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Jean-Auguste-Dominique Ingres



¿Qué día cumple años Jean-Auguste-Dominique Ingres?

Jean-Auguste-Dominique Ingres cumple los años el 29 de agosto.


¿Qué día nació Jean-Auguste-Dominique Ingres?

Jean-Auguste-Dominique Ingres nació el día 29 de agosto de 1780.


¿Cuántos años tiene Jean-Auguste-Dominique Ingres?

La edad actual es 244 años. Jean-Auguste-Dominique Ingres cumplió 244 años el 29 de agosto de este año.


¿De qué signo es Jean-Auguste-Dominique Ingres?

Jean-Auguste-Dominique Ingres es del signo de Virgo.


¿Dónde nació Jean-Auguste-Dominique Ingres?

Jean-Auguste-Dominique Ingres nació en Montauban.


Jean-Auguste-Dominique Ingres (Montauban, 29 de agosto de 1780-París, 14 de enero de 1867) fue un pintor francés. No fue, en sentido estricto, neoclásico ni académico, sino un ferviente defensor del dibujo. Resulta a la vez neoclásico y romántico.[1]​ Ingres constituye un claro exponente del romanticismo en cuanto a los temas, el trazo abstracto y los tonos planos de intenso colorido.[2]​ Algunas de sus obras se enmarcan en el llamado «Estilo trovador», inspirándose en el ideal estético griego y gótico, además de en las miniaturas de los libros de horas de Fouquet.[2]​ Igualmente, es ejemplo de orientalismo, pues muchos de sus cuadros, especialmente desnudos femeninos, están dominados por un sentido irreal del exotismo propio del siglo XVIII.[2]​ Aficionado a tocar el violín, fue miembro de la orquesta del Capitolio de Toulouse y tuvo la oportunidad de tocar en varios recitales privados organizados por Niccolò Paganini.[3]

Nació en Montauban, en Tarn-et-Garonne. Su padre Jean Marie Joseph Ingres, escultor, pintor y decorador, supo reconocer en su hijo el talento pictórico que poseía y rápidamente favoreció sus aspiraciones artísticas. Con 11 años, ingresó en la academia de Toulouse (1791) y se formó con maestros como el pintor Roques y el escultor Vigan. El joven estudiante ganó premios en varias disciplinas, como composición, figura y antigüedades y estudios del natural. Su talento musical se desarrolló con el violinista Lejeune, y de los trece a los dieciséis años fue segundo violín en la Orquesta del Capitolio de Toulouse. Ya entonces estaba decidido a ser pintor de historia que, en la jerarquía pictórica establecida por la Real Academia de Pintura y Escultura bajo Luis XIV, y mantenida hasta bien entrado el siglo XIX, se consideraba el más alto nivel de pintura. No quería hacer simplemente retratos y escenas de la vida cotidiana como su padre, sino representar a los héroes de la religión, la historia y la mitología, idealizarlos y mostrarlos de manera que explicaran sus acciones. En 1797, la Academia le otorgó el primer premio de dibujo y en agosto se fue a París para estudiar bajo la dirección de Jacques Louis David, pero su frío neoclasicismo no encajaba en el ideal de belleza que él tenía, fundado en las difíciles armonías de líneas y colores. [4]

En 1801, ganó el primer Premio de Roma con Aquiles recibiendo a los embajadores de Agamenón. Realizó numerosos dibujos y retratos: La familia Riviére (1805); Granet, La Bella Celia; Napoleón entronizado (1806). En 1806, Ingres se marchó a Roma, donde permaneció dieciocho años, y descubrió a Rafael y el Quattrocento italiano que marcarán definitivamente su estilo. Estos años de trabajo serán los más fecundos de su carrera. A ellos pertenecen voluptuosos desnudos femeninos, entre los que cabe destacar La bañista; paisajes, dibujos, retratos, y las composiciones históricas, religiosas o mitológicas: Juana de Arco, La virgen de la hostia, Jesús entre los doctores, Cristo entregando a San Pedro las llaves del Reino (1820) o Júpiter y Tetis. Está en el cenit de su arte, pero en Francia sus cuadros pintados en Italia reciben acerbas críticas, no gustan, e Ingres decide quedarse en Roma.

En 1813 se casó tras un noviazgo solo por correspondencia con una joven que no conocía, Madeleine Chapelle, recomendada por sus amigos de Roma, a la que dedicó la obra Il fidanzamento di Raffaello, en la que el pintor italiano incorpora a la amante de Rafael, la famosa Fornarina. El matrimonio fue feliz. La caída de Napoleón y las consiguientes dificultades económicas que hicieron disminuir los encargos oficiales significan para Ingres un período bastante mísero, durante el cual pintó con desgana pequeños retratos a lápiz para los turistas ricos que visitaban Roma. Para un artista que aspiraba a ser pintor de historia, le parecía un trabajo servil, y a los visitantes que llamaban a su puerta preguntando: "¿Es aquí donde vive el hombre que pinta los pequeños retratos?" les respondía con irritación: "¡No, el hombre que vive aquí es pintor!". En 1820, se instaló en Florencia y, con la presentación en Francia de su lienzo El voto de Luis XIII (1824), realizado para la Catedral de Montauban, alcanzó por fin un éxito clamoroso en el Salón de París. Fue nombrado director de la Academia de Francia en Roma, cargo que desempeñó de 1834 a 1840.

En 1841 regresó a París, donde obtuvo una acogida triunfal y se le encargó la decoración de las vidrieras de la capilla de Notre Dame. En 1846 expuso por primera vez en la Galería de Bellas Artes, y a continuación se le nombró miembro de la comisión, junto con Delacroix. En 1849, presentó su dimisión, motivada por el fallecimiento de su esposa. En la Exposición Universal de París de 1855 se presentó una retrospectiva de su obra y ese mismo año Napoleón III le nombró gran oficial de la Legión de Honor.

A causa de una enfermedad que le afectó a los ojos, en el último período, se vio obligado a valerse de alguno de sus colaboradores para ultimar la parte secundaria de sus obras, correspondientes al período maduro, caracterizado por la búsqueda de una perfección de las formas.

En 1852, se casó con Delphine Ramel. En 1862 fue nombrado senador y miembro del Consejo Imperial de Instrucción Pública. Tres de sus obras se exhibieron en la Exposición Internacional de Londres, confirmando su posición como destacado pintor francés.

La galería de retratos que dejó constituye un testimonio muy valioso de la sociedad aristocrática y burguesa de su tiempo, del espíritu y las costumbres de una determinada clase a la que él pertenecía, reflejando las virtudes y sus límites.

Estudió música, disciplina en la que también destacó. Durante una temporada fue segundo violinista en la orquesta del Capitolio de Toulouse; de este pasatiempo proviene la expresión francesa: violon d'Ingres (violín de Ingres).

Murió de neumonía a los ochenta y siete años. Está enterrado en el cementerio de Père Lachaise de París. La ciudad de Montauban le dedicó un museo instalado en su taller, el Museo Ingres. Amaury Duval fue su primer alumno.

Su obra se divide, esencialmente, en tres géneros:

Napoleón en su trono imperial, 1806, óleo sobre lienzo, 259 x 162 cm, Museo del Ejército, París

Carlos X (1829)

Louise de Broglie, condesa de Haussonville, 1845, óleo sobre lienzo, 131,8 x 92 cm, Colección Frick, Nueva York.

Juana de Arco en la coronación de Carlos VII, 1854.

Venus Anadiómena, 1848.

La fuente, 1856.

La bañista de Valpinçon, 1808, Louvre.

Júpiter y Tetis, 1811, Musée Granet, en Aix-en-Provence.

Virgilio lee la Eneida a Livia, Octavia y Augusto (1812), Museo de los Agustinos, Toulouse.

Retrato de Niccolò Paganini, 1819.

Princesa Albert de Broglie, nacida Joséphine-Eléonore-Marie-Pauline de Galard de Brassac de Béarn, 1853, Museo Metropolitano de Arte.

Madame Moitessier, 1856, The National Gallery, Londres.

Edipo y la esfinge, 1864, 105.5 x 87 cm, Museo Walters.

Monsieur Bertin, 1832, 116 x 96 cm, Louvre.

Odalisca con esclava, 1842, 76 x 105 cm, Museo Walters, Baltimore.

Ruggiero liberando a Angélica, 1819, 147 x 190 cm, Louvre, episodio del Orlando furioso, de Ludovico Ariosto.

Los enviados de Agamenón, 1801, École des Beaux-Arts, París.

La apoteosis de Homero (1827), Museo del Louvre, París.

Rómulo lleva al templo de Júpiter las armas del vencido Acrón (1812), Escuela de Bellas Artes, París.

El sueño de Ossian (1813), Museo Ingres, Montauban.

Ingres fue un maestro dedicado y admirado por sus discípulos.[8]​ El más conocido de ellos fue Théodore Chassériau. Pero su influencia se dejó sentir también entre los mejores impresionistas, y Edgar Degas tenía más de veinte cuadros suyos. En el Salón de Otoño de 1905, se realizó una exposición de su obra.[9]

En el siglo XX, Pablo Picasso tomó para algunos de sus cuadros referencias de Ingres, en especial para La gran odalisca a partir de Ingres, pintada en 1907. En otro estilo, Man Ray retomó el tema de los torsos desnudos, en su Violón de Ingres (1920), fotografía de una modelo desnuda sobre la cual trazó las líneas del instrumento musical.



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