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Escuela de Medicina de San Fernando



La Facultad de Medicina «San Fernando» de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (siglas: FMSF-UNMSM) es una de las veinte facultades que conforman la dicha universidad. La facultad, dentro de la organización de la universidad, forma parte del área de Ciencias de la Salud y cuenta con las Escuelas Profesionales de Medicina, Obstetricia, Enfermería, Tecnología Médica y Nutrición, que brindan tanto estudios de pregrado como de posgrado. Se encuentra ubicada fuera de la Ciudad Universitaria de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en el local histórico de la Facultad de Medicina «San Fernando», localizado en la cuadra 7 de la Avenida Grau, en Lima.

Las primeras cátedras de estudios de medicina en la Universidad de San Marcos, acontecidas en el siglo XVI, son el origen directo de los estudios universitarios de medicina en el Perú. Las primeras cátedras de Prima y Vísperas de Medicina fueron creadas en 1634; la Cátedra de Método de Galeno o Arte Curativo, en 1690, mientras que la Cátedra de Anatomía fue creada en 1711. Los estudios de medicina eran complementados con prácticas llevadas a cabo en los Hospitales Mayores bajo la dirección de un médico titular, de manera que se instauraron Escuelas Públicas de Cirugía y Medicina en dichas instalaciones. Junto a la labor de Hipólito Unanue, la práctica médica fue reforzada en 1792 con la creación del Anfiteatro Anatómico en el Hospital Real de San Andrés y las Conferencias Clínicas impartidas.[1]​ Precisamente, tras las gestiones de Unanue se creó en 1811 el Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando, institución dependiente directamente del poder real.[2]​ Con la llegada de la independencia, el Colegio de Medicina adoptó en agosto de 1821 la nueva denominación de Colegio de la Independencia.[1]​ Luego de la aplicación de reformas durante el segundo periodo de dirección del colegio por parte de Cayetano Heredia, este se transformó en la Facultad de Medicina de la Universidad de San Marcos en el año de 1856 (retornando así a la dependencia universitaria).[2]​ Iniciada la Guerra del Pacífico, docentes y estudiantes participaron tanto en el servicio médico como en las contiendas militares a través de la Columna Independencia de la Facultad de Medicina.[3]​ Una vez culminado el conflicto, se fundó la Sociedad Unión Fernandina en 1883, la misma que en diciembre de 1919 dio paso al Centro de Estudiantes de Medicina.[4]

La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos acogió en sus aulas a estudiantes y catedráticos que han destacado como científicos y docentes, entre los que se puede distinguir al médico y precursor de la independencia Hipólito Unanue, quien fue también fundador del Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando; Cayetano Heredia, médico que organizó esta facultad; Daniel Alcides Carrión, estudiante de medicina nombrado «mártir de la medicina peruana» por su inoculación de la verruga peruana para su estudio científico; Laura Rodríguez Dulanto, la primera mujer en ingresar a la Facultad de Medicina y graduarse como médico cirujana en la Universidad de San Marcos; Casimiro Ulloa, médico, docente y político; Pedro Ortiz Cabanillas, médico neurólogo, psicólogo y docente; Hermilio Valdizán, médico y escritor; Alberto Barton, microbiólogo descubridor del agente etiológico de la Enfermedad de Carrión, entre muchos otros.[5][6][7]

La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos es, junto con la correspondiente facultad de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, uno de los dos centros de estudios de Ciencias Médicas más reconocidos a nivel nacional. Sus estudiantes de último año de la Escuela Profesional de Medicina han obtenido en numerosas oportunidades el primer puesto en las evaluaciones anuales realizadas por la Asociación de Facultades de Medicina (ASPEFAM).[8][9][10][11][12][13][14]​ De acuerdo a la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria, su programa de pregrado en Medicina Humana fue el primero a nivel nacional en obtener el licenciamiento por un periodo vigente de diez años.[15]

Una vez fundado el Estudio General —nombre con el que se conoció originalmente a la Universidad de San Marcos— en la ciudad de Lima por Real Cédula de 12 de mayo de 1551 autorizada por Carlos I de España, un primer intento por formalizar la enseñanza de la medicina fue llevado a cabo por Lope García de Castro, quien en 1568 le propuso al entonces monarca Felipe II de España la creación de dos cursos y una cátedra de medicina en el referido Estudio. Cabe resaltar que desde el inicio de la etapa colonial se tuvo la necesidad de ejercer el control de los médicos, cirujanos y demás vinculados a la curación y asistencia médica. Así, entre las funciones otorgadas a Francisco de Toledo como virrey, se incluyó el control del ejercicio de las profesiones médicas a través del Real Tribunal del Protomedicato.[1]​ Este se instauró en el Virreinato del Perú en enero de 1570 y se designó como primer Protomédico General a Antonio Sánchez de Renedo.[16]​ Algunas de las funciones que cumplía dicho tribunal incluía el tomar exámenes a los aspirantes a ejercer las profesiones de la salud, autorizar y otorgar licencias, revisar y aprobar los títulos de Bachiller, Médico o Cirujano, visitar boticas y controlar los medicamentos, etc.[1][nota 1]

En lo posterior, las preocupaciones por instaurar los estudios de medicina se vieron plasmados en las primeras Constituciones de 1571, las cuales fueron promovidas por el entonces virrey Francisco de Toledo y elaboradas con la participación de médicos como Gaspar de Meneses y Antonio Sánchez de Renedo. Estas establecieron las condiciones para la obtención de los grados académicos: el grado de Bachiller en Medicina era adquirido luego de cursar tres años de estudios y presentar seis conclusiones entre las cuales se incluya una de filosofía; mientras que los requisitos para optar por el grado de Licenciado en Medicina incluían el ser Bachiller en Medicina y seguir un auto de seis conclusiones incluida una de filosofía natural, en base a la cual se debía responder acertadamente sobre la obra de Hipócrates. Así, el 3 de septiembre de 1576 se inauguró la Cátedra de Medicina a cargo de Antonio Sánchez de Renedo. En lo posterior, las Constituciones de 1578 establecieron la existencia de cinco facultades: Leyes, Cánones, Teología, Artes y Medicina; mientras que las Constituciones de 1584 establecieron entre los requisitos para obtener el Grado de Bachiller en Medicina el ser Bachiller en Artes y ejercer dos años de práctica. Sin embargo, cabe resaltar que estas últimas fueron prontamente reemplazadas por las anteriores Constituciones de 1581.[1]

Las dos primeras cátedras establecidas en el Estudio General fueron las de Prima y Vísperas, ambas nombradas debido a la hora en que se impartían (la primera en el mañana y la segunda en la tarde —vespera—).[nota 2]​ Cabe resaltar que ambas cátedras poseían un carácter escolástico, puesto que su enseñanza se basaba en la lectura de textos clásicos en latín como los de autoría de Hipócrates, Galeno y el Canon de Avicena por parte del catedrático y la posterior referencia erudita a otros autores que hayan abordado el mismo tema. Fue el entonces rector Jaime de Alloza y Menacho quien solicitó al Virrey Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla formalizar la enseñanza de la Medicina. En octubre de 1634, este último dictó una Provisión a través de la cual creó las Cátedras de Prima, asumida por Juan de Vega y Vísperas de Medicina, asumida por Jerónimo Andrés Rocha; esta última fue inaugurada por Vega el 17 de abril de 1635 y fue aprobada mediante real cédula posteriormente en abril de 1638.[1][19]​ Por otro lado, la creación de la Cátedra de Método de Galeno o Arte Curativo fue requerida por el rector Luis Zegarra de Guzmán y consolidada mediante la emisión en 1690 de una Real Cédula por parte del monarca Carlos II de España; algunas de las obras que fueron utilizadas para dicha cátedra fueron las Constituciones, Pronósticos y Epidemias de Hipócrates, Instituciones de Luis Mercado, textos de Galeno, entre otros. La Cátedra de Anatomía se instauró en 1711, sin embargo, fue ejercida por titulares sin aprobación real, por lo que el Virrey José Antonio Manso de Velasco regularizó su enseñanza en lo posterior. De esa manera, fue autorizada por Real Cédula el 27 de septiembre de 1752 y se nombró al Bachiller Joseph Villarreal titular de la misma.[1]

Las Constituciones de 1735 aludían a la existencia de las Cátedras de Prima y Vísperas de Medicina, además, se consignó como requisito que los catedráticos de la primera fuesen Protomédicos. Asimismo, cabe resaltar los planteamientos presentes en las Constituciones de 1771, las cuales fueron elaboradas bajo los dictámenes de Francisco Antonio Cosme Bueno.[1]

Los estudiantes aspirantes a una formación en Medicina e iniciar la lectura de las Cátedras tanto de Prima como Vísperas debían primero haber obtenido el grado de Bachiller en Artes.[nota 3]​ Dichas cátedras tenían una duración de tres años y eran complementadas con prácticas llevadas a cabo en los Hospitales Mayores bajo la dirección de un médico titular. Precisamente, dicho mecanismo generó la existencia de las Escuelas Públicas de Cirugía y Medicina, las cuales fueron establecidas en el Real Hospital de San Bartolomé de la gente de color, el Real Hospital de Santa Ana o de los Naturales, el Espíritu Santo de los Marinos o gente de mar, el Real Hospital de San Andrés y el Real Hospital de Santa María de la Caridad de Mujeres. Así, en 1792 se creó en el Hospital Real de San Andrés el Anfiteatro Anatómico, el mismo que junto a la Cátedra de Anatomía creada en años previos reforzó la enseñanza clínica y práctica de la Medicina en la Universidad de San Marcos. Precisamente, fue Hipólito Unanue quien asumió la dirección de la Cátedra de Anatomía desde 1789, puesto desde donde retomó el interés de su predecesor Juan Joseph de Villarreal por la erección de dicho Anfiteatro, cuya construcción en el Hospital Real de San Andrés se había decretado e iniciado en julio de 1753 para luego quedar en suspenso. Finalmente, en diciembre del mismo año, el entonces virrey Teodoro de Croix emitió un decreto que dispuso la urgente construcción del Anfiteatro, labor que se inició en marzo de 1790, concluyó en julio de 1791 y fue inaugurada el 21 de noviembre de 1792.[1]​ En aquella oportunidad, Unanue pronunció el discurso Decadencia y Restauración del Perú, en el cual enfatizó la necesidad de tener una población saludable que pueda sustentar un proyecto de desarrollo y modernización del país.[21]​ De manera complementaria, la formación médica fue estructurada por Unanue a través de las Conferencias Clínicas, inauguradas en el año 1792, las mismas que tuvieron lugar en el Anfiteatro Anatómico:[1]

La apertura de cátedras de medicina data del siglo XVII, mientras que la enseñanza de las ciencias naturales fueron impartidas desde el siglo XVIII con la creación del Convictorio de San Carlos en 1771. Sin embargo, ambas obtuvieron el grado de enseñanza científica recién en 1808 con la creación del Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando. Ambas instituciones fueron reformadas durante el gobierno borbónico, ello con el fin de implementar la enseñanza de disciplinas científicas y prácticas.[22]​ Así, el entonces Protomédico General del Perú Hipólito Unanue estableció comunicación con el virrey José Fernando de Abascal en noviembre de 1807 para exponer las razones que justificasen la creación de un Colegio de Medicina y Cirugía: entre ellas, hizo alusión a la necesidad de calidad profesional para el cuidado de la salud de la población y el hecho de que las cátedras de medicina eran distantes de las prácticas hospitalarias puesto que se dictaban en la universidad. En primera instancia, Abascal estableció comunicación con la Hermandad del Hospital de Santa Ana para construir el nuevo colegio en sus instalaciones, pero tras la condición propuesta por dicha hermandad de que los estudiantes estuviesen bajo su tutela, la propuesta no prosperó. Así, en febrero de 1808 se dispuso la construcción del Real Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando en un terreno ubicado frente a la Plazuela de Santa Ana (Plaza Italia (Lima)). La primera piedra fue colocada el 1 de junio de 1808, mientras que las labores de construcción fueron iniciadas el día 8 del referido mes bajo la dirección del arquitecto Matías Maestro.[1][23]​ Una vez concluida la construcción del primer patio (incluidas sus instalaciones de bajos y altos), se inició el dictado de clases; es por ello que se considera la fecha de inauguración el año 1811. La primera junta directiva del colegio estuvo integrada por Hipólito Unanue como director y por Francisco Romero (miembro de la Orden de Clérigos Regulares Ministros de los Enfermos) como rector.[1]​ Por otro lado, cabe resaltar que la orden de aprobación que le otorgó el nombre de Real Colegio de Medicina y Cirugía San Fernando fue expedido recién en mayo de 1815 mediante Real Cédula.[23]

Ahora bien, el programa de estudios del Real Colegio de Medicina fue edificado por Hipólito Unanue y explicitado en el Cuadro Sinóptico. Así, planteó la implementación de los cursos de botánica, zoonomía, química, mineralogía, matemáticas y física como conocimientos básicos previos a la práctica médica.[22]​ Por otro lado, los primeros exámenes que se llevaron a cabo fueron los de Fisiología, Anatomía y Zoología.[23]

Por decreto de la Junta de Gobierno del 27 de agosto de 1821, el Colegio de Medicina adoptó la nueva denominación de Colegio de la Independencia. Ello debido a las gestiones de Hipólito Unanue como Ministro de Hacienda durante el Protectorado de San Martín. Precisamente, José de San Martín estableció dicha denominación en razón de las labores independentistas realizadas tanto por alumnos como por docentes de dicha casa de estudios.[1]​ Fue durante este periodo en el que se incorporó —a la edad de quince años— Cayetano Heredia, quien antes de iniciar sus estudios en Medicina tuvo que cursar —de acuerdo a la plana prevista por Unanue— ciencias básicas como Aritmética, Geometría, Álgebra, Astronomía y Lógica. En su condición de alumno fue nombrado Disector de Anatomía en 1823 y luego de obtener el título de Doctor fue designado en 1825 Regente de la Cátedra de Arte (la misma que un año después se transformó en la Cátedra de Clínica Externa).[24]​ Durante la década de 1820, Heredia se desempeñó como Director Anatómico en el Colegio de Medicina de la Independencia y como catedrático-regente de la cátedra de filosofía en la Facultad de Artes de San Marcos.[20]​ Posteriormente, tras un breve primer periodo de rectoría entre los años 1834 y 1839, Heredia inició en 1842 (y hasta 1856) un segundo periodo como rector del Colegio de Medicina, durante el cual se impulsó la modernización tanto de los estudios como de la plana docente: se fundaron los gabinetes de física e historia natural, se inauguró un Museo de Anatomía Patológica, dotó al colegio de una biblioteca a la que enriqueció con libros de su colección personal y se incorporaron destacados académicos como Antonio Raimondi, quien se ocupó de la enseñanza de la cátedra de Historia Médica Natural;[22]Pedro Dounglas, cirujano francés que tuvo a su cargo la cátedra de Instituciones Quirúrgicas; José Éboli quien se desempeñó en la cátedra de Química; el médico y filósofo español Sebastián Lorente, José Julián Bravo, Manuel Solari, entre otros.[24]​ De la misma manera, Heredia impulsó la formación de los estudiantes en el exterior; tal fue el caso de Celso Bambarén Ramírez, Casimiro Ulloa y Rafael Benavides.[23]​ Así, el primero de ellos cursó estudios de perfeccionamiento en la Universidad de París y tras su retorno al Perú en 1859 llegó a ocupar la cátedra de Fisiología y la de Anatomía Descriptiva tras la muerte de Heredia en 1862, además de dirigir en un segundo periodo la Sociedad de Medicina de Lima (en cuyas labores de instauración participó Casimiro Ulloa).[25]

Hacia inicios de la etapa republicana el funcionamiento del Colegio de la Independencia se caracterizó por la inestabilidad debido a la disminución de las rentas percibidas, lo cual generó frecuentes periodos de inactividad y disminución del alumnado (pues estos eran becados); a dicha situación se sumó el alejamiento de los docentes por la función administrativa en el aparato estatal y el escenario de inestabilidad política nacional. En 1826, durante el gobierno de Andrés de Santa Cruz, se aprobó el primer Reglamento del Colegio. En él, se reafirmó la función de enseñanza de la Medicina como propia del Colegio; sin embargo, se mantuvo todavía su coexistencia junto al Protomedicato, de la misma manera que el Protomédico de la República debía ser el director del Colegio de la Independencia. Posteriormente, un nuevo Reglamento fue publicado en 1840 durante la presidencia de Agustín Gamarra; este reafirmó la existencia del Protomedicato y además consignó la reducción del dictado de cátedras que pasaron a ser siete. Fue recién durante el segundo periodo de rectoría de Cayetano Heredia en el Colegio de la Independencia que, junto a la instalación de una Comisión Visitadora, se ejecutó la propuesta de un Reglamento y el establecimiento de reformas que fueron la base para la instauración de una facultad en la posteridad. Dicho Reglamento fue aprobado y promulgado en marzo de 1843 y a pesar de que reafirmó la autoridad del Protomédico como director del colegio, estableció a su vez una Junta de Profesores presidida por este último, la misma que incluyó además a un rector, un secretario y los miembros docentes. Complementariamente, la duración de los estudios fue establecida en siete años y diferenciaba entre médicos generales y aquellos especializados en cirugía: a partir del cuarto año, el alumno podía escoger su especialización y llevar los cursos correspondientes a la misma.[2]

El 7 de abril de 1855, bajo el gobierno provisorio de Ramón Castilla se promulgó un Decreto Supremo (el Reglamento de Instrucción Pública) por el cual se organizó la Universidad de San Marcos de la siguiente manera: las facultades de Jurisprudencia, Matemática y Ciencias Naturales debían funcionar en el Convictorio de San Carlos y la Facultad de Medicina en el denominado Colegio de la Independencia. Debido a que el sistema de educación media y superior no estaba regularizado, tanto los colegios como la universidad compartieron cátedras, sin embargo, los títulos profesionales fueron emitidos solo por esta última.[22]​ De esta manera, la enseñanza de la Medicina se reintegró a la Universidad de San Marcos, puesto que la inicial formación del Colegio de Medicina planteado por Hipólito Unanue supuso la creación de una institución independiente de la universidad y bajo el auspicio de la propia autoridad virreinal; una vez independizado el Perú, pasó a depender del denominado Ministerio de Instrucción.[2]​ Precisamente, una de las propuestas planteadas por Cayetano Heredia durante su gestión del Colegio de la Independencia fue la creación de una facultad en reemplazo de su figura colegial.[22]​ En el año 1856 presentó un proyecto de reforma médica que refundó tanto la Junta Directiva de Medicina como la Junta de Farmacia en la denominada Facultad de Medicina, la cual presidió como primer decano. Posteriormente, dicho cargo fue secundado por Miguel de los Ríos, periodo durante el cual se establecieron el Museo de Zoología y Mineralogía, el laboratorio de química, un nuevo anfiteatro, la construcción de los dos pabellones para el estudio de anatomía y química (continuos al Jardín Botánico y sobre los cuales se edificó el nuevo local en 1903) y se reformó el plan de estudios según los lineamientos del Código de Instrucción dictado por el entonces presidente Manuel Prado Ugarteche.[23]

El Reglamento Orgánico de la Facultad de Medicina aprobado el 9 de septiembre de 1856 estableció la carrera de Medicina con una duración de siete años complementados con el régimen de internado hospitalario; dividió la enseñanza clínica en dos hospitales, uno de varones con un servicio de clínica externa y cirugía y otro de mujeres, en el cual el servicio de cirugía debía ser dirigido por el catedrático dedicado a la enseñanza de la Obstetricia;[2]​ estableció como requisito para cursar estudios de Medicina el ser Bachiller en Filosofía y Matemáticas, entre otros parámetros. En líneas generales, los cursos fueron organizados de la siguiente manera:[1]

De esa manera, la ceremonia de instalación de la nueva facultad se llevó a cabo en el local del antiguo Colegio de la Independencia el 6 de octubre de 1856, fecha en la que fueron elegidos por votación José Casimiro Ulloa como secretario y Camilo Segura como tesorero.[2]​ A pesar de que en 1867 el Rectorado de la universidad se trasladó a la antigua sede del Convictorio de San Carlos (posteriormente denominada Casona de San Marcos), donde funcionaban sus demás facultades, la Facultad de Medicina mantuvo el local del antiguo colegio. Cabe resaltar que dicha ubicación facilitó, mediante la cercanía a los llamados Hospitales Mayores, el desempeño práctico de los estudiantes de Medicina, la instalación de nuevas especialidades y el uso de servicios de investigación. En suma, el periodo comprendido entre 1856 y 1880 es considerado un momento de expansión y desarrollo de la práctica médica: se incrementaron los estudios incluyendo la farmacia, odontología, el arte obstétrico y la flebotomía, se tuvo acceso a colecciones y bibliotecas como las presentes en el Museo de Historia Natural, el Herbario, el Museo Anatómico, el Jardín Botánico, una completa biblioteca médica que incluía libros donados por Hipólito Unanue, etc, a la vez que se siguieron nuevas normativas como el Reglamento General universitario de agosto de 1861 y el Reglamento General de Instrucción Pública de marzo de 1876 (este último estableció un total de diecisiete cátedras).[1]

Iniciadas las hostilidades en febrero de 1879 entre Chile y Bolivia, la participación del Perú como aliado de este último en razón del Tratado de Alianza Defensiva firmado en años previos se concretó tras la declaratoria de guerra emitida por Chile el 5 de abril de 1789. A lo largo de la contienda armada, como antes de iniciada esta, la participación de estudiantes y docentes sanmarquinos fue numerosa y se desarrolló en diferentes ámbitos; tal fue el caso de la Facultad de Medicina. Así, el 6 de marzo de 1879 la Universidad de San Marcos inició su participación en el conflicto emitiendo un pronunciamiento en solidaridad con Bolivia a la vez que condenaba el avance de las tropas chilenas.[26]​ El mismo día en el que Chile declaró la guerra al Perú se convocó una sesión extraordinaria en la Facultad de Medicina, la misma que estuvo dirigida por el entonces sub decano Manuel Odriozola Romero. En ella se nombró una comisión encargada de realizar un proyecto de organización para la formación de ambulancias civiles, la cual estuvo conformada por los médicos Julián Sandoval, Mariano Arosemeda Quesada y José Casimiro Ulloa. Así, además de poner a disposición del Estado los servicios tanto de estudiantes como docentes, se acordó que estos últimos cediesen de manera íntegra sus sueldos mensuales en favor de los gastos propios de la guerra. Dicho ofrecimiento fue emulado también por un grupo de médicos liderados por José Mariano Macedo y por la Sociedad de Medicina de Lima; esta última, acordó además —siguiendo la propuesta de Casimiro Ulloa— el establecimiento de una comisión para analizar los campamentos militares y lo concerniente a la cirugía.[27]​ Dos días después, el 7 de abril de 1879, se creó la Junta Departamental de Donativos, la cual se encargó de acopiar dádivas tales como el material quirúrgico donado por la Facultad de Medicina.[3]​ Posteriormente, una vez aprobado en abril de 1879 el informe presentado por la Facultad de Medicina, se creó la Junta Central de Ambulancias Civiles de la Cruz Roja, presidida por José Antonio Roca y Boloña e integrada por Manuel Odriozola Romero, José Casimiro Ulloa y Martín Dulanto.[27]​ La Junta Central logró equipar y organizar cuatro ambulancias u hospitales de campaña que fueron enviados al sur, además de la conformación de la Columna Independencia de la Facultad de Medicina, la cual se formó a petición de dicha facultad el 20 de octubre de 1879 y fue destinada a diversos frentes (su nombre se debió a la antigua denominación de Colegio de Independencia y al carácter autónomo de dicha columna en relación a la conformada por los carolinos).[3]​ De igual manera, la labor de asistencia en tierra estuvo a cargo de docentes y estudiantes sanfernandinos en el Hospital de Sangre de Santa Sofía, el de la Exposición, el Hospital de Sangre Villegas, entre otros.[1][28]​ En razón a la participación tanto de profesionales como de alumnos, el gobierno emitió una Resolución Legislativa el 8 de noviembre de 1879 según la cual se aprobó que los alumnos tomasen sus exámenes universitarios a su retorno a la ciudad capital; de igual manera, a ellos fueron sumados los médicos para la obtención de sus respectivos títulos universitarios sin gravamen alguno.[3]

De esa manera, a la participación de sanmarquinos de las facultades de Letras y Jurisprudencia a través de la Legión Carolina —dirigida por Hildebrando Fuentes Núñez del Padro— se sumó la participación de docentes y estudiantes fernandinos. Algunos casos fueron los de estudiantes como Gregorio Montes, quien contaba con quinta matrícula en medicina y formó parte de las ambulancias organizadas por Casimiro Ulloa para la defensa de Lima; Leopoldo Meza, quien fue practicante en el Ejército del Centro; Manuel Sebastián Ugarte, quien fue practicante de medicina a bordo de la corbeta Unión, la fragata Independencia y el monitor Atahualpa;[26]Juan Byron Markholz, quien se incorporó a la guerra cuando cursaba el tercer año de medicina y se destacó posteriormente como bacteriólogo; Augusto Pérez Araníbar, quien como integrante de las ambulancias civiles se dirigió a Arica;[27]José Nemesio Lengua, José Félix Marine Carrera y Manuel Trinidad Poma Flores, estudiantes de medicina que luego de partir al sur fallecieron en la ciudad de Arequipa debido a la epidemia de tifus sucedida entre los años de 1880 y 1881 y alumnos de farmacia como Adan Acevedo, Cosme Depart Chávez, Luis Sandoval, entre otros.[26][27]​ Entre los médicos profesores encontramos a figuras como Enrique Basadre; Celso Bambarén, quien era además catedrático y presidente de la Sociedad de Medicina de Lima;[26]Santiago Távara Renovales, quien ejerció funciones de cirujano a bordo del Monitor Huáscar, entre otros.[27]

Culminada la campaña marítima y con el objetivo de disponer la defensa de Lima, se convocó a la población peruana para la conformación del Ejército de Reserva. Precisamente, Daniel Alcides Carrión, entonces estudiante de segundo año en la Facultad de Medicina, se integró con el grado de subteniente temporal en el Batallón n°36 (denominado también 23 de diciembre). En su calidad de practicante de Medicina formó parte de las ambulancias de guerra y participó de la Batalla de San Juan y Chorrillos y la Batalla de Miraflores.[29]​ Finalmente, las tropas chilenas iniciaron la Ocupación de Lima en enero de 1881. Así, el local de la Facultad de Medicina fue utilizado como cuartel por la milicia chilena, mientras que el denominado Batallón Aconcagua se acantonó en el Jardín Botánico y el Hospital Dos de Mayo (Hospital Nacional Dos de Mayo) fue utilizado para el servicio de su tropa. Por otro lado, la infraestructura de la facultad fue dañada y depredada en gran medida, de manera que en sesión de consejo de facultad el 2 de marzo de 1881 se informó la sustracción de muebles, libros y útiles tanto del Museo de Anatomía y la Biblioteca como del Laboratorio de Química.[3]

De manera posterior al clima de contienda bélica, se fundó la Sociedad Unión Fernandina el 13 de agosto de 1883 por iniciativa de los alumnos Francisco de Barco y Emilio García;[30]​ el director fue Leonidas Avendaño Ureta,[3]​ mientras que Juan Byron Markholz ocupó el cargo de segundo vicepresidente. Precisamente, Juan Byron Markholz brindó un discurso durante la instalación de la Sociedad Unión Fernandina en enero de 1884 en el cual citó los nombres de los estudiantes que participaron en las contiendas de la Guerra del Pacífico y perdieron la vida.[27]​ A su vez, inició la divulgación de su publicación oficial, La Crónica Médica,[31]​ aparecida el 31 de enero de 1884 y en la que Juan Byron figuró como fundador y miembro del comité redactor.[30]​ Esta estuvo destinada a la difusión de temas de educación e investigación relacionados al ejercicio médico y farmacéutico, así como al mejoramiento de la salud pública y la publicación de actas, documentos y estudios de interés para la comunidad.[4]​ Tanto Juan Byron Markholz como Leonidas Avendaño Ureta, Manuel Antonio Muñiz y Andrés Muñoz tuvieron un primer acercamiento a la labor periodística gracias a Celso Bambarén, quien los incorporó a la revista La Gaceta Médica como traductores y colaboradores (esta última revista desapareció un año después de iniciada la guerra). La Sociedad Unión Fernandina contó con un observatorio equipado con un pluviómetro, higrómetro, anenóscopo, atmidómetro, sismógrafo, entre otros instrumentos de medición meteorológica.[30]

La vigencia de la Sociedad Médica Unión Fernandina hacia inicios del siglo XX fue complementada con la creación del Centro de Estudiantes de Medicina hacia el año 1912. Finalmente, el 2 de diciembre de 1919, ambas organizaciones se fusionaron como parte de los acuerdos tomados en una Asamblea General de Estudiantes, de manera que se adoptó la denominación de Centro de Estudiantes de Medicina (la organización ligada al campo médico más antigua vigente a nivel nacional). Por otro lado, La Crónica Médica pasó a ser gestionada en su totalidad por estudiantes; su última publicación se realizó en 1956.[4]

Surgieron numerosas asociaciones y publicaciones en el campo de la medicina hacia finales de la segunda mitad del siglo XIX, las mismas que fueron lideradas tanto por estudiantes como docentes, quienes asumieron un rol activo en la transmisión del conocimiento. Precisamente, a raíz del primer cisma ocurrido tras el desconocimiento de la designación de Manuel Odriozola Romero —decretada durante el gobierno de Francisco García-Calderón Landa— como decano de la Facultad de Medicina, los estudiantes crearon la Academia Libre de Medicina el 29 de julio de 1885. Así, tras la renuncia de la mayor parte de los profesores de la facultad liderados por el doctor Leonardo Villar Naveda (situación que se regularizó en diciembre del mismo año), estudiantes y docentes erigieron dicha institución con el fin de estudiar los problemas de salud y salubridad a nivel nacional y mantener el nivel académico de las investigaciones; para dichos fines contaron con El Monitor Médico como publicación periódica oficial.[1]​ Ahora bien, fue precisamente la Academia Libre de Medicina la que convocó a un concurso sobre la verruga peruana en 1885 a realizarse en julio de 1886. A pesar de no recibir el concurso propuesta alguna sobre dicha temática,[3]​ fue durante dicho periodo en el que se realizaron grandes avances sobre dicha enfermedad por parte del estudiante de quinto año de la Facultad de Medicina, Daniel Alcides Carrión. El 27 de agosto de 1885, Carrión fue inoculado con sangre de una paciente que padecía la referida enfermedad, ello en las instalaciones del Hospital Dos de Mayo (Hospital Nacional Dos de Mayo). Desde la manifestación de los primeros síntomas —más de veinte días después de su inoculación— hasta su muerte el 5 de octubre de 1885, Carrión mantuvo seguimiento a los avances de la enfermedad.[32][33]​ Finalmente, tras dicho experimento, se corroboró que la llamada Fiebre de la Oroya era la misma que la conocida Verruga peruana, además de su efectiva capacidad de inoculación.[3]​ Cabe resaltar además, la figura de otra estudiante de la Facultad de Medicina, Laura Esther Rodríguez Dulanto, quien luego de ser la primera mujer en ingresar a la Universidad de San Marcos en mayo de 1892, cursó estudios en la Facultad de Medicina en 1894, donde adquirió el título de bachiller con la tesis Empleo del Ictiol en las Inflamaciones Pelvianas y finalmente se recibió como médica cirujana en octubre de 1900, siendo la primera mujer en ser acreedora de dicho título en el Perú.[34]

En febrero de 1879 se organizó y nombró una comisión con los objetivos de establecer las bases y convocar un concurso para la construcción del nuevo local de la Facultad de Medicina. Dicha comisión tuvo entre sus miembros a los médicos Armando Vélez, Ernesto Odriozola y Manuel Antonio Muñiz, de manera que el concurso se estableció y llevó a cabo entre febrero y abril del mismo año y resultó ganador el proyecto presentado por el ingeniero Santiago M. Basurco. Antes de culminar su mandato, el entonces presidente Nicolás de Piérola colocó la primera piedra en una ceremonia en septiembre de 1899. El espacio escogido fue un terreno ubicado en la Avenida Circunvalación o Alameda Grau (actual Avenida Miguel Grau), junto al Jardín Botánico de la Universidad de San Marcos. Precisamente, fueron utilizadas como bases las primera plantas de los pabellones de química, anatomía e historia natural, las mismas que databan de la construcción del referido jardín. Fue recién durante el gobierno de Eduardo López de Romaña que se pudo inaugurar el nuevo local de la facultad; así, siendo decano Belisario Sosa, se celebró una ceremonia el 6 de septiembre de 1903.[23]

A lo largo de los años, la Facultad de Medicina ha experimentado numerosos cambios así como innovaciones.

En 1935, al cambiarse de estatuto universitario por Ley No.7824, se renombra a la Facultad de Medicina como Facultad de Ciencias Médicas, y dentro de ella queda incluida la Escuela de Medicina y las escuelas de Farmacia y Odontología; escuelas que con el paso de los años obtuvieron autonomía y se reconstituyeron en facultades (Farmacia y Bioquímica y Odontología), generando el primer cisma de la Facultad de Medicina.

También cabe resaltar el segundo cisma sucedido tras la promulgación en abril de 1960 de la Ley 13417 en referencia al Estatuto Universitario. Este fue el precedente del sistema de cogobierno universitario, puesto que establecía la participación del tercio estudiantil en el Consejo de Facultad universitario. En abril del mismo año, los docentes de la Facultad de Medicina expresaron su rechazo categórico a dicha modificación y alegaron que dicha disposición era contraria tanto a los requisitos de la educación médica como a la función del alumnado en la vida universitaria. Frente a la huelga indefinida declarada por los Centros de Estudiantes de Obstetricia y Medicina, la Junta de Catedráticos resolvió clausurar las labores académicas del año 1960 para ambas escuelas. Una vez derogada la modificación del Estatuto Universitario (artículo n°34), los docentes acordaron constituir la Unión Médica de Docentes Cayetano Heredia y formalizar su renuncia en el mes de julio, la cual fue presentada un mes después por más de cuatrocientos profesores y aceptada por el Consejo de Facultad. Dicha asociación creó la Universidad Particular de Ciencias Médicas y Biológicas en marzo de 1962. Su primer rector fue Honorio Delgado y Alberto Hurtado Abadía el rector de la Facultad de Medicina; tres años después, la universidad pasó a denominarse Universidad Peruana Cayetano Heredia. Ante la renuncia irrevocable de los docentes, el Consejo Universitario de San Marcos creó en septiembre de 1961 la Junta Transitoria Administradora de la Facultad de Medicina, la cual fue presidida por Héctor Colichón Arbulú. Tras la formación de las Comisiones Reorganizadoras, la incorporación de una delegación estudiantil y la culminación de las acciones de la junta en enero de 1962, el Consejo Universitario estableció el Consejo Provisional de Medicina. Finalmente, durante el mes de junio se autorizó a la Facultad de Medicina para la conformación de un nuevo Consejo de Facultad, de manera que fue elegido decano Alberto Guzmán Barrón.[1]

La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos cuenta con cinco escuelas profesionales. En efecto, tras la eliminación de los programas académicos y el retorno al sistema facultativo durante la década de 1980 (plasmado en el Estatuto Universitario de septiembre de 1984), se establecieron las Escuelas Académico Profesionales, denominadas desde junio de 2016 Escuelas Profesionales.[35]​ La Escuela de Obstetricia tiene su origen en la inclusión de dicha especialidad como cátedra hacia 1856. Posteriormente, fue integrada como escuela tras la inclusión de la plana docente de la Escuela de Obstetricia de la Maternidad de Lima (Instituto Nacional Materno Perinatal) a la Facultad de Medicina de San Marcos en 1895; ello para finalmente ser reconocida como profesión médica mediante la Ley n.° 23346 de diciembre de 1981.[36]​ La Escuela de Enfermería fue creada el 17 de septiembre de 1964 en el marco del convenio sostenido por la Universidad de San Marcos con el Ministerio de Salud y la Organización Mundial de la Salud con el objetivo de incluir la formación en enfermería en la educación superior. De esa manera, bajo el amparo de la Ley n° 13417 se inició la formación en enfermería con la apertura de cursos complementarios con una duración de cinco semestres para enfermeras egresadas de escuelas no universitarias.[37]​ La Escuela de Tecnología Médica fue creada el 1 de diciembre de 1966 e inició sus actividades académicas en abril del año siguiente con una duración de tres años, los mismos que fueron ampliados a cinco años —incluido el régimen de internado— en diciembre de 1980 mediante R.R. n° 62550. Finalmente, la carrera de Nutrición Humana fue creada en el año 1976 con una duración de cinco años; ello tras figurar inicialmente como especialidad de Dietética y Nutrición perteneciente al Programa Académico de Tecnología Médica.[38]

La Facultad de Medicina de San Fernando está organizada en las siguientes instancias:[40]

A nivel de estudios de pregrado la facultad de Medicina cuenta con las siguientes cinco escuelas profesionales:

La facultad ofrece diversos programas de posgrado con una orientación multidisciplinaria:

La admisión para los estudios de pregrado en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, que otorgan bachillerato universitario y luego licenciatura, se realiza principalmente mediante un examen de admisión, siendo el ordinario el tipo de examen más requerido que se realiza dos veces al año: en marzo y en septiembre. Este es el examen de admisión a estudios de pregrado más riguroso del Perú, siendo estadísticamente el más selectivo a nivel nacional debido principalmente a la dificultad del mismo y al gran número de postulantes. Precisamente, como parte de la Facultad de Medicina San Fernando, la carrera de Medicina Humana es caracterizada por su alta selectividad dentro de dicha casa de estudios. Como ejemplo, de 6643 postulantes que tuvo la institución para su carrera de medicina en el 2014, solo un ingresaron 152 (un 2% del total), siendo así la carrera más selectiva del país.[72]​ De la misma manera, ha sido común a lo largo de las jornadas de admisión el que los ingresantes a la Escuela de Medicina ocupen los primeros puestos en el cómputo general.[73]​ Así, bajo la modalidad de exámenes virtuales desde el año 2020 debido a debido a la pandemia por el COVID-19 y tras pasar más de seis meses sin la aplicación de los mismos, tanto el primer puesto del examen de admisión general realizado en octubre de 2020 como el correspondiente al examen del Centro Preuniversitario de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos realizado en 2021 fueron ocupados por dos ingresantes a la escuela de medicina.[74][75]​ De manera similar, el segundo puesto del primer examen de admisión presencial realizado en el mes de septiembre del 2021 fue ocupado por una ingresante a la escuela de medicina.[76]​ Cabe resaltar que la carrera profesional de Medicina es considerada la mejor pagada a nivel nacional, con una remuneración promedio de S/ 3,951.[77][78]​ Complementariamente, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se ha posicionado como una de las casas de estudios más demandadas para el estudio de posgrados; a nivel nacional, además, medicina humana, odontología y sus especializaciones ocupan un tercer lugar entre los programas de maestrías más solicitados.[79]

Cuenta con un paraninfo el cual ejerce las funciones de un salón de actos destinado a ceremonias de interés así como eventos y conferencias varias.[80][81]​ En términos arquitectónicos, se conecta en un eje longitudinal con el patio externo y el hemiciclo al interior de sus instalaciones mediante un pórtico con columnas de orden gigante y tímpano.[82]

La Facultad de Medicina Humana cuenta con su propia biblioteca especializada, la misma que se encuentra interconectada a través del Sistema de Bibliotecas (siglas: SISBIB) con la Biblioteca Central Pedro Zulen de la Universidad de San Marcos. Esta unidad provee un apoyo esencial a la comunidad universitaria en el fomento del estudio, la docencia y la investigación debido al acervo bibliográfico histórico sobre la medicina peruana, además de la colección de revistas médicas impresas y electrónicas, sistemas de bases de datos e interconexión con los centros de formación más importantes a nivel mundial (ubicados en el tercer y cuarto piso del Pabellón de Aulas de la Facultad de Medicina). La Biblioteca se ubica —desde 1993— en el segundo piso del local central de la Facultad de Medicina. Su origen data desde la creación del Anfiteatro de Anatomía en el Hospital Real de San Andrés hacia 1792, de manera que se impulsó su formación con las donaciones realizadas por los profesores desde 1808.[83]​ De igual forma, se incrementó el acervo bibliográfico tras la fundación de la Facultad de Medicina en 1856 (aunque muchos de los ejemplares fueron sustraídos tras la Ocupación de Lima).[3]​ Los servicios que brinda, tanto a la comunidad universitaria como al público externo, son los siguientes:[84]

La Facultad de Medicina «San Fernando» cuenta con un total de treinta laboratorios tanto dentro de sus instalaciones como en hospitales e institutos de investigación anexos. Los ubicados en el Hospital Arzobispo Loayza son: el laboratorio de Actividad física y pruebas fisiológicas, el de Endocrinología y el de Hematología, Bioquímica y Nutrición, pertenecientes los tres al Instituto Nacional de Biología Andina; el de Citología y Microscopía Electrónica, pertenecientes ambos al Instituto de Patología, entre otros. Los pertenecientes al Instituto Centro de Investigaciones de Bioquímica y Nutrición «Alberto Guzmán Barrón» incluyen laboratorios de biología orgánica y molecular, genética molecular, entre otros. Por otro lado, el Instituto de Medicina Tropical posee laboratorios como los del Programa de Bartonelosis, Resistencia Bacteriana, Serología y Bioquímica Parasitaria, Sección Virología, Sección Micología, Servicio de Inmunología, etc.[85]

Adicionalmente, cuenta con dos laboratorios de cómputo y una sala de internet que operan de lunes a sábado en el horario de 8:30 a 20:00 horas:[86]

La Facultad de Medicina de San Fernando inició sus labores de asistencia preventiva promocional en beneficio de la población en el año 1963 en un aula del Colegio 185, ubicado en el Asentamiento Humano Siete de Octubre, distrito de El Agustino.[87]​ Dicha iniciativa fue llevada a cabo por un grupo de estudiantes del Centro de Estudiantes de Medicina, quienes, tras el pedido de los pobladores aledaños, iniciaron con las actividades médicas durante los días miércoles.[88]​ En lo posterior, dicho espacio fue reemplazado por un local propio en el referido distrito y se amplió la atención de manera regular; asimismo, fue cambiado su nombre inicial, San Pedro, para pasar a llamarse Centro de Salud Docente San Fernando.[87]​ Precisamente, en diciembre de 1969 y a través de la Resolución Suprema 000198-69-SA/DS, el Ministerio de Salud otorgó a la universidad un terreno aledaño al denominado cerro San Pedro. En dicho espacio fue construida una posta prefabricada con material de origen finlandés, mientras que el cerco fue construido gracias a actividades tales como la Campaña del ladrillo y cemento (a través de la cual los docentes y estudiantes donaban dicho material) y los fondos recaudados de las denominadas Corridas de Toros de San Fernando realizadas en la Plaza de toros de Acho. En septiembre de 1991 la Facultad de Medicina firmó un convenio con la Unidad Departamental de Salud Lima-Este en el cual se estipuló la pertenencia del centro de salud a la facultad y el desarrollo de actividades docentes, asistenciales , preventivas y promocionales en beneficio de la comunidad. Finalmente, en el año 1999 tanto la comunidad de los asentamientos humanos Valdiviezo y Siete de Octubre como el entonces médico jefe Miguel Benito y el rector de la universidad Manuel Paredes lograron inscribir el terreno en los registros públicos.[88]

El Centro de Salud Docente San Fernando ofrece atención gratuita a la población aledaña, la misma que es brindada por estudiantes de medicina junto a docentes del Departamento de Medicina Preventiva.[87]​ En sus instalaciones los estudiantes universitarios desarrollan además el Programa de Voluntariado en Salud Comunitaria durante los días domingos.[89]​ Cuenta con consultorios de Medicina, Enfermería, Nutrición, Pediatría, Obstetricia, Psicología, Terapia Ocupacional, Odontología y Terapia Física; servicios a los que se suman los ofrecidos en el laboratorio clínico, el tópico de urgencia y el área de Trabajo Social. Cabe resaltar que los pacientes reciben medicinas de forma gratuita gracias a la recolección de estas realizada por los estudiantes de la Facultad de Medicina. Además de la atención médica en sus instalaciones, se llevan a cabo visitas domiciliarias a pacientes crónicos, charlas informativas, campañas anuales de salud integral, actividades de extensión social tales como la fiesta de Navidad del Niño Sanfernandino, entre otras.[87]

El Museo de la Historia de la Medicina Peruana ubicado en el denominado Local Central, como dependencia de la Facultad de Medicina tiene la finalidad de preservar el acervo médico, histórico, bibliográfico y documental de los orígenes de la medicina moderna en el Perú y de la facultad.[90][91]​ Así, destaca el instrumental médico histórico; obras del siglo siglo XVI (ubicadas en vitrinas); del siglo siglo XVIII con la creación del Anfiteatro Anatómico por parte de Hipólito Unanue en 1792 y la posterior donación de libros de autores como Galeno, Philippe Pinel y Herman Boerhaave por parte de los entonces docentes; obras que datan de la fundación de la Facultad de Medicina en 1856, como aquellas de autoría de Ambroise Paré, Rudolf Virchow, Jean-Martin Charcot, Louis Pasteur, entre otros; los expedientes de graduación, las actas de los consejos de Facultad; el archivo de Hipólito Unanue; el archivo «Daniel Alcides Carrión», el mismo que cuenta con publicaciones sobre la verruga peruana y su epistolario familiar; acuarelas y manuscritos de Antonio Raimondi; cuadros de sanmarquinos y sanfernandinos destacados; volúmenes antiguos de revistas como Lancet y JAMA; colecciones de tesis de bachiller y doctor en medicina producidas entre los años de 1856 y 1978; material fílmico, etc. Dichos ejemplares forma parte de las colecciones implementadas de manera presencial a través del Museo y complementadas de manera virtual mediante el Repositorio Histórico de la Medicina Peruana, al cual se puede acceder a través del portal web de la Facultad de Medicina.[90][92]​ El horario de atención es de lunes a viernes de 10:00 a 12:00 y de 13:00 a 18:00 y sábados de 10:00 a 12:00.[83][93]

Fue fundado el 18 de marzo de 1787 por Carlos III de España. Su organización durante la etapa del virreinato estuvo inicialmente a cargo del farmacéutico español Juan José Tafalla Navascués, a quien en 1808 le fue conferida dicha tarea en base a una partida económica que resultó excedente de la construcción del Colegio de Medicina y Cirugía de San Fernando.[94]​ Desde sus primeros años el jardín fue pensado para enriquecer la enseñanza médica. Así, en 1856 el Reglamento Orgánico de la Facultad de Medicina incluyó en su cláusula número veintitrés la disposición de que el profesor de Historia Natural tuviese a su cargo también la dirección del Jardín Botánico. Tras haber reemplazado el local original ubicado al lado del Cementerio General de Lima en 1807, el Jardín se instauró en la denominada Huerta de Mestas, Barrios Altos. Desde dicha ubicación fue cedido a la Facultad de Medicina de San Marcos en 1867.[1]​ Precisamente, y tras el fracaso de las primeras iniciativas, la labor de organización del Jardín Botánico recayó en el médico Miguel de los Ríos; la misma que fue continuada por el naturalista y explorador de origen italiano Antonio Raimondi.[95]​ Durante el periodo comprendido entre mediados de la década de 1850 y la década de 1880, se dio una expansión y desarrollo de la ciencia médica en el Perú, labor facilitada por centros de estudio y consulta como el Jardín Botánico, el mismo que registró durante dicho periodo cerca de ochenta mil plantas clasificadas.[1]

El denominado predio de Huerta de Mestas en donde se ubicaba el Jardín Botánico fue escogido para edificar la nueva sede de la Facultad de Medicina, obra culminada en 1903.[1]​ No obstante, el Jardín Botánico permaneció abandonado y careció de autoridad alguna desde 1932. Fue recién durante 1942 que el matemático y docente Godofredo García Díaz junto al entonces decano de la Facultad de Medicina Carlos Monge Medrano decidieron restaurarlo.[95][96]​ Para ello contaron con el asesoramiento del botánico de origen estadounidense Thomas Harper Goodspeed, el botánico alemán Augusto Weberbauer y el naturalista polaco Félix Woytkowsky.[95]​ Precisamente, Augusto Weberbauer fue uno de los docentes pioneros en el desarrollo de la botánica en San Marcos a través de su enseñanza en la entonces Escuela de Farmacia en 1921.[97]​ En lo posterior, Weberbauer ejerció como director del jardín, cargo luego otorgado al botánico Ramón Ferreyra,[95]​ quien además fundó en 1948 el Herbario San Marcos. Posteriormente en 1944, el Jardín Botánico pasó a ser administrado por la Facultad de Farmacia y Bioquímica, quienes se encargaron de clasificar los tipos de plantas y de interntar conservarlo hasta que en 1996, la Comisión Reorganizadora de la universidad instaurada por el fujimorato, promulgó que el Jardín Botánico pasará a depender directamente del rectorado. En 2012, el entonces rector Pedro Cotillo, cedió el jardín botánico para que sea administrado nuevamente por la Facultad de Farmacia y Bioquímica. [98]

Actualmente el jardín botánico de San Fernando es material de estudio para los estudiantes, aunque se necesitan algunas mejoras.

El Jardín Botánico se ubica en el Jirón Puno, Barrios Altos, Cercado de Lima. Cuenta con una colección de plantas que incluye ejemplares de la familia Gramineae, árboles de hasta cuarenta años de edad, plantas nativas de Uruguay, entre otros.[99]

La Facultad de Medicina «San Fernando» se ubica, desde 1903, en la Avenida Miguel Grau n°755, Barrios Altos, Lima.[100]​ Consta de cinco Escuelas Profesionales: Medicina Humana, Enfermería, Tecnología Médica, Obstetricia y Nutrición; adicionalmente, alberga también a la Facultad de Farmacia y Bioquímica, el Jardín Botánico, la Morgue Central de Lima y un Comedor Universitario.[101]​ Este último ofrece servicios de desayuno, almuerzo y cena y adquiere el nombre de la calle en la que se ubica: Jr. Cangallo 788, Cercado de Lima.[102][103]​ Cabe resaltar que tanto la Escuela Profesional de Obstetricia como la de Nutrición se ubican en un local independiente y contiguo al de la Facultad de Medicina, en la Av. Miguel Grau N° 1190, Distrito de La Victoria. Precisamente, dicho local alberga además la Residencia Universitaria «Julio César Tello», inaugurada en 1967 y destinada a los estudiantes becados residentes; posee una capacidad para noventa y siete estudiantes y cuenta con un auditorio equipado, una sala de gimnasio, una sala de visitas, una cocina de uso común equipado, una sala de cómputo, una biblioteca y una lavandería.[104]

La Facultad de Medicina de San Marcos cuenta con los siguientes Institutos de Investigación:[105]

La facultad cuenta con los siguientes grupos de investigación:[116]

La Facultad de Medicina expone sus principales investigaciones científicas en la publicación trimestral de cuatro números (reunidos en un volumen publicado de manera anual) de la siguiente revista:

De acuerdo a la evaluación anual llevada a cabo por la Asociación de Facultades de Medicina (ASPEFAM), institución representativa de las facultades médicas a nivel nacional,[119]​ la Facultad de Medicina San Fernando de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos ha obtenido en numerosas oportunidades el primer puesto. Dicho examen tiene como objetivo evaluar la suficiencia de conocimientos en ciencias básicas, ciencias clínicas y salud pública de los estudiantes de último año de la carrera que desde el 2006 requieren tomarla como requisito para postular al Sistema Nacional de Residentado Médico. Por otro lado, los resultados de dicho examen son de carácter público desde el año 2008. Así, la Facultad de Medicina «San Fernando» obtuvo el primer puesto en el año 2008 con un total de 68.8400 puntos;[8]​ en el 2009, igualmente, se posicionó en primer lugar con 68.7650 puntos y más recientemente, obtuvo el mismo puesto en el 2015, 2016, 2018 y 2019.[9][10][11][12]​ De la misma manera, dicho puesto ha sido ostentado también en numerosas oportunidades por la Universidad Peruana Cayetano Heredia;[13]​ siendo así las dos instituciones más reconocidas en el campo de la formación médica según un ranking de la revista AméricaEconomía de 2018 (en la cual obtuvieron el segundo y primer lugar respectivamente).[14]​ Adicionalmente, la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se constituye en la primera universidad pública peruana en concluir exitosamente el proceso de evaluación de su programa de pregrado de Medicina Humana —evaluación realizada por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria—, haciéndose acreedora de su licenciamiento por un periodo vigente de diez años.[15]



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