blanco declaró que todos los candidatos eran prácticamente iguales y que "tanto Massa, como Macri y Scioli, tienen el común denominador de que la deuda la pague el pueblo argentino. La alternativa es el FIT, que trae consigo la agenda del pueblo trabajador". Veliz, el candidato a vicegobernador, se centró en la situación de la provincia, declarando que Tucumán tenía los índices más altos de trabajo en negro y los sueldos más bajos, y que mientras los demás partidos presentaban como candidatos a empresarios, el FIT presentaría a trabajadores que representaran trabajadores, señalándose a él, un docente, como ejemplo. El FIT se comprometió a que los funcionarios del gobierno provincial tucumano cobrarían un salario similar al de los docentes si ganaban las elecciones.
El 9 de agosto, tuvieron lugar en todo el país las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, instancia a la que Tucumán no adhería para cargos provinciales, por lo que solo se disputaron las precandidaturas nacionales en la provincia. Manzur concurrió con su familia a votar al Colegio El Salvador, en el barrio de Yerba Buena; mientras que Cano votó en la escuela Nueva Esperanza, ubicada en el barrio Oeste II. Después de votar, un grupo de vecinas se acercó a Cano para saludarlo y protestaron que "faltaban boletas suyas", a los que Cano tuvo que explicarles en qué consistían las PASO. La provincia registró un ligero corte de boleta en contra de Alperovich en su candidatura senatorial, mientras que Scioli se benefició. En la capital, donde Amaya ejercía la intendencia, 10 de cada 100 votantes kirchneristas descartó a Alperovich. Sin embargo, se consideró que esencialmente el oficialismo no se vio afectado por las inundaciones, aunque fueron las PASO con menor participación en la provincia desde su implementación.
Días antes de las elecciones, 20 de agosto, se realizó un debate televisado entre los candidatos a gobernador, con la única ausencia de Manzur, cómodo en las encuestas. Durante su exposición, Cano lamentó la ausencia de su principal contrincante, y señaló la silla correspondiente a Manzur, afirmando que: "esa silla vacía representa la ausencia de políticas de estado en materia de seguridad en la última década, que tuvo recursos como nunca antes la provincia había tenido". Blanco declaró que "vivimos en un régimen de impunidad", y se comprometió a buscar la transparencia. Bussi asistió al debate sosteniendo el antiguo bastón de su padre, fallecido en 2011, se mostró de acuerdo con eso, y anunció que había que combatir la corrupción, principalmente entre las fuerzas policiales, a las que había que "reorganizar". También declaró que buscaría un proyecto de ley para que los debates gubernativos fueran obligatorios y de asistencia forzosa, en señalación a la ausencia de Manzur. Al finalizar su exposición, Bussi levantó una camiseta del Club Atlético Boca Juniors, declarando "Estos son mis colores. Yo soy de Boca, y nunca me cambiaré la camiseta", en clara referencia al giro político de Amaya, sin mencionarlo. El candidato laborista, Cirnigliaro, pidió el fin de lo que llamó "un estado mafioso", y acusó al gobierno de "ignorar sus obligaciones". Koltan, por su parte, afirmó que de ganar declararía durante 180 días el estado de emergencia provincial, para ayudar a "poner orden" en la provincia. Por último, Parajón, del partido Pueblo Unido, dijo en su exposición que "Los políticos tenemos la obligación de recuperar los valores perdidos".
Las primeras denuncias de que las elecciones serían irregulares tuvieron lugar durante la realización de las PASO el 9 de agosto. El candidato presidencial de Cambiemos, a nivel provincial el Acuerdo para el Bicentenario, Mauricio Macri, declaró que las PASO en Tucumán habían sido fraudulentas. Ya se habían realizado denuncias antes, destacando una mesa en la que Scioli obtuvo, en teoría el 105% de los votos, además de destacar que el gobierno provincial estaría ejecutando compras de votos mediante dádivas. En el Departamento Trancas, se denunció al candidato a vicegobernador, Osvaldo Jaldo, como "el autor intelectual" de un fraude masivo en dicho departamento, donde residían 5.000 electores.
Durante la jornada electoral, y a pesar de que la veda prohibía cualquier expresión partidaria o propagandística en favor de cualquier candidato durante la elección, se reportó que prácticamente todos los partidos continuaban utilizando camionetas con colores y afiches para recorrer las calles. La oposición denunció que fiscales del Acuerdo para el Bicentenario habían llegado a sus mesas en la Escuela Alfredo Cosson, en el barrio Ejército Argentino, solo para descubrir que había urnas llenas con votos del Frente para la Victoria. En la comuna de Sargento Moya, a 60 km de San Miguel de Tucumán, se reportó la quema de dos urnas, forzando la anulación de los comicios en dicha localidad, depositaria de una población de aproximadamente quinientas personas en edad de votar. Al mismo tiempo, hubo informes de detección de voto cadena en la capital y el interior provincial, una de las técnicas más antiguas y reconocidas de fraude electoral en el norte argentino. Un legislador oficialista, José Gutiérrez, intentó que se le permitiera votar sin el DNI, pero los fiscales del ApB no se lo permitieron, y debió enviar a un colaborador a buscarlo. Alperovich emitió un comunicado asegurando que las elecciones gubernativas transcurrían con total normalidad y que "son todas mentiras las denuncias de fraude". Después de emitir su sufragio, el gobernador saliente aseguró que la provincia se estaba viviendo lo que el llamó "una verdadera fiesta de la democracia" y que, ganara quien ganara, reconocería el resultado y programaría una transición pacífica.
Al realizarse el escrutinio, Cano anunció que el Acuerdo para el Bicentenario había realizado una elección "histórica" y que la coalición había logrado recuperar muchos votos para la oposición tucumana. Al oficializarse la ventaja de Manzur por más de catorce puntos, Cano desreconoció el resultado y declaró que se había cometido fraude. El 24 de agosto, se desató una masiva protesta en frente de la casa de gobierno, en la Plaza Independencia de San Miguel de Tucumán, para manifestarse en contra del resultado. Fue la protesta más grande registrada en el norte de Argentina en muchos años, según consideraron varios medios de comunicación, que se refirieron a aquella manifestación como "el Tucumanazo". Aunque la protesta reunió a 10.000 manifestantes, no contó con la presencia de ninguno de los dirigentes opositores, ni siquiera de entre los principales denunciantes de irregularidades. Ese mismo día, Cano declaró que no reconocía el triunfo de Manzur y exigió que se abrieran todas las urnas para un recuento. Cano declaró que había mesas con 100% de asistencia en las que la oposición no había recibido votos, y también juzgó que había mesas en las que varios votos opositores de otros partidos habían sido "cargados".
Mientras se realizaban las protestas, Manzur ofreció una entrevista con la prensa en la que se declaró ganador, y denunció la actitud "violenta" de parte de la oposición, cuestionando que "cuando la oposición gana tira globos, festeja y hace bailes. Cuando pierden, denuncian que hay fraude. Hay que saber ganar y saber perder", y afirmó que la teoría del fraude "quedaba descartada".gases lacrimógenos, gas pimienta y balas de goma se viralizaron rápidamente, lo que llevó a un repudio nacional, con habitantes de todas las provincias denunciando el accionar del gobierno de Alperovich en Twitter y Facebook. Los manifestantes, en especial los que llevaban consigo pancartas (que tenían consignas como "Alperovich delincuente" o "Scioli, reconocé el fraude") fueron detenidos en gran cantidad. Mientras que muchos de los presentes huyeron, otros comenzaron un enfrentamiento con las fuerzas policiales y les tiraron piedras.
Al día siguiente, ante esta respuesta de parte del candidato del FpV, Cano admitió que era "probable" que Manzur hubiera ganado, aunque por un margen más estrecho, y anunció que de todas formas protestaría para que se conociera "el verdadero resultado". Las imágenes de la policía provincial reprimiendo la manifestación masiva conEstas denuncias de represión, sumado al hecho de que el país se encontraba a dos meses de las elecciones presidenciales, llevó a que la situación se nacionalizara, y a que Cristina Fernández de Kirchner, el candidato presidencial kirchnerista, Scioli, así como los candidatos presidenciales opositores, tuvieran que emitir sus propias opiniones al respecto. Tres candidatos opositores: Mauricio Macri, Sergio Massa, y Margarita Stolbizer (los tres pertenecientes o relacionados con partidos políticos que suscribían el Acuerdo para el Bicentenario) rechazaron la victoria de Manzur también y exigieron la apertura de las urnas. Macri declaró que, si Scioli reconocía el resultado, era muy probable que se produjera "un escenario similar" en las elecciones presidenciales. Los tres candidatos anunciaron que participarían de una reunión ofrecida por Cano para repudiar el escrutinio. Por su parte, Scioli rechazó tanto la teoría del fraude como la idea de abrir las urnas, y afirmó que la abrumadora diferencia, de casi catorce puntos, entre Manzur y Cano, hacía "inobjetable" la victoria kirchnerista en las elecciones. Scioli protestó por el hecho de que la oposición denunciara fraude cada vez que perdía, y afirmó que, así como él reconocería la victoria de cualquier gobernador opositor, Macri debía admitir la derrota y felicitar a Manzur.
El 4 de septiembre, luego de haber dilatado por diez días la cuestión, Cano finalmente emitió un recurso de amparo ante la Cámara en lo Contencioso Administrativo de Tucumán para pedir la nulidad de las elecciones. La denuncia exigía la apertura de todas las urnas, la nulidad del comicio, el llamado a nuevas elecciones, y aclaraba que si la justicia provincial rechazaba su pedido, recurrirían a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Durante los siguientes quince días, Alperovich ratificó que las elecciones habían sido transparentes e incluso se declaró a favor de abrir las urnas, declarando que eso solo demostraría que efectivamente el FpV había ganado, y que la oposición estaba realizando una maniobra violenta.
Finalmente, el 16 de septiembre, la Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo declaró la nulidad de las elecciones, alegando que la evidencia era suficiente para demostrar que se habían realizado irregularidades capaces de afectar notoriamente el resultado. El gobierno de Alperovich rápidamente apeló el fallo ante la Corte Suprema tucumana, que incluso podía elevar la anulación a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. El 20 de septiembre, cuatro días más tarde, la Corte Suprema tucumana convalidó las elecciones, declarando válida la apelación y proclamando que Manzur era, efectivamente, gobernador electo. La Corte Suprema nacional convalidaría el fallo recién a mediados de 2017, habiendo pasado casi dos años de la elección.
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