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José María Melo



José María Dionisio Melo y Ortiz[1]​ (Chaparral, Nueva Granada, 9 de octubre de 1800-La Trinitaria, Segunda República Federal de México, 1 de junio de 1860) fue un militar y político neogranadino. Fue presidente de facto de la República de Nueva Granada durante la guerra civil de 1854.

Melo murió fusilado en México, siendo comandante regional de las tropas de Benito Juárez.[2]

José María Melo era hijo del antes procurador Manuel Antonio Melo, casado con María Antonia Ortiz Nagle.[3]​ De origen pijao,[2]​ creció en Ibagué y contrajo matrimonio en Bogotá con Teresa de Vargas París, hermana de Dolores Vargas París (esposa del expresidente Rafael Urdaneta), e hija de Ignacio de Vargas Tavera y de Ignacia París Ricaurte, a su vez hija de los próceres de la Independencia José Martín París Álvarez y Genoveva Ricaurte Mauris.

Del hogar del general Melo, fueron hijos José María Melo Vargas (fallecido en un naufragio en el lago de Maracaibo), Bolivia Melo Vargas (bautizada en honor a Simón Bolívar y fallecida soltera en Caracas) y María de la Paz Melo Vargas.

En vida de su esposa Teresa, Melo se casó en segundas nupcias en 1843 con la panameña Juliana Granados, con quien fue padre de Máximo Melo Granados.

En 1819 Melo se unió en el Ejército Libertador y participó en varias de las batallas de la independencia de Suramérica: en Bomboná y Pichincha en 1822; en Junín, y en la Batalla de Ayacucho que selló la independencia de las antiguas colonias españolas en América del Sur. Fue condecorado por su participación en estas batallas y recibió el busto de "El Libertador". Participó en el segundo sitio del Callao en 1825, y en la batalla del Portete de Tarqui en 1829.

Simón Bolívar renunció a la presidencia de Colombia desde el inicio del Congreso Admirable, renuncia que fue aceptada hasta el 4 de mayo de 1830. Una vez concluido el Congreso Admirable se había sancionado una nueva constitución en mayo de 1830 y se había elegido presidente a Joaquín Mosquera y vicepresidente a Domingo Caicedo, pero hubo un grupo de personas que no aceptó la nueva constitución.

Las nuevas condiciones del Congreso Admirable, surgió una sublevación que condujo a una nueva dictadura en cabeza del general Rafael Urdaneta[4]​ el día 5 de septiembre de 1831, quien afirmó tomaba el poder en nombre de Bolívar hasta su regreso y depuso a Domingo Caycedo. Al morir Bolívar el 17 de diciembre de 1830, Urdaneta perdía soporte y líderes ya no lo aceptaban, hubo enfrentamientos contra su gobierno y pidieron a Caicedo regresara como gobernante, hecho que ocurrió hasta el 2 de mayo de 1831.

Después de aceptado el Convenio en Apulo, como parte del mismo, Urdaneta y otros oficiales que lo apoyaban fueron expulsados, entre ellos también estaba Melo, quien antes permaneció preso en el castillo de San Fernando de Bocachica (Cartagena), de enero a agosto de 1831 mes en que fue desterrado y borrado de la lista militar, con rumbo a Curazao.[5]

Tras la disolución de la Gran Colombia y su expulsión, Melo logró radicarse en Caracas donde pasado un tiempo contrajo matrimonio fue con la entonces cuñada del general Urdaneta[6]​ e hija también del prócer fallecido Ignacio Vargas y Tavera, Doña María Teresa Vargas y París[5][7]​ con quien tuvo un hijo y una hija. Allí se vinculó al grupo de oficiales que se levantaron contra el presidente José María Vargas, en 1835 durante la Revolución de las Reformas, esto con intención de exigir la reconstitución de la Gran Colombia, reformas políticas y el fin del poderío económico de la oligarquía, fortalecida con el comercio de importación y exportación.

Entre estos oficiales que se habían destacado en la lucha por la Independencia, había destacados bolivarianos entre ellos el edecán del Libertador Luis Perú de Lacroix y Pedro Carujo. Encabezaron el levantamiento Santiago Mariño, Pedro Briceño Méndez, Diego Ibarra y Julián Castro. Obtuvieron un efímero triunfo. Al retomar el poder el general José Antonio Páez con el apoyo de Urdaneta, los revolucionarios fueron separados de sus familias y desterrados, unos a las Antillas, otros a Nicaragua.

Melo al recibir la pena de expulsión de Venezuela dada para el 13 de septiembre de 1836, que había sido conmutada por la anterior sentencia pena de muerte dictada el 11 de agosto de 1836,[8]​ se dirigió a Curazao, luego Nicaragua y posteriormente en diciembre de 1836 rumbo a Europa,[9]​ donde además de estudiar en la Academia Militar en Bremen, Baja Sajonia, se interesó por las ideas socialistas que se debatían en círculos locales. Conoció las tesis de Charles Fourier, quien denunciaba que en Europa la superabundancia se convierte en fuente de abundancia y penuria. Leyó, La Industria y El Sistema de Henri de Saint-Simón. Le interesó especialmente el naciente movimiento sindical obrero y la experiencia del Cartismo, surgido en Inglaterra en 1838.

Viendo como oportunidad el indulto ofrecido por el presidente José Ignacio Márquez en enero de 1840 durante la guerra de los supremos para antes miembros de las tropas militares, Melo logró regresar al país el mismo año.[10]​ En 1841 Melo regresó a Ibagué dedicándose a labores comerciales en dicha ciudad y llegó a ser jefe político del cantón.[7]​ para 1843 contrajo segundas nupcias con la panameña Juliana Granados con quien tuvo como hijo a Máximo Melo Granados.[5]​ El 27 de mayo de 1847 fue reincorporado al Ejército de la Nueva Granada nuevamente en el grado de Coronel.

Participó de la fundación de las Sociedades Democráticas que organizaron los artesanos e intelectuales socialistas influenciados por Saint-Simon y Fourier, y apasionados lectores de la obra de Louis Blanc, La Organización del Trabajo y el recientemente publicado libro de Proudhon, ¿Qué es la Propiedad?. Los líderes de los artesanos habían participado de Sociedades Bíblicas creadas para leer la traducción al castellano de la Biblia y consideraban que el mensaje de esta era socialista, en defensa de los pobres. Estas sociedades se opusieron al libre comercio con Inglaterra, Francia y Estados Unidos ya que las importaciones los arruinaban e impedían el nacimiento de la industria nacional. Exigieron el respeto a los Resguardos Indígenas y la abolición de la esclavitud. Además rechazaron el Tratado de Paz, Amistad, Navegación y Comercio con Estados Unidos, firmado y aprobado durante el gobierno Tomás Cipriano de Mosquera, que le daba facultades a ese país para intervenir militarmente en Panamá.

El general Mosquera en su gobierno dio el control económico de su administración en septiembre de 1846 al economista Florentino González,[11]​ quien desde su posesión anunciaba cambios previstos en la nueva política gubernamental, líderes y representantes coincidían en cambios urgentes sobre el sistema tributario y nuevas estrategias que favorecieran ingresos nacionales aumentando las exportaciones, inversiones con capital extranjero y mejoras en la infraestructura que era la mayor preocupación, sin embargo desestimaron posibles consecuencias sobre el mercado interno y efectos sobre la producción nacional de manufacturas, Gónzalez para 1847 esperando mejores resultados bajó precios de importación de productos en las aduanas, pero la producción nacional empezó a desmoronarse y los precios en vez de bajar hicieron lo contrario, esto ocasionó que los productores nacionales dieran sus protestas y demandas contra el gobierno de una manera fuerte.

Surgió en el 18 de noviembre de 1847 la Sociedad de Artesanos en Bogotá liderada por Francisco Londoño, Ambrosio López y Emeterio Heredia, al igual que otras agrupaciones sociales en el país que buscaban proteger su actividad económica y tenían demandas pendientes ante el gobierno.[12]​ En 1848 los artesanos decidieron abrir la afiliación y adoptar el nombre de Sociedades Democráticas a las cuales ingresaron también intelectuales socialistas, campesinos y militares, de modo que llegaron a funcionar en al menos 112 ciudades y poblaciones.[13]

El 1 de abril de 1849 finalizó la administración de Mosquera y se posesionó el nuevo gobierno José Hilario López electo por un congreso cediendo ante presiones por parte de las Sociedades Democráticas de Artesanos que habían crecido apoyando la candidatura del general López, que además proponía abolir la esclavitud. Para entonces las elecciones eran indirectas, los ciudadanos varones elegían compromisarios. Aprovechando la división conservadora, López obtuvo la mayoría de votos y el pueblo de Bogotá se levantó en su apoyo para evitar que los conservadores se unieran. Para el 12 de junio de 1849 Melo se convirtió en Jefe del Cuerpo de Caballería de los Húsares de la Guarnición de Bogotá. En 1850 López expulsó del país a los jesuitas por su oposición activa a las reformas. Se aprobaron en 1850 dos leyes propuestas por su ministro de Hacienda Manuel Murillo Toro, una de reforma agraria según la cual el cultivo debe ser la base de la propiedad de la tierra, y otra que limitó la tasa de interés para librar al pueblo de la usura; y el 21 de mayo de 1851 la ley de libertad de los esclavos.

Los propietarios de esclavos y conservadores dirigidos por Julio Arboleda, se levantaron en armas contra las nuevas leyes en el Cauca, Antioquia, Cundinamarca y Tolima y desataron la guerra civil de 1851. El gobierno nombró entonces al general José María Obando como general en jefe del Ejército del Sur para enfrentar las tropas de Arboleda que habían tomado Pasto.[14]​ Las Sociedades Democráticas se movilizaron para defender las reformas democráticas y garantizaron una respuesta inmediata a la rebelión esclavista. Engrosaron las filas de la Guardia Nacional Auxiliar con numerosos voluntarios de las milicias democráticas. En Popayán, Obando contó con esta fuerza regional, así como con la enviada por los artesanos de Cali para participar en la recuperación de Pasto. Destacamentos de voluntarios de esa Guardia Nacional fueron enviados desde Bogotá a la provincia de Mariquita y a Antioquia, donde también arribaron guardias de Cali.[15]

En Cundinamarca la rebelión conservadora fue dirigida por los hermanos Pastor y Mariano Ospina y para contenerla José Hilario López llamó a Melo, y lo ascendió a general, encontrando gran aceptación en la tropa, organizó con los artesanos tres mil voluntarios de las Milicias Democráticas para fortalecer la Guardia Nacional y logró derrotar a los sublevados de Guasca.[16]​ Tras la derrota de la rebelión conservadora, Melo estuvo desde el 13 de agosto de 1851 al frente del Montepío Militar y el 19 de junio de 1852 fue designado Comandante del Ejército en Cundinamarca.

López ante las demandas de los artesanos inicialmente aceptó subir moderadamente impuestos de impuestos de aduana a alguno varios productos, algo que se pudo imponer, pero además los artesanos pidieron actividades sociales que buscaban la protección de clases trabajadoras, sin embargo el Congreso se opuso a esa demanda y a nuevas alzas de aranceles para productos importados, lo que provocó manifestaciones de protesta de los artesanos. El 19 de mayo de 1853 representantes de quienes buscaban proteger intereses del sector agrario-comercial manifestaron su rechazo definitivo a los artesanos, ante lo cual el sector liberal se fragmentó en dos partes: radicales a quien llamaban gólgotas, que estaban de acuerdo con las políticas del librecambio y socialistas, "los draconianos" quienes defendían el proteccionismo.

Los artesanos eran adversarios indiscutibles de los gólgotas, de quienes se afirmaba buscaban acabar con las asociaciones de los pequeños productores.[17]​ En la ciudad de Bogotá surgía una lucha de clases que se acentuaba ante las respuestas dadas por miembros del Congreso, lo que llevó a una conducta corriente riñas callejeras entre "cachacos", jóvenes gólgotas que se vestían o daban uso de accesorios importados, y jóvenes corrientes "guaches" que se vestían de forma acostumbrada, tal como haciendo uso de la ruana tradicional.[11]

Los artesanos apoyaron la candidatura del siguiente presidente José María Obando, quien se posesionó el primero de abril de 1853. Los liberales gólgotas, decididos a frenar a las sociedades democráticas y los partidarios de la libertad de importaciones, se aliaron con los conservadores y controlaron conjuntamente, tanto el Congreso, como las gobernaciones y muchas alcaldías. Aprobaron una nueva constitución que debilitó a los aliados de los artesanos, el presidente y el ejército nacional y le dio el mayor poder a las provincias, base de apoyo del Congreso y fortaleció la libertad de importaciones.

Los artesanos conformaron la Junta Central Democrática, presidida por Francisco Antonio Obregón,[18]​ para coordinar la movilización de todas las Sociedades Democráticas del país.[19]​ Presentaron un proyecto de ley para crear un banco nacional de fomento de la industria, crear un Taller Nacional y proteger el trabajo, pero no fue tramitado.

El 17 de abril de 1854 los artesanos movilizados y organizados en milicias le exigieron a Obando cerrar el Congreso, ante las conductas de los representantes en la parte legislativa y convertirse en dictador popular. Obando prefirió renunciar y las Sociedades Democráticas le dieron detención domiciliaria y luego le ofrecieron la presidencia a Melo quien era para entonces comandante de las Fuerzas Armadas de Cundinamarca y uno de los integrantes de la Junta Central Democrática.

El nuevo gobierno impulsado por las demandas de los artesanos logró sostenerse en el poder entre el 17 de abril y el 4 de diciembre de 1854. Con ayuda la participación de las Sociedades Democráticas organizó sus fuerzas en el llamado "Ejército Regenerador", convocando al servicio a todos civiles integrantes de la Guardia Nacional Auxiliar y a los veteranos que habían combatido en la guerra civil de 1851. A mediados de mayo ya había duplicado el número de sus tropas,[20]​ Sin embargo, Tomás Cipriano de Mosquera organizó, financió y dirigió el ejército del norte que marchó desde Barranquilla. José Hilario López encabezó el ejército del sur, que derrotó a los artesanos en Cali y viajó desde el Cauca, y el Huila, y Joaquín París Ricaurte comandó la división del Alto Magdalena que con tropas antioqueñas cruzó el río Magdalena por Honda (Tolima) y se unió a las tropas de Julio Arboleda, que habían tomado la región de Guaduas. Los tres ejércitos se encontraron en la Sabana de Bogotá y el expresidente Pedro Alcántara Herrán fue encargado del mando conjunto. Por tres lados atacaron Bogotá, defendida por Melo con siete mil hombres, veteranos de Cundinamarca y voluntarios artesanos. Mosquera atacó por el norte y con el mando del general panameño Tomas Herrera se tomó calle por calle, desde San Diego hasta la plaza de San Francisco donde estaba el comando de Melo. López atacó desde el sur y París desde occidente por San Victorino. Herrán tomó las alturas del barrio Egipto. En la plaza mayor confluyeron los tres ejércitos que restablecieron el poder constitucional.

Melo fue apresado y el panameño José de Obaldía asumió el poder, aunque durante los tres juicios que se le siguieron en 1855 estuvo libre pues su paisano y amigo Manuel Murillo Toro pagó su fianza.

En el tercer juicio, sin embargo, 200 participantes miembros de las sociedades de los artesanos fueron desterrados, además de confiscados sus bienes y luego enviarlos a pie a Panamá, viaje al que sólo sobrevivieron militares como Melo quien tenía por pena un destierro por ocho años,[8]​ quien luego se embarcó a Costa Rica y ayudó a combatir contra la invasión del aventurero estadounidense William Walker a Nicaragua. Una vez obtenida la victoria sobre la invasión, fue en 1859 a El Salvador a trabajar como instructor de tropas el 16 de mayo de 1859, quien viajó con su esposa Doña Juliana quien falleció en tal destino.[5]

Melo decidió ir como voluntario a la Guerra de Reforma en México, donde luchó en defensa del gobierno de Benito Juárez. José María Melo llegó hacia el 10 de octubre a la frontera mexicana. El gobernador liberal del Estado de Chiapas, Ángel Albino Corzo, convenció al presidente Benito Juárez para que autorizara su incorporación al nuevo ejército fronterizo que estaba envuelto en la Guerra de Reforma. Juárez había rechazado toda intervención extranjera, como la del cónsul británico George B. Mathew.

Melo organizó alrededor de un centenar de jinetes, para formar un destacamento de caballería, y con su nueva fuerza viajó hacia Comitán con el fin de proteger la frontera entre México y Guatemala, área que era objeto de incursiones frecuentes por parte del general mexicano conservador Juan A. Ortega, quién había tomado refugio al sur de la frontera.

En la madrugada del 1 de junio de 1860, cuando el pequeño ejército juarista que descansaba en la finca Juncaná, ubicada en lo que hoy es el municipio de La Trinitaria, Chiapas, fue sorprendido y atacado. Fue herido y detenido y luego estuvo sin atención más de una hora. Ningún juicio se le siguió. Hubo orden expresa del general Juan Antonio Ortega para asesinarlo. La orden fue cumplida por el cabo Isidro Tordillo y el sargento José Maldonado, de acuerdo con la carta de Romualdo Guillén, de las tropas de Ortega, fechada sólo cuatro días después

Tras veinte días, una vez hubieron pasado las hostilidades de Ortega en la zona, se pudo comprobar que Melo había sido sepultado por los indígenas tojolabales frente a la capilla de lo que había sido la hacienda Juncaná.[21][22]​ En Juancaná el gobierno de Chiapas erigió un monumento en su honor.



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